martes, 30 de abril de 2019

El patrón máximo del riesgo país

Cerrando una semana caótica, Macri buscó consuelo en sus asesores y hasta desmintió cambios en el gabinete, para atenuar los golpes que le propina el mercado financiero.




Durán Barba quiso convencer a Macri que "igual vamos a ganar, porque somos los menos malos". Frente al delicado escenario, el Presidente pretendió que le cuenten la mejor película. No obstante, es preocupante que del "mejor equipo de los últimos 50 años", el oficialismo ahora se conforme con estar en la lista de la decadencia. Cerrando una semana caótica, Macri buscó consuelo en sus asesores y hasta desmintió cambios en el gabinete, para atenuar los golpes que le propina el mercado financiero. Para los economistas, el cierre de la semana fue "pésimo", con el dólar abriendo el mínimo y cerrando en el máximo y el riesgo país galopando sobre los mil puntos. Lo mismo que las golpeadas acciones. Creen que la tendencia seguirá así la próxima semana y el escenario se agravará por el paro nacional de los gremios combativos. "No estamos cerca del piso y vamos al tope de la banda cambiaria mucho antes de lo que la gente pensaba", aseguraron desde las cuevas de la city. Es por los desafíos económicos que enfrenta esta y la próxima administración.
Mucho tiene que ver en el mar de fondo, el paquete de medidas que se anunciaron, que es pobre y muy difícil que resuelva algo. Ese es riesgo Macri puro. No es riesgo Cristina, sostienen los especialistas. A ocho semanas de la definición de las candidaturas, con todos los indicadores en rojo y una inflación que no le otorga ni un mes de tregua, hasta los más fanáticos de la reelección de Macri terminaron de convencerse de que no llega a destino. 
Las consecuencias de la crisis cambiaria son devastadoras, ya que arrastran presiones inflacionarias, desplome de la actividad y del empleo y empobrecimiento de la población. Es un menú verdaderamente explosivo que augura tiempos más tormentosos, de no mediar una solución. Hay que pensar que vencen plazos fijos por 27 mil millones de dólares de acá a fin de año, que se pueden pasar a la divisa norteamericana, advierten los economistas.
"Lo que está ocurriendo, marca claramente que en el PRO no hay gimnasia de crisis. Están pensando más en ganar una elección, mientras se les derrumba un país", le dijo a DIARIO FULL un avezado político con muchas elecciones a cuesta.
En su entorno más íntimo comentan que Macri está de muy malhumor y ve con preocupación las señales tanto externas como de los círculos de poder locales que le picaron el boleto y buscan condicionarlo. La posibilidad del default, es un fantasma que ha vuelto a sobrevolar por la Argentina, ante la fragilidad que presenta la economía. Este escenario coincide en que justo hace un año, se fugaban 1472 millones de dólares y comenzaba la crisis financiera y cambiaria. El episodio quedó enmarcado en la historia como “la traición del JP Morgan”. Después de eso, el gobierno debió recurrir al FMI como prestamista de última instancia para evitar el default. La pregunta que hoy invade al circulo rojo es si vuelve a ocurrir, ¿qué viene después de “la última instancia”?.
Desde el exterior cada vez nos miran con mayor preocupación. Por ejemplo, el Financial Times, el periódico norteamericano de cabecera de los inversionistas globales, publicó un demoledor artículo sobre el futuro de la Argentina y alertó que en los mercados se agita el temor a un nuevo default.
En la misma dirección fue el diario El País de España que publicó en su portada "Argentina se asoma al abismo económico entre dudas sobre la gestión de Mauricio Macri". Describe además que "la posibilidad de un default existe, con Cristina Kirchner o sin ella.Para hacerse una idea de la desconfianza internacional hacia Argentina, conviene subrayar que ningún otro país de la región, salvo Venezuela, paga un riesgo-país superior a 250", señala el periódico internacional.
El peligro más grande para Mauricio Macri por estas horas, es que todo se le vaya de control y termine desencadenando  una hiperinflación. Sería la tumba de Cambiemos y de todos los argentinos en el año electoral. 
Queda claro que los mercados le están hablando al Presidente y diciéndole que ha perdido credibilidad. Hasta los bancos, que fueron en el pasado sus socios, lo están dejando solo. Los analistas sostienen que hace falta de manera urgente sacar el agua del bote y convocar a todas las fuerzas políticas para construir un pacto que garantice por lo menos la gobernabilidad hasta octubre.
Desde el punto de vista técnico, por otra parte, no es mucho lo que el gobierno puede llegar a hacer. El Palacio de Hacienda podría solicitar al Fondo Monetario Internacional la posibilidad de intervenir masivamente en el mercado (no con el límite de 150 millones de dólares que rige en la actualidad) si la paridad supera los 51 pesos y en todo caso tratar de defender esa frontera.
Si bien es una alternativa que no estaba dentro de lo acordado con el organismo multilateral, informaciones provenientes de Washington arrojan que en un caso de gran stress cambiario, el Fondo podría aceptar darle mayor libertad de intervención al Banco Central. Después de todo, y habiendo dado 57 mil millones de dólares de asistencia, el FMI está tan interesado como el gobierno en que el programa no descarrile.
El derrumbe de las cotizaciones, con el consiguiente récord del riesgo país, no es por Cristina Kirchner, sino porque hoy las encuestas están señalando que Macri pierde contra cualquier candidato de la oposición. El mundo de las finanzas quiere, entonces, que se baje de la carrera y sea Vidal la candidata de Cambiemos, a quien le asignan mayores chances de ganar las elecciones. Ya se lo dijeron los industriales en persona a la propia gobernadora, durante el encuentro en el Alvear Palace Hotel.
El Gobierno ha gastado la bala de plata que podía aplicar antes de las elecciones porque con lo actuado luce claro que no sólo no hay ningún as bajo la manga. Tampoco existe en estudio ningún esquema económico-financiero serio para suplantar al actual. Si así fuera, no estarían desperdiciando una oportunidad, rifando credibilidad. Lo que el Gobierno ha hecho, es pegarse un tiro en un pie. Ha dado un claro mensaje a los mercados de que el rey está desnudo y encima herido. Nada peor que eso. Nada puede lograrse por este camino que está encerrando a Macri en el esquema del pato rengo.  

La mejor alumna de Herminio Iglesias

Es evidente que gran parte de la fauna política está desbocada. Casi provocando un enorme desconcierto en el electorado que no sabe a quien mirar con simpatía para que gobierne en los próximos cuatro años. Los límites de la ética se están transgrediendo de manera salvaje. La campaña se está convirtiendo en una verdadera cloaca.



