martes, 30 de junio de 2015

La batalla de Chacabuco frente al micrófono punzante de Aníbal


Por Jorge Joury
Hay frases que habrá que ir anotando en el manual peronista de la interna bonaerense, para comprender a manera de anticipo, lo que está por venir. “Espero que Aníbal no se enoje pero a partir del 10 de diciembre, Chacabuco va a ser la ciudad del gobernador”, disparó Fernando Espinoza como un grito de guerra. Julián Domínguez,  a su turno redobló la apuesta, señalando que “la provincia se gobierna con coraje, equipos y sensibilidad; no alcanza con un micrófono”, en referencia a las conferencias diarias que desarrolla Aníbal Fernández. Todo tiene que ver con el folklore partidario, donde el tándem que forman el titular de la Cámara de Diputados y el intendente de La Matanza, viene siendo enfático en destacar su carácter netamente justicialista y alineado con los intedentes de mayor peso territorial, para ponerle un cepo a Martín Sabbatella, el cuestionado socio polìtico del jefe de Gabinete.
Estas cuestiones de pirotecnia verbal dejan a cielo abierto las diferencias entre  Julián Domínguez y Aníbal Fernández,  ya instalados en el ring en la primera semana de campaña. El temor que guardan desde el observatorio asciolista, es que el tono de acusaciones termine de explotar con efectos nocivos para el buen momento que pasa el candidato presidencial en las encuestas. El gobernador, fiel a su estilo apaciguador, ya reunió a su equipo y les pidió que no muestren preferencias ante ninguna fórmula, para no herir susceptibilidades. Así se desprende de lo que expresó Jorge Telerman, vocero del hombre de Villa La Ñata: “Daniel nos pidió no mostrar preferencias por ninguno y que les demos toda la información que necesiten de nuestra gestión”.
No obstante, el olor a pólvora es intenso. En la instancia más caliente del contrapunto, el jefe de Gabinete llegó a acusar al titular de la Cámara de Diputados de pedirles a los intendentes que “escondan” su boleta. El hombre de Chacabuco entonces replicó y  le pidió a Fernández que “recapacite” . Además sentenció que no tiene nada “sucio” ni “nada que ocultar”.
A esta altura de los acontecimientos,  la interna ofrece aristas picantes bajo el tinglado del distrito de mayor peso electoral. Como si se trata de una pelea de boxeo, este primer round muestra a Domínguez acumulando ventajas en la tarjeta, ya que sumó más minutos paticipando en actos junto a Scioli. Además, con su compañero de fórmula, Fernando Espinoza,  mantuvo la calma, haciendo culto del viejo postulado de la política que indica que “el que se enoja, siempre pierde”.
En el entorno del presidente de la Cámara de Diputados sostienen que la fórmula que Domínguez- Espinoza, tiene el apoyo de más de 45 intendentes y del sindicalismo con mayor peso, en particular de la CGT conducida por Antonio Caló.  A Domínguez se lo ve más confiado en sus desplazamientos. No solo arrancó antes la campaña que su contrincante, sino que pareciera moverse con Scioli de manera más coordinada y con gestos que lo complacen. El jueves pasado participó junto con el gobernador de la inauguración de una Unidad de Pronta Atención (UPA) en Berazategui.
Hay un dato que pinta de cuerpo entero la relación. Scioli pasó a buscar a Domínguez y lo llevó en el helicóptero de la gobernación. Una vez terminado el acto, ambos volvieron a subirse al aparato para viajar hasta La Pampa y compartir el acto con la presidenta Cristina Fernández. Además el viernes participaron de la inauguración de la semana social organizada por la Iglesia en Mar del Plata. Fuentes confiables de la residencia de la calle 6 admitieron que ambos mantuvieron un encuentro a puertas cerradas en el comienzo de la semana.
Aníbal Fernández, si bien es cierto que cuenta con más exposición mediática, sólo acumuló una jornada con Scioli.Como viejo zorro en estas lides, olfatea que sus rivales cuentan con el apoyo de la gran mayoría de los intendentes peronistas y bajo cuerda, de la carpa naranja. Sabe que Sabbatella es la piedra del escándalo, una suerte de salvavidas de plomo, pero no le queda otra que bancarlo y seguir remando. Con la idea de revertir la situación, anunció que esta semana dará a conocer una encuesta que lo coloca arriba en las preferencias de los bonaereses.
El jefe de Gabinete se reunió con los intendentes de mayor peso territorial para tratar de parar el tsunami. “Les pedí  que no me escondan las boletas”, dijo el hombre de Quilmes asombrando a propios y extraños y agregó: “Es un gesto canallesco de sacarnos la boleta de los cuartos oscuros para que la gente no pueda votar.”
Los intendentes le manifestaron su enojo no sólo por su compañero de fórmula Martín Sabbatella, al que le adjudican responsabilidad decisiva en la derrota sufrida por Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires en 2009, sino que le pasaron factura  de que no los haya llamado para avisarles quién era el elegido para acompañarlo.
Por el lado de Domínguez no dan crédito a la encuesta de Fernández y aseguran que recién la semana próxima pedirán las primeras mediciones luego de que la fórmula “se consolide”.
La intención del titular de la Cámara de Diputados era no contestar, pero la exposición mediática propia de la campaña hizo que tuviera que responder. “Ojalá que Aníbal recapacite y se dé cuenta de que no sabe lo que está diciendo, porque en las elecciones hay control ciudadano, fiscales independientes”, señaló Domínguez y enfatizó: “Yo, para responderle, tengo mi vida: jamás me han encontrado en nada que tenga que ocultar, en nada sucio, en nada poco transparente.”
Los intendentes están que se salen de la vaina. La imputan a Sabbatella mantener sus distritos alambrados desde hace años. Es la lista paralela que Nuevo Encuentro armó para debilitarlos la espina que más duele. Para los barones del conurbano, el moronense tiene un pasado al que consideran opositor y algunos, sin medias tintas, hasta lo califican de “traidor”.
Sostienen con la solidez de los archivos periodísticos, que a Sabbatella su pasado lo condena. Recuerdan que en  el 2002, el actual titular del AFSCA lanzó su partido político, Nuevo Morón, para competir por la intendencia de esa localidad. Dos años después, lo rebautizaría como Nuevo Encuentro. Con ese sello, se presentó como candidato a diputado nacional en las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, con una imagen de “progresista” que prometía una especie de “kirchnerismo blanco”. Esa estrategia terminó perjudicando al oficialismo:  sacó un 5,56 por ciento de los votos, mientras que Néstor Kirchner perdía por tres puntos contra Francisco de Narváez.
Por aquella época, Sabbatella afirmaba: “No somos parte del dispositivo K. Nunca fui kirchnerista. Siempre nos mantuvimos al margen, autónomos. Tampoco somos una estructura satélite. De hecho fuimos solos con la boleta. Tampoco somos el universo opositor de la Argentina. Tenemos nuestras propuestas y nuestras ideas. Acompañamos y criticamos”.
En 2011, Sabbatella se postuló como candidato a gobernador, apoyando la reelección de Cristina. Sin embargo, en aquel momento había buscado diferenciarse del actual candidato a presidente del FpV sosteniendo que “Scioli se disfraza de kirchnerista para heredar este proceso político y torcer el rumbo de transformaciones profundas”.
El por entonces diputado nacional opinó que “es evidente que el proyecto nacional tiene una cantidad de adhesiones más que el sciolismo” y destacó: “Nosotros sí tenemos diferencias con el gobernador, porque tiene una mirada y matriz distinta”. También disparó en su momento que el sistema de salud del gobernador era “uno de los peores del país”.
A los pocos meses, el partido de Sabbatella dejó atrás ese lugar de “apoyo crítico” al Gobierno para pasar a ser un espacio más dentro del kirchnerismo, tal como él mismo lo anunció. Desde ahí, todo cambió y el 1º de octubre del 2012, la presidenta lo designó al frente del AFSCA de cara a la completa aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Tras esto comenzó la batalla del ahora precandidado a vicegobernador bonaerense por la aplicación de la ley, pero su principal gesto fue la lucha contra  el Grupo Clarin, lo que le valió la confianza de la jefa de Estado y el lugar que hoy ocupa. Algunos dicen que Cristina lo puso en la fórmula con Aníbal, para que no moleste con sus colectoras, pero la presencia de Nuevo Encuentro es un estigma para los alcaldes, que se han jurado hacer valer hasta las últimas instancias su poder de fuego en las urnas. Habrá que ir sacando cuentas hacia dónde se inclinará la balanza y si verdaderamente Chacabuco será la ciudad del futuro gobernador, algo que sonó a un grito de guerra dirigido hacia el micrófono punzante de Aníbal Fernández.

