Después de las detenciones del dirigente gremial Juan Pablo "Pata" Medina y del empresario periodístico Marcelo Balcedo, pareció que La Plata ya tenía cartón lleno en materia de escándalos. Pero esta vez la onda expansiva alcanzó a la cuestionada "familia judicial".
Después de las detenciones del dirigente gremial Juan Pablo "Pata" Medina y del empresario periodístico Marcelo Balcedo, pareció que La Plata ya tenía cartón lleno en materia de escándalos. Pero esta vez la
onda expansiva alcanzó a la cuestionada "familia judicial". Al que le
tocó ocupar el podio y de manera parecida a las series de Netflix, fue
al ex juez César Melazo, un personaje polémico que siempre estuvo cerca
del Poder. Aunque no tiene un anillo de diamantes que cuesta 250 mil
dólares, muchos lo llaman por estas horas "el Oyarbide platense". Tiene
que ver con su vida de lujos que la Justicia deberá aclarar si se
correspondían o no con sus ingresos de Juez. Siempre fue un secreto a
voces que "El flaco" como lo llamaban muchas veces cariñosamente en el
ambiente judicial y político de La Plata, vivía como un faraón y a los
asados en su ostentosa quinta de Gorina con laguna propia, concurría la
crema de la ciudad. Gente poderosa por donde se la mire, que buscaba
acaso cumplir con aquel adagio de “gacete amigo del juez”. Además, tenía
fuertes vínculos con el poder en los tiempos de Daniel Scioli como
gobernador de la provincia. Por citar un episodio, a su cumpleaños
número 50 invitó a varios de las personalidades más destacadas de la
política del momento: una foto bien lo retrata, con el ex jefe de
Gabinete de Scioli, Alberto Pérez, y con el ex Ministro de Justicia
provincial, Ricardo Casal. Tambien era declarada su simpatía con el ex
jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.
Melazo, de 55 años, se salvó de salir en las primeras planas de los
diarios del viernes, porque fue detenido a las 5 de la mañana, cuando
las rotativas estaban entregadas al sueño. Fue aprehendido en su lujosa
casa ubicada en un predio de un par de hectáreas, en las calles 145 y
480 de Gorina. Dicen que las alarmas de los teros lo sobresaltaron,
cuando las agujas del reloj marcaban las 5 de la mañana.
Pero la sorpresa fue mayúscula, cuando los efectivos de la Policía
Federal se toparon con un verdadero arsenal. En el lugar se
secuestraron 12 armas de gran poder, entre las que se encuentran seis
pistolas semiautomáticas, dos rifles y una escopeta. Además se
decomisaron $50 mil pesos en efectivo, junto a 14 celulares y 18
notebooks, tablets y computadoras.
Melazo está acusado de asociación ilícita y coacción agravada, entre
otros delitos. Sospechado de mantener vínculos con efectivos policiales
en el armado y desarmado de causas a cambio de dinero, apuntaron los
informantes. Para que el lector tome real dimensión de la gravedad de
los hechos que se le imputan, Melazo se convirtió en el detenido número
12 por el caso de la superbanda integrada por policías, ladrones y
barras.
"Voy a hablar ante la fiscal. Nunca fui procesado, nunca tuve una causa
penal. Todas las armas son mías", se defendió cuando fue trasladado para
declarar ante el fiscal. La organización se dedicaba a detectar casas
vacías para luego desvalijarlas, cubierta por las "zonas liberadas" que
garantizaban desde la Bonaerense.
Además, los acusados estarían involucrados en la compra venta de
vehículos robados y el cobro de pólizas de seguros.
Un vocero judicial manifestó que "Melazo es sindicado por varios
testigos de haber participado en reuniones con algunos de los ahora
detenidos y ex integrantes de las barras bravas de Gimnasia y
Estudiantes. Por ejemplo, en las escuchas telefónicas que integran la
causa aparecen diálogos de los imputados hablando sobre el accionar de
la organización delictiva, con la presunta complicidad de Melazo y
presumiblemente del ex fiscal Morán, quien investigó el caso que puso al
descubierto este oscuro entramado delictivo: el asesinato de Juan
Roberto Farías. También fue imputado pero no demorado por tener fueros,
un integrante del Tribunal de Casación Penal, el magistrado Martín
Ordoqui.
