lunes, 1 de enero de 2018

Copas en alto, imagen en caída

Por estas horas de levantar las copas y asimilar burbujas, Mauricio Macri puede brindar porque el Congreso le sancionó ocho leyes clave en menos de tres semanas. Pero también sabe que pagará un costo político alto, sobre todo por la reforma jubilatoria. No obstante, está dispuesto a afrontarlo. En la Casa Rosada admiten que los números de aceptación popular que tenía. cayeron abruptamente, pero señalan que "se decidió "invertir" en esto. El Presidente es ingeniero y se maneja con sus fórmulas.



Sostiene que "lo que pierde hoy, lo recupera mañana y que si no lo hace. el futuro es más incierto”. Hay que decir que los riesgos que asume Cambiemos son para tener en cuenta, ya que había encontrado en los jubilados uno de los grupos más afines a su oferta electoral. ¿Lo seguirán siendo luego de este episodio? Si el Gobierno dice la verdad y el año que viene no hay una caída en el ingreso en términos reales, este traspié no debería tener efectos colaterales negativos. De lo contrario, las consecuencias pueden ser irreparables: ¿podrá el Presidente retener para el 2019 el apoyo de los abuelos?. La reforma previsional en el Banco Provincia, también tendrá un costo político para Cambiemos, ya que la mayoría de los empleados de la institución le habían dado el voto a este gobierno.
Si observamos el mapa del triunfo electoral de Cambiemos en octubre pasado y en 2015, se ve con claridad que el núcleo central del respaldo al oficialismo se encuentra en los sectores medios urbanos, rurales y entre los mayores de 65 años. El debate de por qué el grueso de esa franja etaria respalda al actual proyecto político que, entre otras cosas, también le redujo el acceso a los medicamentos, es un análisis que necesita un capítulo aparte.  
Los elementos que acabamos de mencionar son centrales para valorar otros datos que arrojan los sondeos, que confirman el impacto negativo que tuvo la reforma en las bases del oficialismo.
 
UN PLAN BASADO EN EL AJUSTE
 
Un ejercicio del menos común de los sentidos desarma la línea argumental del gobierno. La modificación de la fórmula de movilidad  pretende un “ahorro” de 100 mil millones de pesos del presupuesto de la seguridad social. ¿Quién va a “desahorrar” esos 100 mil millones de pesos? No son otros que los jubilados, pensionados, titulares de la Asignación Universal por Hijo y otros beneficiarios que recibirán un ingreso menor al previsto. Es de una enorme audacia afirmar entonces que los jubilados no van a perder con el ajuste trimestral del 70 por ciento inflación y 30 por ciento salario registrado (Ripte), desfasado en un semestre. 
El plan económico de Macri, que no tiene ningún elemento que no se haya ensayado en la Argentina en otros tiempos, se basa en el ajuste y la transferencia de ingresos a los sectores más poderosos del empresariado. No hay forma de que la clase media quede a resguardo de estas medidas. Salvo que el Gobierno se ilumine y salga a pescar en la laguna de los más poderosos para equilibrar un poco los costos.Tras la aprobación de la reforma previsional, se vio la primera reacción espontánea de la gente y toda la maquinaria comunicacional que el gobierno tiene a su servicio, que no pudo detenerla cuando sonaron las cacerolas en las calles. 
Según las encuestas que acaban de conocerse, tres de cada cuatro argentinos rechazan que se le haya metido la mano en el bolsillo a los jubilados y una mayoría contundente afirma que la nueva norma los perjudica. Otro dato a tener en cuenta, es que la imagen de Mauricio Macri se desplomó nada menos que nueve puntos y los que opinan mal o muy mal del Presidente superan con amplitud a los que tienen una opinión buena o muy buena. 
 
