viernes, 28 de agosto de 2015

Las 7 plagas de Egipto azotan a Scioli en la cuenta regresiva


Por Jorge Joury

Las circunstancian han hecho que  Daniel Scioli deje de ser inoxidable. Ya no se le alinean los planetas de la forma que esperaba. Paradójicamente ocurre en su último vía crucis rumbo al sillòn de Rivadavia. Pareciera estar frente a “Las 7 plagas de Egipto” en tiempos de Moisés, una suerte de final de tiempo según el Libro del Apocalipsis. Ni siquiera una ayuda del cielo, pese a ser amigo del Papa. Ultimamente, solo ha cosechado sinsabores. El bonaerense sospecha haber caído en las redes de una campaña de desprestigio. Primero, la denuncia del periodista Jorge Lanata acusando a Aníbal Fernández de tener vínculos con el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez. Luego la metralla opositora por la inundación, en medio de las PASO . Tras cartón, la lluvia ácida por el desafortunado viaje a Italia, con la certeza  que fue sobredimensionado por Macri y su troupe de tuiteros . Siguieron las denuncias de fraude de Felipe Solá y un joven militante radical asesinado en Jujuy. También, se sumó la polémica del gobierno formoseño de Gildo Insfrán con el futbolista Carlos Tevez por sus opiniones sobre la pobreza en esa provincia, que lo obligaron a terciar desde un sitial incómodo. Scioli tuvo que hacer equilibrio, ya que es amigo del jugador y socio político del gobernador.
Y ahora, el Tucumanazo violento, con el grito preocupante de “¡ que se vayan todos!”, algo que no se oía en el paìs desde aquellos días negros del 2001.
Mal síntoma, justamente cuando la democracia se apresta a cumplir 32 años el pròximo 10 de diciembre.Desde el oficialismo se instala la sospecha de que una mano negra ha irrumpido para perturbar el clima electoral.  Lo que ocurrió en el jardín de la Repùblica compromete a todos. Tanto a Gobierno como a oposición. No es el marco de convivencia adecuado para ayudar al electorado a encontrar el voto más racional.
En los últimos ocho años Alperovich ganó en Tucumán por más del 70% y hasta ridiculizaba a la oposiciòn que no lograba llegar al 10’%. Esta vez Manzur solo obtuvo el 54% y Cano superó el 40%. No es la sumatoria que esperaba Scioli para hacer diferencia en su sueño de ganar en primera vuelta.
Tucumán siempre ha sido un banco de pruebas. Un escenario especial de lo bueno y de lo malo. Fue cuna de la independencia y forjó a ilustres pensadores. Pero en su territorio también se sembraron la muerte y la tortura. Ya en democracia, eligió a un dictador como gobernador y como intendente de su capital . Nada más ni nada menos, que el general Antonio Bussi. En tiempos contemporáneos, se hizo tierra de caudillos capaces de eludir las responsabilidades en sonados casos que muestran lo peor del feudalismo, como los de Marita Verón y Paulina Lebbos. Lo que se dice, un coctel explosivo al que solo hay que echarle un  poco de nafta.
En los laboratorios naranja de la calle 6 hay intranquilidad. Se puso en foco a algunos fantasmas de corporaciones que puedan estar metiendo sus narices para embarrar la cancha y darle una mano a Macri. Los asesores han posado la lupa  además sobre el récord del dólar blue y no descartan que se esté fogoneando “un golpe financiero”. Olfatean que todo esta relacionado con el intento de avance del macrismo, junto a las otras fuerzas de la oposiciòn y los hechos en Tucumán,  que terminan impactando en el mercado con la ayuda de empresarios poderosos que quieren forzar una devaluación antes de octubre.
