viernes, 19 de junio de 2009

EL MIEDO LOS CARCOME

Tras la muerte de Fineschi, vecinos del centro de
Quilmes denunciaron una temible ola delictiva


El terror volvió a Quilmes. En las últimas horas se desató una ola de indignación vecinal por la muerte del padre y abuelo de dos corredores de autos, quien murió de un infarto a raíz de un asalto del que fue víctima en su casa, ubicada en la zona céntrica.
Según pudo establecer Infosur en fuentes confiables, 30 ancianos mueren al mes en el conurbano bonaerense a raíz de ataques violentos.
Ayer Oscar Fineschi, ex piloto de las categorías Turismo Nacional, Turismo Carretera, TC 2000 y Fórmulas, no salía de su estupor por el trágico final de su padre, jubilado, de 75 años y con el mismo nombre, quien falleció después de vivir un verdadero calvario a manos de tres delincuentes, entre ellos una mujer, que ingresaron a robar a cu casa con la excusa del cuento del tío.
Los Fineschi son una familia muy querida en Quilmes, por lo que la noticia conmocionó a todo un vecindario que salió a manifestar airadamente su clamor de justicia.
Simultáneamente, el trágico episodio no hizo más que desnudar paralelamente un drama que viven en carne propia los pobladores de la zona céntrica.
Por los testimonios que pudo recoger Infosur en el lugar de los hechos, la mayoría de los entrevistados coincidieron en señalan en que “este no es un caso aislado. Ya desde hace mucho tiempo que convivimos con el peligro. La zona parece liberada, es tierra de nadie y escenario de continuos ataques delictivos. Lamentablemente lo que le sucedió a Fineschi, fue el detonante de un final anunciado”, señalaron los vecinos.
OLA DELICTIVA
En tal sentido se denunció que “aquí los patrulleros brillan por su ausencia y los delincuentes, ante la falta de vigilancia, atacan nuestras viviendas a toda hora del día. Ya no hay rejas, ni alarmas que los contengan. Actúan con total impunidad, porque saben que en esta zona vive gente de sólida situación económica”.
Los vecinos manifestaron a Infosur que “ni los chicos de salvan, ya que hasta cuando vuelven de la escuela les arrebatan sus mochilas. Aunque tienen miedo de dar a conocer sus nombres por el temor a represalias, los pobladores coincidieron en señalar que “hasta aquí llegan delincuentes que se ocultan en las villas de la periferia del partido. La policía sabe quienes son. Con solo verles las caras, uno se da cuenta que se trata de delincuentes, en su mayoría drogados y dispuestos a todo. Sabemos que a Fineschi lo sometieron a un terrible tormento y le pegaron despiadadamente, sin tener en cuenta que se trataba de un anciano. En esta zona se producen entre 6 y 10 robos por día y hay gente que ya ni los denuncia, porque la policía no hace nada. Ahora nos dijeron que la detención de los atacantes de Fineschi es cuestión de horas, porque tienen el agua al cuello y saben que no vamos a parar hasta que el hecho se esclarezca y haya justicia. Si es necesario hacer marchas, lo vamos a hacer, porque todos estamos en peligro”, señalaron los indignados pobladores.
DRAMATICO RELATO
Ayer el corredor Oscar Fuschi, visiblemente consternado contó que sus padres se encontraban en la casa donde vivían, situada en Lavalle y Alberdi, de Quilmes, cuando fueron engañados por tres hombres y una mujer, mediante un "cuento del tío".
De esta manera, los delincuentes lograron ingresar a la vivienda y comenzaron a golpear al hombre con el fin de que les revelara dónde guardaba dinero u objetos de valor.
Según el piloto, tras la golpiza, los ladrones huyeron y su padre se descompuso, por lo que fue trasladado al hospital local, pero en el camino sufrió un infarto y falleció.
La víctima es también abuelo de Adrián Fineschi, quien participó el domingo último en la competencia de TC 2000 que se corrió en Termas de Río Hondo, denominada "Carrera de Larga Duración".