Todo ocurre en medio de una batería de operaciones. El Gobierno agita lo más posible, que el miedo a la vuelta de Cristina al poder, sea tangible. Aunque sin medir que con ello se le dispara el dólar y el riesgo país a cifras récord que superaron los 900 puntos. Pero la que bate récord de papelones, es Elisa Carrió, que en un sincericidio reconoció padecer inestabilidad emocional desde los dos años. No obstante, su condición de legisladora no le da impunidad para lanzar pronósticos apocalípticos: "un mes antes se van todos los dólares que hay en la Argentina, las inversiones y un tercio del país".El problema es que cada vez que ella aclara, todo oscurece en la desesperanza y pone al propio Mauricio Macri al borde del abismo. 
Festejar la muerte de De la Sota, por ejemplo, y disculparse luego formalmente acusándolo de narco-friendly, parece apenas el aperitivo de los platos fuertes que despachará a lo largo de su campaña por la salvación final de la república. Lo peor es que no se arrepintió de su exabrupto, de la manera que debe hacerse para limpiar el honor del ex gobernador. Tampoco pensó que el caudillo cordobés dejó en esta tierra hijos, nietos y hasta una madre de 99 años.
Sus ofensas provocaron indignación en Córdoba al punto que el Concejo Deliberante de la ciudad de Alta Gracia la declaró "persona no grata". Candelaria De la Sota, una de las hijas del ex gobernador fue la primera en repudiar sus dichos. A través de las redes sociales apeló al presidente Mauricio Macri para que le exija un pedido de disculpas a su socia. La otra hija del gobernador fallecido, Natalia, candidata a legisladora de Hacemos por Córdoba, también se expresó en sus redes sociales. "Ante tanto odio, tanta bajeza y tanta infamia, no sirven las palabras. Basta con sentir el respeto, el amor y el agradecimiento que tiene Córdoba por ese gran hombre que fue José Manuel de la Sota. Esa es la única respuesta posible", escribió.  
La líder de la Coalición Cívica abrió las puertas del infierno, en el marco de un acto de apoyo a Mario Negri (UCR), quien disputa la gobernación de Córdoba contra Ramón Mestre (UCR) y Juan Schiaretti (PJ). Mestre, rápido de reflejos, inmediatamente tomó distancia del escándalo e hizo una fuerte comparación de las expresiones de la diputada con la quema del cajón de Herminio Iglesias en las elecciones del 83.
“No queremos más Herminios Iglesias quemando cajones ni Luises Barrionuevo quemando urnas. esto ya pasó”, dijo Mestre, en referencia al histórico episodio del cierre de campaña del peronismo bonaerense en el año 1983, donde el candidato del PJ a la gobernación quemó un ataúd con el escudo de la UCR en pleno acto en la avenida 9 de Julio. A pesar de que el PJ traía ventaja en la intención de votos, terminó perdiendo la elección por este último disparate. 
En cuanto a “Luises Barrionuevo quemando urnas”, se refería a la destrucción que promovió el dirigente gastronómico en el año 2003, en Catamarca, para impedir las elecciones. Carrió está envalada en una alocada carrera para mantener los laureles de Cambiemos, tal vez percibiendo el fuerte olor a calas y crisantemos en  la despedida de un gobierno que no ha acertado en nada para encarrilar la economía. Es por eso que apela a frases incendiarias, como que pondría una "molotov" en el Senado y que si fuera vice "tumbaría" a Macri "en dos días". 
Mandó además a callarse a todos los que se quejan porque no les alcanza la plata y salió a competir con Guillermo Moreno en virulencia demagógica antiprecios, cuando aseguró sobre el pobre Mauricio: “Más allá de sus formas, él tiene una decisión de llevarse puestos a los grandes monopolios de la Argentina que violan el sistema de competencia y la cadena de productos alimenticios. Y si no la tiene esa decisión, la va a tener”, prometió.
Después de las bestialidades de Carrio, otro que se sumó a la pirotecnia verbal, fue el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. No tuvo empacho en señalar que:  “Sabemos que hay muchachos que quieren vivir de lo ajeno. Si alguno quiere vivir de lo ajeno, que lo haga, pero con códigos”, disparó en una polémica reflexión. “No me robés una billetera y me dejés a la señora de 60 años con una fractura de cadera, que cuando se recupere va a tener 85".     
El Presidente tampoco se quedó afuera de la contienda, al utilizar sin tapujos la palabra "mierda". Estaba hablando con Viviana Canosa, cuando ella le preguntó sobre los chicos que no tienen para comer: Macri se olvidó de su promesa de "pobreza cero". Pero con cara de piedra exclamó: "Eso a mí me angustia. Igualmente, ese chico, con 5 mil cuadras construidas, puede salir al colegio porque tiene pavimento. Antes había calles de barro y si llovía no podía salir. O un millón y medio de personas que tienen cloacas, y antes no las tenían y convivían literalmente con la mierda. Eso que empezamos a abordar es también una dimensión de la pobreza".
De manera irresponsable, atribuyó la incertidumbre financiera y la fuerte suba del riesgo país registrada en las últimas horas al contexto electoral y a la posibilidad de que Cristina Kirchner regrese al poder.
De otro lado del río, la ex mandataria respondió que "Macri es el caos y que hay que volver a reordenar la Argentina". Todo es válido a la hora de rapiñar votos, en una elección que por lo visto, será a matar o morir. El último que apague la luz.

El plan envenenado de Marcos Peña

El Gobierno quiere instalar que el miedo a la vuelta de Cristina es tangible. Las operaciones de Marcos Peña para asustar a los empresarios, ya comenzaron con charlas privadas, donde se plantean escenarios apocalípticos. Una encuesta también trajo extraño tufillo, al dar cuenta de un amplio triunfo de CFK, hasta en un escenario de ballotaje. Llamó la atención además, que el fin de semana los medios hablaran a tambor batiente de la posibilidad de que termine siendo conveniente que Vidal vaya a la gran pelea electoral en lugar de Macri.Todo muy extraño.



Es hora de poner la lupa sobre la información que brota por los poros de la Casa Rosada y que gana títulos en algunos medios. Hay quienes sostienen que las operaciones del oficialismo están acampando donde hay un espacio amigo. Muchos olfatean que la campaña sucia puso primera y que Marcos Peña, el monje negro del gabinete, encontró una nueva veta para atemorizar al electorado. Existe un plan para llevar agua hacia el molino amarillo y mostrar con el acompañamiento de números y de manera tangible, instalar el miedo a la vuelta de Cristina Kirchner. Peña, cree que la llave del éxito es agitar señales que le pongan la piel de gallina al circulo rojo y que obliguen a los empresarios a volver a la  bombardeada vereda de Cambiemos. Se percibe que el puntapié inicial de la estrategia del hombre que hasta ahora no perdió una elección con sus artilugios, fue amplificar la difusión de la encuesta de Isonomía. Allí se mostraba a CFK  imponiéndose por 9 puntos en un escenario de ballotaje por sobre Mauricio Macri. No obstante, los observadores económicos alertan que las consecuencias de colocar a Cristina como recambio de Macri, también representan un arma de doble filo que puede pulverizar el proyecto de reelección antes de las presidenciales.Esto tiene que ver con que las acciones de empresas argentinas en Wall Street se hundieron 8% el jueves a partir de ese estudio de opinión. 
Aprovechando este escenario apocalíptico, también han aparecido en los medios los profetas de la desesperanza. Por ejemplo, el ex ministro de Carlos Menem, Carlos Rodríguez se animó a decir que “antes de estas elecciones se  viene un plan Bonex”. El especialista alertó sobre la posibilidad de un canje compulsivo de plazos fijos por títulos públicos y consideró que el congelamiento de precios anunciado por el gobierno es “una maniobra típica de una administración radical. Cambiemos es el tercer gobierno radical”. Desde su perspectiva, el PRO y la UCR “se parecen en que son fuerzas inútiles”. 
Otro que irrumpió fue el fugaz ministro de Economía de Fernando de la Rúa, Ricardo López Murphy, para señalar que “el acuerdo de precios no sirve de nada, es muy primitivo hacer algo así”. López Murphy sostuvo además que “el aumento del riesgo país es una muy mala noticia porque marca la reacción negativa que tuvieron los mercados a los anuncios”.
Rodríguez y López Murphy se suman al listado de economistas que expresan sus cuestionamientos a la fallida estrategia macroeconómica del macrismo. La semana pasada Guillermo Nielsen, Javier Milei y Diego Giacomini expusieron sus críticas económicas en la Universidad de Belgrano. 
El diagnóstico compartido asegura que la situación “está fuera de control”. A contramano de toda evidencia empírica, los especialistas del mercado entienden que Cambiemos hace menos ajuste del que debe y que la salida es mayor recorte fiscal. Rodríguez consideró que las subastas de dólares autorizadas por el FMI que comenzó a realizar el Banco Central permitirán contener la cotización en el corto plazo. Sin embargo advirtió que “la estrategia es asustar para que la gente no tenga dólares. Hoy está subiendo y mañana te lo hacen bajar y pasado te lo hacen subir. Tratan de generar incertidumbre en la relación peso-dólar. Y eso puede ser que al chiquitaje lo asuste pero a los grandes operadores no”.
López Murphy sostiene que “el Gobierno sale con estas cosas de maquillaje que no sirven para nada. Son demandas de la sociedad, pero no es lo que hay que hacer”. El economista estimó que el camino a seguir consiste en un mayor ajuste fiscal.
Pero Marcos Peña en persona confía en su fórmula y apura la marcha, agitando los fantasmas del miedo a CFK ante empresarios y líderes de opinión que pasan por su despacho. Quienes comen de las informaciones envenenadas de su mano reciben frases paralizantes: “¿Sabés cuánto va a valer tu empresa el año que viene si gana Cristina?”. 
Por primera vez, es el mismo Gobierno nacional el que instala un escenario de derrota. Una lección básica del manual de antipolítica de Peña con exhibición de debilidad para sacar tajada del rival. La estrategia se agudizará a partir del 22 de junio, en caso de que Cristina se anote finalmente como candidata presidencial. Eso siempre y cuando el dólar, y la inflación de abril no precipiten soluciones de otra índole en Cambiemos.  
Por La Plata también las encuestas levantan la fiebre. Un sondeo de opinión realizado a nivel local por Gustavo Córdoba & Asociados da cuenta de un escenario complicado para Cambiemos. Macri cae ante Cristina, por 14 puntos y el actual intendente Julio Garro cae frente ante las kirchneristas  Florencia Saintout o Victoria Tolosa Paz.
La última medición que recibió Vidal a nivel bonaerense da cuenta que en los 40 municipios donde se concentra el 80% del padrón electoral, Cristina tiene una intención de voto del 38% y Macri, del 32%.
Si esas proyecciones se confirman en la PASO del 11 de agosto, el “vidalismo” deberá apelar a un 7% de corte de boleta para blindar la reelección de la gobernadora en octubre. 
En Casa Rosada, y en La Plata, dan por hecho que Cristina se impondrá en la PASO. Y buscarán convertir la primaria en una primera vuelta que logre unir al anticristinismo de cara a octubre. En ese mes, más que la subsistencia de Macri se definirá el futuro de Vidal, teniendo en cuenta que en la provincia no hay balotaje y se gana por un voto. La derrota o la victoria de la gobernadora el 27 de octubre será el dato que más impacto tendrá en la presidencial. Recién en noviembre, en la segunda vuelta presidencial, se definirá el futuro de Macri. Y de Cristina.
No obstante, muchos se preguntan que pasaría si Cristina anuncia un renunciamiento histórico. En ese caso, la campaña del pánico se derrumbaría como un castillo de naipes. Frente a esa posibilidad, en algunos despachos de Casa Rosada analizan que el oficialismo se vería obligado a cambiar de candidato presidencial. La volatilidad política, y la fragilidad económica en el país obligan a la prudencia en cuanto a las proyecciones electorales. 
El Presidente atraviesa su peor momento y  cada día resulta peor que el otro. Pocos le creen y la efectividad de las nuevas medidas económicas, pese a que han sido recibidas con cierto alivio por la ciudadanía, se parecen más a un manotazo de ahogado, que a una política de Estado para llegar a buen puerto. 
Pero lo preocupante, es que Macri se asoma al final de su mandato con la coalición que lo llevó al poder en riesgo de fractura. Hay convencimiento generalizado que el Gobierno le ha fallado no solo a la ciudadanía, sino también a los mercados internacionales. Este panorama ha generado olas dentro de Cambiemos. Desde ministros hasta integrantes de la mesa chica, gobernadores y hasta interlocutores habituales del Presidente, están convencidos que la base de Cambiemos  se ha resquebrajado. En esa dirección, en la última semana han empezado a fogonear la teoría que Mauricio Macri revise su decisión de presentarse en las elecciones presidenciales de octubre. 
Sacan cuentas y llegan a la conclusión que las expectativas son las peores. Es prácticamente imposible encontrar en la historia un antecedente en el cual un mandatario con estas calificaciones en la economía pueda ganar una elección. El sondeo de la consultora Isonomía toca la sirena y señala que Cristina Kirchner sigue liderando al sector social que la sigue. El liderazgo de Macri, en cambio, se ha transformado en raquítico. Frente a esto, muchos reflexionan :¿Que pasa en cualquier elección en la que, de un lado, hay un líder y del otro no lo hay?.
Quienes no se resignan al fracaso, promueven una estrategia alternativa. Postulan la candidatura presidencial de María Eugenia Vidal quien, pese a todos los problemas que genera el Gobierno nacional, sigue en una situación de cierta ventaja respecto de Cristina Kirchner. 
En La Plata lo niegan y sostienen que acompañarán a Macri a muerte. Pero lo cierto es que muchos en la alianza gobernante perciben el olor a calas y crisantemos y se sienten más cómodos con Vidal. Creen que si Macri se baja la gobernadora , en cambio, podría tender lazos, como lo hizo en la provincia de Buenos Aires, con figuras heterodoxas. Y allí se juegan por Martín Lousteau, hasta dirigentes del peronismo alternativo y defender un acercamiento más humano y sensato en el manejo de la economía.
El lanzamiento de una candidatura alternativa no garantiza nada al oficialismo. No obstante, una elección entre Cristina y Vidal dividiría a la sociedad en porciones más parejas.
Cuando el Presidente tarde o temprano consulte a su almohada, deberá meditar si prefiere vivir en un país gobernado por Cristina Kirchner o por María Eugenia Vidal, ya que la posibilidad de que haya uno gobernado por él mismo, cada vez se muestra más lejos.

¡Habemus candidato!

Una posible bendición del peronismo para la candidatura del ex ministro, tendría que ver con lo que pase el 12 de mayo en las elecciones de Córdoba. Y otros dicen que se empezará a cocinar la semana próxima durante una reunión de la que participarán el ex ministro de Economía, el ex presidente Eduardo Duhalde, Miguel Angel Pichetto, Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa y algunos gobernadores que juegan un papel clave en el andamiaje electoral.



A los 77 años, Roberto Lavagna está decidido a hacer el sacrificio e ir por el bronce. Ya es un hecho que será candidato a la presidencia. Saldrá a la cancha con un discurso para cerrar la grieta  y con la idea de construír un gran acuerdo nacional. Pero aún le resta sellar lazos con los principales jugadores del peronismo federal, para darle mayor base de sustentación electoral a su proyecto. El problema que encuentra, es que Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey, no se quieren bajar de la pelea. Algunos afirman que las novedades relevantes de una posible bendición del peronismo para la candidatura del ex ministro, tendrían que ver con lo que pase el 12 de mayo en las elecciones de Córdoba. Y otros dicen que el menú principal se empezará a cocinar ya de manera formal la semana próxima. Sería durante una reunión en la capital federal de la que participarán el ex ministro de Economía, el ex presidente Eduardo Duhalde, Miguel Angel Pichetto, Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa y algunos gobernadores que juegan un papel clave en el andamiaje electoral.
En la opinión de Duhalde, que juega con la inteligencia de un ajedrecista para consolidar la candidatura de Lavagna, "hay que apurar la marcha para comenzar a instalar al candidato, ya que hay un 30% del electorado, que es el público joven que no conocen a Lavagna". Por el lado de Urtubey, el gobernador estaría convencido de dar un paso, al igual que Miguel Pichetto. El que falta es Sergio Massa, que está encaprichado con ir a unas Paso, cosa que a Lavagna lo fastidia porque quiere ser un candidato de consenso.
LA ESTRATEGIA DE EDUARDO DUHALDE
La estrategia del caudillo de Lomas de Zamora, que se ha puesto al hombro el desafío de convencer al peronismo federal que Lavagna es la única carta de triunfo, apunta a los mandatarios provinciales. " Lavagna es el único candidato de consensos y alejado de la grieta, para romper la polarización entre Macri y Cristina y recuperar las banderas del poder. No hay que hacer el juego al macrismo que quiere polarizar con Cristina para volver a ganar", reconoció un armador, que ya está trabajando en  la campaña bonaerense.
Hay quienes miran hacia Córdoba, más precisamente hacia la elección del 12 de Mayo, donde Juan Schiaretti plebiscitará cuatro años más de gestión."El Tano si gana caminando, como dicen las encuestas, se va a convertir en el líder del peronismo por razones obvias, ya que Córdoba junto con Buenos Aires son las provincias más poderosas capaces de dar vuelta una elección", dijo un vocero confiable. La misma fuente indicó que "si eso ocurre, el rumor que anda circulando con fuerza es que Schiaretti podría bendecir a Lavagna, por lo que Massa quedaría solo en medio del desierto y no tendría otra opción que acompañar, porque los números con que cuenta, si bien suman, no le alcanzan para ganar la elección. Después del 12 de Mayo todo se clarificará y el peronismo empezará el camino de la formación de un frente amplio donde ya está el compromiso explícito de sectores radicales, socialistas y del GEN de Margarita Stolbizer", agregó el mensajero.
COMANDO DE CAMPAÑA EN PLENO CENTRO
Lavagna también tendrá la semana próxima un comando de campaña en la calle Paraguay 1132, casi esquina Cerrito, en el centro porteño.  Quienes timonean su candidatura preparan para dentro de quince días una gran reunión para retratar a dirigentes de distintas fuerzas políticas y lanzar un frente de unidad nacional.
Así se acordó en las últimas horas, en diversas reuniones que Lavagna mantuvo con dirigentes como Margarita Stolbizer, referentes de la UCR y sindicalistas petroleros liderados por el senador Guillermo Pereyra (Neuquén). Del radicalismo estuvieron el presidente de la convención nacional de la UCR, Jorge Sappia, junto con Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella."Se lanzará el frente de unidad con una convocatoria al resto a que se sume formalmente", remarcó uno de los participantes.
En esa reunión podrían estar Margarita Stolbizer; radicales; referentes del Partido Socialista como el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, el legislador porteño Roy Cortina, y los dirigentes del peronismo alternativo que siguen a Lavagna, aunque todavía no se extendieron las invitaciones.
"No están confirmadas ni la reunión ni la fecha, pero se va conformando el espacio", dijo una figura del entorno de Lavagna. Tienen todo acordado con los socialistas y con Stolbizer, pero con los radicales todavía faltan algunos pasos. Tras reunirse con el ex ministro, Stolbizer dijo que lo vio "totalmente candidato, con vocación de diálogo y unidad".
EL EQUIPO PROVINCIAL SALE A LA CANCHA
El Lavagnismo también puso primera para la articulación de la junta promotora que trabajará para abonar el territorio bonaerense. Allí confluyen importantes jugadores que vienen trabajando desde hace 20 días en este armado. Se encargarán de sumar también a hombres y mujeres que están fuera de la política. Saldrán a pescar adeptos entre los empresarios pymes, en el ámbito de la cultura y en los gremios. Otra gran apuesta será cautivar a jóvenes dirigentes vinculados a la política y a la sociedad civil. "No queremos cerrarnos en la representación político partidaria", sostienen en el lavagnismo.  
El equipo de las primeras espadas bonaerenses, son el ex embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodolfo Gil; el diputado nacional Eduardo "Bali" Bucca, hombre cercado a Marcelo Tinelli; el ex ministro bonaerense Alejandro "Topo" Rodríguez; el ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño; el ex senador provincial Juan José Amondarain; la ex diputada provincial Valeria Amendolara; la dirigente randazzista Florencia Casamiquela; el ex diputado bonaerense Fernando Rozas y el dirigente peronista Eugenio Casielles.
En La Plata uno de los principales fogoneros, es el abogado Osvaldo Dameno, un dirigente muy cercano a Eduardo Duhalde y con pretensiones de disputarle a Julio Garro la intendencia. Dameno, que tiene una destacada actuación en la Justicia, ya instaló su búnker en la calle 45 entre 11 y 12 y por allí confluyen importantes figuras locales que se quieren sumar al armado. La condición es que no tengan causas pendientes con la Justicia.
En cuanto a Rodolfo Gil, es un hombre de máxima confianza de Lavagna y forma parte de su mesa chica. Junto a Carlos Hourbeigt son quienes acompañan al ex ministro en cada reunión política. Bucca es el nexo con Marcelo Tinelli y con los intendentes de la provincia. Además, es uno de los principales armadores de Alternativa Federal y quien mantiene un vínculo aceitado con los gobernadores del PJ. "Topo" Rodríguez, ex ministro de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli, es la persona de mayor confianza en territorio bonaerense.
Eduardo Camaño es un veterano dirigente con mil batallas al hombro, que trabaja cerca del senador Miguel Pichetto. El platense Juan Amondarain proviene del Frente Renovador que lidera Sergio Massa. La varelense Florencia Casamiquela, interactúa con Florencio Randazzo. Ex candidata a senadora por Cumplir y representante del randazzismo en Alternativa Federal. 
En cuanto a Eugenio Casielles,  es un dirigente cercano al diputado Marco Lavagna, hijo del ex ministro y Fernando Rozas es uno de los promotores del peronismo federal en Buenos Aires. A ellos se sumarán representantes bonaerenses del socialismo y del GEN. En ambos casos, tienen el visto bueno de Miguel Lifchitz y Margarita Stolbizer, quienes impulsan con fuerza la candidatura del economista.
HABRA JUGADORES DE OTROS PARTIDOS
En el nuevo esquema provincial también habrá representantes del radicalismo. En el lavagnismo prefieren mantener la cautela sobre una posible alianza con un sector de la UCR. Están esperando la decisión orgánica del partido y si se produce alguna escisión del sector que está dentro de Cambiemos que termine respaldando la candidatura de Lavagna. El economista quiere que un sector del histórico partido sea parte del armado, para darle mayor pluralísmo a la base ideológica de su proyecto.
Lavagna quiere evitar las polémicas y las respuestas mediáticas a los dirigentes de Alternativa Federal que cuestionan su pedido de consenso detrás de su candidatura. Esa fue la idea que le transmitió a los senadores del PJ una semana atrás, cuando compartió un desayuno en el Congreso. Les pidió patear hacia adelante la forma en la que se definirán las candidaturas y concentrarse en la construcción de un esquema electoral voluminoso y firme. En definitiva, no quiere confrontar con Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey.   
El ex ministro tiene en claro que falta muy poco para el cierre de listas y que llegó el momento de darle sustento a su idea de competir por la presidencia de la Nación. Ya hay un fuerte equipo trabajando en las redes sociales para darle visibilidad a su propuesta. Por estas horas, Lavagna parece estar dispuesto a emerger de la incertidumbre. Intuye que eliminar dudas implica ganar respaldo.  
En caso de acceder al sillón de Rivadavia, Lavagna ve como carta fundamental materializar un gran acuerdo nacional con todas las fuerzas políticas, sindicales, empresarios, la Iglesia, el campo y los Movimientos Sociales. Si idea, es poner en práctica mecanismos de reactivación del aparato productivo, mejorar el bolsillo de la gente, empezar a bajar la inflación y los índices de pobreza.
Cerca de su entorno, sostienen que el ex ministro está entusiasmado y cree si el pueblo le da el voto, en 18 meses y con nuevas medidas que den previsibilidad y acerquen confianza sobre la gestión, la rueda virtuosa de la economía puede volver a funcionar para salir de la mediocridad reinante.

Señales de que la casa no está en orden y a rezar por el Plan Felices Pascuas

El Presidente tuvo que suspender un viaje a Europa, para apagar el fuego en el gabinete. Hay peleas y pases de facturas, con pedidos de renuncias que pueden tener consecuencias impredecibles. Todo esto ocurre en el momento más delicado del Gobierno. Macri tiró la toalla con medidas económicas que parecen propias del kirchnerismo. Si el Plan Felices Pascuas no da resultado, el crédito de Cambiemos se agota.




El video que Jaime Durán Barba eligió para dar a conocer el intento de la Casa Rosada de disimular su incapacidad para controlar la inflación, terminó ridiculizando al Presidente. Es otra pieza de colección con la que se buscó generar empatía, pero solo terminó sembrando más desconcierto. La protagonista fue la misma vecina con que Macri grabó un video un año atrás. Resulta increíble que en el Gobierno nadie haya evitado el papelón. “Insólito video”, titularon los mismos medios que vienen haciendo esfuerzos sobrehumanos para sostener la confianza en Cambiemos. El calificativo es generoso. Más aún, cuando hace una semana tras la reunión con el radicalismo, habían informado que el Presidente daría un discurso o una rueda de prensa para anunciar el paquete de los milagros.
No fue así. Mauricio Macri pasó de sobreactuar el enojo con el vulgar “estoy recaliente” a mostrarse en una especie de video casero con cara de dormido, desganado, a punto tal que la vecina sostenía la dramaticidad de esa obviedad que el Presidente acababa de registrar: el pueblo no aguanta más.
En las redes sociales no tardaron en hacerse un pic-nic  por la actuación guionada, en un video que a todas luces fue "mal grabado, con color apagado y mal sonido" y que fue difundido mucho más tarde de lo previsto. "Estamos en emergencia y el laboratorio del PRO se manda novelistas a lo Suar. No dan más de corpo. Que inoperancia", se quejaron los usuarios. Otros recurrieron a los memes más variados. La movida oficial por encontrar un desesperado salvavidas para la crisis, además mostró los puntos débiles de un "paquete" de medidas con certificado de vencimiento el día de las elecciones, pero que la mayoría de los economistas ven condenado al fracaso.  
Desde las baterías de la oposición no dudaron en disparar calificativos de Plan Aspirina, Plan Parche, “paquetito” y hasta hubo quien lo comparó con la táctica de un técnico de fútbol que se sabe despedido y juega en el último partido con toda la audacia que nunca tuvo, con los jugadores y la estrategia en los que nunca creyó, para despedirse, fracasado y golpeándose el pecho diciendo “hice lo que me pedía la gente”.
Hay quienes opinan que Macri tiró la toalla. Los anuncios de las últimas horas solo confirman la inviabilidad del proyecto económico y social de Cambiemos. El Gobierno que vino a reemplazar al kirchnerismo para que no vuelva más termina haciendo kirchnerismo económico (pisar tarifas y precios, financiar consumo a cuenta) para llegar a octubre, noviembre y diciembre. 
Este nuevo capítulo, muestra la fragilidad manifiesta de los inquilinos de la Casa Rosada para manejar la crisis. Paradójicamente, ocurre en Semana Santa. Justo en la fecha en que hace décadas Alfonsín tuvo que hacer frente a una rebelión militar comandada por Aldo Rico. Si bien es cierto que eso no va a volver a ocurrir, Macri por estas horas está tratando de dominar otro motín. Pero es interno,  desatado por quienes se reparten culpas en "el mejor equipo de los últimos 50 años". 
En medio de la confusión reinante, el Presidente parece un pájaro en medio de la tormenta, pero le aconsejaron no volar a Europa, donde tenía proyectada una gira. Primero,  el Jefe de Estado deberá calmar las aguas en una pelea de proporciones entre sus primeras espadas, que de agravarse, sería letal para sus pretensiones reeleccionistas. Los asesores le recomendaron de manera tajante: "en medio de este quilombo, con la incertidumbre por el efecto de la nueva política de precios y cinco puntos de inflación, no puede marcharse a Europa, porque el barco hace agua".
El tsunami amarillo, tiene su origen en la torpeza del asesor ecuatoriano Jaime Durán Barba, distanciado de Marcos Peña por los fracasos alectorales que viene acumulando el oficialismo en las provincias, que le aconsejó a Macri que eche a Nicolás Dujovne y nombre a Martín Lousteau. "Tengo todo anotado lo que pronosticó y nada se cumplió", se quejó el gurú ecuatoriano. El presidente se puso el traje de bombero y le respondió que no puede despedirlo porque el FMI lo sostiene. Y eso sería como firmar la sentencia de muerte de los acuerdos. Dujovne, por su parte, quiere la renuncia de Jorge Todesca, el titular del Indec. Le recrimina la metodología que utiliza para sus mediciones y por anunciar un día antes del nuevo paquete de medidas que la inflación de marzo había alcanzado el estruendoso pico del 4,7 %. 
No parece atinada la recomendación, con quien quizá sea el mejor funcionario de toda la era Macri. Todesca, heredó un organismo devastado por la intervención de Guillermo Moreno amparada militantemente por Néstor y Cristina Kirchner. Y después de despejar el bosque de enemigos, con profesionalismo y sin importar que cada dato que publica es un martillazo contra el Gobierno que lo nombró, demuestra una independencia en su trabajo digna de elogio. Cualquier Gobierno serio debería garantizar su continuidad más allá de 2019, si es que quiere trabajar con números reales.  
A esta altura de los acontecimientos, todo lleva a suponer que Macri ha perdido la batalla de la confianza. La disparada de los precios y la inestabilidad del dólar, están taladrando la base electoral de Cambiemos. Este es un dato que no sólo confirman las encuestas y los focus group que encarga el consultor ecuatoriano, sino también las elecciones, como pasó el domingo pasado en Entre Ríos y  Córdoba. En la primer provincia la Casa Rosada estimaba perder frente al gobernador Gustavo Bordet por 10 puntos que terminaron estirándose hasta un demoledor 25%. Y en las municipales de Córdoba, el peronismo le arrebató a Cambiemos la friolera de casi treinta intendencias.
No obstante, con este fenómeno de viento en contra, el Gobierno intenta ahora recuperar la iniciativa con un paquete heterodoxo de controles de precios y créditos. Apuesta una vez más al atraso cambiario, clavando el techo del dólar en torno a los 51 pesos.
Pero la foto no ayuda, menos con una inflación de 4,7% en marzo. Un acumulado de 11,8% en los primeros tres meses del año y una proyección de más de 15% para el primer cuatrimestre de 2019. Un 54,7% anualizado, y una suma de 188% en toda la gestión de Cambiemos. Cuando Mauricio Macri concluya esta gestión, será inevitable que el alza de los precios supere el 200% desde que asumió el 10 de diciembre de 2015.
Cualquiera sea el resultado que se obtenga hasta fin de año en la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el Gobierno de Mauricio Macri no podrá escapar a una dura realidad: habrán fracasado inexorablemente todos sus planes de ponerle un candado a la inflación.
Si el objetivo del “paquete” de medidas que se anunció, fuera mejorar las condiciones de vida de la mayoría, y tan rápido fue diseñarlo, resulta imposible entender por qué no lo aplicaron antes. ¿Qué llevó esperar a que se acerquen tanto las elecciones. Quién se arriesgó a semejante caída en las encuestas?. 
La respuesta es sencilla. Las medidas, aún en su modestia como “paliativos”, van a contramano de todo el discurso oficial y ninguno de los encargados de llevarlas a cabo cree en ellas, empezando por el Presidente. Eso pone en duda que tengan algún éxito  y logren finalmente llevar “alivio” a los agobiados bolsillos. Lo que asegura, es que las medidas serán abandonadas apenas el patriarcado del FMI considere que ponen en riesgo el pago de las deudas que su rescate se propone garantizar.
Mirando hacia octubre, Macri resolvió poner a su gobierno en liquidación tratando de recuperar algo de la esperanza perdida. Tiene una última oportunidad: que efectivamente el dato de la inflación de marzo sea un pico y que el indicador comience a bajar. Y encender velas para el período julio-octubre el porcentaje se ubique por debajo del 2%. Los especialistas creen que será una travesía difícil, pero aún el Gobierno puede alcanzar la escueta meta que la asfixiante presión inflacionaria está haciendo ceder. Aunque más no sea, para acercarles un poco de oxígeno a los angustiados ciudadanos, que vieron cómo en sólo un mes sus salarios perdieron casi un 5% de su poder de compra. Y que en lo que va del año, el recorte en su riqueza supera ya el 11%. Demasiados latigazos para una sociedad que viene castigada luego de un devastador 2018. Macri debe rezar por el éxito del Plan Felices Pascuas y prenderle velas. Pero lo inquieta que haya un dólar futuro que se vende a $54. Moraleja: asoma un fantasma amenazante para un Gobierno que debe plebiscitarse en las urnas en muy poco tiempo.  

Ni Macri, ni Cristina, el discurso anti grieta comenzó a ganar elecciones

Hasta el momento, Cambiemos lleva seis derrotas al hilo: Entre Ríos, Chubut, Río Negro, San Juan, Neuquén y La Pampa. Resulta casi una confirmación del anticipo que me dio Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, durante una charla que mantuvimos este verano en Pinamar y que reflejé en mis comentarios anteriores. Pero lo novedoso, es que casi todos los escenarios han comenzado a mostrar una carta de triunfo. El discurso anti grieta empezó a facturar para terminar con la fatiga que produce la lucha ideológica entre macristas y kirchneristas.



Hay otro dato a tener en cuenta de la consultora Taquión: la mayor parte de los consultados esperan que aparezca un nuevo candidato que pueda romper con la actual polarización política.  
En la mañana del lunes el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, triunfador por paliza, fue contundente. "Yo estoy trabajando en encontrar la alternativa de la Argentina. Hay que superar la división Macri y Cristina Fernández", expresó. Y agregó: "En Argentina hay un cansancio de esta grieta que se ha armado hace mucho tiempo. Hay que trabajar para superarla".
Todos los candidatos ganadores en este 2019, han capitalizado para sus campañas las ventajas de no estar condicionados ni por Macri, ni por Cristina. Se han manejado con discursos moderados y con propuestas concretas. Han entendido que frente a una sociedad que vive en estado de crispación, no es necesario echar más leña al fuego. Ni Argentina será Venezuela, como quiere meter miedo el Gobierno y tampoco se vendrá el mundo abajo si  Macri no gana. Hoy están germinando otras opciones que no tienen que ver con ninguno de los dos extremos. 
EL BOLSILLO SERA UN JUGADOR CLAVE
Además, no hay que perder de vista que en una elección como la que viene, la economía está en el centro de la escena como la preocupación máxima de los votantes. Frente a ese panorama, para una porción mayoritaria del electorado que no quiere elegir entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner,  porque observa que ambos han fracasado, aparece la figura de Roberto Lavagna. Aún con sus 77 años, se lo visibiliza como el hombre con la fórmula mágica para domar la economía en un solo período de gobierno. El inconveniente con que tropieza, es que el 30% del padrón no lo conoce, especialmente los jóvenes. Por eso, si llegara a jugar, Lavagna estará obligado a una rigurosa campaña si quiere alquilar por 4 años el sillón de Rivadavia. 
La curiosidad del momento, es que las mayores adhesiones siguen convergiendo en Mauricio Macri y Cristina Kirchner. No obstante, más allá de que uno esté bajando y la otra subiendo, ellos son, al mismo tiempo, los que aglutinan también los mayores rechazos. El porcentaje de quienes no los votarían ronda o supera la mitad de los electores. Son los que, más allá de los núcleos de militantes y partidarios de uno u otro, no encuentran motivos para adherir a ninguno. O peor aún, que abrigan razones para alejarse de ambos porque ya no confían en que podrán solucionar en el próximo mandato presidencial sus actuales desvelos. 
A DURAN BARBA LE TIEMBLA LA PERA 
En ambos campamentos empieza a advertirse los esfuerzos puestos en bajar los niveles de rechazo con la idea de llegar bien parados a octubre. Para eso deberán cambiar sus libretos si es que quieren hacer la diferencia en un ballotage, como hasta ahora se olfatea. Por el lado de Cristina, suma adeptos haciendo silencio.
En el oficialismo, el terreno está más cenagoso. Uno de los más alcanzados por las derrotas en el país y en su Ecuador natal, es el principal fogonero de la grieta, el asesor presidencial Jaime Durán Barba. Hoy está en su peor momento y seriamente cuestionado por las figuras de Cambiemos, entre ellos el gobernador de San Juan, Gerardo Morales que salió a torearlo en público, mofándose hasta de su carmela y pidiéndole que mantenga la boca cerrada.
El asesor estrella de Mauricio Macri cree que el presidente puede perder pero no se anima a decírselo. Su visión crítica choca de lleno con la de Marcos Peña, que sigue repitiendo que Macri va a ganar en primera vuelta. En el PRO están preocupados por el distanciamiento entre Durán Barba y el jefe de gabinete, que funcionaron como un tándem desde los orígenes de la incursión de Macri en política, pero que hoy muestran sus grietas.
La oposición empieza a ver que  las defensas amarillas se debilitan y  si no aciertan con el plan góndolas, la ingeniería electoral se puede caer a pedazos .
LAVAGNA VS MASSA, LA PELEA DE FONDO
También Sergio Massa irrumpe en la escena con pretensiones de recuperar la avenida del medio. Massa y Lavagna están cerca y buscan ganar tiempo. Lavagna, con la esperanza de que se profundice el declive de Macri y eso mejore su intención de voto para evitar una interna con Massa, pero contando con su apoyo. El tigrense en cambio, es más ambicioso y enciende velas para que Cristina decida asegurarse la derrota de Macri bajándose de la carrera para abrir unas PASO. Lavagna le dice a todos que él tiene la camiseta de Alternativa Federal, y que no tiene sentido dividir ese espacio con una PASO.
Hace unos días durante una cena a la que invitó el empresario de medios Daniel Vila, se sacaron chispas el senador Miguel Pichetto, CEO del espacio y Massa. El hombre de Tigre calificó a Lavagna de caprichoso. Pichetto fue duro al pronosticar la desaparición del espacio federal, si pierden el aporte de Lavagna por un exagerado rigorismo formal. “Lo que hay que debatir es lo que nos conviene, no quedarnos en peleas personales”. Los testigos de ese cruce (Juan Manuel Urtubey, Marcelo Tinelli) tomaron nota de la gravedad de esta amenaza.
Horas antes, en el Senado, Lavagna había predicado ante el bloque de Pichetto sobre la necesidad de la unidad como única fuerza. "Hay dos candidatos fuertes, Macri y Cristina, y si no arman algo con espesura política, se van a quedar afuera de la pelea grande", dijo. En ese debate pesa además el apoyo que gana Lavagna en el sindicalismo. “Nuestro plan es que Macri salga tercero”, dice Héctor Daer desde la CGT. 
LA CARTA PARA PACIFICAR LA POLITICA
Mientras tanto, por ahora el mensaje de Lavagna sigue siendo el más esperanzador para un país que quiere un cambio. El ex ministro dijo ante poderosos sindicalistas que se entusiasman con su candidatura, que necesitará 18 meses en caso de acceder al sillón de Rivadavia, para enderezar el rumbo. 
Lavagna además, en un gesto de claro nacionalismo, se le plantó al FMI señalando que Argentina "no soportará 10 años de ajuste" y consideró que "hay otras alternativas" para salir de coyuntura. Para lo que está por venir, Lavagna representa la esperanza de un amplio espectro. Es el personaje que podría lograr un acuerdo nacional con todas las fuerzas, darle previsibilidad al futuro de la economía y tranquilizar a los acreedores externos, desactivando la pesadilla de otro default.  
Los analistas coinciden que el hombre que se calza las sandalias con medias, podría ser el remedio para cerrar la grieta entre dos fuerzas, como el kirchnerismo y el macrismo, que vienen mostrándose los dientes desde hace una década. Es un veterano de probeta que puede exhibir una personalidad mutante que se adecua del peronismo y a los radicales, parando en la estación socialista si es necesario. Lo que se dice, un caso único en un universo donde no abundan los elegidos para descongelar el dilema de Macri o Cristina. O viceversa. 
UN TRAJE DE MEDIDA PARA MUCHOS
Por el lado de los economistas de ideas moderadas, se dice que Lavagna encarna una suerte de "carisma gris" que sintoniza ese cansancio en torno a la polarización que tanto agita para llevar agua a su molino el gurú presidencial, Jaime Durán Barba. 
Eduardo Duhalde, de buen olfato político, lo probó como ministro durante su gestión a cargo del P.E. Confía en su medicina y  fue el primero en poner en el centro de la escena su candidatura. El ex presidente observó que tiene un traje de medida para las preferencias de buena parte de un electorado agobiado con las disputas ideológicas que han separado a tantas familias. 
Frente al espejo, Lavagna aparece con silueta peronista, pero viste, habla y se asemeja a un militante de la Unión Cívica Radical. De hecho, fue secretario de Industria y Comercio Exterior del gobierno de Raúl Alfonsín y luego candidato a presidente por ese partido. Su postulación cuenta con el apoyo del peronismo antikirchnerista, de sectores del radicalismo descontentos con el gobierno y de fuerzas progresistas como el Partido Socialista y el GEN de Margarita Stolbizer. 
Lavagna no es un improvisado. Como ministro de Néstor Kirchner, negoció un exitoso canje de deuda que generó un ahorro en las cuentas públicas clave para inaugurar una etapa de equilibrio macroeconómico, mejoras sociales y crecimiento inédita en la historia argentina que venía del infierno del 2001.
Las encuestas, que hasta dos meses atrás ni siquiera lo consideraban, han comenzado a registrar su ascenso, aunque su popularidad todavía está lejos de la de Mauricio Macri o Cristina Fernández de Kirchner. Si bien mantiene su programa de gobierno en un deliberado enigma, Lavagna ha dicho que evitará cualquier iniciativa que estrese a la sociedad, como la promesa de una nueva reforma previsional del macrismo o las insinuaciones de una posible reforma constitucional que deja caer el kirchnerismo.
BUSCANDO LA LUZ DE LOS REFLECTORES
Además, el acercamiento del ex ministro al conductor televisivo Marcelo Tinelli buscaría obtener visibilidad en sectores medios bajos, especialmente en el conurbano. Y también en menores de 30 años que no tienen registro de su gestión como ministro entre 2002 y 2006.
Lavagna evita cualquier contacto con el planeta K, al que ve como un agujero negro capaz de deglutirlo y del que, según las encuestas, es poco lo que puede obtener. Buena parte de los que lo votarían provienen de los desencantados que apoyaron a Macri en el ballottage de 2015.
Ante la ausencia de propuestas superadoras de las otras fuerzas, Lavagna anunció que convocará un acuerdo de precios y salarios que permita moderar las expectativas inflacionarias mientras renegocia con el Fondo Monetario Internacional algún tipo de alivio en los pagos de la deuda. Cree que la única manera de devolverle dinero a los bolsillos de la gente es crear trabajo genuino y alentar el consumo y la producción para encarar transformaciones más profundas.
LA BENDICION LLEGARIA DE CORDOBA
Lavagna cumplió 77 años en marzo y a lo que apunta es a comandar una gestión de un solo periodo que reordene la economía, empiece a suturar la herida social y habilite la emergencia de un nuevo liderazgo. De allí que a su espacio lo denominó Consenso 19. 
Hay sociólogos y politólogos que sostienen que la  década de la grieta es la perdida: la economía argentina ha crecido poco en ese periodo, no ha logrado crear empleo privado de calidad ni ha perforado el piso del 25% de pobreza.
Ni el macrismo ni el kirchnerismo pueden desbloquear la situación para las mayorías. Más allá de la adhesión apasionada de un sector minoritario, ambos despiertan un potente rechazo del resto de la sociedad.
En este contexto, solo un actor extra grieta puede ofrecer una salida. ¿Será Lavagna? Por su perfil moderado, su vocación bipartidista y sus antecedentes económicos, el ex ministro parece el dirigente adecuado. Sin embargo, para hacerlo deberá construir una coalición lo suficientemente amplia, que contenga tanto al peronismo como a los votantes independientes, y moverse con una generosidad que excluya la tentación del veto, ya sea por razones de pasado o de ideología.  Nunca será posible superar la polarización excluyendo al kirchnerismo, que sigue siendo la corriente con más potencia dentro del peronismo. También deben quedar afuera las situaciones de arrogancia personal, priorizando escuchar, antes que la prescripción. Es decir, la compresión más que la imposición programática. Lavagna si quiere ser el jugador elegido, debe maniobrar rápido. Antes de que la expectativa que ha despertado su candidatura se diluya en la agobiante polarización que desde hace una década paraliza a la nación en el camino del odio ideológico. Algunos sostienen que si el gobernador Juan Schiaretti obtiene un triunfo por paliza en Córdoba, podría ser quien bendiga a Lavagna, para evitar las Paso. Por el poder electoral de Córdoba, muchos ven a Schiaretti como el futuro conductor del peronismo. Habrá que ver si se cumple la profecía del que gana conduce y el resto acompaña.

Abrazados por el miedo a perder

La antesala de las elecciones se vive como una partida de ajedrez. Pero también tiene un alto voltaje discursivo y un denominador común: de aquí a octubre, Mauricio Macri hará lo que le pida María Eugenia Vidal. Su suerte está atada a la de ella. Fue por eso que a pedido de la gobernadora, el Presidente sacó un decreto anulando las listas colectoras, ante la posibilidad de que el peronismo presente un candidato único y la mande al pasto.



En el PJ  apuntaban a ir con un solo candidato en Buenos Aires, junto a las dos boletas del justicialismo a nivel nacional. 
Puntualmente, lo que se determina es que los partidos políticos no podrán ir divididos en la elección presidencial y unirse en otro nivel. La norma, que modifica al decreto reglamentario de la ley de Reforma Política que aprobó el kirchnerismo en 2010, cambia las reglas de juego a solo 4 meses de las PASO. También hay que recordar que fue un mecanismo usado por Cambiemos en Jujuy en 2015, cuando Gerardo Morales presentó su candidatura junto a la de Macri y a la de Sergio Massa. Lo que se comenta en las mesas de la rosca política, es que ya estaba casi abrochada la fórmula Axel Kicillof para gobernador y Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa, para vice.
El PJ bonaerense que preside el intendente Gustavo Menéndez no se cruzará de brazos. Promete batalla y adelantó que irá a la Justicia para impugnar la reforma. "Ninguna reforma electoral puede realizarse en año de elecciones y menos por decreto", aseguraron.
Además, como forma de campaña electoral Vidal también le solicitó a sus ministros que estudien una ley de góndolas. Es para el caso que no tengan un efecto contundente las medidas de la Casa Rosada. Mientras esto se instrumenta, la mandataria decidió que vuelvan ampliados desde este fin de mes los descuentos del 50% en el Banco Provincia y se prolonguen hasta las elecciones. Esta vez, la movida viene con premio, ya que el límite de reintegro será de dos mil pesos.  
La centralidad creciente de Vidal también quedó ilustrada con su presencia en la reunión del jueves en la Casa Rosada entre los gobernadores de Cambiemos (Larreta, Vidal y los radicales) por un lado, y una especie de Gabinete ampliado de crisis liderado por Marcos Peña, quien intentó canalizar los reclamos de medidas anticíclicas para frenar el descontento social por la recesión inflacionaria o la inflación recesiva.
Vidal también debió actuar como bombero en la quinta de Olivos. Fue cuando Mauricio Macri recibió el viernes a los dirigentes "sin tierra" y casi vivió un motín a bordo al ser desafiado por una concejal de Cambiemos que le dijo que la quieren más a María Eugenia.
"¿Cuándo vas a tocar el timbre?", le reprochó la concejal al presidente en medio del asado y lo paralizó. De ese modo hizo referencia a la estrategia de campaña de Cambiemos de salir a tocar timbre para escuchar a los vecinos, que fue abandonada en los últimos meses por temor a las reacciones por la crisis económica. La concejal dijo además que la economía "nos duele a todos". Macri recogió el guante y, con una sonrisa, valoró la honestidad de la edil. "Así me gusta, sin pelos en la lengua", respondió.
Para que el ambiente no se caldeara más, Vidal salió a apagar el fuego y dijo que todas las obras que se hacen en la provincia y en los municipios son "gracias a Mauricio".
También llamó la atención el tono que utilizó Marcos Peña, que les pidió a los candidatos bonaerenses de Cambiemos que piensen la campaña en términos de una "guerra" que se definirá recién en los últimos 15 días. "Sean más vietnamitas", arengó y les sugirió meterse a convencer a los indecisos en todos los ámbitos, incluso en grupos privados de WhatsApp.
En el miedo a perder las elecciones, lo que se observa es que Cambiemos ha encontrado un remedio para recuperar la mística de los tiempos de campaña y está dispuesto a dar batalla en los escenarios más hostiles. La imagen de Peña respondiéndoles a los gritos a los diputados que lo atacaban el miércoles con cifras de la pobreza y con cartelitos opositores, es la foto de un debate que se repetirá metro a metro sin concesiones. 
Las PASO y los comicios generales dirán si la mutación política del macrismo se produjo a tiempo o si llegó demasiado tarde. Por lo menos, el golpe de timón es un síntoma de energía vital en la batalla por el poder. La que no tuvo la Alianza en 2001, cuando la confrontación interna mandó a la lona al gobierno de Fernando De la Rúa tanto o más que sus debilidades de gestión. Cambiemos ahora apuesta a corregir sus desatinos para demostrar en estas elecciones, que algo han aprendido de las numerosas lecciones del fracaso que se siguen acumulando en nuestra historia.
Mientras tanto, la calle se calienta cada vez más y en  el Gobierno crece la desesperación por encontrar una llave salvadora. Mauricio Macri ve que los números le juegan con el pulgar hacia abajo y que la posibilidad de reelegir se aleja. En esa dirección, la Casa Rosada apura el paso para dar los últimos retoques al plan de acuerdo con las empresas que se anunciaría el próximo miércoles y que incluiría la ampliación de los “Precios Cuidados” y el relanzamiento de “Ahora 12”. 
Pero la travesía no es fácil. Los supermercadista se mostraron preocupados y levantaron la guardia. Comenzaron a torpedear el intento advirtiendo que si se avanza con un nuevo congelamiento de precios para combatir la inflación y la caída del consumo, habrá desabastecimiento de productos, una postal del pasado a la que el oficialismo le teme. En ese sentido, se advierte que el cliente verá productos baratísimos, pero le dirán que no hay más. Simplemente porque la industria deja de fabricar productos con los que va a pérdida, o no los entrega. 
Las idas y vueltas para armar este rompecabezas y el desgaste que genera la falta de claridad en lo que se está pergeñando, ha derivado en que el propio ministro de la Producción, Dante Sica, un hombre clave en el andamiaje negociador, haya dado un golpe en la mesa y puesto a disposición su renuncia. Todos salieron a pararlo, porque sería letal para Macri. Marcaría su debilidad para encontrar consensos en medio de la tormenta. 
Sica esta enojado y vocifera que lo mandaron a convencer a las empresas sin reglas claras, como ir a la guerra a pelear con un escarbadientes. 
Macri empieza a tomar conciencia que el relato de emergencia que le armaron Marcos Peña y Durán Barba luego de la implosión del gradualismo, no sirve para sumar votos y ahora solo piensa en el bolsillo de la gente. 
En medio de toda esta discusión hay números muy preocupantes. La onda expansiva llega hasta la propia aldea del PRO. En la ciudad de Buenos Aires, la más rica del país, según información oficial, 1.343.000 porteños sufren privaciones y 204.000 pasan hambre. Son datos inéditos, que publicó el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), que dirige el economista Claudio Lozano, en su Informe denominado Derrumbe social en la Ciudad de Buenos Aires.  
Los asesores presidenciales y los aliados del radicalismo, coinciden que algo hay que hacer de manera urgente para evitar el naufragio. Esto ocurre, en momentos en que todas las encuestas hacen sonar las sirenas marcando  que cada vez son menores las posibilidades que tiene Cambiemos de buscar revancha en los próximos cuatro años. No se trata de una sensación de derrota, sino de un hecho que se traduce en saliva amarga. Por ejemplo, una medición de Sypnosis, dio cuenta que en un eventual escenario de ballotage, Cristina Kirchner le ganaría por dos puntos a Mauricio Macri. El Circulo Rojo está al borde de un ataque de nervios. 
Mientras la crisis económica se agudiza, la pulseada y la campaña llega a niveles de subsuelo entre el precio de la leche, espías y arrepentidos truchos. Como si fuera poco, la diputada Elisa Carrió tampoco ayuda. Mostró una triste imagen trucando una foto donde se la ve acostada en el piso, al lado de una góndola de supermercado. Poco serio, en momentos en que se necesita aquietar las aguas. Esto revela que la pobreza argentina no es solo económica. 
Pero también existe un elemento en la cúpula del poder que no se está teniendo en cuenta en el terreno político: el creciente antimacrismo. Cuando estos sentimientos aparecen son muy difíciles de revertir. Y la calle, que siempre habla, está mostrando signos de no retorno.¿Podrá Vidal con tanto peso sobre sus hombros?.

El plan "Ultimo Cartucho"

La realidad dice que el Gobierno no sabe qué hacer con la inflación y este es el último cartucho.Mauricio Macri es reacio a todo lo que se le parezca a un control de precios. Pero sus aliados políticos y la realidad, le torcieron el brazo. La presión de los radicales y el malestar social, lo obligaron a definir por estas horas una suerte de salvavidas electoral para evitar el naufragio de sus aspiraciones a un segundo período.



Junto a sus principales ministros, el Presidente le da por estas horas los toques finales a una suerte de mini Plan Primavera para sujetar los precios y llevar algo de alivio a los bolsillos. Se trata de medidas para reactivar el consumo, que podrían ser anunciadas antes del fin de semana. Macri mantuvo reuniones en las últimas horas con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y los ministros de Hacienda, Interior y Producción, Nicolás Dujovne, Rogelio Frigerio y Dante Sica, respectivamente. También el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la gobernadora María Eugenia Vidal llegaron hasta la Casa Rosada para interiorizarse sobre los pormenores de los potenciales anuncios. El panorama económico es delicado para el Gobierno, sobre todo en un año electoral. El "vamos mal y estamos cada día peor", es la frase que se acuña en casi todos los hogares. La gran termita recesiva se ha devorado restaurantes, hoteles, bares, históricos comercios y gran parte de los bolsillos de la clase media. Todos esos nichos estaban estimulados por una amplia franja de personas que gastaban con cierta holgura y que hoy se ven obligadas a bajar un escalón por los efectos del rayo paralizante de la recesión. 
El recorrido de la inflación en la gestión Macri fue de 40,3% para el 2016, 24,8% para el 2017, 46,7% para el 2018 y casi un 11% en el acumulado del primer trimestre de 2019.
LAS FUTURAS MEDIDAS EN BOXES
Frente a este escenario, el Gobierno se tira a la pileta, sabiendo que si el remedio no funciona, los riesgos electorales aumentarán. La idea es estimular el consumo. Estarán incluidos alimentos básicos como la leche, cortes de carne, arroz, pastas secas, galletitas y agua mineral, entre otros. 
Por el momento, se sabe que incluirán el fortalecimiento del programa Precios Cuidados con la incorporación de más productos a la lista. Tratarán de sumar entre 40 y 100 y se apuesta a un congelamiento por seis meses. Es una suerte de pax inflacionaria hasta octubre. Pero las autoridades deberán vigilar con esmero, principalmente para que esos productos estén al alcance del público, ya que hoy solo representan el 2% de la facturación de las grandes cadenas de supermercados. Nadie los encuentra en las góndolas o cuando llegan a las cajas registradoras, vienen entrampados con otro precio en el código de barras. 
Asociaciones de consumidores aseguran que el monitoreo de "precios cuidados" ya no se hace y que los supermercados no poseen las etiquetas prometidas. En las cadenas replican que cuentan con actualizaciones diarias sobre el estado de la canasta y su disponibilidad en sucursales.
Además, habrá más puntos de venta y descuentos de un 17% para los jubilados y lineas créditos. Todo con la finalidad que se derrame una importante masa de dinero sobre el mercado. Pero esto requiere de un firme control. Macri necesitará más que nunca, de una suerte de Guillermo Moreno para cuidar el gallinero de las comadrejas. Esto significa la presencia de inspectores y fuertes multas para los infractores. También habrá que vigilar que la promesa empresaria se cumpla y no termine en una escasez de productos como ocurrió en el pasado.
UN POCO DE ALIVIO PARA LOS JUBILADOS
Además, se prometen rebajas de 15 a 40% a todo el padrón de la ANSES. El descuento para el sector pasivo se aplicará entre lunes y miércoles. Casi todas las grandes cadenas ya confirmaron su participación. También habrá farmacias que se sumarán, con rebajas del 40% en productos de primera necesidad de fabricación nacional.
Los créditos de ANSeS ya no llevarán el nombre de Argenta. Todo el programa se presentará como "beneficios ANSeS". El monto máximo de esos préstamos es de $ 200.000 por cabeza. De todas formas, se buscará que la cuota represente hasta un 30% del ingreso de ese beneficiario. En el caso antes mencionado, se trata de un jubilado que cobra $ 24.000 (puede incluir jubilación y pensión).
La secretaría de Energía también está ultimando detalles de unas etiquetas para electrodomésticos que fomenten la eficiencia energética. Las cadenas de supermercados (y probablemente las de electro) ofrecerán una financiación especial para que los clientes accedan a esa categoría, que comprende heladeras, lavarropas y otros productos.
NUMEROS QUE DISPARAN TODAS LAS ALARMAS
El comienzo negro del año y la bronca de los radicales que no quieren otro 2001, terminaron de convencer al Presidente que algo urgente había que hacer. Las concesionarias vendieron 46 mil autos nuevos menos que un año atrás. Los datos de la economía son terminales. En febrero se firmaron apenas 172 escrituras con hipoteca, un 89% menos que en el mismo mes del año anterior. Las compras en supermercados minoristas cayeron un 10,5% en enero (último dato oficial) y en los mayoristas, un 15,2%. Mientras que los shopping facturaron un 15,1% menos. Además, las tarjetas de crédito operaron un 35,6% menos que en igual mes del año pasado. También cayó más del 50% la facturación de los garages, porque la mayoría de las personas deciden hoy dejar sus autos en la calle. Las empresas de cable y las de alarmas, también sufrieron significativas fugas de clientes, aunque no suministraron cifras.
De acuerdo a algunas mediciones, en marzo una familia necesitó $2.345,04 diarios para cubrir sus gastos ordinarios: “$538,22 son para adquirir productos de consumo masivo y $1.806,82 para contratar los servicios básicos del hogar.
LOS VOTOS QUE SE LE CAYERON A CAMBIEMOS
Si lo ponemos en contexto político, tomando como base el resultado electoral de 2017, el presidente Mauricio Macri ha perdido un tercio de los votos que consiguió su coalición a nivel nacional. Ese drenaje en el caudal electoral viene sobre todo de sectores de clase media a la que se trata de favorecer con las nuevas medidas, ya que fue la principal base social que sustentó el proyecto de poder del macrismo. Cambiemos logró en ese momento alrededor del 42% en todo el país y hoy la intención de voto del mandatario está por debajo del 30%, según las estimaciones de los consultores.  
Frente a esta radiografía de una economía que agoniza y en un año electoral, aún  es difícil saber el comportamiento de esa clase media que confió en el pasado en el Presidente. La Casa Rosada, dentro de las ataduras que le impone el FMI, ensayará esta nueva alquimia para sujetar la inflación y ver si recupera una porción de votantes. Por lo menos, es una luz tenue, en medio de la oscuridad reinante.