Sembrando hacia las legislativas de octubre
de la mano de la Tercera Sección electoral
Por Jorge Joury
El panorama político bonaerense con miras a las elecciones legislativas de octubre se presenta a todas luces, recargado de alianzas y traiciones. La madre de las batallas, como se ha señalado desde esta columna, será la populosa Tercera Sección electoral, que concentra el 34,4% de la población, en 19 distritos. A criterio de los observadores, este territorio se ha transformado en un verdadero tablero de ajedrez político que, a siete meses de las elecciones, presagia una dura lucha. No obstante, hay que destacar que los principales caciques del kirchnerismo, difícilmente sufran los efectos de cambios sustanciales en sus distritos, a la luz del panorama de obras que han puesto en ejecución y el aparato de ayuda social, sobre el que se trabaja denodadamente, especialmente para atenuar los efectos de la crisis global.
CONDIMENTOS
Hoy el escenario presenta jugosos condimentos, en medio de duros cruces y peleas. En lo que atañe a los disidentes K, intentan consolidar un armado político poderoso, aunque por el momento en un marco de pujas, disidencias y falta de propuestas concretas, que terminan favoreciendo al oficialismo.
Ello alienta al jefe del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, a intensificar las acciones de su tropa, para que la opinión pública detecte que el modelo de crecimiento se halla plenamente vigente y que por el momento sus adversarios no muestran planes superadores.
El acercamiento con el campo, ha fortificado la imagen del gobierno en la última semana, ya que transmitió una señal de diálogo que estaba interrumpido y bajó la temperatura angustiante de la ciudadanía, que a todas luces no estaba dispuesta a sufrir los efectos de otro paro, en medio del caótico panorama de los cortes de ruta. Aunque el gobierno no cederá en el tema retenciones, lo cual le significa un ingreso de más de 15 mil millones de pesos, lo que le permite continuar con su plan de crecimiento, sí lo hará sobre otras cuestiones cruciales para el sector, como lo son carnes, trigo y lechería. La inesperada presencia de Cristina Fernández de Kirchner en la mesa de negociaciones, fue más que una señal para descomprimir el conflicto. El gobierno sabe que el objetivo es aquietar las aguas y sembrar un camino de tranquilidad interna, sembrando con miras a octubre. En este caso, la vía parlamentaria jugará un papel crucial para materializar los reclamos y obtener los equilibrios a que apunta el Estado Nacional.
Mientras tanto, la imagen del vicepresidente Julio Cobos -aquel que, como pidiendo disculpas, se animó a decirle “mi voto no es positivo” a Cristina Kirchner- también intenta ganar adeptos en un territorio netamente peronista. Una tarea realmente difícil en zonas como Avellaneda, La Matanza, Berazategui, Florencio Varela, Lomas de Zamora y Almirante Brown, donde el ejercito K se halla intacto y velando las armas para la gran batalla. Igualmente, la misión cobista es recuperar la “mística del ‘83”, que llevó a un histórico del radicalismo, Raúl Alfonsín, a la presidencia. No obstante, aún se observa a un Cobos indeciso, que al decir del cordobés Luis Juez, sino se define rápidamente, “la foto se le pondrá amarilla”.
Repasando la geografía territorial, en Avellaneda también podrían producirse algunas fugas del FpV, aunque no del todo gravitantes. Si bien los concejales Hernán Doval y Daniel García, provenientes del Sindicato de Municipales -uno de los gremios más importantes de la zona- se reconocen como “fieles” al kirchnerismo, su faltazo al último plenario del Partido Justicialista, encabezado por Néstor Kirchner, no pasó desapercibido. Y hasta tuvieron que salir a justificarse, argumentando tener “serias diferencias” con el intendente Baldomero Alvarez de Olivera.
EN QUILMES
Por su parte en Quilmes, la batalla real en el Concejo deviene de la guerra que sostienen el intendente, Francisco “Barba” Gutiérrez y el ministro de Justicia, Aníbal Fernández. A partir del acuerdo entre los tres mosqueteros (Felipe Solá, Mauricio Macri y Francisco De Narváez) la pelea se centró en formar una alianza que le permita al “Barba” sostener la mayoría en el poder legislativo local.
En este caso no se trata de una tarea fácil, ya que necesita aliar sus tres ediles, más los cuatro de Causa Popular (el bloque vinculado al diputado provincial Daniel Gurzi), los cuatro de Aníbal, y los dos del ex legislador Eduardo Camaño. Así sumaría 13 contra los 11 de la oposición, integrada por cuatro de la Coalición Cívica, cuatro que reportan al ex intendente Sergio Villordo y cuatro de Unión PRO.
El rumor que corre en los pasillos del Deliberante, señala que “el Concejo está en ebullición”: la nueva alianza del PJ disidente obliga al PRO a acordar con Villordo.
Ante un posible acuerdo entre los kirchneristas, Gurzi es quien mayores expectativas le pone, bajo el argumento de unificar los distintos sectores K. La resistencia es fuerte en el Polo Social, sector que regentea el intendente y que según pudo saberse, planifica un frente con los sectores progresistas, con movimientos sociales.
EN LOMAS
Mientras tanto, fiel a su historia de desencuentros, hoy Lomas de Zamora presenta un Concejo absolutamente convulsionado, con un oficialismo contenido, hasta la fecha, en 14 ediles. Las bancadas se distribuyen entre el FpV, el PJ, la Concertación K y Propuesta Republicana.
En la otra vereda, se aliaron en interbloque, y con expectativas de más, dos de Unión PRO (Sebastian Leporace, de De Narváez; y Pablo Portel, de Macri); Ricardo Mattiuzzi (de Recrear); Eduardo Amalvy y Diego Cordera (del PJ de Progreso Social); y Luis Ajmechet (un justicialista que se fue del oficialismo).
Están, además, la oposición conformada por la CC (con dos representantes); un cobista; y un kirchnerista (integrante de Libres del Sur, que se apartó del bloque, pero no tiene intenciones de armar con el felipismo).
EN VARELA
Florencio Varela es hoy, a criterio de los analistas políticos, uno de los bastiones más fuertes del Kirchnerismo. El actual intendente, Julio Pereyra, considerado uno de los hombres más cercanos a la mesa del poder, cuenta con una intención de voto difícil de vulnerar, a la luz de las importantes obras que puso en marcha y otras que ya materializó en su distrito y en donde piensa coronar con el nuevo Parque Industrial, un ambicioso proyecto de crecimiento que generará numerosas fuentes de trabajo para su potencial electorado. Además el jefe comunal puede exhibir un territorio sólido en materia de seguridad, hoy una de las cuestiones más sensibles para la opinión pública. Aunque Pereyra suele revelar en público, “que las elecciones siempre han sido difíciles” y permanentemente apunta a poner de relieve el trabajo de la militancia, Varela, con casi 400 mil habitantes, se muestra como otra de las ciudadelas del oficialismo, difícil de vulnerar.
BERAZATEGUI
En cuanto al panorama en Berazategui, el felipismo decidió poner todos sus cañones sobre la gestión Juan José Mussi. Como primer paso, cuatro de los seis concejales del bloque del FpV se reordenaron en el sector disidente. Se trata de Jorge y Alejandro Sívori, Mario Giacobbe y Eduardo Acevedo. Los dos restantes eligieron quedar al margen, apoyando al jefe comunal.
Pero la tarea no será fácil para la oposición, ya que Mussi conserva una aplastante mayoría, con 15 ediles en el bloque PJ, más los dos mencionados y un concejal de la UOM (de Francisco Gutiérrez). El ARI tiene dos. Además Mussi puede exponer con obras y crecimiento constante en el distrito, hoy las llaves que muestran a su gestión con un blindaje a prueba de balas.
EN BROWN
Otro que ha adquirido singular impulso en los últimos tiempos, es el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, quien recibió una inyección de recursos departe del gobierno nacional y hasta contó el apoyo directo de la propia presidenta Cristina Fernández y de su esposo, quienes desembarcaron en Brown con el visible intento de alambrar el territorio, para impedir posibles fugas hacia la oposición, exhibiendo a todas luces un plan de obras que reclamaba la ciudadanía.
LA MATANZA
En La Matanza también existen contactos con el PJ disidente, pero los observadores aseguran que no habrá pases significativos, ni inmediatos. Así señalan la situación del populoso bloque oficialista, integrado por 17 ediles, al que se sumó Silvio Klein, de Acción Bonaerense. Ese sector se muestra compacto, leal a la jefatura local del intendente Fernando Espinoza, quien territorialmente responde a su jefe político, el vicegobernador Alberto Balestrini. La provincia dentro de una provincia, como suele denominarse a La Matanza por su densidad demográfica, será quien termine poniendo sobre la mesa la carta decisiva de votos en octubre, donde virtualmente se puede definir la elección a favor del oficialismo.