viernes, 26 de junio de 2015

Nuevo desencuentro en el FPV por la presencia de Sabbatella


Por Jorge Joury
En el manual del justicialismo bonaerense hay claúsulas que no deben transgredirse, porque terminan en situaciones impredecibles. La historia tiene que ver con el frente de tormenta que se ha desatado en la interna del FPV. Se trata de pases de factura a Martín Sabbatella, el vice de Aníbal Fernández, considerado persona no grata para los jefes históricos y con mayor peso territorial. La figura del titular del AFSCA , a quien muchos le cuentan las costillas por sus raíces en el Partido Comunista y la manera en que  ha criticado al PJ desde larga data, despertó una verdadera tempestad. Hay registros del pasado con heridas sangrantes aún. Por un lado, las denominadas colectoras fueron letales en su momento para dispersar el voto de los barones del conurbano. Ahora la presencia de Nuevo Encuentro queriendo desplazar con sus candidatos a jefes en distritos clave, representa una señal de alarma que resta cualquier posibilidad de convivencia. Más aún frente a una elección crucial y reñida para el oficialismo, donde la unidad se hace más necesaria que nunca para garantizar votos.
Un intendente comentaba en las últimas horas que con el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, “está todo bien, es un amigo, un compañero”. Pero en cambio el vocero comparó a Sabbatella con “una piedra en el zapato”. El informante puso de relieve que cuando Sabbatella era intendente de Morón “fue muy crítico de Néstor y Cristina. Lo mismo hizo con Scioli, llegando a calificar a su sistema de salud, como el peor del país”.
Otra actitud que no se le perdona, es que durante años acusó a Scioli “de ser de derecha, de llevar adelante una gestión muy mala cercana a las corporaciones como el Grupo Clarín y alejada del proyecto nacional”. Incluso Sabbatella llegó a competir con el ex motonauta por la gobernaciòn en 2011 con magro resultado, producto de sus colectoras.
La sombra de Sabbatella es una espina para la mayoría de los intendentes de la provincia que define cuatro de cada 10 votos nacionales. Los alcaldes no quieren saber nada con el precandidato de Aníbal y esta cuestión ha hecho que se inclinaran abiertamente por respaldar la fórmula que integran Julián Domínguez y Fernando Espinoza.
Uno de los dirigentes con mayor peso territorial calificó a la situación interna como muy tensa y recalcó que “la mayoría de los compañeros que más reman votos  juegan para Julián Domínguez. Sabbatella nos hizo mucho daño en el pasado. No hay que olvidar que provocó la derrota de Néstor Kirchner en 2009 frente de De Narváez”. Los alcaldes saben que el hombre del Oeste intentará disputar el control de algunos distritos como Ituzaingó, Tres de Febrero, La Matanza y Florencio Varela con listas para concejales, situaciones que pueden derivar en duros encontronazos de campaña. Hay intendentes que han puesto el grito en el cielo, como el de Ituzaingó, Alberto Descalzo . El histórico alcalde en las últimas horas disparó a modo de advertencia su preferencia por el binomio Domínguez-Espinoza y avisó que en su territorio no se van a producir “despelotes”.
Domínguez que ha aglutinado además gremios de peso en su campaña y es visto como una de las grandes reservas dirigenciales del PJ,  también sumó para su curriculum  el elogio de otro peso pesado, el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. “Admiro a Domínguez porque es una persona muy comprometida con el peronismo y con este modelo nacional y popular”, anunció el presidente de la Federación Argentina de Municipios vía Twitter.
También hay un mensaje sublminal que recogieron los observadores tras una recorrida por el hospital de alta complejidad El Cruce-Néstor Kirchner junto con Domínguez y Espinoza. Allí Pereyra agregó: “Si bien ha estado en Varela en distintas oportunidades, la visita de Julián a este hospital en este marco habla de un hombre que se preocupa por la salud pública, que conoce la provincia y que quiere comprometerse con los desafíos que aún están pendientes”.
Según los trascendidos, Aníbal Fernández  está peocupado por el explosivo escenario. El se inclinaba por tener una mujer como compañera de fórmula, pero la Presidenta le pidió que fuera Sabbatella. Algunos creen que de esa manera, indirectamente Cristina inclinó la balanza hacia Domínguez, sabiendo que el moronense despierta escozor en la franja pejotista. El que más se opone a Sabbatella es el alcalde de Tres de Febrero, Hugo Curto, quien  puso todas sus fichas al binomio que componen el presidente de la Cámara de Diputados y el jefe comunal de La Matanza: “representa los intereses de todos los bonaerenses y es el que más nos contiene a los intendentes”, dijo.
Curto, uno de los barones del conurbano que además viene del tronco gremial con largas luchas en la UOM, argumentó que “Domínguez ha sido intendente de Chacabuco, ministro, presidente de la Cámara de Diputados, y Espinoza es el intendente del distrito más grande del país como La Matanza y presidente del Partido Justicialista en la provincia. Juntos conforman una fórmula imbatible”.
Aníbal Fernández en tanto, advirtió el horizonte negro y por las dudas abrió el paraguas. Hizo trascender que Domínguez y Espinoza les piden a los intendentes del Conurbano que escondan las boletas de su fórmula con Sabbatella. “Dijo que es un “gesto canallesco para que la gente no los pueda votar”. En la gobernación las primeras espadas de Scioli tomaron nota de los acontecimientos y están buscando una salida porque no quieren que la situación se desmadre.
Aunque bajo la carpa naranja se ejecuta la fórmula de la prescindencia, ya que el gobernador posó en las últimas horas con ambas fórmulas, hay otras cuestiones bajo análisis que entrarán en juego a la brevedad al escenario polìtico.El ex motonauta que es un gran consumidor de encuestas, considera más conveniente el tándem Domínguez- Espinoza, porque cree que le ayudaría a ganar en primera vuelta. Domínguez es un hombre con muy buena llegada al Papa Francisco y su imágen positiva puede bendecir una victoria en la provincia más rica en votos. Además en la residencia de la calle 6 recuerdan que pocos como Sabbatella han castigado a Scioli de manera tan despiadada y es más que una excusa para que no sea bien vista la posibilidad de que pueda desembarcar como vicegobernador. Por las dudas, Alberto Pérez principal armador de Scioli en la campaña, dejó en pié la candidatura de Pablo Navarro, contra Hernán Sabbatella, el hermano del titular del AFSCA que aspira a quedarse con la intendencia de Morón. Hoy más que “Nuevo Encuentro”, como se denomina, el partido de Sabbatella se ha convertido en un factor de desencuentro y levanta iras generalizadas en la geografía peronista.

La interna del FPV bonaerense desde la vidriera del Carreto


Por Jorge Joury
En el FPV bonaerense los dos ejércitos, ya se pintaron la cara para la gran batalla. A esta altura de las circunstancas, tal vez no sería atinado aventurar hacia dónde se puede inclinar la balanza, pero surgen algunas pistas. Tanto las fórmulas  Domínguez- Espinoza, como Fernández- Sabbatella, tienen lo suyo. Aníbal, como jefe de Gabinete y por su exposición mediática, es el que cuenta con mayor nivel de conocimiento en la opinión pública. Pero Julián Domínguez, arrancó antes la campaña y dispone de un fuerte armado en el frente gremial, además del apoyo de los principales intendentes.
La foto del sábado pasado en el mítico bar Carreto de La Matanza, dejó muchas lecturas. Fue la vidriera de una demostración de poder. Y no es casualidad que haya tenido por escenario un sitio emblemático para el PJ, donde en el 2007 se había presentado la fórmula compuesta por Daniel Scioli y Alberto Balestrini. Esta vez, el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez y el intendente de La Matanza Fernando Espinoza se presentaron en sociedad para competir en las PASO. Y lo hicieron rodeados por más de 40 jefes comunales de alto peso territorial, entre ellos, Hugo Curto, Alberto Descalzo, Mariano West, Gustavo Pulti,  Francisco Gutiérrez y Julio Pereyra, entre otros.
A la guardia pretoriana de los barones del conurbano, se sumaron los diputados nacionales Carlos Kunkel, Verónica Magario, Adriana Puigross, Ariel Pasini, Gloria Bidegain, Carlos Cuto Moreno, Andrés Arregui, Gastón Harispe, Oscar Romero, Andrea García, Mario Oporto, Edgardo Depetri, Luis Cigogna, y María Esther Balcedo. También estuvieron los legisladores provinciales Cristina Fioramonti, Daniel Barrera, Alejandro Dichiara, Silvia Pérez, Manuel Elías, Roberto Fernández, Walter Abarca, Patricio García, Darío Golía, Valeria Amendolara y el rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez.
No faltó tampoco la presencia de la pata sindical, con  Antonio Caló, Secretario General del CGT; Omar Viviani, Secretario General del Sindicato de Taxis; Norberto Di Próspero, Secretario general de la Agrupación de Personal Legislativo, Enrique Suárez, Secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos y Julio Castro, secretario general de la CGT Regional La Plata, Berisso y Ensenada y que además comanda el SOSBA, el gremio de Obras Sanitarias bonaerense.
Para los observadores, esa postal,  en el histórico territorio matancero tracccionador de votos, más las numerosas referencias de los precandidatos a gobernador y vicegobernador provincial a la necesidad de gobernar “al lado de los intendentes”, terminó de instalar en el escenario la idea de que, en la pulseada interna contra la fórmula que integran Aníbal Fernández y Martín Sabbatella por la sucesión de Daniel Scioli, Domínguez y Espinoza cuentan con mayor respaldo. La presencia de Espinoza, intendente de La Matanza, también le da un valor agregado,  ya que garantiza en las urnas un aluvión de votos provenientes del distrito que define una elección.
Tampoco es un dato menor la ingeniería que aportarán a nivel territorial de los alcaldes del conubano, de vital imortancia para las chances electorales de los candidatos en la interna. El contundente alineamiento de los principales intendentes peronistas con el tándem Domínguez-Espinoza,  tiene además como trasfondo polìtico un soñado pase de facturas. Se trata del  conocido enfrentamiento y hasta en algunos casos personal, que separa a la mayoría de los “caciques” con el titular del Afsca, Martín Sabbatella, ex jefe comunal de Morón.
Sabbatella con sus colectoras, calificadas en su momento por algunos dirigentes como “carroñeras”, no hizo otra cosa que diversificar el voto peronista en varios distritos, generándole a los intendentes un visible enojo frente a la pérdida de peso propio en los Concejo Deliberante. “Nosotros trabajábamos, inagurabamos obras, asistíamos a los vecinos y ellos después pasaban a recoger parte de nuestros votos, sin moverse de los escritorios”, resumió uno de los caciques.
Hasta el día de hoy, la mayoría de los alcaldes no le perdonan a Sabatella que durante su mandato como intendente de Morón, lanzó una andanada de misiles contra sus colegas del Conurbano y el propio Scioli. Luego coronó con la presentación de listas colectoras del FpV para disputarle la intendencia a muchos de ellos, lo que terminó de abrir una grieta política que todavía hoy no puede cerrarse. Sabbatella, hombre que viene del Partido Comunista, logró ponerse bajo el ala del sector duro del kirchnerísmo, después de aterrizar proveniente del Frente Grande, junto con Oscar Laborde, ex intendente de Avellaneda. Algunos sostienen que Cristina, después del fracaso de la fórmula única con Randazzo en Provincia,  sumó a Sabbatella para inclinar la balanza indirectamente a favor de Domínguez.
Por estas horas, desde el  circulo íntimo de Domínguez, se golpean el pecho y sostienen que “nosotros tenemos el respaldo de la mayoría de los intendentes, además de la CGT. Ellos no tienen territorio”.
En estos primeros escarceos, desde el sector de Aníbal Fernández y Martín Sabbatella salieron a replicar que el binomio acredita más “experiencia de gestión” y que “expresa el kirchnerismo. La fórmula que compartimos con Aníbal muestra la potencia de hombres que forman parte del equipo de la presidenta y que tenemos una historia de gestión. Aníbal conoce la provincia de punta a punta, y yo fui diez años intendente de Morón y nuestra fuerza sigue conduciéndolo”, dijo el titular del Afsca, a quien muchos le reprochan que  según la Ley de Medios, no es legal que quien maneja ese organismo, esté simultáneamente en campaña.
Hasta el día de hoy muchos intendentes le imputan a Sabbatella, sus constantes cuestionamientos a Daniel Scioli, por ejemplo cuando señalaba que “la provincia tiene una inversión social por debajo del promedio de todas las demás”. Sobre este aspecto, una de las primeras espadas naranja comentó con sorna que “Daniel tiene todo en la memoria y aunque no lo dirá en público como es su estilo, sabe claramente de qué lado están las lealtades”.
Hoy la presencia de Sabatella en el escenario electoral, despierta escozor en los principales jefes territoriales del peronismo, quienes no obstante el respeto que guadan por Aníbal Fernández , afilan sus cuchillos esperando la hora de poder demostrar su poderío y pasarle al líder de Nuevo Encuentro, una cuenta de vieja data que le puede resultar cara para su futuro político.