LA ENCUESTA QUE HACE CRUJIR A LA ROSADA
 
El proceso de recorte a los jubilados reafirmó una idea instalada desde hace mucho entre los ciudadanos: siete de cada diez personas creen que Macri gobierna para las clases altas mientras que apenas una de cada diez sostiene que lo hace para todos por igual. Los números son lapidarios para la Casa Rosada. La prueba está en que una amplísima mayoría, dos de cada tres, está de acuerdo con los cacerolazos. 
Las conclusiones surgen de una medición realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que conduce el sociólogo Roberto Bacman. 
La Ley Previsional, según Bacman, "es la que mayor rechazo produce". A tal punto que casi tres de cada cuatro habitantes de nuestro país están profundamente convencidos que esta medida no hará más que perjudicar abiertamente a los pasivos. En síntesis, un abierto rechazo por parte de la sociedad en su conjunto, además de los propios jubilados .Desde el punto de vista ideológico es más que esperable que los pertenecientes al segmento de los opositores se manifiesten abiertamente en contra. Pero sorprende el rechazo que produce entre los independientes (siete de cada diez) y hasta en el propio electorado que optó por Mauricio Macri en el ballotage, donde redondea algo más del 40 por ciento de oposición”.
Para Bacman “una pregunta cae de madura: ¿cuáles son los aspectos más significantes que se constituyen en el ancla principal del repudio? La respuesta hay que buscarla en la opinión que los argentinos expresan cuándo se les pregunta acerca de los probables motivos que justifican esta ley. Allí lo que se observa es contundente: la gente está convencida que más que una reforma integral al sistema jubilatorio, lo que se ha votado ha sido un verdadero ajuste. De tal modo lo afirman seis de cada diez encuestados. Realmente contundente, en especial porque los ciudadanos piensan que el dinero debe salir de otro lado, no de los jubilados”.
 
UNA TELARAÑÁ PELIGROSA PARA EL OFICIALISMO
 
Las consecuencias son palpables. “No quedan dudas que esta ley se aprobó en un clima social crítico y en un contexto de preocupación y rechazo –señala el titular del CEOP–.De uno u otro modo el gobierno quedó atrapado en la telaraña de su propio proyecto: es percibido como el principal responsable y tal situación se traslada a la mayor parte de los indicadores .La popularidad de Mauricio Macri ha recibido un fuerte golpe: ha descendido alrededor de nueve puntos porcentuales en relación a la medición de la primera semana de noviembre, cuando aún festejaba el triunfo en las elecciones legislativas de medio término. Los que ahora opinan mal o muy mal del presidente suman el 54,8 por ciento, en comparación con los que opinan bien o muy bien, que son el 43,4. Es una caída fuertísima respecto de noviembre, cuando los que aprobaban a Macri eran el 52,5 por ciento". 
Se reafirma además en el imaginario colectivo, un pensamiento que ya se vino detectando a lo largo de sus dos años de gestión: "este es un gobierno de ricos para los ricos’. Esa opinión, al día de hoy, involucra a alrededor del 70 por ciento de los argentinos, y es otro de los factores que influyen notoriamente en la conformación del humor social adverso”.
La crisis por la desaparición del submarino ARA San Juan, el asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel durante un operativo de la Prefectura y la “forma en que se tematizaron públicamente las iniciativas de reforma laboral y previsional” provocaron un derrumbe del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG), que mide la Universidad Torcuato Di Tella. Luego de tocar su techo histórico en noviembre, tras la victoria electoral de Cambiemos, el ICG de diciembre de 2017 fue de 2,36 puntos (de una escala de 5 puntos), “registrando el descenso porcentual más pronunciado de la gestión de Mauricio Macri (20,3 por ciento)”, indica el documento elaborado por la Di Tella. 
El derrumbe de confianza que sufrió la gestión de Cambiemos sólo es comparable, siempre según las mediciones de la Di Tella, con la caída que registró el gobierno de Cristina Kirchner (-23 por ciento) durante el conflicto con las patronales agrarias, que prácticamente paralizaron el país, y por tres mediciones registradas durante la crisis de 2002, cuando Eduardo Duhalde ejercía la presidencia. “No deja de ser revelador -analiza el informe– que la caída más pronunciada se haya producido en el rubro ‘Preocupación por interés general’ (cayó un 29 por ciento) en un contexto en que el debate político se centró en la modificación del régimen de actualización de jubilaciones y pensiones” que se trataron en el Congreso en un marco de multitudinarias protestas que concluyeron en represiones policiales. 
 