Melazo siempre estuvo en el ojo de la tormenta. Desde su asunción, se
hizo mediático a fuerza de sus anunciados procedimientos contra el juego
clandestino, siempre cargados de espectacularidad. Llamativamente, con
el paso del tiempo estas embestidas del magistrado cesaron vaya a saber
por cuantas miles de razones. También intervino en infinidad de casos
resonantes. Uno de ellos fue la brutal salidera contra Carolina Píparo,
el cuádruple crimen de mujeres o el recordado tiroteo durante el
traslado de los restos de Juan Domingo Perón a la quinta de San Vicente,
por ejemplo.
Finalmente, en noviembre de 2016 fue apartado de su cargo por presuntas
irregularidades y en junio del año siguiente presentó su renuncia para
poder evitar el jury de enjuiciamiento y gozar de su jubilación. "Es una
cuestión política, un panfleto político. Demuestra que hay una voluntad
de escracharme, de romper el nombre y el honor para sacar un rédito por
parte del gobierno de la Provincia", expresó en aquel momento ante los
medios. En su última etapa como magistrado, Melazo jugó fuerte
políticamente. No ocultó su apoyo hacia el kirchnerismo y hasta se
presentó como candidato a presidente del club Gimnasia.
"¿Si me siento perseguido? A mí me la pegaron por todos lados. Me
echaron y nunca estuve procesado. Yo trabajé siempre. Soy un laburante.
No le tengo miedo al barro ni a arremangarme. Pero tuve que renunciar. Y
echaron a mi hija después de cuatro o cinco años de empleada en el
Ministerio de Educación, echaron a mi hermano después de 12 o 14 años en
el grupo Bapro, echaron a mi sobrino, todos de apellido Melazo, por
cierto. Cero tolerancia", acusa. Melazo responde que "es imposible que
termine preso" porque no cometió ningún delito. "Que digan lo quieran a
través de los medios, procesalmente no hay nada. Soy un perseguido
político", sostuvo por entonces.
Pero la taba se dio vuelta. El procedimiento en la vivienda de Melazo
fue ordenado por la jueza Marcela Garmendia y lo encabezó personal de la
Policía Federal. Garmendia había sido una pieza clave también en dar el
puntapié para la salida de Melazo de la Justicia. Es que sobre el ex
titular del juzgado de Garantías N° 2 de La Plata, pesaban varias
causas, pero la que resolvió la suspensión y luego inicio del juicio
político fue la vinculada al presunto sobreseimiento irregular de un
sindicalista imputado en una causa que se tramitaba en el juzgado de
Garmendia, en momentos en que estaba de vacaciones.
Las otras causas en su contra eran el posible encubrimiento del
barrabrava Marcelo Mallo, tras ser apuntado como partícipe del doble
crimen de Unicenter, hecho vinculado a una venganza del narcotráfico
colombiano. Y el sospechoso sobreseimiento a Daniel Gustavo Vila, el
secretario general del gremio de Carga y Descarga de camiones del
Mercado Regional de La Plata. Acorralado por estas denuncias y a punto
de ser destituido, Melazo renunció a su cargo en junio del año pasado.
La actual causa por la que Melazo termina detenido se inició con la
muerte de un ladrón en La Plata en lo que, se sospecha, fue un ajuste de
cuentas por haber cometido un millonario robo y no compartir el botín
con la megabanda de policías y barras que integraba. La mujer del
fallecido denunció que esa banda ejecutaba planes delictivos cuando
Melazo era el juez de turno.
El procurador de la Provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand,
aseguró que "hay personas de mucho peso involucradas" en esta causa. En
tanto, destacó que se trata de "la causa más importante que
enfrentamos". Además, añadió que se le secuestraron al ex juez 14 armas,
10 de ellas no registradas. El procurador mencionó que dentro de los
delitos cometidos por la banda figuran coacción, coacción agravada y
extorsión, además de confirmar que en la misma había barrabravas. Melazo
siempre fue sospechado por su enorme crecimiento patrimonial durante su
gestión como magistrado.Una fuente judicial reveló que "el rompecabezas
está casi armado. Pero aún faltan algunas piezas de peso que pueden
sorprender".
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