La profecía que puede llevar a Scioli al sillón de Cristina


Por Jorge Joury
Nadie podrá decir por estas horas que a Daniel Scioli le ha sido fácil ser candidato único por el FPV. Está hoy en el tramo final de coronar el sueño de sentarse en el sillón que dejará vacante Cristina. Fue un largo vía crucis el que soportó. No obstante, siempre puso la otra mejilla. Aún al recibir la humillación del propio Florencio Randazzo, cuando  el ministro dio su peor cátedra ante Carta Abierta. Los intelectuales hasta el día de hoy no saben cómo volver del ridículo de haber aplaudido aquella ocurrencia negra. Hoy Scioli vive y Randazzo ha quedado fuera de combate. Cascoteado por algunos funcionarios y con su tropa moribunda, sin lugares en las listas.
“El Flaco” era el candidato más deseado por los intendentes, para dar la madre de las batalles en la Provincia. “Con él ganamos caminando”, sostenían algunos. Cristina misma le había pedido el esfuerzo. Pero no hubo caso. Tal vez por eso tenga que volver a Chivilcoy, antes del 10 de diciembre. Es evidente que la relación está quebrada . El propio Aníbal Fernández marcó en las últimas horas que lo que hizo el ministro no pertenece a la esencia del peronismo.
Gabriel Mariotto, fue otro de los hombres que Cristina le puso a Scioli en 2011 como vicegobernador para mantenerlo alineado con el dogma kirchnerista y patearle los tobillos cada vez que se pudiera. No obstante, también terminó tirando la toalla y resguardándose bajo la carpa naranja. El gobernador  es como un corcho, Siempre termina flotando frente a los peores embates. Hasta los cañonazos del propio matrimonio presidencial, lo dejaron con vida.
Scioli sabe ahora que Cristina se ha blindado con tropa propia frente al próximo gobierno, para continuar siendo la jefa del espacio. CFK dispondrá de sólido anclaje en el Congreso, en el Poder Judicial, y en la enorme telaraña que supo tejer estos años bajo el tinglado del Estado.
Scioli comprende el cerco  y asimilará además como guardián del proyecto a Carlos Zannini. Eduardo De Pedro será diputado por Buenos Aires.  Máximo Kirchner, debutará con una postulación por Santa Cruz. Axel Kicillof encabezará la lista de diputados en territorio macrista. Eso diría algo pero, a lo mejor no todo. Su deslizamiento al ruedo electoral no significaría una renuncia a su deseo de continuar timoneando la economía. La diputación le garantiza a Kicillof un espacio en la maquinaria K en caso de que venciera un presidenciable de la oposición. Si eso no ocurre, podría flanquear a Zannini desde el ministerio actual para enseñarle el rumbo a Scioli.
Si Scioli materializa en las urnas su sueño presidencial, no debe olvidar que fue vice de Néstor Kirchner y que ese derrotero marcó a fuego al país. El bonaerense deberá resguardar algunos de esos preceptos. No hay que olvidar que Kirchner construyó su legitimidad sobre la base del antagonismo con el pasado neoliberal.
Y si Scioli pretende un cambio económico, lo tendrá que hacer gradualmente, alejado de cualquier receta de ajuste y mega devaluación. Además, por su estilo dialoguista, apuntará a restaurar la carcaza del PJ para construir poder propio.
En los pasillos de la gobernación, algunas de las primeras espadas apuntaron que la semana pasada Scioli recordó mucho a su padre por una frase que lo marcó . A modo de profecía, cuando el  gobernador era secretario de Turismo de Eduardo Duhalde. José Osvaldo Scioli, quien falleció a los 73 años en 2002, llegaba todas las mañanas a su casa del Abasto a desayunar con su hijo. El dato es que siempre lo saludaba del mismo modo: “Vas a ser presidente”. Hoy esa frase resuena más fuerte en los oídos del mandatario, que siente que está ahora frente al desafió final de ir a elecciones para conseguirlo.
También en su entorno admiten que el ex motonauta el viernes pasado le dijo en voz alta a sus colaboradores: “¿Vieron? Al final el candidato soy yo”. Fue un recordatorio para aquellos que le sugirieron más de una vez romper con el kirchnerismo, porque Cristina terminaría eligiendo a Randazzo.
Scioli ya pergeñó con Zannini el primer tramo de la campaña y en los próximos días ya se los verá juntos en actividades cómo la fórmula presidencial del FPV. Será todo un desafío para el Chino, quien a través de 12 años mantuvo un bajo perfil, no obstante ejercer el poder en las sombras. A Zannini no le agradan mucho los periodistas, pero de eso se encargará el gobernador. que es un especialista en hacer cintura.
Desde la oposición chicanean con que Scioli puede ser el títere de Zannini, pero no hay que subestimarlo. Basta recordar el caso de Kirchner, cuando se decía que era el chirolita de Duhalde y después se catapultó como líder absoluto. Hay quienes sostienen que siempre el candidato termina como verdugo de quien lo lanzó, pero no necesariamente la frase es un apotegma.
Si hay que calificarlo por sus dotes, el gobernador es un mimbre. Tiene años de entrenamiento ante situaciones límites devenidas del poder. Nunca perdió el eje, porque su meta estaba clara. Lo practicó hasta en los peores momentos, cuando Néstor Kirchner era presidente, él su vice y le prohibió entrar a su despacho en Casa Rosada y le quitó todo el poder, Scioli siguió siendo la misma persona. A tal punto que nunca se permitió criticarlo, lo mismo que a Cristina, aún cuando atravesaron por los peores momentos, como cuando no recibió fondos para pagar los aguinaldos, hasta que a último momento llegó el auxilio de Balcarce 50.
Hoy Scioli tiene en claro que él es la única carta del Gobierno para ganar en octubre en primera vuelta. Con las listas definidas, solo piensa en el último tramo de la campaña y en fortalecer su relación con La Cámpora, que tendrá un peso fuerte con la futura estructura que orquestó la lapicera de Cristina. El mandatario bonaerense es paciente y como gran tiempista, estilo que aprendió jugando al ajedrez, de aquí en más pensará cómo armar su esquema de poder propio si logra ganar las elecciones. A quienes participan de la mesa chica siempre les repite: “No me subestimen”. Tal vez sea el tiempo de prestarle más atenciòn para ver hacia dónde empieza a encaminar sus pasos.

miércoles, 17 de junio de 2015

La bendición de Scioli con “el guardián del proyecto”


