martes, 10 de febrero de 2009

NOCHES NEGRAS

Más de 100 jóvenes de la región resultan heridos
semanalmente durante riñas en los boliches


Por Jorge Joury (De la redacción de Infosur)


Ojos en compota. Dientes rotos. Fracturas en todo el cuerpo. Botellas, manoplas y cuchillos, son las armas de guerra. La violencia entre los adolescentes se ha transformado en una verdadera epidemia que crece a pasos agigantados y que logra su máxima expresión en lo que podríamos denominar las noches negras. Las estadísticas a las que tuvo acceso Infosur, ponen los pelos de punta. Más de 100 jóvenes son atendidos semanalmente por heridas recibidas a la salida de los boliches en los hospitales de la región sur. Pero además la pesadilla se ha trasladado a la Costa, donde ya 15 chicos murieron en su mayoría ahogados por arrojarse al mar tras la ingesta de alcohol, aunque otros perdieron la vida en brutales riñas ocurridas en San Bernardo. Tanto esta localidad balnearia, como Pinamar, han sido escenario de episodios sangrientos, que ocuparon las tapas de los diarios.
Pero mientras los chicos admiten que son más proclives a la agresión, los especialistas consultados por este medio atribuyen el problema a la ausencia de modelos, la falta de respeto a las autoridades policiales y el consumo de alcohol. A través de la página web de Infosur llegó un relato verdaderamente desgarrante que desnuda a todas luces el corolario de las noches violentas, lo cual nos llevó a realizar la siguiente investigación.
“Nos dieron como en la guerra. A mí me golpearon la cabeza contra el poste de uno de los palos de luz y a mi amigo lo agarraron entre diez, a piñas y a patadas. Cuando pudimos más o menos pararnos salimos corriendo para el lado de la estación de Quilmes, pero tres de ellos nos encontraron a una cuadra y media. Ahí me rompieron una costilla, y la verdad no sé porqué. Ellos bardean que los miramos mal, pero nada que ver. Nosotros nos les hicimos nada”. El testimonio pertenece a Marcelo y su apellido se mantiene en reserva por razones legales, pero basta con mirar hacia atrás y posar la vista en noticias que cada vez son más constantes en las páginas de los diarios, para confirmar que quienes aseguran que la noche está “pesada” transparentan a todas luces una descarnada realidad.
Según consultas efectuadas en medios policiales sólo en los últimos meses y en la región, tres jóvenes murieron y otros resultaron gravemente heridos durante o después de peleas que se generaron en los alrededores de los boliches de la zona. El 21 de junio del año pasado, dos chicos debieron ser hospitalizados luego de ser apuñalados en la puerta de un local bailable de Monte Grande. El 11 de octubre un joven murió y otro resultó herido cuando fueron atacados a balazos desde el interior de un automóvil a la salida de un boliche en la misma localidad, y el 23 de noviembre un adolescente fue asesinado de un balazo al ser atacado a tiros por otros dos pares con los que se había peleado a golpes en un local bailable de Lanús.
Pero allí no termina la pesadilla. El primer día de este año, otro joven fue asesinado también en Lanús, a la salida de un recital, después de una pelea que inició con otro por una chica, cosa que antes, si es que pasaba a mayores, a lo sumo llegaba a las manos.

INTOLERANCIA

A criterio de los especialistas consultados por Infosur, hoy la noche expresa la agresividad de los adolescentes, que en ocasiones, se dora a fuego lento al calor de la “previa”, del alcohol y de una intolerancia que puede ser “ni más ni menos que el ejemplo que emana de la sociedad que construyen los adultos”.Quienes trabajan con jóvenes proponen no centrarse tanto en los hechos sino en las causas que los disparan. Los chicos consultados por Infosur admiten que” hoy te vas a las manos por cualquier cosa. Por minas, porque miraste mal a uno, por un empujón, por cualquier gilada. Lo primero que viene es el insulto, entonces explotás vos, saltan tus amigos, se suma el otro, los amigos del otro y la situación deriva en una batalla campal. Es común, y creo que es porque medís fuerza, te hacés notar”, relata Diego de Florencio Varela, que atribuye estas circunstancias al descontrol reinante.Los especialistas encuentran respuestas a estos hechos en los modelos sociales. En tal sentido, la psicóloga Graciela López Tarragona señalo a Infosur que “vivimos en una sociedad que está atravesada por la violencia, que se ha hecho algo cotidiano. No sé si podemos decir que entre los jóvenes la violencia es una moda, pero sí podemos afirmar que es un hecho cultural. Por otra parte, el adolescente es transgresor estructuralmente, y eso influye”, agregó.
PERDIO A SU HIJO