LA MUSICA DE LAS CACEROLAS PEGO FUERTE
 
El ambiente desfavorable para la Casa Rosada se verificó en los cacerolazos. El Ejecutivo trató de dejar instalada la idea de que las protestas contra la reforma previsional eran propias de violentos, pero el mismo lunes a la noche ya hubo ruidazos en una cantidad enorme de barrios. Lo mismo se replicó el martes. Es decir que la gente pasó por encima del ocultamiento de los grandes medios y la jugarreta oficial de asimilar protesta con violencia. En la encuesta del CEOP nada menos que el 65,9 por ciento de los consultados dijeron estar de acuerdo con los cacerolazos y apenas el 32,1 en contra.
También el gobierno debe poner el foco en un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA). Allí se indicó que el 47,5% de los jubilados y pensionados que viven en el Conurbano bonaerense dicen que sus ingresos no son suficientes para cubrir los consumos básicos mensuales.
El trabajo, titulado “Situación previsional y la capacidad de subsistencia de las personas mayores del Conurbano bonaerense”, marca que quienes no tienen posibilidad de cubrir sus consumos son unos 670 mil adultos mayores.
El informe, elaborado por la UCA para la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires, ejemplifica, además, que el 14,1% del total, unos 200 mil adultos mayores, no llegan a cubir la canasta básica. Es más, declraron tener “inseguridad alimenticia”, es decir, “reducción involuntaria de la porción de comida y/o percepción de experiencias de hambre por problemas económicos durante los últimos doce meses”.
Otro indicador de la situación de las personas mayores es el recorte en medicamentos. Esta problemática afecta al 19,7% de los mayores del Conurbano, con preponderancia entre las mujeres (21,7%) y los que tienen niveles educativos más bajos (24,2%). A su vez, la posibilidad de ahorro de este sector de la población es más que restringida, ya que alcanza apenas al 6,9%, unas 97 mil personas. “Esta capacidad es levemente más alta en los varones (8,6%) y en quienes tienen niveles educativos más elevados (15,5%)”, señala el informe. Con estos números, las urnas de Cambiemos para el 2019 pueden sufrir un vaciamiento considerable.
La Iglesia también le encendió luces amarillas al Gobierno y le pidió más diálogo.Para Alfredo Atanasoff, el ex jefe de Gabinete de Eduardo Duhalde y uno de los armadores del Diálogo Argentino en el 2002, "el Gobierno debe entender que aun estamos sumergidos en una crisis social que sólo se va a resolver con un llamado al diálogo amplio con todos los sectores y sin exclusión alguna". Tanto Atanasoff como Duhalde dialogaron de este tema en los últimos días con Macri, Rogelio Frigerio y Marcos Peña. Pero aún el Gobierno no movió las piezas en el tablero.

Los precios, la data que hay que tener: explotó el verano en Pinamar

Pinamar ha recuperado el esplendor de otras épocas.Miles de turistas han llegado para disfrutar de las fiestas de fin de año. "Hace rato que no vemos tanta gente, lo que preanuncia una buena temporada" le dijo a Diario Full la propietaria del balneario Perico Beach. Con la mayoría de sus paradores totalmente remozados y con amplias comocidades, las playas muestran un marco pocas veces visto.




También hay que decir que los precios han sido reajustados moderadamente con respecto al año anterior, apenas un 15%. Otra de las sorpresas es que este año, la despedida del 2017 frente al mar será distinta, con cero pirotecnia. El municipio decidió decirle adiós a las ruidosas baterías de fuegos de artificio y hasta a las inofensivas estrellitas que agitaban los niños. La prohibición de venta y, ahora también, de uso ya es total y se advirtió entre Nochebuena y Navidad, con una madrugada casi sin estruendos, no hubo que lamentar un solo caso de heridos por quemaduras.
El concejal Rafael De Vito (h.), autor del proyecto de ordenanza aprobado por el Concejo Deliberante "reveló que en el distrito se estaba jugando con fuego".  Ahora lo que se busca es preservar la integridad de las personas y, al mismo tiempo, atender reclamos de proteccionistas de animales, además de evitar incendios en una zona plena de vegetación que puede arder sin freno ante la menor chispa. De Vito sostuvo que "en cualquier momento íbamos a tener una tragedia, debido a la cantidad de  bosques que tenemos, que rápidamente pueden convertirse en pasto de las llamas".
Pinamar no está solo con estas medidas. Hace una semana se tomó similar decisión en el Partido de la Costa, con lo que se continúa el camino que hace dos años emprendió el partido de General Alvarado (Miramar, Mar del Sud), uno de los primeros en establecer un régimen de "pirotecnia cero". Otros distritos , que llegan a más de una decena en territorio bonaerense, han impuesto distintas restricciones. En algunos casos, sobre la venta en general de estos productos, y en otros, con límites según dimensión y alcances de bengalas y pequeños explosivos autorizados.
La instrumentación de estas medidas se tradujo en una notoria merma de heridos en las guardias hospitalarias de las localidades de la región. En el caso de Pinamar, por ejemplo, no hubo ni un solo afectado. "Pasamos de tres casos de quemados el año pasado a cero en esta oportunidad", reveló el director del hospital municipal, Pablo Zenón, que estuvo a cargo del servicio de guardia de emergencias.
En Pinamar regía desde 2015 la prohibición de venta. Aquel proyecto iba por la restricción total, pero el entonces intendente Pedro Elizalde vetó parcialmente la ordenanza y autorizó el uso. Cambio de gestión de por medio, el Concejo Deliberante aprobó ahora la prohibición absoluta. "Hay que ver una foto aérea de nuestro distrito, dominado por bosques, para darse cuenta del riesgo que estábamos corriendo con tanta pirotecnia lanzada al aire", ejemplificó el concejal De Vito.
Los espectáculos de fuegos artifIciales en Pinamar tienen una historia prolongada. Se inauguraron a principios de la década de los años 90. Vecinos recuerdan que cada inicio de año y sin medir costos económicos, los empresarios Oscar Andreani y  el tristemente célebre Alfredo Yabrán competían en ver quién iluminaba más el cielo de la costa. Poco a poco, se sumaron los paradores de playa ante la cantidad de público que se acercaba a brindar frente al mar para ver el espectáculo. También el municipio invirtió en el rubro, hasta que el actual intendente, Martín Yeza, dijo basta. "Lo que ahorramos en fuegos artificiales nos amplía presupuesto para colonias de vacaciones", dijo el jefe comunal .
Prohibida la venta, pero todavía autorizado el uso, en el frente de costa pinamarense se continuó con la tradición hasta el año pasado. Las mechas se encendían en los paradores a la una de la madrugada , para dar tiempo a que las familias llegaran con sus botellas y copas tras un primer brindis hogareño de medianoche.
 Adriana Mèndez, una de los propietarios del balneario Perico  Beach, parador de los más concurridos, manifestó que ya no habrá más shows de fuegos. "Hay gente que nos dice que lo lamenta, porque era algo muy vistoso y tradicional, pero este Año Nuevo será sin cielo iluminado. Nunca pasó nada, pero era un peligro para el bosque", detalló.
La experiencia durante esta Navidad fue buena. Los propios vecinos reconocen que en Pinamar casi no se oyeron estruendos. No obstante, el punto más conflictivo fue la vecina localidad de Ostende, con mucho residente y venta ilegal que es difícil de controlar. El municipio habilitó la línea telefónica 147 para denunciar el uso de pirotecnia, pero aún no se labraron infracciones.
"Igual ha sido un gran avance porque por fin se logró prohibir también el uso, y con el tiempo la costumbre pronto va a cambiar", opinó Carolina Estanga, miembro de la ONG Patitas Pinamar, que trabaja en el rescate y cuidado de perros de la calle. "El paso fundamental ahora es que el municipio controle y que se haga difusión para que todos los turistas que lleguen sepan que aquí ya no se puede usar ningún tipo de pirotecnia", agregó.
Una parte del problema asomó la última semana del otro lado de la ruta 11,. Fue en un hipermercado que está casi frente a Cariló, pero en jurisdicción de General Madariaga, distrito en el que también se aprobaron límites para la comercialización de pirotecnia. Autoridades de Pinamar formalizaron un reclamo ante la cadena comercial y lograron que se levantara el puesto que, en la playa de estacionamiento, ofrecía hasta potentes baterías de fuegos artificiales que cuestan más de $ 10.000 cada una.
Directivos de empresas del rubro se comunicaron con autoridades municipales con intención de revisar la ordenanza en función de la posible pérdida de puestos de trabajo en las fábricas de pirotecnia. "Más se puede perder con los riesgos de su uso", fue la respuesta. 
En lo que tiene tiene que ver con los precios de temporada, la oferta es más tentadora que otros años. Apenas sufrieron un reajuste del 15%. Por todo el mes de enero, una sombrilla en los paradores oscila en $9.000 y para febrero $7.300, en tanto que una carpa por el mismo período, cuesta entre $19.500 y $ 20.000 y en febrero $ 11.500, Los alquileres de casas, de acuerdo a la ubicación y las comodidades, van de los $90.000 a los $190.000 por todo enero. Y los departamentos. también teniendo en cuenta las habitaciones y la cercanía del mar, entre $70.000 y $120.000 por el mismo período.
Para comer en los paradores, hay que prever que una gaseosa cuesta $45, al igual que un agua mineral. La cerveza de litro $ 130, en tanto que la pinta de medio. está en $70, Una porción de papas fritas cuesta $100 y la de rabas $220. La hamburguesa completa que viene con huevo, jamón. queso, tomate y fritas, $180, en tanto que la común se vende a $120. Una jarra de clericó, cuesta $220. Una milanesa de pollo de ternera o pollo al plato con fritas oscila en los $ 170 y la napolitana a $190. Un plato de merluza a la romana con fritas, alcanza los $200, en tanto que un café cuesta $45. con leche $60 y cada media luna $15. El verano arrancó con todo, aunque aún hay vecinos que se quejan señalando que el municipio debería pasar más seguido la máquina por las calles de tierra de la zona del golf viejo para emparejarlas un poco, frente a la gran cantidad de pozos que hay que sortear.

Los secretos del plan golpista y alertas de fin de año frente a posibles saqueos

Después del repudiable festival de violencia en las inmediaciones del Congreso de la Nación, al Gobierno le quedó la piel sensible. Si bien es cierto que el Presidente consiguió asegurar la gobernabilidad, también hay que decir que pagó un costo político alto que habrá que leer a futuro en las encuestas. La postal de violencia en las calles que recorrió el mundo, es una mala señal para los inversores.



Después del repudiable festival de violencia en las inmediaciones del Congreso de la Nación, al Gobierno le quedó la piel sensible. Si bien es cierto que el Presidente consiguió asegurar la gobernabilidad, también hay que decir que pagó un costo político alto que habrá que leer a futuro en las encuestas. La postal de violencia en las calles que recorrió el mundo, es una mala señal para los inversores. 
Pero los peligros aún no se han disipado. Macri quiere evitar el efecto contagio y que la pesadilla pueda extenderse para antes de fin de año con escenas de caos en las calles o intentos de saqueos como el de Luján. Para lograr ese objetivo, se dispuso un operativo de seguridad especial en el Conurbano y en el interior de la provincia de Buenos Aires, donde operarán fuerzas combinadas en sitios estratégicos. Los ministros de Seguridad de Nación, Patricia Bullrich y el bonaerense Cristian Ritondo, acordaron un refuerzo de 6.700 efectivos.De ese número, 5 mil pertenecen a las fuerzas federales. Serán asignados a vigilar sectores pobres de las zonas sur, oeste y la ciudad de La Plata. La medida tiene su explicación. Ahora, además de las organizaciones sociales, el peronismo o el trotskismo, en los barrios hay banditas de narcos, lúmpenes y grupos de izquierdas varios que no están consolidados. "Nadie los domina y se desmadran con facilidad", resumió un funcionario nacional. 
 
FRENTE AL DELITO DE SEDICION
 
La Casa Rosada además quiere llegar hasta el hueso con los responsables de los desmanes. Impulsa una investigación judicial  bajo la figura del delito penal de sedición, la violencia y los destrozos generados por agrupaciones kirchneristas y de izquierda en la zona del Congreso.
Macri no quiere que todo quede en delitos menores como resistencia a la autoridad. El pedido presidencial es contra los cabecillas de los partidos y las organizaciones implicados en el plan golpista. El gran desafío de la Casa Rosada consistirá entonces en acercarle pruebas al juez federal Sergio Torres, que instruye la causa, y convencerlo de encuadrarla en ese delito.
El ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo, está recopilando el material. Se están analizando más de 480 horas de videos para identificar a los agresores de policías y a quienes destruyeron el espacio público. Los nombres de algunos violentos y sus antecedentes, ya están en carpeta , pero por ahora la información es secreta.También la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich , inició una investigación criminal con las fuerzas de seguridad.
La figura de sedición es un delito federal grave, con penas de hasta seis años de prisión. Está tipificado en los artículos 22 de la Constitución y 229 y 230 del Código Penal. Macri y Bullrich quieren identificar no sólo a los autores materiales, sino también a los partidos políticos y las organizaciones que actuaron como instigadores, organizadores y financiadores.
 
LA APUESTA PARA EL 2019
 
Pero más allá de las acciones tendientes a dar un escarmiento a los revoltosos, el Gobierno deberá poner singular atención en los "cacerolazos" y “ruidazos” registrados durante dos jornadas consecutivas. El dato sobresaliente es que fueron protagonizados por vecinos de clase media, sin identificación política. En ese segmento, Cambiemos cosechó muchos votos. Es notorio, que algo está acelerando el pulso ciudadano, que siente que la mano del oficialismo se está metiendo de manera recurrente en su bolsillo. No hay que olvidar que la volatilidad de la clase media, es una medicina amarga que probaron en el pasado varios de los líderes que inicialmente tuvieron en las urnas significativo apoyo.
También preocupa en las altas esferas, el intento de saqueo registrado en Luján, cuando unos 100 vecinos de los barrios Juan XXIII, La Loma y San Fermín rodearon e intentaron saquear un camión con alimentos del hipermercado Wal Mart ubicado sobre el Acceso Oeste. La policía intervino y dispersó a los manifestantes, en medio de enfrentamientos, piedrazos y balas de goma. Otro frente de inquietud, fue el intento de lichamiento al diputado Martín Lousteau por parte de trabajadores del Banco Provincia que manifestaban por el centro porteño. Y no hay que olvidar tampoco el brutal ataque al periodista de TN, Julio Bazán. Se cree que todo forma parte de un plan organizado. Una locura impulsada por manos negras de la política, que seguramente intentarán generar nuevos intentos para crear zozobra antes de fin de año.
Superado ese escenario, en el entorno de Mauricio Macri aseguran que están dadas las condiciones para avanzar de aquí en más con el operativo reelección para el 2019. Aseguran que esta, y no otra, es la verdadera razón por la cual se fogoneó desde grupos hostiles un clima de inestabilidad para voltear al Presidente. Están convencidos que la intención, era hacer crujir los cimientos de la Casa Rosada. La verdadera batalla entre oficialistas y opositores que brotó desde la hoguera dialéctica del Congreso, fue por el liderazgo político. Haber aprobado la ley de reforma jubilatoria, al Gobierno le sirve de aquí en más para ratificar su capacidad de mando. Una llave fundamental que le garantiza gobernabilidad en los próximos dos años y termina con las apetencias conspirativas del club del helicóptero. 
 