Por Jorge Joury

La Presidenta pateo el tablero polìtico con la fórmula menos pensada y provocó un doble efecto. Por un lado bendijo a Daniel Scioli como candidato único, al ponerle al lado a alguien de su riñón y dejó a Florencio Randazzo fuera de carrera para aspirar al sillón de Rivadavia. Por si fuera poco, además terminó con las especulaciones de que el compañero de fórmula pudiera ser su hijo Máximo. CFK bajó dos pájaros de un tiro, como es su estilo y volvió a dejar en claro que es la única que manda y por ende, será la gran electora. Los encuestadores sostienen que la presencia de Zannini, es la pata polìtica de kirchnerísmo en el futuro gobierno y que en nada modificará el impacto en las urnas, ya que nadie deja de votar a su candidato por su vice.
Además habla también que el kirchnerismo está muy confiado y se muestra más disciplinado y ordenado que la oposición. En una primer lectura podría decirse que se trata de una fórmula de unión, que apunta al consenso y no presenta conflictos.
Zannini aparece en la mirada de los observadores, como una suerte de “guardián del proyecto”. Se trata de colocar en lo más alto del poder a un garante del modelo, el hombre de mayor confianza y de larga data en la historia del matrimonio Kirchner . Es el que más conoce la enmarañada trama judicial gubernamental, ya que ejerce el rol estratégico de conductor de la Secretaría Legal y Técnica.
Zannini nació en 1954 en la localidad cordobesa de Villa Nueva y permaneció en su provincia hasta concluir la carrera de abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba. Arrancó en la militancia en los 70 y se sumó a la Vanguardia Comunista- maoísta. Por eso lo llaman “El Chino”. Durante la última dictadura permaneció privado de su libertad durante 4 años en La Plata. Luego volvió a Córdoba, se recibió de abogado y se mudó a Santa Cruz donde conoció a Kirchner y formó parte de sus gestiones en la intendencia y en la gobernación.
Cuando Kirchner asume como intendente de Río Gallegos el “Chino” lo siguió como su secretario de Gobierno. Ya como gobernador, Zannini siguió a su lado, donde llegó a ocupar el cargo de presidente del Superior Tribunal de justicia de Santa Cruz. La relación con el matrimonio presidencial es tan fuerte, que los hijos de Cristina lo llaman tío.
Con la llegada de los Kirchner a Casa Rosada, el ahora candidato a vicepresidente se trasladó a Buenos Aires para ocupar el cargo de Secretario de Legal y Técnica. Zanni además ostenta otro récord que marca su peso polìtico en el gobierno. Desde el 25 de mayo del 2003, junto al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, es uno de los pocos funcionarios que mantienen su cargo . Quienes están cerca de la jefa de Estado aseguran que no hay proyecto estratégico que Cristina no consulte con él. Por su cargo y su perfil erudito, es el arquitecto legal de todos los proyectos de ley importantes y decretos.
Zannini es de perfil muy bajo. Es raro que sobresalga por declaraciones periodisticas. Más bien sus apariciones se vinculan a momentos donde el kirchnerismo necesita un fuerte respaldo a algún proyecto o acto. Es vox populi que integra, junto a Máximo Kirchner, la mesa chica del universo K y por ende con estrecho vínculo con La Cámpora. Otro de los méritos que se le reconocen es que en los últimos tiempos, junto al secretario de la Presidencia Eduardo “Wado” de Pedro fue el arquitecto del retorno de intendentes que se habían pasado a las filas massistas. Además hay que destacar que Zannini queda a cargo cuando la Presidenta viaja, cuando estuvo internada y en cada episodio médico. Uno de ls gestos mediáticos que se le recuerda, es cuando en marzo del año pasado se quebró en el Congreso de la Nación al defender el acuerdo con Repsol tras la reestatización de YPF. En esa oportunidad no lloró, pero se tragó las lágrimas mientras contaba la historia de un delegado petrolero en Cañadón Seco, “El Negro” Jorge Solohaga que se quedó con las acciones de la petrolera y es accionista. Zannini es respetado por todo el arco polìtico y la mayoria de los intendentes del conurbano, que ven el él una suerte de protector.
Recuerdan los memoriosos, que una muestra de su perfil politico quedó en evidencia en abril, cuando cerró el acto en conmemoración del triunfo de Néstor Kirchner en el Mercado Central. Allí bajó línea dura en defensa del modelo. Una lección 100% K y un reclamo a los presidenciables para que digan -como suele pedir Cristina -qué harían si llegaran al poder. Paradógicamente, uno sólo de los candidatos, Sergio Urribarri, lo escuchó en el escenario. Los demás, Scioli y Randazzo entre ellos, se habían retirado antes de su discurso. Muchos hoy se preguntan si Scioli presentía la llegada de Zannini. Si fuera así, el bonaerense volvió a mostrar sus reflejos al kirchnerisarse antes de tiempo para ganarle a Randazzo la carrera.

Sin De Narváez, el FR tira la moneda para la gobernación


Por Jorge Joury
Con Francisco De Narváez desaparecido hace más de una semana, el Frente Renovador tiene que resolver en las pròximas horas su candidato a gobernador de Buenos Aires.Algunos aseguran que se está haciendo un último intento para convencer a El Colorado. Massa en persona encabeza el operativo, en medio de un cerrado hermetismo, con el dilema que ya no le quedan jugadores de peso para encarar la madre de todas las batallas en el distrito con mayor peso electoral. Dificilmente De Narváez si se planta en no competir, vuelva a tener una tercera oportunidad en la polìtica. No olvidemos que el dirigente ha sufrido su desgaste. Saltó al estrellato con su triunfo electoral legislativo en la Provincia de Buenos Aires en 2009. Le ganó en aquel entonces a la  lista testimonial de las estrellas que integraban Kirchner, Scioli y Massa, nada menos. Pero aquel sueño fue fugaz. Luego se durmió en los laureles y sobrevinieron resonantes derrotas en 2011 y 2013. Además fue socio político de Macri. Algunos dicen que la relación terminó muy mal y casi a las trompadas. Luego se alió con Scioli, al lado del cual siguen trabajando algunos de sus más cercanos  colaboradores.
Después de desembarcar en el FR, donde armó un gran batifondo interno, De Narváez logró imponer su imágen en campaña y despertó celos en base a  desparramar millones de pesos en publicidad. Lo cierto es que después de una enorme inversión para posicionarse, el ex dueño de Casa Tía tiró todo por la borda y se hizo humo. Desde que resignó su candidatura bonaerense para propiciar el frustrado acuerdo entre su jefe y Mauricio Macri, el empresario colombiano ya no frecuenta teritorio massista. Ni siquiera la explosiva diputada Mónica López,  lo tiene en cuenta en su habitual tiro al blanco.
La última vez la mediática legisladora le descargó toda la cartuchera, acusándolo de ser ” un topo de Scioli para contaminar el Frente Renovador”. De aquí al sábado, día del cierre de listas, sinó logra covencerlo, Massa deberá buscar un alfil para reemplazar a su  jugador millonario, teniendo en cuenta que Felipe Solá no quiere saber nada después de tántos manoseos. Queda sólo Mónica López de aquella grilla que supo ser rica en dirigentes como Gustavo Posse, Darío Giustozzi y hasta Jesús Cariglino, hoy la pata peronista bonaerense del PRO. Problema mayúsculo para el líder del FR, ya que carece de un candidato de cartel, después de que más de la mitad de los intendentes que lo llevaron a la vìctoria en el 2013, se cruzaron a la vereda del FPV en medio de la diáspora.
Hay quienes sostienen que la  suma de potenciales electores que los intendentes del FR retornados al FPV arrastran en su fuga supera el millón y medio de votantes. La sangría parece imparable. Esto inquieta al massimo, o a lo que va quedando de él.
A De Narváez las intenciones de gobernar la provincia de Buenos Aires le duraron sólo cinco meses. Nada queda hoy de aquella foto triunfante de principios de año con Sergio Massa. En el balance general, muchos sostienen que fue la  incorporación más polémica, que sólo le sirvió para sumar problemas y terminó  con una declinación que es gesto de nada.
La descubridora de De Narváez  fue Hilda “Chiche” Duhalde. De su mano en el 2005  logró una banca como diputado por el Partido Justicialista, que lo ubicó como el primer extranjero en tener un cargo en la política argentina. Ya en 2007 pegó el salto y quiso ser gobernador bonaerense en una alianza con el PRO que llevaba a Jorge Macri como vice. Fue en su momento, ayudado por un enorme aparato marketinero, el ideólogo de “el mapa del delito”, un sistema de denuncia de supuestos lugares peligrosos. Así fue como hizo de la seguridad su marca política, aunque nunca terminó de mostrar públicamente la efectividad de su plan. Su olfato mediático también le sirvió para sacarle el jugo a la pantalla de Marcelo Tinelli, con un imitador que lo catapultó con la pegadiza frase: “Alica, alicate”
Su turno llegó en el 2009, cuando después de  la crisis del campo, se dio el lujo de ganarles a Néstor Kirchner y Daniel Scioli en las elecciones legislativas por apenas dos puntos y así renovó su banca de diputado, también empujado por Mauricio Macri. La suerte en cambio no lo acompañó en 2011 cuando se sumó a una alianza con la UCR de la mano de Ricardo Alfonsín. En esa ocasión quedó segundo, lejísimo con el 16,12% de los votos, atrás de Daniel Scioli, con una diferencia de casi un 40 por ciento.
Paradójicamente, el ex empresario, que a fines de los 90 desmanteló la tradicional Casa Tía y dejó más de tres mil trabajadores en la calle, terminó aliándose con Hugo Moyano y arañó el 5% de los votos en las legislativas de 2013, donde Massa tuvo su primer y hasta ahora único triunfo con su flamante Frente Renovador.
De esta forma, tras haber nacido a la política en el PJ, haber pasado por alianzas con el PRO, para luego terminar en la UCR, en 2015 probó suerte con el Frente Renovador. El 8 de enero se abrazó con Massa en el Centro de Operaciones de Tigre e incomodó a los otros precandidatos a gobernador bonaerense como Darío Giustozzi, Felipe Solá, Gustavo Posse y Mónica López. Ese amontonamiento de precandidatos fue el principio del fin. Las tensiones que se desataron fueron difíciles de contener por parte del fundador del FR y empezaron las primeras huídas del espacio.
El acto del 1 de mayo en Vélez fue un intento fallido de retención, Giustozzi se fue esa misma semana, pero Francisco resistió estoico. Luego harían las valijas intendentes y otros dirigentes de peso, y empezó a hablarse de la posibilidad de un Massa como precandidato a gobernador bonaerense. ¿Será ese el final de la pelìcula?. La moneda está en el aire.