Scioli intuye que en sus últimas semanas decisivas habrá otros intentos. Esta posibildad lo ha malhumorado. Se ve otro Scioli, que ha despertado de su envase de clonazepan. Ve en Macri al demonio y hasta se muestra molesto con la prensa.
Su cañones habrían empezado a apuntar ahora al 20 de septiembre. Ese domingo se vota en Chaco donde el delfín del actual mandatario, Jorge Capitanich, el peronista Domingo Peppo, derrotó por paliza en las primarias a la oposición unida. Nadie supone que no podrá repetir y que Scioli se sacaría el gusto de la fiesta. No obstante, lo ocurrido en Tucumán no le disipa la sospecha de otro intento de perturbación.
El gobernador bonaerense y varios de sus pares peronistas, entre ellos el mandamás salteño, José Manuel Urtubey, con el que mejor se lleva, consideran que hay un plan opositor para poner en duda la transparencia de las elecciones de octubre. Ante esta circunstancia, en los próximos días, varios de los gobernadores van a tener mayor protagonismo en la campaña de Scioli para reforzar la idea de la gobernabilidad que, según ellos, plantea la candidatura presidencial de Scioli.
Según la teoría que se habla en los laboratorios naranja,  la campaña que planteará Macri hasta octubre será ensuciar las elecciones con el objetivo de consolidar una polarización entre él y el gobernador, encarnando el antioficialismo que busca la transparencia, frente a un oficialismo que hace ¨fraude¨. De paso en esa estrategia, busca el ¨voto últil¨ y robarle a Masa para forzar un balotaje contra Scioli.
Casi las mismas percepciones se manejan en Olivos. Cristina vio en las últimas horas la foto de la oposición unida  y  bajó órdenes de tomar distancia de los conflictos. Los trató de “desaforados y locos”, por no reconocer la derrota. Además, presionó al gobernador Alperovich a superar la crisis cuanto antes. Pidió reabrir las urnas impugnadas para legitimar el triunfo del candidato a gobernador Juan Manzur. El objetivo es que el panorama no afecte la campaña de Scioli
La Presidenta dio instrucciones de dar vuelta la página rápido e instalar otros temas. Teme que algunos medios le proyecten las imágenes de un país en llamas antes de las elecciones de octubre. La idea es tomar distancia y dejar marcado que éste es un hecho externo al Gobierno y a Scioli. No quiere que su candidato quede dentro de una postal de posibles prácticas fraudulentas agravadas luego por desmanes, corridas, balas de goma y golpes.
Pese a las discrepancias de las que se habló en los últimos días por el viaje a Italia, Cristina lo quiere ayudar y se involucrará con más ímpetu en la campaña rumbo a octubre. No es para menos, en la misma boleta de Scioli están sus incondicionales Carlos Zannini, Axel Kicillof, Eduardo “Wado” De Pedro y sus alfiles de La Cámpora. En la gobernación sostienen que siempre que llovió paró, y esperan una mejora en el pronóstico polìtico, pero por las dudas no cierran los paragüas.

