En la región funcionan
300 cocinas del Paco
Una Investigación de Jorge Joury
La droga es más que una presencia palpable en el conurbano y especialmente en la zona sur. Está a la vuelta de cada esquina y se aprovecha de la pobreza y la marginalidad, para reclutar voluntades en la cadena de consumo y comercialización.
Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, reveló a Infosur que en la región funcionan entre 250 y 300 cocinas del Paco, las que no necesariamente todas operan en las villas, sino también en departamentos. Izaguirre señaló a Avellaneda, Lanús, Quilmes y Lomas de Zamora, como las zonas rojas. Pero lo más dramático en la radiografía de Izaguirre, es la existencia de una verdadera tragedia, ya que muere un chico por día en la región a consecuencia del Paco.
Los datos recogidos en fuentes confiables, indican que en los últimos años creció diez veces la presencia del Paco en las villas y lo más preocupante, es que el 80 por ciento de sus residentes tienen vínculos con los narcotraficantes. Los “nidos” de los mercaderes de la muerte funcionan en el marco de la firme sospecha de cierta connivencia policial, política y judicial, según la visión de Izaguirre y por el momento resulta difícil de quebrar, pese al ímpetu que ha puesto para acabar con el flagelo el gobernador Daniel Scioli.
Teniendo en cuenta las denuncias Claudio Izaguirre, la evidencia atemorizante, es que se trata de un poder oculto, dentro del propio poder.
CAMINO A LA MUERTE
La edad de iniciación de los chicos dentro del Paco, oscila entre los 6 y 8 años y según Izaguirre, “cuando los pequeños están quemados, venden su cuerpo a cambio de dinero para comprar la droga”. Esto ocurre en las propias puertas de las villas y según el especialista, “se da el caso en que madres adictas, obligan a sus hijas a mantener sexo, a cambio de dinero para comprar la letal mercancía”.
Pero otro de los factores preocupantes, es que creció la violencia en torno al Paco, como quedó demostrado durante el último allanamiento en La Matera, que cobró la vida del subteniente Claudio Santillán, de 47 años, padre de cuatro hijos.
Por su parte el especialista en seguridad Luis Vicat, aseguró que “hay Paco en todas las villas”.
El paco está omnipresente en estos lugares, donde se lo comercializa, incluso en casas y comercios humildes como pueden ser almacenes o verdulerías, negocios en los cuales una pizarra que anuncia simplemente “se vende”, indica que allí es posible comprar esta droga.
CADENA DE COMPLICIDADES
Una Investigación de Jorge Joury
La droga es más que una presencia palpable en el conurbano y especialmente en la zona sur. Está a la vuelta de cada esquina y se aprovecha de la pobreza y la marginalidad, para reclutar voluntades en la cadena de consumo y comercialización.
Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, reveló a Infosur que en la región funcionan entre 250 y 300 cocinas del Paco, las que no necesariamente todas operan en las villas, sino también en departamentos. Izaguirre señaló a Avellaneda, Lanús, Quilmes y Lomas de Zamora, como las zonas rojas. Pero lo más dramático en la radiografía de Izaguirre, es la existencia de una verdadera tragedia, ya que muere un chico por día en la región a consecuencia del Paco.
Los datos recogidos en fuentes confiables, indican que en los últimos años creció diez veces la presencia del Paco en las villas y lo más preocupante, es que el 80 por ciento de sus residentes tienen vínculos con los narcotraficantes. Los “nidos” de los mercaderes de la muerte funcionan en el marco de la firme sospecha de cierta connivencia policial, política y judicial, según la visión de Izaguirre y por el momento resulta difícil de quebrar, pese al ímpetu que ha puesto para acabar con el flagelo el gobernador Daniel Scioli.
Teniendo en cuenta las denuncias Claudio Izaguirre, la evidencia atemorizante, es que se trata de un poder oculto, dentro del propio poder.
CAMINO A LA MUERTE
La edad de iniciación de los chicos dentro del Paco, oscila entre los 6 y 8 años y según Izaguirre, “cuando los pequeños están quemados, venden su cuerpo a cambio de dinero para comprar la droga”. Esto ocurre en las propias puertas de las villas y según el especialista, “se da el caso en que madres adictas, obligan a sus hijas a mantener sexo, a cambio de dinero para comprar la letal mercancía”.
Pero otro de los factores preocupantes, es que creció la violencia en torno al Paco, como quedó demostrado durante el último allanamiento en La Matera, que cobró la vida del subteniente Claudio Santillán, de 47 años, padre de cuatro hijos.
Por su parte el especialista en seguridad Luis Vicat, aseguró que “hay Paco en todas las villas”.
El paco está omnipresente en estos lugares, donde se lo comercializa, incluso en casas y comercios humildes como pueden ser almacenes o verdulerías, negocios en los cuales una pizarra que anuncia simplemente “se vende”, indica que allí es posible comprar esta droga.
CADENA DE COMPLICIDADES
"La masividad del consumo en las villas prescinde de "dealers" definidos y casi cualquier consumidor es a la vez distribuidor a terceros", sostuvo Vicat.Por su parte, el presidente de la Comisión de Adicciones y Narcotráfico de la legislatura bonaerense, Sebastián Cinquerrui, afirmó que el crecimiento del "paco es exponencial" y estimó que desde que empezó a instalarse el desecho de la pasta base a mediados de los noventa hasta ahora el aumento del consumo de esta sustancia es diez veces mayor".El legislador de la Coalición Cívica explicó que el avance del paco en el Conurbano fue tan grande que "se generalizó" y aseguró que "cuando uno va a los barrios, villas y asentamientos el 80 por ciento de sus residentes tiene vínculo" con esa sustancia."La respuesta habitual que se encuentra cuando recorremos esos barrios es que acá todos fuman paco".
En cuanto a la lucha que se da en la villas, Vicat sostuvo que "encuadra más en una guerra de pandillas", que en una pulseada de elementos del narcotráfico y lo definió como una situación mucho más cercana al enfrentamiento entre maras que a las hostilidades entre carteles pesados de la droga.
En cuanto a la lucha que se da en la villas, Vicat sostuvo que "encuadra más en una guerra de pandillas", que en una pulseada de elementos del narcotráfico y lo definió como una situación mucho más cercana al enfrentamiento entre maras que a las hostilidades entre carteles pesados de la droga.
CON LA MIRADA EN LOMAS
Emanuel Vázquez, hijo de Isabel, una de las fundadoras de la red de Madres contra el Paco, que integra una agrupación para rescatar a los jóvenes adictos a la pasta base de cocaína, fue asesinado recientemente en Lomas de cinco tiros en la espalda. Su caso es de pleno tinte mafioso, ya que el joven se dedicaba a rescatar de las garras del flagelo, a muchachos de la zona. En este caso, Claudio Izaguirre denunció que “la policía de la zona sabe quien es el criminal, un sujeto al que se conoce por el mote de “Chechu” y que maneja la distribución de la droga en la zona”.
“Chechu” hoy camina con absoluta impunidad por las calles de Budge y “nadie hace nada para detenerlo”, señala Izaguirre, quien centra sus sospechas “en la cadena de complicidades policiales”.Izaguirre confiesa que Emanuel Vázquez sacó a muchos chicos de la droga “y eso la mafia no lo perdona. Por eso lo asesinaron de la manera más cruel y hoy intentan confundir a la ciudadanía, alegando que fue en el marco de un confuso hecho de delincuencia común”.
Emanuel Vázquez, hijo de Isabel, una de las fundadoras de la red de Madres contra el Paco, que integra una agrupación para rescatar a los jóvenes adictos a la pasta base de cocaína, fue asesinado recientemente en Lomas de cinco tiros en la espalda. Su caso es de pleno tinte mafioso, ya que el joven se dedicaba a rescatar de las garras del flagelo, a muchachos de la zona. En este caso, Claudio Izaguirre denunció que “la policía de la zona sabe quien es el criminal, un sujeto al que se conoce por el mote de “Chechu” y que maneja la distribución de la droga en la zona”.
“Chechu” hoy camina con absoluta impunidad por las calles de Budge y “nadie hace nada para detenerlo”, señala Izaguirre, quien centra sus sospechas “en la cadena de complicidades policiales”.Izaguirre confiesa que Emanuel Vázquez sacó a muchos chicos de la droga “y eso la mafia no lo perdona. Por eso lo asesinaron de la manera más cruel y hoy intentan confundir a la ciudadanía, alegando que fue en el marco de un confuso hecho de delincuencia común”.
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