Scioli y Macri sacan cuentas pensando en la polarización


Por Jorge Joury
Parece un axioma difícil de revertir .¿Continuidad o cambio?. En ese esquema,  Daniel Scioli y Mauricio Macri comenzaron a sacar cuentas porque ya imaginan un escenario de polarización.Massa parece haber quedado entrampado en su avenida del medio, tratando de remover los escombros para  recuperar parte de los votos perdidos durante la diaspora. Hoy Scioli y Macri se muestran convencidos de que las primarias abiertas del 9 de agosto tendrán el sentido de una primera vuelta electoral. También sus asesores intuyen que el 25 de octubre encaminará a sus candidatos a una inevitable polarización que podría evaporar la alternativa del balotaje. Frente a ese posible escenario, de la vereda naranja sostienen que gran parte de los votos del FR terminarán cayendo en la bolsa del FPV. Por el lado amarillo, sueñan con que el “voto antiperonista”, sea el que defina  la gran final.
Con la elección polarizada, al Gobierno le interesa que Sergio Massa mantenga su candidatura a presidente y se divida el voto opositor. Ese interés se estaría traduciendo en algunas acciones políticas y financieras concretas, admiten fuentes ministeriales.
En este escenario, muchos no se explican la debacle de Massa. ¿Se la creyó.¿No supo contener a su ejército?.¿Su inexperiencia le jugó una mala pasada?. ¿No escuchó los reclamos internos?. Son todos interrogantes que pertenecen al fuero íntimo del candidato y que solo han revelado a cuenta gotas algunos de los que hicieron las valijas y migraron antes de la debacle. No obstante, el lìder del FR en su afán por dar una explicacion,  puso sobre el escenario la duda de un pacto secreto entre Scioli y Macri para sacarlo de la cancha.
Hay quienes sostienen en los cuarteles del tigrense que un indicador de esas componendas fue el presunto mensaje de WhatsApp que le habría dirigido días atrás el gobernador bonaerense al jefe de gobierno porteño, asegurándole que no afloje ante las propuestas, porque Massa estaba al borde del knock out.
Desde el sciolismo aseguran que “no existieron” los mensajes. Manifestaron que todas las veces que se cruzaron Scioli y Macri fueron públicas y que, en la mayoría de los casos, hay fotos que lo certifican. Apuntan además que los mensajes son una excusa de Massa para tener un argumento y bajarse definitivamente el 20 de junio, fecha en que se inscribirán las candidaturas. En el PRO también intuyen que el lìder del FR tirará la toalla proximamente.
No obstante, en los entornos tanto sciolistas como macristas, admiten que existe una suerte de pacto de no agresión entre ambos. Algo así como no criticarse “debajo de la línea”. Si bien es  cierto que habrá munición gruesa, pero no  golpes bajos.
Mientras tanto Massa encargó un estudio para saber por qué la mayoría de sus votantes lo abandonaron y sobre esos resultados decidiría qué hacer para no terminar en el olvido.
Si en realidad fuera cierto el plan para sacarlo de la cancha, se supone que un candidato de la envergadura de Massa y su equipo de asesores, deberían haber estado con la guardia en alto  y  preparados frente a cualquier trampa. Hace meses que  las encuestas encendieron las cicharras. Massa y compañía creyeron que con los  votos del 2013 en la bolsa, parte de la suerte estaba echada, pero subestimaron a sus socios territoriales. Los que se sumaron en su momento al FR, fueron los primeros en abandonar el barco, al intuír que Massa se evaporaba. Ni lerdos ni perezosos, entonces migraron hacia las estancias de los ganadores.
Hoy Massa descarga las culpas donde puede. También señala a La Cámpora de mandarlo al ostracismo por  haber sido el artífice de que, tras los comicios de 2013, el kirchnerismo sepultara el proyecto para una Cristina eterna. El lìder del FR cree leer en la presencia fotográfica del secretario general de la Presidencia,  Eduardo “Wado” de Pedro, el exponente de la revancha.
Está convencido que el funcionario oficia de una suerte de maestro de ceremonias en cada encuentro con los intendentes eyectados del massismo. Por eso el tigrense busca culpas ajenas y sostiene que el Gobierno maneja el látigo y la chequera. El argumento no parece creìble. De ser cierto, cuando sus desertores se alejaron del FPV, Cristina aún timoneaba  las cuentas de su ejército.
Los próximos días serán cruciales. Definirán dos enigmas que sobrevuelan el tablero electoral : el papel de Cristina Kirchner en las elecciones .¿ Será candidata a diputada nacional, al Parlasur o a ambas cosas?. También las dudas se abaten sobre los compañeros de fórmula de los principales precandidatos presidenciales. Tampoco aún no se visualiza el final de la novela bonaerense. Las dudas son si habrá fórmula única o a lo sumo dos, para suceder a Daniel Scioli en el sillón de Dardo Rocha.
Hoy las primeras espadas del gobernador  sostienen que su candidato a vicepresidente debería ser una figura capaz de atraer a un 15% del electorado independiente que puede votar al peronismo, pero que discrepa con el estilo kirchnerista. El que más entusiasmo despierta, es el salteño Juan Manuel Urtubey, con quien Scioli se fotografió en estos días mandando una señal de complacencia. Otro de sus preferidos es el mandatario sanjuanino, José Luis Gioja, aunque la mayoría sostiene que predominará el criterio de Cristina, quien terminará poniéndole al gobernador entrerriano Sergio Urribarri, más afín al paladar kirchnerista.
En el macrismo también hacen las cuentas. Reconocen que, ante una polarización, se deberá seducir a una parte del electorado que busque un cambio con algo de continuidad. Tal vez por esa razón, además del economista desarrollista  Rogelio Frigerio y el leal armador Marcos Peña, haya quienes piensen una vez más en el perfil humanista que podría aportar Gabriela Michetti a la fórmula amarilla.
Todas las opciones están abiertas. Incluso en la carrera presidencial que no está exenta de operaciones políticas. Algunos empiezan a plantear que en un escenario de polarización no tiene sentido dividir el voto en las primarias y sostienen que el kirchnerismo debería presentar un solo candidato que le gane desde el principio a Macri sin dejar dudas.
Ahora el desafío entre Scioli y Macri reside en cómo diferenciarse a los ojos del votante. Por ahora la opción es “continuidad o cambio”. De lado del oficialismo plantearán que el PRO es sinónimo de ajuste. Los macristas devolverán “gentilezas”, señalando que Scioli es Cristina y que gobernará La Cámpora, en caso de que gane. Son las reglas del juego de la pirotecnia verbal.
De todas maneras, el escenario de casi triple empate registrado en las útimas horas en Santa Fé, enciende una luz roja para Macri  y lo coloca frente al dilema de corregir su armado. Quedó claro que con candidatos “puros” como Del Sel, no le alcanza para ganar y menos aùn frente a un oficialismo que viene en alza, como lo demostró el avance que experimentó el candidato del FPV Omar Perotti.

viernes, 12 de junio de 2015

Rumores y operaciones frente al trazo de la lapicera de CFK


Por Jorge Joury
Que hay operaciones, nadie lo puede negar. Rumores de todos los colores, también agitan en el oficialismo el escenario bonaerense. La alcancia de chimentos se va llenado de a poco con la mirada puesta en el 20 de junio. Ese día se producirá el cierre de listas para las PASO. En esa dirección, uno de los frentes de especulaciones, tiene que ver con que en las últimas horas se empezó a comentar con fuerza en el FPV la posibilidad de ir a una fórmula única para la gobernación. Otra de las posturas apunta en que a lo sumo queden dos. El que puso la bengala en el cielo con la primera de las teorías y desató un mar de especulaciones, fue el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, al advertir que una interna entre los candidatos del kirchnerismo podría obsequiarle la tapa del diario del lunes a favor de María Eugenia Vidal. “Es un desgaste innecesario. Si vamos con tres listas y sacamos 45% de votos y dividimos en 15 cada uno, en ese escenario, el PRO con 17% te ganó la elección en la provincia de Buenos Aires”, disparó el alcalde. Ferraresi además le dio cierta lógica a su postura, señalando en el trazo fino que la competencia podría generar roces y un cierto desgaste en el frente interno, teniendo en cuenta que  ninguno de los candidatos muestra diferencias o matices muy distintos de lo que hay que hacer tanto en la Provincia, como en  el acompañamiento en la Nación.
Algunos sostienen que  Ferraresi lo que hizo fue oficializar el pensamiento de la mayoría de los intendentes de la poderosa Tercera sección electoral, la más rica en votos, quienes propugnan que el Gobierno se incline por un candidato único para la gobernación o acotar al máximo la grilla de postulantes, como una forma práctica de sintetizar la propuesta y evitar la dispersión de la oferta electoral.
La semana pasada, los jefes territoriales del bastión con mayor caudal de votos, tuvieron encuentros por separado tanto con Aníbal Fernández, como con Domínguez, donde el tema también habría sido motivo de análisis.
Otros aseguran que el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, ya tendría la propuesta sobre su escritorio para definirla de manera inminente con la Presidenta. Cristina es  la verdadera dueña de la lapicera y según se sospecha, este fin de semana durante su descanso en El Calafate, daría los últimos trazos en la grilla de postulantes. Hoy quedan cuatro candidatos en carrera con el sueño de acceder al sillón de Dardo Rocha. Son el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y el secretario de Seguridad, Sergio Berni, el de menor exposición en código de armado y campaña.
En este escenario, Espinoza aparece como blanco de todas las miradas. Si bien el matancero está obstinado en no bajarse del caballo, no fue bien vista la jugada que armó presentando  a la diputada nacional Verónica Magario como su delfín para sucederlo en la intendencia de La Matanza. Algunos de sus pares lo ven como una demostración de fuerza en vano, ya que en definitiva será  Cristina la que definirá la contienda en la última depuración de su oferta electoral.
En ese marco, trascendió que desde la Casa Rosada se habría encargado al gobernador Daniel Scioli la tarea de abrir una instancia de diálogo con Espinoza con el objetivo de que el jefe comunal y titular del PJ bonaerense termine de definir su renuncia a la postulación. Espinoza es uno de los que reafirmó su candidatura luego de la larga lista de dirigentes anotados para competir por la sucesión de Daniel Scioli que decidieron bajarse tras el “baño de humildad”, que pidió la Presidenta. Esa lista dejó por el camino a Fernando “Chino” Navarro, Diego Bossio y Martín Insaurralde, entre otros. En cuanto a Berni, ya estaría definido. El propio funcionario nacional dijo la semana pasada que si bien se mantenía en carrera no era una decisión “caprichosa”, ni que no tuviera “marcha atrás”.
Los rumores también apuntan a que Cristina aún no se definió en reducir a dos o a una las fórmulas. Además se había hecho circular la versión de que el tándem Florencio Randazzo-Aníbal Fernández podría ser finalmente la fórmula provincial. Ambos funcionarios desmintieron rotundamente bajarse de sus respectivas candidaturas y atribuyeron  las especies a “operaciones de prensa para ensuciar la cancha”. Y por si fuera poco, en medio de semejante oleaje, en las últimas horas volvió a reflotarse la posibilidad de una candidatura de Máximo Kirchner, al darse a conocer una encuesta que entusiasmó a toda la dirigencia. No es para menos, el hijo presidencial, según el sondeo, mide 27 puntos de base en el conurbano.
Ahora todas las miradas están puestas en el último trazo de la lapicera de la jefa de Estado, quien deberá definirse con fecha límite el 20 de este mes, día del cierre de listas. Hasta ese momento nadie se anima a pronosticar que jugadores disputarán la gran final. Mientras tanto, todos querrán sacar provecho de la situación, llevando agua para sus molinos y dejando que el rio suene, una vieja estrategia peronista para mantene el foco de atención.

El nuevo escenario bonaerense con los desertores del massismo


Por Jorge Joury
Los mejores pronosticadores de la polìtica suelen ser los intendentes. Más aún, los del conurbano, curtidos en batallas electorales donde a través de décadas dejaron en sus territorios sangre, sudor y lágrimas. Son los primeros que perciben hacia dónde van las preferencias de la gente.Tal vez sea por eso que hoy abrieron sus brazos para recibir en el Frente Para la Victoria a los que se fueron con Massa. No obstante, hay que aclarar que ninguno de los desertores  tendrá previlegios en la disputa local en su pelea por la reelección, ya que el espacio que dejaron vacante fue ocupado por otros jugadores que han demostrado fidelidad al oficialismo y hoy se ven beneficiados por las encuestas. Scioli  trata de atenuar el impacto de los que aterrizan con la cabeza baja, marcando con tiza la vereda de la victoria: “son intendentes que quieren ganar”, dice con una sonrisa de dos plazas y por las duda deja más puertas abiertas. El “operativo retorno”, que alienta la Casa Rosada, está funcionando a pleno y hace crecer cada vez más las expectativas del oficialismo de ganar en primera vuelta.
La orden que llega para todo el arco partidario del FPV, es no tomarse revancha, ser piadosos, pero mostrarles a los recién llegados que deberán revalidar títulos en la cancha grande. En ese escenario de piso enjabonado están los intendentes Raúl Othacehé, de Merlo; Humberto Zúccaro, de Pilar; Sandro Guzmán, de Escobar, José Eseverri de Olavarría, además de dos al cae como Gabriel Katopodis de San Martín y Daniel Bolinaga de Arrecifes. Todos tienen que preparse con el cuchillo entre los dientes y lanza en mano. El grupo lo integran también Darío Giustozzi, que intenta volver a controlar la intendencia de su distrito, Almirante Brown, luego de dejar estrepitosamente las filas del massismo, donde era precandidato a la gobernación.
Aunque recién se confirmará el próximo 20 de junio, fecha límite para la inscripción de las candidaturas, tanto en Merlo, como en Pilar, en Escobar, en Almirante Brown y en Olavarría el Frente para la Victoria mantendría los candidatos que habían salido al ruedo hasta ahora, enrolados en el sciolismo, La Cámpora o aquellos que están alienados con Florencio Randazzo. Es decir, que los recién retornados intendentes no tendrán privilegios en la disputa local.
En Merlo, el histórico Raúl Othacehé admitió en las últimas horas que está dispuesto a confrontar con quien se le oponga en las Paso del próximo 9 de agosto. En ese distrito del Oeste, donde Othacehé es patrón hace 24 años, en la carrera están anotados para darle batalla Walter Beltrán, jefe de la Anses local y enrolado en La Cámpora, y Gustavo Menéndez, un concejal alineado en el sciolismo. Merlo cuenta con un padrón de 240 mil personas, de las cuales, según las mediciones, 140 mil estarían dispuestas a ponerse la camiseta de Othacehé.
Quienes conocen la geografía local, saben que el “Vasco” como se lo conoce,  hará valer todo su peso territorial hasta de manera compulsiva, ya que históricamente cuenta en su foja gran cantidad de aprietes. El propio Menéndez había denunciado a Othacehé de maniobras violentas en la campaña. Por el lado de Escobar,  el escenario se vio sacudido por el regreso político del intendente Sandro Guzmán al Frente para la Victoria a partir de las gestiones encabezadas por el secretario general de la Presidencia Eduardo “Wado” De Pedro. Guzmán también tendrá también fuerte  oposición interna de cara a las PASO del próximo 9 de agosto. De acuerdo a lo que marca la plantilla local, el alcalde debería enfrentarse a una interna con el candidato que ya había lanzado allí el Frente para la Victoria, Ariel Sujarchuk.
Sujarchuk fue subsecretario de Relaciones Institucionales y Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y en la actualidad se desempaña como subsecretario de Comercialización de la Economía Social de la cartera de Desarrollo Social . Además está apadrinado políticamente por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
Por el lado de Pilar, el escenario es similar pero con vientos de guerra. Allí, fue el propio intendente Humberto Zúccaro quien, al anunciar que dejaba el Frente Renovador y volvía al Frente para la Victoria, “pidió” que el oficialismo mantenga allí sus candidatos. El hombre más fuerte dentro de la interna para dar pelea en las PASO es el sciolista Jose Manuel Molina, ex titular del organismo ambiental de la Provincia.

La batalla de Pilar promete ser una de las más atractivas, ya que varios funcionarios de Zúccaro dieron un portazo y se fueron con Molina. Hay hay que contar entre los desertores a la ex secretaria de Políticas Institucionales de la Comuna, Graciela Odato, integrante de la mesa chica desde donde se lanzó hace más de una década el proyecto Humberto Zúccaro intendente. A ella, se le sumó el ex director de Defensa Civil, Rubén Romero, y el Asesor de Política Institucional, Luis Odato. También en el grupo hay que incluìr a Claudio Sánchez, delegado de Los Cachorros, de la agrupación política Nueva Generación. Todos ellos hoy se han pintado la cara frente a Zúccaro.
El único caso abierto todavía es el de Olavarría. Allí, hasta el retorno de José Eseverri, en el FpV se perfilaba para competir por la intendencia un dirigente alineado a Florencio Randazzo, Gonzalo Bagú. Con todo, algunos especulan con que podría haber lista de unidad.
Un escenario similar se abrió en las últimas horas en Almirante Brown, a partir de la posibilidad cada vez más firme de que Darío Giustozzi decida presentar su candidatura para recuperar la intendencia con la boleta del FpV. Luego de su ruidoso alejamiento del Frente Renovador, donde formaba parte de la grilla de postulantes a la Gobernación, el actual diputado nacional aspira a volver a controlar el municipio hoy en manos de Daniel Bolettieri, que ahora se alineó al sciolismo. A criterio de los obsrvadores, la movida de Giustozzi podría generar un escenario complejo en la disputa local del Frente para la Victoria. Es que en Almirante Brown ya hay dos nombres del oficialismo lanzados en la carrera por la intendencia: el titular del Instituto de Previsión Social (IPS) Mariano Cascallares, con el respaldo del sciolismo y sectores del kirchnerismo, y el diputado Mariano San Pedro. De los dos, Cascallares es quien ha despegado más fuerte en las encuestas. Hasta aquí y ya en cuenta regresiva, el escenario promete internas para alquilar balcones y con final abierto en cada distrito.