En ese distrito, es Julio Ledesma, referente de De Narváez, quien arma la tropa disidente que cuenta con tres concejales. Está, además, el duhaldista Ariel Martínez, enemistado con el vicegobernador; y dos unibloques: SI y la Coalición Cívica.El camino aún es largo y puede deparar sorpresas. Pero el gobierno en un virtual cambio de rumbo dialoguista, parece dispuesto a no ceder terreno, para que nadie perturbe la mayor de sus cosechas. En la balanza nacional, aunque haya reveses en algunas provincias, Buenos Aires puede inclinar la balanza a nivel nacional para consolidar la hegemonía del oficialismo.
de la mano de la Tercera Sección electoral
Por Jorge Joury
El panorama político bonaerense con miras a las elecciones legislativas de octubre se presenta a todas luces, recargado de alianzas y traiciones. La madre de las batallas, como se ha señalado desde esta columna, será la populosa Tercera Sección electoral, que concentra el 34,4% de la población, en 19 distritos. A criterio de los observadores, este territorio se ha transformado en un verdadero tablero de ajedrez político que, a siete meses de las elecciones, presagia una dura lucha. No obstante, hay que destacar que los principales caciques del kirchnerismo, difícilmente sufran los efectos de cambios sustanciales en sus distritos, a la luz del panorama de obras que han puesto en ejecución y el aparato de ayuda social, sobre el que se trabaja denodadamente, especialmente para atenuar los efectos de la crisis global.
CONDIMENTOS
Hoy el escenario presenta jugosos condimentos, en medio de duros cruces y peleas. En lo que atañe a los disidentes K, intentan consolidar un armado político poderoso, aunque por el momento en un marco de pujas, disidencias y falta de propuestas concretas, que terminan favoreciendo al oficialismo.
Ello alienta al jefe del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, a intensificar las acciones de su tropa, para que la opinión pública detecte que el modelo de crecimiento se halla plenamente vigente y que por el momento sus adversarios no muestran planes superadores.
El acercamiento con el campo, ha fortificado la imagen del gobierno en la última semana, ya que transmitió una señal de diálogo que estaba interrumpido y bajó la temperatura angustiante de la ciudadanía, que a todas luces no estaba dispuesta a sufrir los efectos de otro paro, en medio del caótico panorama de los cortes de ruta. Aunque el gobierno no cederá en el tema retenciones, lo cual le significa un ingreso de más de 15 mil millones de pesos, lo que le permite continuar con su plan de crecimiento, sí lo hará sobre otras cuestiones cruciales para el sector, como lo son carnes, trigo y lechería. La inesperada presencia de Cristina Fernández de Kirchner en la mesa de negociaciones, fue más que una señal para descomprimir el conflicto. El gobierno sabe que el objetivo es aquietar las aguas y sembrar un camino de tranquilidad interna, sembrando con miras a octubre. En este caso, la vía parlamentaria jugará un papel crucial para materializar los reclamos y obtener los equilibrios a que apunta el Estado Nacional.
Mientras tanto, la imagen del vicepresidente Julio Cobos -aquel que, como pidiendo disculpas, se animó a decirle “mi voto no es positivo” a Cristina Kirchner- también intenta ganar adeptos en un territorio netamente peronista. Una tarea realmente difícil en zonas como Avellaneda, La Matanza, Berazategui, Florencio Varela, Lomas de Zamora y Almirante Brown, donde el ejercito K se halla intacto y velando las armas para la gran batalla. Igualmente, la misión cobista es recuperar la “mística del ‘83”, que llevó a un histórico del radicalismo, Raúl Alfonsín, a la presidencia. No obstante, aún se observa a un Cobos indeciso, que al decir del cordobés Luis Juez, sino se define rápidamente, “la foto se le pondrá amarilla”.
Repasando la geografía territorial, en Avellaneda también podrían producirse algunas fugas del FpV, aunque no del todo gravitantes. Si bien los concejales Hernán Doval y Daniel García, provenientes del Sindicato de Municipales -uno de los gremios más importantes de la zona- se reconocen como “fieles” al kirchnerismo, su faltazo al último plenario del Partido Justicialista, encabezado por Néstor Kirchner, no pasó desapercibido. Y hasta tuvieron que salir a justificarse, argumentando tener “serias diferencias” con el intendente Baldomero Alvarez de Olivera.
EN QUILMES
Por su parte en Quilmes, la batalla real en el Concejo deviene de la guerra que sostienen el intendente, Francisco “Barba” Gutiérrez y el ministro de Justicia, Aníbal Fernández. A partir del acuerdo entre los tres mosqueteros (Felipe Solá, Mauricio Macri y Francisco De Narváez) la pelea se centró en formar una alianza que le permita al “Barba” sostener la mayoría en el poder legislativo local.
En este caso no se trata de una tarea fácil, ya que necesita aliar sus tres ediles, más los cuatro de Causa Popular (el bloque vinculado al diputado provincial Daniel Gurzi), los cuatro de Aníbal, y los dos del ex legislador Eduardo Camaño. Así sumaría 13 contra los 11 de la oposición, integrada por cuatro de la Coalición Cívica, cuatro que reportan al ex intendente Sergio Villordo y cuatro de Unión PRO.
El rumor que corre en los pasillos del Deliberante, señala que “el Concejo está en ebullición”: la nueva alianza del PJ disidente obliga al PRO a acordar con Villordo.