LAS URGENCIAS POR EL AJUSTE
 
Algunos funcionarios le habían sugerido a Macri patear el análisis de las reformas para después de fin de año, atentos a la fuerte carga simbólica que tienen los diciembres en la Argentina desde el 2001. No obstante, el Presidente quiso sacarlas ahora. Algo de ese debate dejó trascender el martes pasado en conferencia de prensa, cuando reveló que podría haberse ido de vacaciones tranquilo, pero prefirió acelerar el tratamiento de las leyes. Con esta reforma Macri avanzó en el 40% del ajuste que debe hacer en 2018, pero todavía resta que el Estado logre un ahorro adicional de 0,6% del PBI con otras medidas. 
Al Gobierno no le dá el músculo para todo, también está el tratamiento de la reforma laboral, un tema que entró en boxes para fines de febrero o comienzos de marzo del año próximo y que también seguramente va a levantar olas de conflictividad en varios frentes.
Tras una semana huaracanada con reformas, ajuste, movilizaciones, cacerolazos y represión policial, se confirmó que Macri se tomará  desde este lunes otras dos semanas de vacaciones en Villa La Angostura. De esta manera, la cantidad de días de descanso que acumula desde que asumió sumarán 87, es decir casi tres meses. 
Macri ganó la votación en el Parlamento, aunque el precio que pagó en la calle fue innecesario. La autoridad política se conservó, a pesar de los intentos de debilitarla dramáticamente, pero las imágenes del lunes en el espacio público no pueden repetirse sin poner en riesgo la credibilidad del Gobierno y limitar su capacidad de respiro a futuro.Voltear la ley significaba, para la oposición, la oportunidad de revertir su condición de perdedora en las urnas y de reconvertirse en una opción electoral para la próxima contienda electoral.
La jornada de violencia en las inmediaciones del Congreso, que dejó un saldo de 70 detenidos y 162 heridos, 88 de ellos policías, pudo haber sido trágica. Desde los grupos violentos se buscaba un muerto y afortunadamente no lo hubo. Esa circunstancia, le habría colgado un cartel de peligro a la linea de flotación de Cambiemos. No obstante, el marco de violencia y las tensiones de una sesión maratónica, dejaron abierto un interrogante: ¿qué se discutió realmente en Diputados?. 
El oficialismo, estaba jugado a aprobar las leyes escritas después del triunfo electoral. Y la oposición, golpeada por ese mismo resultado de las urnas, debatieron largamente por una reforma previsional que tenía otro objetivo. Sin decirlo, pulsearon  con fiereza sobre la preservación o el debilitamiento del poder presidencial. Y de ese escenario, salió airoso Mauricio Macri, aunque con algunos magullones.
 
LA MANO NEGRA DE LA IZQUIERDA
 
 
Los asesores del Presidente aseguran que Cristina y Massa, pese a las diferencias que los separan, en esta situación unieron fuerzas y cerraron su proyecto de poder a futuro. Luego, las hordas de la ultraizquierda, como se vio en directo por la tele, fueron el vehículo  para destruir la Plaza del Congreso y atacar a la policía, pensando que la planeada irrupción en la Cámara de Diputados para impedir la sesión, podía convertirse en una acción épica que sería festejada como un triunfo político.
Pero la situación se desmadró. Las primeras espadas de Cambiemos dicen que todo tiene que ver con que Cristina y Massa no aceptan que el peronismo sea  un actor de reparto. Tampoco lo asimiló Eduardo Duhalde y sus aliados partidarios y económicos cuando gobernaba Fernando de la Rúa. Con la renuncia de Carlos "Chacho" Álvarez, la compleja interna radical y la derrota en las elecciones de medio término, a De la Rúa no le quedó otro camino que negociar con el justicialismo. El Presidente de la Alianza, por miopía o inocencia, permitió que el Caballo de Troya durmiera junto a él en la quinta de Olivos. La historia tiene final conocido: tras una crisis de siete días, cinco mandatarios y más de 35 muertos, Duhalde fue Presidente como desenlace de la crisis del 19 y 20 diciembre de 2001.
 