La venganza de Macri frente a un Massa con el último aliento


Por Jorge Joury
Para algunos es el último telegrama desesperado del denominado círculo rojo, compuesto por poderosos empresarios que quieren ver al kirchnerismo fuera del gobierno. El cartero esta vez fue Francisco De Narváez, que pateó el tablero y sumó desconcierto en el abanico opositor al anunciar el retiro de su precandidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires para presionar aun más por el acuerdo entre el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y el diputado nacional y referente del Frente Renovador, Sergio Massa, algo que los observadores polìticos ven como casi imposible.
“Si no hay un acuerdo entre Macri y Massa, gana Cristina”, disparó El Colorado, para apurar el trámite.Pero hoy el círculo amarillo no quiere que los perdedores como Massa le impongan condiciones y prefieren seguir con sus recetas.
Pese a que Macri en las últimas horas volvió a cerrarle la puerta al tigrense y que desde Córdoba Massa reiteró su negativa a declinar la candidatura presidencial, el empresario colombiano no dudó en señalar que bajaba su postulación para facilitar un acuerdo. La movida de De Narváez, consensuada con su jefe polìtico, también dejó en evidencia que la primera opción en la carpeta de Massa pasa hoy por pelear la gobernación de la mano de PRO, antes que disputar la Presidencia junto a su socio en el Frente UNA, el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota. Si Macri contestara por la negativa, esto le permitiría a Massa mostrar ante la opinión pública haber hecho todo el esfuerzo para derrotar al Gobierno y dejaría como único responsable al jefe del PRO, en caso de un traspié electoral.
De todas maneras, la estrategia no sólo alimenta el suspenso al anuncio que hará Massa este martes, sino que obliga al oficialismo a ponerse en guardia ante un posible cambio de escenario. Lo que vamos a plantear tal vez termine siendo parte de una novela, pero en definitiva es una hipótesis a tener en cuenta. En Olivos no preocupa que el lìder del FR mantenga su candidatura presidencial, pero sí logra enderezar el barco y hace un acuerdo con Macri y se lanza a la gobernación, obligaría a replantear la estrategia. En el plano de lo hipotético, algunos especulan con la posibilidad de que Cristina obligue entonces a Florencio Randazzo a dar la batalla por Buenos Aires, cumpliendo el sueño de los barones del conurbano. Tampoco, como última carta, nadie se anima a descartar la posibilidad de que sea la propia CFK, la que termine siendo candidata al sillón de Dardo Rocha.
Para el caso de mover el tablero en ambas direcciones, habrá que ver de qué manera se acomodan los cuatro jugadores anotados para suceder a Scioli:  el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, el titular de Diputados Julián Domínguez, el intendente de La Matanza Fernando Espinoza, y el secretario de Seguridad Sergio Berni. Hoy ninguno de ellos todavía ha logrado explotar en las encuestas. Sólo Aníbal Fernández cuenta con un alto nivel de conocimiento como para marcar diferencias.
Un alto jefe territorial del conurbano, que maneja información de primera mano y tiene llegada directa a La Rosada, comentó en las últimas horas que “con la fórmula Scioli Presidente, Randazzo Gobernador, arrasamos. Con o sin Massa”.
Además hoy el gobierno tiene otra llave maestra para operar a fondo. Cuenta con el caballo de Troya. Juan José Alvarez, que fue ministro de Seguridad de Eduardo Duhalde entre 2002 y 2003 y que era hasta hace poco el jefe de campaña de Massa. Juanjo se ha convertido en  el jefe de la campaña kirchnerista. Le han encomendado la firme misión de destruir la estructura que le queda a Massa.  Alvarez, que es un viejo zorro en armar roscas, se reunió con jefes de La Cámpora. Con el secretario de la Presidencia Eduardo de Pedro y el diputado Andrés Larroque, armaron una grilla municipio por municipio bonaerense, para cómo seguir avanzando y producirle el mayor daño posible al tigrense. Esta contienda le está dando resultado al gobierno, ya que han casi vaciado a Massa de la estructura que lo llevó a la victoria y quizás haya más dirigentes notorios y segundas y terceras líneas que hagan más profundo el desangrado de las estructuras.
Ya es un secreto a voces que el que se encuentra con las valijas hechas y pronto a emigrar es Gabriel Katopodis, intendente de San Martín. Está con Massa desde el principio, pero  no quiere quedar pegado al papelón.
Pero ahora la mira está puesta en  qué hará Massa, dentro de un menú de opciones de mantener su candidatura presidencial e ir a las Primarias con el cordobés José Manuel De la Sota, jugar la heroica que le piden algunos laderos bonaerenses e ir como candidato a gobernador con una boleta corta sin presidente, o directamente dejar pasar este turno electoral y preservarse frente a una escenario que se le ha tornado por demás complejo. Los últimos pasos de Massa no dejan de ser casi  una tragedia política . Hace apenas ocho meses era Gardel, el candidato presidencial con más intención de votos. Cometió errores, hizo promesas políticas que no cumplió, confundió a sus aliados o los agravió, como el caso Reutemann y  anunció en la desesperada, cosas que nunca sucedieron. En política eso se paga caro.
Ahora, desfalleciente y sin fuerzas, ni fondos para continuar la campaña y casi con la lengua afuera Massa lo buscó a Macri como último recurso. La mayoria sostiene que es tarde. Se lo dijo Durán Barba a De Narváez en una cena privada que ambos mantuvieron el miércoles último, donde le aconsejó que lo mejor es que el lìder del FR renuncie a todo. Macri esperò a Massa pero para tomarse la gran revancha. Decirle que no, cobrando de manera despiadada el desplante que él sufrió de parte del lìder del FR en las elecciones de 2013. Por estas horas pareciera que se agotaron las palabras. A Macri no le conviene acordar con Massa porque se convertiría en más de lo mismo y perdería su impronta de “lo nuevo”. ¿Qué hara Massa frente a este cuadro de situacion?. La moneda está en el aire.

El último capítulo del culebrón Macri-Massa, con final abierto


Por Jorge Joury
“Hoy un juramento, mañana una traición”. Con letra de tango, aunque con música fúnebre, así podría graficarse el cuadro de situación en el Frente Renovador, hoy jaqueado por el desconcierto y la fuga de dirigentes. En el edificio de las Naciones en Tigre, que en otros tiempos fue sede de la euforia, hoy abunda la desazón. Algunos aseguran que Sergio Massa, a pesar de que siempre se muestra sonriente, está deprimido y con bronca. Su principal soporte es Malena Galmarini, la esposa que conserva pese a todo la buena cintura política para continuar el baile. Es la que lo auxilia cuando cae en el pozo. El tigrense ve fantasmas por todos lados y atribuye lo que le está pasando a “una operación del Gobierno”.
Luego de que Mauricio Macri bajara el martillo y cerrara la puerta para un posible acuerdo electoral con el FR, el diputado nacional decidió parar la pelota y tomarse el fin de semana para reflexionar. Será ni más ni menos que el preludio de la cuenta regresiva con la mirada puesta en el miércoles próximo, cuando vence el plazo para la presentación de alianzas.
Tal vez la decisión que adopte Massa tenga que ver con una pista que dio en las últimas horas Joaquín de la Torre, intendente de San Miguel y uno de sus hombres de mayor confianza: “Sergio no se baja y seguimos adelante con nuestro proyecto”.
Cómo continuar la campaña, es otro de los dilemas, ya que los empresarios que lo apoyaban, al ver la caída en las encuestas le retacean fondos y hasta el préstamo de aviones.
“Sábado y domingo me voy a dedicar a pensar. Lunes, reunión de equipo, y martes, conferencia de prensa”, le dijo el líder del FR a una de sus primeras espadas, dando a entender que se entra en tiempo de definiciones.
CON LA LETRA DE MALENA
¿Cómo trabajar en un proyecto presidencial en medio de un clima de semejante descomposición? Uno de los alfiles del planeta “Distinto”, se encogió de hombros y reveló que por el momento les pidieron que se manejen con la letra que hizo pública Malena Massa. La mujer del candidato fue la que tuvo más visión para salir del pantano: “Sergio es candidato a presidente, pero nosotros no buscamos cargos, hacemos política para cambiarle la vida a la gente y eso no depende tanto de un cargo. A nosotros nos mueven otras cosas”, dijo. Mientras tanto en la mesa chica sostienen que Massa no definirá sino hasta última hora. Ponen como ejemplo su candidatura a diputado, sobre la que no hubo certeza hasta el filo del cierre de listas.
Por estas horas, en las usinas de rumores se barajan los escenarios más impredecibles. Lo cierto es que los protagonistas del culebrón (Macri y Massa) juran que es falso un acuerdo.
El esquema parece repetir la película del  2013, cuando desde ambas veredas negaban cualquier tipo de acercamiento y  se terminó confirmando en las listas de candidatos. Sólo que en aquella oportunidad quien negociaba en inferioridad de condiciones era el Pro.
Mientras tanto, a  menos de una semana de la inscripción de alianzas y 17 del cierre de listas, Macri como buen ingeniero apela a que los cimientos de su oponente se derrumben, que siga cayendo en las encuestas y termine en soledad sin chances, ni recursos para jugar la patriada personal. Sostiene que a medida que pasan los dìas y pierde más dirigentes, Massa se verá obligado a entrar en liquidación.
El líder del Pro no está solo en su estrategia. Se siente acompañado también por el FPV . Ambos ejercen una acción de pinzas constante para sacar a Massa del medio.
TODO EL PESO DE DURAN BARBA
Macri prefiere entregarse a los consejos del gurú Jaime Durán Barba, quien sostiene que Massa está en caída libre, a punto de estrellarse y perderá a todos sus socios territoriales que eligen retornar al FPV, antes que migrar al PRO. Sin esa estructura y con los números acotados, Barba sostiene que no conviene tenerlo como socio. Hoy el PRO ya cuenta con una decena de intendentes en el territorio bonaerense: Jorge Macri, Camilo Etchevarren, Gustavo Posse, Esteban Hernando, Carlos Oreste, Sergio Biul, Enrique Tkacik, Jesús Cariglino, Oscar Luciani y Raúl Feito, casi un número para gritar que hay equipo.
Macri mira el reloj de arena. Sabe que cada hora que pasa y con cada fuga  que se produce, Massa aparece más debilitado. Algunos de sus operadores , en Bolívar 1 son crueles y aseguran que en octubre, medirá 5 puntos, igual que Carrió.
En las próximas horas, Macri se mostrará para la foto con Jesús Cariglino, el inoxidable intendente de Malvinas Argentinas, lugar en que el ingeniero tiene su quinta de fin de semana y donde suelen compartir asados. También posará con Oscar Luciani, el vecinalista que es alcalde de Luján. Los dos son ex massistas y entraron solos al espacio.
AMASANDO CON CARIGLINO
Con pasado de familia de panaderos, Cariglino sabe amasar relaciones mejor que nadie y ya se colocó la camiseta amarilla. En su quincho del cuarto piso de la comuna, agasajó al “Pro peronista” con un asado bien regado con vino Rutini.
Comentan que en un encendido discurso, el alcalde local ratificó que ayudará a “trabajar para contener y abrir al peronismo” fundamentalmente de la Primera y Tercera Sección electoral, pero “respetando los lugares de trabajo en donde el PRO ya está consolidado”. Compartieron la mesa los macristas Emilio Monzó, Marcelo Daletto, Jorge Triacca, Néstor Grindetti y el casi confirmado diputado nacional, el periodista Fernando Niembro.
Esa no fue la primera puntada del alcalde de Malvinas. Antes había recibido a Massa en su distrito para compartir unos mates y terminar de mostrarle la conveniencia de competir en la Provincia junto al PRO, pero por lo que se ve las intenciones naufragaron por la posición indeclinable de Macri.”Si Massa me llama le voy a decir que mi candidata a gobernadora en la Provincia es María Eugenia Vidal”, disparó el lìder del PRO en las últimas horas, dando a entender que no hay más margen para especulaciones.
Massa postergó para el lunes la reunión que tenía prevista para este vieres con sus intendentes y legisladores. “Sergio canceló toda la agenda. Va a apagar los teléfonos y tomar una decisión. El lunes hablará con los intendentes y el martes daremos una conferencia”, indicaron en el entorno del tigrense, para luego entrar en silencio de radio.
Solo y con su almohada, el diputado ahora tiene la palabra. En este escenario, nadie se atreve a escribir el final de la novela.