Este hecho se suma a la gran cantidad de episodios de similares características que se vienen registrando en todo el gran Buenos Aires, en donde las estadísticas marcan que 30 ancianos fallecen por mes, al ser víctimas de situaciones violentas en ilícitos.
Oscar Fineschi padre y su esposa Gladys Sistiani fueron engañados en su domicilio, ubicado en la calle Lavalle al 300, entre Alberdi y Conesa, por una mujer que dijo ser “amiga de la familia” y en ese momento, tres sujetos interrumpieron la charla, empujando al matrimonio a los gritos y profiriendo amenazas de muerte, mediante el uso de armas de fuego.
UN TORMENTO
Una vez que los delincuentes lograron ganar el interior de la casa, en pocos minutos, maniataron a la pareja de ancianos en una de las habitaciones, no sin antes arremeter contra ellos a patadas y golpes. Luego, tras revolver todas las dependencias de la vivienda, se alzaron con una suma de dinero -que no fue suministrada-, pequeños electrodomésticos, joyas y otros elementos costosos.
Una vez logrado el botín, los delincuentes que de acuerdo a los testimonios parecían como drogados, se dieron a la fuga a bordo de una camioneta Renault Kangoo.
Después de un gran esfuerzo y aún con el dolor en el cuerpo por los golpes recibidos, el matrimonio Fineschi logró desatarse de las ataduras. Según lo que pudo establecer Infosur, luego sobrevino la situación más dramática. Fineschi, visiblemente afectado por el martirio sufrido, alcanzó a balbucear y le pidió a su esposa que le alcanzara las pastillas para la afección cardíaca que padecía desde hacía tiempo.
No obstante, ser asistido cuando se dio cuenta del hecho a las autoridades policiales, Fineschi padre sufrió un infarto, cuando era trasladado a un centro asistencial, que derivó en un paro cardíaco, producto de la tensión del momento, que debió afrontar en su domicilio.
ANGUSTIOSO
Ayer se pudo saber que Gladys, la esposa de Fineschi fue la primera en desatarse cuando los ladrones se fueron. En esos momentos, Oscar, su marido, empezaba a sentirse mal. Empalideció y comenzó a sentir un fuerte dolor en el pecho.
Gladys presagió lo peor y logró liberarlo. Luego lo cargó como pudo hasta la cocina. Oscar por entonces jadeaba y se le daba vuelta la lengua. Necesitaba urgentemente sus pastillas, esas que tomaba desde hacía tiempo por la afección cardíaca que sufría.
Ella empezó a buscarlas, pero la casa había quedado convertida en un verdadero campo de batalla por el robo y no las encontró. Entonces llamó a la ambulancia, pero tardó mucho en llegar, según señalaron los vecinos y su esposo murió en el trayecto de un paro cardíaco.
El trágico episodio se desató cuando las agujas del reloj marcaban las 14.30. En esos momentos una mujer llamó a la puerta. Apenas entornándola, Gladys Sistiani, de 70 años le preguntó qué necesitaba. La mujer le dijo que era amiga de sus hijos, que tenía que viajar y necesitaba que le prestara unos pesos. Gladis se sintió conmovida y le abrió la puerta. Alí entonces comenzaría el infierno, cuando detrás de la mujer entraron tres hombres. Se mostraron sumamente agresivos, como si estuvieran drogas, le relató luego Gladys a los policías de la Comisaría 1° de Quilmes.
La empujaron y la zamarrearon. Su marido escuchó lo que pasaba y se asomó al living. Los dos terminaron atados de pies y manos en el suelo, escuchando insultos y amenazas. Mientras uno de los ladrones los vigilaba, los otros tres revolvieron toda la casa, hasta que encontraron algunas joyas y dinero. Luego fugaron y Quilmes quedó sumida en la peor de las pesadillas, con el sabor amargo de lo que le ocurrió a Fineschi, mañana le puede pasar a cualquiera.

No hay comentarios: