jueves, 12 de marzo de 2009

LA VIDA POR NADA

Los policías de la región ganan siete pesos
la hora, menos que el personal doméstico


Hoy la inseguridad es la preocupación mayor de la ciudadanía en toda la región. Pero la realidad de esta postal del miedo, tiene otra cara, que es necesario sacar a la luz para comprender también el cuadro de situación que hoy viven los policías bonaerenses, quienes a diario se juegan la vida para cobrar siete pesos la hora. Sí, es así como leyó, menos de lo que cobra el personal doméstico o una niñera, si tuviéramos que hacer una comparación.
Cabe señalar, como lo ha venido denunciando Infosur desde estas páginas, que en lo que va del año tres uniformados han sido asesinados, cuando las estadísticas de todo el 2008 muestran que hubo sólo 8 casos. Realmente preocupante, lo cual demuestra de cómo han crecido los niveles de violencia, principalmente por los efectos de la droga, que obliga a los delincuentes, incluidos menores, a aplicar la más temeraria de las consignas: a matar o morir. A través de esta investigación, vamos entrar el mundo de lo que podríamos calificar como una profesión en riesgo supremo.
LOS DATOS
Por la información que obtuvo Infosur en fuentes confiables, hoy el haber mínimo en la Fuerza alcanza apenas los $ 1.713, lo que representa $ 57 diarios y $ 7 por hora trabajada. Lo complementan con horas Cores y Adicionales y, por ello, llegan a trabajar hasta 16 horas.
El escaso ingreso obliga a los efectivos a trabajar hasta 16 horas diarias y a descansar de a ratos. Pero lo más grave es que a la luz de este panorama, tienen serias limitaciones para entrenarse o capacitarse, lo cual lo hace más vulnerables frente a la despiadada delincuencia. Hoy estos policías viven al límite, con el magro salario que perciben.
Haciendo un poco de historia, el problema salarial del sector no es reciente. Se remonta a varias gestiones que no han sabido encarar una política de profesionalización de la fuerza. Y eso conlleva, indefectiblemente, salarios dignos. Los especialistas en seguridad consultados por Infosur opinan que esta situación se podría mejorar en caso de la Provincia recibiera lo que le corresponde realmente en concepto de coparticipación.
DIFERENCIAS
En octubre pasado, cuando la Policía bonaerense recibió la última mejora salarial, se estableció que el salario mínimo para la Fuerza sea de $ 1.713. Si se lo divide por los 30 días del mes, quedan $ 57 diarios, lo que representa 7% por las ocho horas de trabajo patrullando en las calles del Conurbano, La Plata y el interior bonaerense.
A todo esto, el cuadro de situación de los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) es similar en cuanto a números, pero distinto respecto de la problemática -también compleja- que deben enfrentar diariamente.
Desde octubre pasado, la escala más baja de los policías se retribuye con un sueldo de $ 1.713, que de esta forma obtuvo un aumento de bolsillo de $ 193.
Esa escala mínima se incrementó en el personal policial que posee título secundario, que recibirá un salario de $ 1.765 operando un aumento de bolsillo de $ 200. En tanto, un Oficial de Policía del área administrativa tiene un mínimo de $ 1.383, a partir del último incremento real de bolsillo de $ 154.
SE JUEGAN TODO
En un balance práctico, lejos de los haberes de los superintendentes, que son beneficiados con un sueldo de bolsillo de casi $ 12.500, sin contar la antigüedad, o los comisionado del agrupamiento Comando, que tienen un ingreso de $ 8.312, el personal de menor jerarquía se juega la vida todos los días, trabajando jornadas completas en la calle por un ingreso mínimo.
Como apuntamos más arriba, con el saldo de tres efectivos asesinados a manos de delincuentes en lo que va del año, ya no caben dudas de que se trata del trabajo más insalubre y peligroso de la actualidad. Tal vez haya llegado el momento en que las autoridades, que hablan de profesionalizar la fuerza y de sumar uniformados al patrullaje y a las tareas de prevención, mejoren antes el marco de estos magros ingresos de los policías que los obliga a trabajar hasta 16 horas diarias, enfrentándose a los más temibles enemigos, entre ellos la presencia cada vez mayor del narcotráfico, que ha tendido sus redes por casi toda la zona sur, donde funcionan al menos 600 cocinas del Paco, como se ha venido denunciando desde estas páginas.
CAPACITARSE
Claudio Izaguirre, presidente de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, señaló que “en ese contexto, capacitarse, entrenarse, dedicarle tiempo a la familia o tener una vida normal aparte de la del uniforme, se convierte en una utopía. Las autoridades deberían tomar conciencia que hoy un policía se enfrenta al mayor de los enemigos, que es el narcotráfico, que cuenta con armas sofisticadas, redes de complicidades y que por esta situación de salarios paupérrimos, se compran voluntades dentro de la fuerza. Hoy los narcos acceden a información proporcionada por policías, quienes trabajaban para ellos y hasta les advierten de posibles allanamientos. Para evitar la cartelización, que es hacia donde vamos, hace falta dignificar a la policía y crear fuerzas especiales bien pagas, para combatir este tipo de delitos”, dijo Izaguirre.