UNA SOCIEDAD PARA EL PODER
 
Los asesores presidenciales sostienen que Cristina cree que Macri maneja la justicia federal. Y Massa sabe que su actual relevancia política puede ser el abrupto epitafio de su vocación de poder. Entonces, avanzaron contra Macri, que ya había cerrado un pacto con los gobernadores peronistas que desconfían de CFK y del ex jefe de Gabinete. El Presidente completó un acuerdo que dejaba afuera del escenario a sus principales adversarios políticos y le permite mirar hacia adelante en una agenda que podría coronar con su reelección en diciembre de 2019.
En los pasillos de la Casa Rosada comentan que el plan de Cristina y Massa se parece a la lógica que aprovechó Duhalde para suceder a De la Rúa: caos en la calle, descontrol en el Parlamento y vacío de poder. 
Pero lo que hay que decir, es que Macri no es De la Rúa. Tiene vicepresidente, ganó la elección de medio término y sus relaciones con el establishment son fluidas. Por eso, tras la votación definitiva de la ley de reforma previsional, un nuevo esquema de poder coexiste en la Argentina: el Presidente y su acuerdo con los gobernadores de la oposición, Por otro lado, cohabitan de manera disgregada, Cristina y Massa, la izquierda que es funcional al peronismo más intransigente, la CGT y las organizaciones sociales que buscan su propio destino. Es un escenario muy dividido que le sirve al Gobierno y que Cristina y Massa deberán revertir si es que quieren regresar a la Casa Rosada. 
 
CUIDADO CON EL MENSAJE DE LAS CACEROLAS
 
Por el lado del oficialismo, parecen existir límites más espinosos de los que Macri suponía para avanzar con su plan de reformas. Casi no empezó con ellas y explotaron bengalas en el cielo. El Presidente confesó públicamente que muchas de los cambios que piensa le quitan horas de sueño. Después de lo visto con los últimos sucesos frente al Congreso podría quedar insomne o atrapado en una pesadilla. El escollo no sería únicamente la oposición. El lunes pasado se produjeron protestas ciudadanas no violentas tanto en los barrios porteños como en diversas ciudades del interior y puntos del Gran Buenos Aires. La Plata, Adrogué, Avellaneda, La Matanza, San Martín, Morón, Lomas de Zamora, Bahía Blanca, Ituzaingó, Mar del Plata y hasta la Quinta de Olivos, fueron algunos de los lugares en el territorio bonaerense donde se expresó el rechazo mediante el ruido de las cacerolas. El martes volvieron a repetirse.
Tanto el Gobierno como la oposición, coinciden en que la situación económica del país es mala. El plus del oficialismo, la esperanza de que las cosas podían mejorar con Macri en la Presidencia, es lo que ahora está en cuestión, como nunca antes. Por estas horas, en los pasillos de la Casa Rosada deambulan temores e incertidumbres de todo tipo. Tienen que ver con el comportamiento que tendrá la calle frente a las reformas que faltan encarar, sobre todo en el campo laboral. Si bien es cierto que Macri cuenta con crédito, el fervor popular siempre mengua cuando alguna mano se mete en sus bolsillos de manera tan recurrente.
Esta vez las cacerolas hablaron contra el macrismo. Su ruido fue un alivio, una suerte de registro opuesto a la brutalidad de las piedras, los morteros y las molotov. Descontada la militancia opositora llamada a expresar su descontento, el regreso de las cacerolas recordó que la protesta pacífica siempre será un instrumento más eficaz y un alerta más efectivo.