Infosur consultó además recogió el testimonio de quienes han vivido el dolor en carne propia, como el caso de Oscar Castellucci, que perdió a su hijo Martín, a manos de un patovica en la noche de Lanús. A partir de allí creó una asociación que se dedica a prevenir la violencia entre y contra los jóvenes, encontrar las razones que desatan la ira de los adolescentes implica que cada sector de la sociedad se mire a sí mismo, y se haga cargo de la parte de la responsabilidad que le toca.“No está mal repetir que la violencia entre los chicos está instalada, pero sí es un error no profundizar en las causas que la generan. Nosotros hablamos de dos tipos de violencia, la violencia horizontal y la vertical. La primera es la que se expresa a través de la pelea entre pares, que es la que suele mostrarse, y si uno no la pone en coordenadas completas termina en la deducción de que los jóvenes son violentos per se”, dijo.“Sin embargo, esto hay que leerlo desde otro ángulo, que es la violencia vertical, esa que genera el sistema. Los jóvenes lo que hacen es reproducir el modelo de sociedad que hacemos los adultos, por eso, la violencia se plantea a veces como una alternativa al diálogo y como una manifestación de la intolerancia, y eso es un ejemplo que se toma de los grandes. Lo que pasa, es que no nos gusta la imagen de nosotros mismos que nos devuelven los chicos, por eso preferimos romper el espejo, y no mirar”, puntualizó.Por su parte psicólogos, psiquiatras y especialistas aseguraron que entender porqué se desatan las grescas entre jóvenes o porqué los chicos llegan a la agresión física -a veces ante el más mínimo estímulo- implica correr la mirada de la puerta del boliche o de los bares y trasladarla a las redes de contención más básicas y a su estado de situación: “La familia, la escuela y las instituciones en general muchas veces ya no son una red de contención para los adolescentes”, advirtieron.
EN CRISIS

A todo esto, Castellucci, visiblemente consternado manifestó que en muchos casos los jóvenes actuales crecen a la sombra de la ausencia casi total de paradigmas y del descreimiento en estratos superiores, como los gobiernos o las propias leyes.“No podemos negar que hoy la escuela, la familia y las instituciones están desdibujadas. Lo que se diluyen son los modelos, y por causas también muy complejas, pero que tienen que ver con la sociedad que hacemos los grandes. Una de esas razones que explica este fenómeno es el abandono de la autoridad y de los límites en la familia, en los colegios y en el resto de las instituciones, aunque también hay una pérdida de autoridad por parte de aquellos que deberían mantenerla, como es la Policía o la Justicia”, remarcó.
DEGRADACION

Castellucci fue más allá en su explicación y agregó que “cuando uno está inserto en un modelo social donde no hay un paradigma claro en la familia ni en las instituciones educativas, y donde el rol de otras instituciones está totalmente degradado, pedirle a los jóvenes que se comporten de acuerdo a paradigmas que no existen es algo verdaderamente ilógico”.Pero hay que ir más un poco más lejos de las burbujas para comprender que más allá de los análisis, la noche tiene realidades palpables, modas y hábitos que pueden volverla más difícil todavía.
Daniel de Quilmes señaló a Infosur que “la guerra empieza después de las cinco de mañana, cuando salís del boliche y hay muchos que ya están desbordados por el alcohol. Capáz que a las dos acccidentalmente empujaste a alguien y se la bancó. Pero si lo hacés a las cuatro, cuando tiene nueve o diez vasos de cerveza encima, la cosa cambia, porque reacciona violentamente y puede generar una situación sangrienta”.Carolina, de Avellaneda coincide con el anterior testimonio al sostener que”gran parte de la explicación a la violencia está en el alcohol. Hoy te juntás a tomar antes de ir a bailar, después tomas afuera, y es obvio que a las seis de la mañana estás dado vuelta. Muchos chicos y chicas, borrachos, que además hacen mezclas con psicofármacos no median palabra, y van directo a los golpes”, resaltó.

LAS DROGAS

Los profesionales consultados por este medio también consideran que el consumo de bebidas alcohólicas y, en casos más aislados, de drogas, puede ser uno de los factores que invitan a la violencia a salir a la calle, en especial durante los fines de semana. “Hoy en día los chicos tienen como moda hacer la ‘previa’, que es juntarse en la casa de algún amigo, antes de salir, y empezar a tomar alcohol, y esto impacta luego en sus conductas”, señaló el psiquiatra Francisco Balmaceda.“Los adolescentes no dicen que consumen para ser violentos, pero argumentan que tomar es una forma de desinhibirse, y es cierto, pero ese es sólo uno de los efectos que puede producir el alcohol, porque en algunos casos también despierta la impulsividad y la agresividad. ¿Qué pasa entonces?, cuando llegan al boliche están con plena acción de lo que consumieron y ante cualquier disturbio están hiperactivos y reaccionan mal”, manifestó.Las autoridades de los centros de salud de la región también corroboran que el consumo de bebidas “hace estragos” y es el factor común en la causa de muchas riñas que dejan un saldo semanal de más de cien heridos.

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