lunes, 2 de julio de 2012

Tiempos de zozobra en el escenario bonaerense




Por Jorge Joury

Por estas horas y sin temor a equívocos, el escenario político en la provincia de Buenos Aires es extremadamente complicado. Las tensiones han llegado y para quedarse, en el tablero de Daniel Scioli. El efecto cascada y el malestar desatado por el pago del aguinaldo en cuotas, hace impredecible lo que puede venir. Los docentes y estatales con pintura de guerra. La temeraria advertencia por Internet de un posible autoacuartelamiento de la policía bonaerense y la pueblada en Cañuelas por la inseguridad y el doble crimen de dos comerciantes, son más que síntomas en un estado febril, sin medicamento que lo contenga.

El bolsillo empezó a jugar su partido en la geografía de los más de 550 mil empleados, que ven hoy como en cuatro cuotas, se escurrirá el sueldo anual complementario en medio de la telaraña inflacionaria. Atrás quedan los sueños de los que pensaron irse unos días de vacaciones, pagar sus deudas o hacer un gasto extra con esos dineros que llevan algo de alivio a los desgastados presupuestos de miles de familias. Y que esto golpeará los números de la economía nacional, no le quepa la menor duda. Porque al no haber gastos, no habrá ingresos.

El gobernador de los equilibrios, que siempre supo sostener y tonificar su popularidad ante los vaivenes de la política partidaria, hoy se ve en medio de una encerrona sin destino cierto. En el primer lugar donde se sienten los efectos, es en el propio corazón de la gobernación, en la ciudad de La Plata. Los comerciantes ya se quejan de que nadie entra a los negocios y la población se siente en el jamón del medio y el botín de guerra de una puja política. Muchos se preguntan si Scioli no preveía este escenario, cuando se expuso a dar la madre de las batallas con miras al 2013, primero y el 2015, después. Comentan en voz alta la ausencia de un plan de contingencia, que por el momento no aparece. Mientras tanto, desde la Casa Rosada se sigue todo muy de cerca y los costureros del poder hilvanan en el tejido fino, la prolongada penitencia al mandamás bonaerense.

Julio De Vido ya se juntó con los barones del conurbano y les prometió pagar el alineamiento incondicional a Cristina, con recursos suficientes para materializar obras y pagar sueldos en tiempo y forma en los municipios obedientes. La estrategia apunta al aislamiento político de Scioli, para en primera instancia desarmar su aparato en lo que tiene que ver con el armado político del 20l3.Ya es un secreto a voces que la elegida para jugar fuerte en el primero de los escenarios a nivel bonaerense, será Alicia Kirchner, quien enarbolará el estandarte del modelo para quebrar la intención de Scioli de arrimar diputados en el Congreso para pelear la coparticipación tan deseada y la devolución de los dineros históricos del Fondo del Conurbano.

Otro de los costados flacos donde se intentará asestarle la estocada al gobernador, será por el lado de la inseguridad, volviendo a apuntar a la cabeza del cuestionad ministro Ricardo Casal, un hombre al que el vice Gabriel Mariotto tiene entre ceja y ceja de larga data. Comentan en los pasillos de Balcarce 54, que "donde más le duele a Daniel es por el lado del bolsillo y la inseguridad", los dos órganos más sensibles del gusto popular. Y por allí irán los timoneles K. Aunque Scioli intente alzar las banderas de la coparticipación, para recomponer su imagen de cuestionado administrador, difícilmente cuente con un ejército que pueda enarbolar estas banderas a nivel parlamentario y su idea de victimizarse como rehén del Poder Central, termine en saco roto.

Probablemente tampoco los gobernadores estén dispuestos a acompañarlo en esta aventura, más sabiendo que si cruzan la vereda tendrán que sufrir en carne viva la misma penitencia. Los números que maneja la oposición, marcan que Scioli presenta un déficit de 15 millones, que ni siquiera estirando el rojo del Banco de la Provincia de Buenos Aires, obtendría manera de saldar los compromisos. En la ciudad de las diagonales algunos admiten en el círculo íntimo del gobernador que "Daniel se apuró por posicionarse antes de tiempo en el 2015". Pero tampoco lo subestiman y recuerdan su espíritu de motonauta, al señalar que "nunca abandonó una carrera". Lo que habrá que ver es, si a la luz de este escenario conflictivo, Scioli logra mantener intacto el espíritu de su tripulación para evitar un motín a bordo.

Scioli es un buen navegante, pero el mar esta demasiado bravío para mantener firme el timón de sus objetivos. El peronismo cuando se enoja hacia adentro, es impredecible. Su astucia lo convierte en el mejor cazador y Scioli lo sabe, porque la historia de lo que ha pasado en la Argentina, da cuenta de ello de manera inexorable. La casa de gobierno en La Plata se ha convertido en una caja de resonancia de tempestades, habrá que ver si se encuentra la brújula para enderezar el rumbo. Otra que le juega en contra al vapuleado gobernador, es "la maldición  de la calle 6 entre 51 y 53”. Cuenta la historia, que quien se sentó en ese sillón, nunca pudo acceder a través del voto popular, a ocupar el de Rivadavia. ¿Podrá Scioli quebrar la profecía?...

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