jueves, 4 de junio de 2015

El plan del Gobierno para barrer a Massa y ganar en primera vuelta


Por Jorge Joury
Hoy hasta  los diarios más opositores al Gobierno reconocen que Daniel Scioli está primero en las encuestas y que el oficialismo tiene posibilidades de ganar en primera vuelta. Massa está cada vez más confundido, por las fugas de poderosos intendentes de su espacio. Y encima Macri le cierra la puerta, como lo ratificó en las últimas horas, dejándolo virtualmente en soledad.  Pero en la Casa Rosada, preparan la última estocada para el tigrense. Se está urdiendo un plan en el mayor de los secretos, para terminar de asfixiarlo y sacarlo definitivamente de la carrera electoral. Uno de los armadores principales para la provincia de Buenos Aires es el secretario general de la Presidencia, Eduardo Wado De Pedro. Desde el día que dejó su banca de diputado para asumir en reemplazo de Oscar Parrilli, el joven camporista avisó que su rol se concentraría en la ingeniería electoral y eso está haciendo. Tiene línea directa con Cristina y Máximo Kirchner, con quien habla todos los días. Eso lo coloca e un escalón más arriba por sobre el resto de los integrantes del gabinete. Pero, De Pedro no está solo. Sus espadas son un tío, el diputado bonaerense Alberto España, y uno de sus hermanos de crianza, Gerónimo Uztarroz, que trabajan con él en el armado electoral. España, de hecho, es uno de los principales impulsores, junto con De Vido, de la candidatura a gobernador del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.
En el segundo escalón de operadores todo terreno, se ubica el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, uno de los hombres que más conoce de los vericuetos del entramado de los barones del conurbano. Precisamente él estuvo involucrado junto con De Pedro en los últimos pases massistas. Las fotos se hacen en su despacho, pero primero se cierran en el de Wado, como el caso de Sandro Guzmán, de Escobar, o el más reciente, el del intendente de Pilar, Humberto Zúccaro.
A LA CAZA DE LOS VOTOS
Todos son mosqueteros de CFK, hoy abocados a rescatar más un millón y medio de votos que abrevan en la cantera  de la Provincia en el  Frente Renovador y que servirían para una victoria en primera vuelta. Además de echar por tierra la posibilidad de una gran alianza de la oposición en un ballotaje y que se despierte la tormenta del voto anti.
En medio de la pronunciada sangría de dirigentes, Massa resiste como puede el descuartizamiento de su espacio en el que, paradójicamente, coinciden tanto el peronismo como los macristas. Desde ambos espacios, el objetivo, es sacarlo de carrera como tercera alternativa y llegar a la polarización pura bajo el lema: continuidad o el cambio. Hoy Massa es víctima de su propia maquinaria. Los intendentes bonaerenses que lo llevaron a la victoria y que hacen de la oportunidad una virtud, vuelven con la cabeza baja al oficialismo porque perciben el aroma a cala, la flor de los cementerios, que preanuncia el peor final.
Con el olfato desarrollado para seguir a quien tiene el poder, hoy muchos tratan de tender puentes con Aníbal Fernández, uno de los banderilleros K que alienta el éxodo. Luego Zannini los recibe con los brazos abiertos y con el marco adecuado para la foto.
En esta suerte  de cerco sobre el Frente Renovador, también el macrismo tira para su lado. Aunque recoja menos que el FPV, el escenario de la polarización los beneficia ya que una gruesa porción del electorado manifiesta su deseo de un cambio. Hasta ahora la migración en el territorio donde el massismo era más fuerte, ha llevado casi toda el agua para el molino peronista. No olvidemos que la elección bonarense se define por simple mayoría y aunque desde el FR se han mandado señales al PRO para compartir una interna, el macrismo le ha contestado que frente al poder de fuego del tigrense, prefiere jugar con fuego y con candidatos puros.
A LA HORA DE HACER LAS CUENTAS
En tren de sumar insumos para un ansiado triunfo en primera vuelta, hay que agregar el casi seguro retorno al FPV del diputado Darío Giustozzi, quien hoy flojo de papeles, no le quedaría otro remedio que ir a pelear la intendencia de Almirante Brown, donde no la tiene fácil ya que ha crecido mucho el sciolista Mariano Cascallares hoy favorecido por las encuestas.
Además, los indultos del alcalde Merlo, Raúl Othacehé, el de Pilar, Humberto Zúccaro y el de Escobar, Sandro Guzmán, suman un enorme caudal de votos para el oficialismo. Sólo Othacehé cuenta con 140 mil adeptos en Merlo, sobre un padron de 240.  En la plantilla que analizan en La Rosada dan por seguro que tarde o temprano recalarán en el puerto cristinista, Joaquín de la Torre, jefe comunal de San Miguel y Gabriel Katopodis de San Martín .José Eseverri de Olavarría, quedó oficializado en las últimas horas, después que Randazzo lo abrochó en su último viaje. También está en gateras, el intendente de Mercedes, Carlos Selva. En este caso,  De Pedro lo está tentando con importantes ofertas.
Eseverri, que desembarcó en las últimas horas, es el octavo aliado que se aleja del tigrense en lo que va del año y el quinto que se acerca al Frente para la Victoria. Pero no era uno más en el esquema de Massa. Es un jugador clave, ya que tiene un asiento en la mesa chica del FR, junto a Joaquín De la Torre (San Miguel), Gabriel Katopodis (San Martín) y Mario Meoni (Junín).
SE QUEDARON PERPLEJOS POR LA NOTICIA
El olavarriense ya había provocado un verdadero tsunami la semana pasada, al compartir una foto y varios elogios con el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, aspirante a suceder a Cristina Kirchner y rival del gobernador bonaerense, Daniel Scioli. Desde el massismo quedaron descolocados y en principio, explicaron ese gesto como una chicana contra Scioli. Cuentan en el búnker del Tigre, que cuando la foto de Eseverri y “Wado” comenzó a navegar por Twitter, quedaron perplejos.
Sucede que Eseverri había estado durante un cónclave el lunes por la noche en los Astilleros de Rincón de Milberg, en Tigre, junto a Massa y al resto de los intendentes del Frente Renovador. Algunos aseguran que ofició a Judas, ya que no le escucharon una queja y, de hecho, afirman que prometió acompañar hasta el final la estrategia política que siguiera el tigrense. “Estaba al lado mío. Nos estuvimos c… de risa hasta las 2.30 am”, se sorprendió uno de los comensales.
Con Olavarría, los ocho municipios perdidos por Massa representan más de 1,7 millones de electores, la mitad de los 3,3 millones que el FR ostentó en 2014. El problema es que otras fugas asomen en el horizonte. No obstante, el  retorno de los arrepentidos de Massa al FPV no es gratis. Todos deben enfrentar primarias para revalidar sus títulos. En lo que tiene que ver con las cuentas para captar votos los mosqueteros cristinistas apuntan al 2013, cuando el peronismo tuvo su peor elección histórica por debajo del 30%. Luego la mejoró levemente en octubre , cuando llegó al 33,5%, pero lejos del 42% que necesita capturar el PJ en la Provincia, para imponer al futuro inquilino de Balcarce 50
”Hay que mejorar en un millón y medio de votos la perfomance del 2013″. Son las metas que habría impuesto la jefa de Estado a sus alfiles. Es la ecuación que se necesita para empujar hacia arriba la boleta presidencial, y compensar resultados adversos en lugares como Capital y Córdoba. El objetivo es que el FpV en la provincia de Buenos Aires debe colectar más de 4 millones de votos para cumplir el sueño de ganar en la primera vuelta.
Hay quienes sostienen que en 10 días Massa resolverá su futuro. Las últimas encuestas le dan un 17 % a nivel nacional y arañando el 20´% en la Provincia, algo así como una caida de 4 puntos en un mes, con una tendencia que parece irreversible. Tampoco los números le son favorables a su socio, el gobernador cordobés Juan Manuel de la Sota, de quien se dice que no ganaría ni en su propia provincia.