viernes, 16 de noviembre de 2012

DOS DE CADA 10 ALUMNOS DE VARELA, SUFREN ACOSO A TRAVES DE LAS REDES SOCIALES



Hoy las redes sociales son altamente tóxicas, contaminantes y el mal uso potencia el acoso escolar. Esto no solo se da en Florencio Varela, sino en toda la región Sur. Para dar un ejemplo, según las últimas estadísticas a las que tuvimos acceso, dos de cada diez escolares son víctimas del ciberbullying. Lo que se define como hostigamiento sostenido en el tiempo y que la crónica policial recrea de manera permanente, con hechos de final trágico.

También hay que poner en valor, de que uno de cada tres alumnos padecen episodios de acoso en algún momento de su vida en las aulas. Estas son algunas de las conclusiones a las que arribó el Tercer Congreso de Salud Mental que se desarrolló recientemente en la ciudad de La Plata. Precisamente desde ese ámbito es de donde se alerta que el problema del acoso escolar se incrementa cuando el hostigamiento es potenciado a través de las redes sociales.

Esta metodología tan repudiable cuando se practica solapadamente desde la cibernética, califica como lo más oscuro de las conductas humanas. Se podría decir sin ligereza, que se trata de "sucursales del CEANSE", desde donde lo único que se recolecta es basura de fuerte contenido ofensivo, para reproducirla luego de manera devastadora, sin medir las consecuencias. En cambio, cuando las redes sociales son utilizadas como una herramienta movilizadora, toman un cariz relevante. Así fue el papel que tuvieron en la revolución en Egipto y el 8 del corriente mes en lo que se denominó el 8N de la protesta política.

Pero volviendo a los efectos perniciosos del mal uso de estas herramientas, hay que decir que más de la mitad de las mujeres, el 52,50%, alguna vez se sintieron hostigadas. La cifra es similar en los varones y lo preocupante, es que se ha triplicado en los últimos 4 años.

Hay un dato preocupante a tener en cuenta, el 40% de los chicos víctimas del bullying no comunica el drama que vive. Así el problema se vuelve invisible y por ende, la ayuda demora en llegar.

Para la mayoría de los psicopedagogos consultados en esta investigación, el bullying está casi naturalizado en las escuelas secundarias y cada vez se ven más casos en el nivel inicial y primario. Las agresiones se dan con mayor crueldad en la franja entre los 10 y los 14 años, donde las víctimas sufren más el impacto.

Para los especialistas, las agresiones van desde la colocación de apodos, hasta los golpes. Por poner algún ejemplo, en ciertos casos les sacan a las víctimas dinero o sus meriendas. Las escupen, las discriminan, las fuerzan a hacer algo que no quieren y las acosan a través de las redes sociales. Hace poco tiempo, en un colegio mixto de La Plata se detectó que los propios compañeros le pagaban a chicas, para practicar sexo oral en los baños. Después las fotos eran subidas a las redes, donde también se buscaba despertar el interés de los profesores, con el objetivo de lograr mejores notas a cambio de favores sexuales. Toda una cadena siniestra que no perdona escenarios, ni ámbitos.

En las redes sociales, otra variedad es el acuerdo tácito. A lo que apunta, es hacerles el vacío a los alumnos. Aislarlos completamente de los trabajos del grupo, ignorándolos e impidiendo que compartan las actividades estudiantiles. Es común que el acosador viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela, que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. También se observa con se resiente su autoestima, lo que en la mayoría de los casos los lleva a la depresión, a la deserción escolar y en situaciones extremas, hasta el suicidio.

LOS SINTOMAS A TENER EN CUENTA

1.- Cambio súbito de comportamiento.

2.- No quiere concurrir a clases o participar de actividades con sus compañeros.

3.-Baja el rendimiento escolar.

4.-Dolor de cabeza, estómago o trastornos inexplicables.

5.-Problemas de sueño.

6.- No concurre al buffet o no sale al patio en los recreos.

7.- Súbita pérdida del interés por actividades que le gustaban.

8.- Aspecto triste o deprimido.

9.- No quiere hablar de lo que le pasa en la escuela.

10.- Se percibe su tristeza con algunos signos a saber: cabeza baja, desatención, escaso rendimiento, palidez, manos transpiradas, notable delgadez o caso contrario, obesidad.

QUE HACER FRENTE A ESTE PANORAMA

Los especialistas recomiendan algunas llaves efectivas para poder solucionar estos problemas de conducta.

1.- Recurrir a las autoridades escolares y llevar al acosado a terapia para elevar inmediatamente su autoestima y trabajar los aspectos que generen miedo o ansiedad.

2.- Fortalecer a los padres y maestros para que puedan rastrear, identificar y encontrar la solución adecuada.

3.-La familia y la escuela deben trabajar en equipo. Enseñar a convivir, evitando el conflicto y promover el respeto y la tolerancia.

4.- Los profesionales en la materia sostienen que es preocupante la cantidad considerable de padres que saben sobre el abuso que están cometiendo con sus hijos y sin embargo no acuden al colegio a requerir información y ayuda.

A criterio de los observadores, en el último tiempo el bullying está convirtiéndose en una suerte de tormento de 24 horas, ya que dejó de limitarse al ámbito de la escuela, para meterse también en los hogares. Aunque los efectos sean los mismos, pero de alguna manera están sobredimensionados. Porque si el acoso escolar tradicional se circunscribe a lugares puntuales de la escuela, lejos de la vista de loa adultos, el ciberacoso a través de las redes sociales implica permanencia de la agresión en el tiempo.

El efecto humillador se multiplica de manera exponencial por el comentario, la foto, el video que es visto por mucha gente en simultáneo, que a la vez hace comentarios reactualizando y contaminando la vivencia del hostigamiento.

Las autoridades sanitarias consultadas en este trabajo, coincidieron en calificar al acoso escolar, como una realidad peligrosamente naturalizada que hay que erradicar.

También se alerta que el problema del ciberacoso alcanza a otros ámbitos en los que se mueven los adolescentes, como los clubes. Allí por ejemplo se denosta a quienes no descollan en los deportes tradicionales o no tienen aptitudes físicas, llegándose a la discriminación pura.

Los especialistas destacan que la edad más común en la que se registra el acoso es la comprendida entre los 7 y los 14 años. Un caso emblemático y trágico, es el de la adolescente canadiense Amanda Todd, de 15 años, que terminó suicidándose, tras soportar años de hostigamiento generado por una foto en la que aparecía semidesnuda, tomada durante una conversación por videochat que había mantenido con un desconocido de 32 años.

También está el caso ocurrido el 22 de noviembre del 2011, cuando una adolescente de 16 años fue asesinada a puñaladas por la espalda por la madre de otra chica de 14 que salió en defensa de su hija, cuando ambas peleaban en el pasillo de un edificio de Ciudad Evita, a raíz de una disputa que había empezado días atrás en la red social Facebook.

Y el episodio más reciente, que conmocionó al mundo fue el de Tim Ribberink, de 20 años, quien se suicidó la semana pasada en Holanda, tras repetidos hechos de acoso por internet. Según surgió de la investigación, un desconocido uso en el 2010 el nombre de Tim en un sitio de internet, para hablar mal del dueño del local de la heladería en la que el joven trabajaba. Además, Ribberink recibió en el mismo portal insultos que lo calificaban de "perdedor" y "homosexual". Como se ve, violencia virtual que se convierte en real. Y lo más temible, hace también que las redes sociales se manchen con sangre y se pierdan vidas muy jóvenes.

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