Ante un posible acuerdo entre los kirchneristas, Gurzi es quien mayores expectativas le pone, bajo el argumento de unificar los distintos sectores K. La resistencia es fuerte en el Polo Social, sector que regentea el intendente y que según pudo saberse, planifica un frente con los sectores progresistas, con movimientos sociales.
EN LOMAS
Mientras tanto, fiel a su historia de desencuentros, hoy Lomas de Zamora presenta un Concejo absolutamente convulsionado, con un oficialismo contenido, hasta la fecha, en 14 ediles. Las bancadas se distribuyen entre el FpV, el PJ, la Concertación K y Propuesta Republicana.
En la otra vereda, se aliaron en interbloque, y con expectativas de más, dos de Unión PRO (Sebastian Leporace, de De Narváez; y Pablo Portel, de Macri); Ricardo Mattiuzzi (de Recrear); Eduardo Amalvy y Diego Cordera (del PJ de Progreso Social); y Luis Ajmechet (un justicialista que se fue del oficialismo).
Están, además, la oposición conformada por la CC (con dos representantes); un cobista; y un kirchnerista (integrante de Libres del Sur, que se apartó del bloque, pero no tiene intenciones de armar con el felipismo).
EN VARELA
Florencio Varela es hoy, a criterio de los analistas políticos, uno de los bastiones más fuertes del Kirchnerismo. El actual intendente, Julio Pereyra, considerado uno de los hombres más cercanos a la mesa del poder, cuenta con una intención de voto difícil de vulnerar, a la luz de las importantes obras que puso en marcha y otras que ya materializó en su distrito y en donde piensa coronar con el nuevo Parque Industrial, un ambicioso proyecto de crecimiento que generará numerosas fuentes de trabajo para su potencial electorado. Además el jefe comunal puede exhibir un territorio sólido en materia de seguridad, hoy una de las cuestiones más sensibles para la opinión pública. Aunque Pereyra suele revelar en público, “que las elecciones siempre han sido difíciles” y permanentemente apunta a poner de relieve el trabajo de la militancia, Varela, con casi 400 mil habitantes, se muestra como otra de las ciudadelas del oficialismo, difícil de vulnerar.
BERAZATEGUI
En cuanto al panorama en Berazategui, el felipismo decidió poner todos sus cañones sobre la gestión Juan José Mussi. Como primer paso, cuatro de los seis concejales del bloque del FpV se reordenaron en el sector disidente. Se trata de Jorge y Alejandro Sívori, Mario Giacobbe y Eduardo Acevedo. Los dos restantes eligieron quedar al margen, apoyando al jefe comunal.
Pero la tarea no será fácil para la oposición, ya que Mussi conserva una aplastante mayoría, con 15 ediles en el bloque PJ, más los dos mencionados y un concejal de la UOM (de Francisco Gutiérrez). El ARI tiene dos. Además Mussi puede exponer con obras y crecimiento constante en el distrito, hoy las llaves que muestran a su gestión con un blindaje a prueba de balas.
EN BROWN
Otro que ha adquirido singular impulso en los últimos tiempos, es el intendente de Almirante Brown, Darío Giustozzi, quien recibió una inyección de recursos departe del gobierno nacional y hasta contó el apoyo directo de la propia presidenta Cristina Fernández y de su esposo, quienes desembarcaron en Brown con el visible intento de alambrar el territorio, para impedir posibles fugas hacia la oposición, exhibiendo a todas luces un plan de obras que reclamaba la ciudadanía.
LA MATANZA
En La Matanza también existen contactos con el PJ disidente, pero los observadores aseguran que no habrá pases significativos, ni inmediatos. Así señalan la situación del populoso bloque oficialista, integrado por 17 ediles, al que se sumó Silvio Klein, de Acción Bonaerense. Ese sector se muestra compacto, leal a la jefatura local del intendente Fernando Espinoza, quien territorialmente responde a su jefe político, el vicegobernador Alberto Balestrini. La provincia dentro de una provincia, como suele denominarse a La Matanza por su densidad demográfica, será quien termine poniendo sobre la mesa la carta decisiva de votos en octubre, donde virtualmente se puede definir la elección a favor del oficialismo.
En ese distrito, es Julio Ledesma, referente de De Narváez, quien arma la tropa disidente que cuenta con tres concejales. Está, además, el duhaldista Ariel Martínez, enemistado con el vicegobernador; y dos unibloques: SI y la Coalición Cívica.El camino aún es largo y puede deparar sorpresas. Pero el gobierno en un virtual cambio de rumbo dialoguista, parece dispuesto a no ceder terreno, para que nadie perturbe la mayor de sus cosechas. En la balanza nacional, aunque haya reveses en algunas provincias, Buenos Aires puede inclinar la balanza a nivel nacional para consolidar la hegemonía del oficialismo.
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