Por Jorge Joury
Narcotráfico, una red de encubrimiento policial, que salpica a gran parte de la cúpula bonaerense y hasta complicidades en el terreno político, hoy aparecen como las tres grandes patas del escándalo que se avecina en el Caso Candela. Se podría decir casi con certeza, que se estaría en vísperas de empezar a conocer la verdad para empezar a desentrañar el crimen más aberrante de los últimos tiempos.
El cuerpo del voluminoso expediente que
guarda el torrente sanguíneo del homicidio de la pequeña de 11 años,
está empezando a hablar y amenaza con salpicar no sólo a "peces gordos"
de la policía bonaerense, sino a lo más alto del poder político
bonaerense.
Hay que reconocer que a casi un año del
episodio, que colocara a la opinión pública al borde de un ataque de
nervios, hoy se está a un paso de novedades relevantes, merced a la
obstinación del abogado Marcelo Mazzeo, el hombre que en su momento dio
vuelta la causa, cuando todos la creían cerrada.
No obstante estar amenazado de muerte y
hasta injuriado por las bocas oscuras del poder, Mazzeo metió bisturí a
fondo. Primero sacó en libertad a su defendida, la dueña de la casa
donde se sospechaba injustificadamente que Candela pudo haber estado
cautiva y luego olfateó, a la luz de las evidencias, que además se
escondía una trama secreta que iba mucho más allá de un simple hecho
delictivo.
Allí Mazzeo creyó ver la punta de un
espiral de una causa armada, para conformar de manera urgente a una
opinión pública sedienta de justicia y además alejar del foco de
atención a los verdaderos responsables. En su largo vía crucis por la
verdad, Mazzeo obtuvo en las últimas horas su premio a la persistencia.
El fiscal de Morón, Mario Ferrario anunció la firme decisión de apartar a
la policía bonaerense de la investigación del secuestro y posterior
asesinato de la pequeña Candela Sol Rodríguez, hecho ocurrido en agosto
del año anterior.
La decisión ya ha sido comunicada a los
senadores provinciales que integran la Comisión Especial. La
determinación del fiscal, se apoya jurídicamente en una resolución de la
Procuración de la Suprema Corte Provincial, en la que se especifica que
cuando hay efectivos sospechados de haber participado de un hecho
delictivo, esa fuerza debe ser apartada de la investigación.
Analizando entonces lo que está por
venir, serán ahora las fuerzas federales las que tomarán el timón del
esclarecimiento del espinoso caso para asegurar la transparencia
necesaria. Y aunque no se precisó cuál de ellas, una fuente confiable
reveló que la Gendarmería sería la elegida.
Para que el lector pueda ubicarse en el
escenario informativo, la llamada Comisión Candela es una mesa de
senadores provinciales que representan a diversas fuerzas políticas y ya
tiene fecha cierta de emitir dictamen. Los observadores, por como han
ido las testimoniales, en donde desfiló hasta el propio jefe de la
bonaerense, Hugo Matzkin, creen que la resolución será antes de fin de
mes.
Pero en los pasillos de la legislatura,
ya se habla de lo lapidario que será ese informe. No sólo para los
efectivos policiales, sino para los funcionarios judiciales de Morón que
actuaron en el caso, todos con pedidos de juicio político. Quienes
están cerca de las usinas informativas, comentan que el dictamen se
convertirá en la bisagra, a partir de la cual se acelerará el nacimiento
de la nueva Policía Judicial, un viejo sueño de los organismos
vinculados a la lucha por los derechos humanos. Pero esto también ha
sido tomado como propio, por sectores ultrakirchneristas del peronismo
provincial, con el vicegobernador Gabriel Mariotto a la cabeza.
Más allá de la policía, se apunta además
al corazón del Servicio Penitenciario bonaerense, otro de los focos de
corrupción bajo la mira, a la luz de hechos resonantes ocurridos en los
últimos tiempos. La cinematográfica fuga de un recluso vestido de mujer
en el penal de máxima seguridad de Florencio Varela, denuncias de
torturas a detenidos y otro grave episodio ocurrido en la cárcel de
Batán, por citar algunos, han despertado la atención de los políticos.
El dictamen de la Comisión del Senado,
está direccionado también hacia los engranajes de la Policía Científica y
al rol que desempeñó durante el crimen de Candela y a cómo se
obtuvieron determinadas pruebas, que terminaron desviando la causa hacia
un terreno cenagoso y falaz.
Las fuentes consultadas estiman que
auscultar la actuación policial en este crimen, es apuntar ni más ni
menos al propio Poder Ejecutivo bonaerense. Para el paladar del abogado
Marcelo Mazzeo, se podría llegar al pedido de juicio político de lo más
encumbrado del poder, incluido el propio gobernador Daniel Scioli.
Para leer la entretela de la nueva
Policía Judicial, tendrá competencia específica en casos de delitos
complejos, llámese homicidios, crímenes organizados, homicidios dolosos e
ilícitos cometidos por funcionarios públicos o miembros de las fuerzas
de seguridad.
El organismo dependerá del Ministerio
Público y estará conformado por hombres del Poder Judicial,
investigadores de campo y un cuerpo científico forense de elite. Pero
retomando el caso Candela dentro de la ingeniería legal, el doctor
Marcelo Mazzeo cree que la justicia de Morón citará tarde o temprano a
Carola Labrador, la madre de la pequeña asesinada. El abogado está
convencido que la mujer "tiene mucho que aportar, porque ella misma
admitió que sabe quienes son los asesinos de su hija".
Tanto Carola Labrador, como su esposo,
preso por piratería del asfalto, para Mazzeo son las llaves maestras
para el esclarecimiento. Desde un primer momento el letrado olfateó lo
que en la jerga delictiva se denomina "pase de factura" por una cuenta
impaga al mundo más oscuro del narcotráfico de San Martín. Mazzeo cree
que el largo brazo de la justicia está por llegar y cuando ello ocurra,
no alcanzarán los pasajeros en el tren de la oscura trama. El abogado
siempre olió tufillo a drogas, como el elemento que más jugó sus fichas
en la cadena de complicidades. Tal vez cuando la Policía Judicial vea la
luz, la justicia le de la derecha al letrado que encaró en soledad, una
de las batallas judiciales más áspera e intrincada de las últimas
décadas.
El pronóstico augura que rodarán cabezas.
Lo que resta saber, es que tan alto salpicará el contenido de la olla
cuando llegue el momento de destaparla.
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