DOS REGIMENES
Por otra parte, hoy “la tropa” elige entre dos regímenes laborales diferentes: trabajar ocho horas diarias con un franco semanal o el preferido, que es estar en funciones 16 horas diarias tomándose luego 32 horas de descanso. Vale aclarar que durante su franco, los policías continúan portando el arma reglamentaria e intervienen en cualquier situación de riesgo si se ven obligados a hacerlo.
Hoy los adicionales, para la supervivencia de estos hombres, están a la orden del día. Se ven obligados a realizar horas Cores y extras, para estar en comisarías o reforzar lugares comerciales, patrullajes en las calles y el servicio Polad, orientado a la custodia de edificios públicos, locales comerciales y bancos, como también el transporte de caudales.
A QUEMARROPA
Por todas las circunstancias enumeradas, hoy es un secreto a voces el malhumor reinante dentro de la fuerza. Ello provoca que surja malestar y rumores de protesta, que difícilmente lleguen a materializarse en un autoacuartelamiento, pero que son una seria advertencia para las autoridades.
En el más alto nivel del Ministerio de Seguridad bonaerense, existe marcada preocupación por las bajas recibidas en tan corto lapso del 2009. Es que en tan sólo ocho días del pasado mes de febrero tres uniformados de la Fuerza policial perecieron a manos de malvivientes.
Debemos recordar que a mediados del mes pasado, el teniente Aldo Garrido de 62 años cayó muerto a balazos al intentar impedir un asalto en un local de ropa en la localidad de San Isidro. Garrido notó maniobras sospechosas en un comercio ubicado en Chacabuco al 300, cerca del edificio de Tribunales. Ingresó y descubrió que las empleadas habían sido reducidas y estaban amenazadas por dos asaltantes. Garrido quiso impedir el robo, pero los ladrones -un hombre y una mujer- le quitaron el arma y lo fusilaron de “tres disparos a quemarropa” por la espalda. Garrido llevaba 31 años en la Policía. Podría haberse jubilado, pero él había pedido seguir trabajando y le habían confirmado que continuaría en la Fuerza. Además, la víctima era una persona muy querida por los vecinos, quienes realizaron homenajes en su memoria.
Luego, la crónica policial registra que a menos de cuatro días del homicidio del capitán Aldo Garrido (61), otro policía bonaerense fue asesinado mientras trabajaba. El sargento Leonardo Melizza (29) recibió un balazo mortal durante una persecución dentro de la villa Rivadavia, en la localidad de Villa Maipú, partido de San Martín.
Por el caso ya hay seis detenidos: tres jóvenes de 18, 21 y 26 años, dos menores de de 14 y 15, y una mujer de 61. Según fuentes policiales, sólo queda prófugo un joven que hace un mes salió de la cárcel y que sería quien disparó. La mitad de los implicados pertenece a la misma familia.
“A Melizza le tiraron desde una de las casas de la villa. Allí viven dos de los detenidos mayores, hermanos del prófugo, y la mujer detenida, que es la madre de los tres”, detalló Salvador Baratta, jefe de la Departamental Zona Norte.
EN LA MATERA
Uno de los casos que más sacudió a la región, se produjo el 21 de febrero pasado, cuando fue asesinado otro efectivo cuando uniformados de Investigaciones de Narcotráfico de la Policía bonaerense. En esta instancia, iban a hacer un allanamiento por una causa de venta de paco, en el barrio La Matera de Quilmes. Golpearon la puerta, se hicieron pasar por compradores y tras constatar la existencia de Paco, luego de llevó a cabo el allanamiento donde se dispararon más de cien tiros, en medio de una verdadera batalla campal.
La víctima mortal fue el subteniente Claudio Santillán, de 47 años, padre de cuatro hijos, numerario de la superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de Quilmes, que se convirtió en el tercer policía bonaerense asesinado en los últimos diez días.
EL DATO
Desde octubre pasado -cuando se definió el último aumento salarial- el haber mínimo de la Fuerza de ubicó en $ 1.713. En la cima de la pirámide salarial de la Fuerza se ubican los superintendentes, beneficiados con un sueldo de bolsillo de casi $ 12.500, sin contar la antigüedad).
También los comisionados del agrupamiento Comando tienen un ingreso de
$ 8.312, ), un teniente del mismo escalafón percibe $ 2.741, mientras que un sargento cobra $ 2.002.
En cuanto al agrupamiento Comando, pero para el personal sin título secundario, un subteniente percibe $ 2.340 y un sargento, $ 1.940. En todos los casos, no se toma en cuenta la antigüedad, que es variable.
En relación a los administrativos, un sargento tiene un salario de bolsillo de $ 1.532, mientras que un capitán percibe alrededor de $ 4.000.

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