El desafío de sciolizar el rumbo para gambetear un octubre rojo


Por Jorge Joury

Los resultados de las PASO, más allá de ser favorables al oficialismo, hicieron sonar las alarmas de la Casa Rosada y dejaron intranquilos tanto la Presidenta, como a las primeras espadas de Daniel Scioli. Del scaner de la situacion se comprobó que los números no cierran para ganar en primera vuelta. Por esta cuestión se ordenó la realización de una encuesta en la que se arribó a la conclusión que ante un eventual escenario de balotaje, el 50% de los votos del Frente Renovador irìan hacia Mauricio Macri, el 36% hacia Daniel Scioli y el resto permanece en un estado de indecisión. Además, en la gobernaciòn hicieron las cuentas sobre la Provincia y establecieron de que en casi el 75% de los distritos bonaerenses Scioli sacó menos votos que los postulantes municipales.El corte de boleta en el territorio más importante del país, donde se reparten cuatro de cada diez votos nacionales, encendió otra luz roja y volvió a hacer temblar la estructura del peronismo. En muchos casos, se trató de una sorpresa inesperada, ya que no es frecuente históricamente que ese electorado tenga comportamiento de corte. En el laboratorio sciolista tienen la presunción de que existió una suerte de foco de rebeldía por parte de algunos alcaldes con el marco de las internas municipales, que en muchas casos fueron bastante detonantes. Sospechan que eso terminó repercutiendo en los números de la fórmula presidencial.
Para evitar sorpresas en la gran pelea de octubre, el gobernador bonaerense empezó a convocar a los intendentes para alinear la tropa. La idea es ponerlos en autos de esta realidad y requerirles que hay que ganar en primera vuelta, para evitar el riesgo de caer en un balotaje frente a una oposición que seguramente planea unirse y que con tenedor y cuchillo, salga a proponer a tambor batiente el menú del cambio. El ex motonauta dejó en claro en las primeras puntadas con los caciques del conurbano, que el casi 40% que cosechó en la provincia es insuficiente. El equipo de campaña, después de hacer los números finitos, comprobó que dejó en el camino un millón de votos de bonaerenses que habrá que recuperar como sea.
Los que tuvieron el enorme desafío de dilucidar esta cuestión fueron el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez. Ambos revisaron los votos que sacaron Scioli, los precandidatos a gobernador y los jefes comunales. La decantación dejó al descubierto algunas postales a tener en cuenta. Una prueba de ello son los Oktubre, grupo de intendentes jóvenes que conforman Juan Patricio Mussi , de Berazategui, Francisco Durañona. de San Antonio de Areco, Juan Pablo de Jesús, del municipio de La Costa, Francisco Echarren de Castelli y Santiago Maggiotti, de Navarro. Paradójicamente, todos sacaron el 8% más que el candidato a presidente.
La bajada de línea que hizo Scioli en una reunión de tono enérgico en las oficinas de la sede del Banco Provincia, tiene que ver con la necesidad de superar la marca del 40% para no perder poder en el Congreso de la Nación, la Legislatura provincial y los concejos deliberantes locales. Además se recomendó a los candidatos reforzar la calle. Se los instó a transpirar la camiseta, ir casa por casa, recurrir al timbreo, la utilización de redes sociales y mostrar la capacidad de construir en la diversidad. Además se hará foco especial en grandes ciudades, sobre todo en La Plata, donde el binomio Scioli-Zannini alcanzó el 30,4%; Mar del Plata, 31,3%, y Bahía Blanca, 24,9%.
En la capital de la provincia se hará hincapié en la terminal de contenedores del puerto y el nuevo parque industrial. Y en la ciudad costera, por ejemplo, se enfocará en la seguridad, con los nuevos 1600 agentes de la policía local.
En el distrito porteño, Scioli le encomendó al presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, que lleve adelante el trabajo de seducción del electorado. Allí deberá enarbolar la bandera de “un futuro gobierno previsible”, mientras que en Córdoba el encargado de coordinar las acciones es el senador provincial Alberto De Fazio.
Scioli también depositó parte de la estrategia en su esposa, Karina Rabolini, que recorrerá en su nombre el país. En ese contexto, la primera dama bonaerense visitó en los últimos días Tucumán, La Rioja y Jujuy. Otro que tendrá una tarea destacada en esta etapa es el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que hoy actúa con la venia de Scioli como un jefe de campaña nacional.
En el equipo del candidato además se fogonea la idea de redondear en las próximas semanas la presentación del eventual esquema de gobierno. El bonaerense saldría a decir que en caso de ganar, manejaría personalmente las áreas más sensibles de gestión, en particular Economía y Relaciones Exteriores. Es decir, impondría criterios personales sobre la marcha de la economía, la negociación con los holdouts y la búsqueda de financiamiento e inversiones externas, entre otros rubros vitales para quien finalmente suceda a la Presidenta.
La kirchnerización notoria del discurso de Scioli en las PASO obedeció a evitar fisuras y garantizar el 38% afín a la Presidenta. Pero ahora la realidad plantea hacer algunos ajustes para captar otros nichos del electorado, sobre todo el sector independiente y los indecisos. Por ahora es prematuro determinar el resultado de octubre. Los encuestadores, más allá de los efectos del desafortunado viaje de Scioli a Italia en medio de la inundación, sostienen que el escenario está bastante estable. ¿Qué puede cambiar? .”Si hay una polarización muy grande, por más que Macri crezca más que Scioli, el oficialismo puede llegar a los 45% y convertir a Scioli en presidente”, sostiene Federico Aurelio, director de la consultora Aresco.
“Para ganar tenemos que sciolizar la campaña”, sostienen algunos de sus asesores, quienes plantean la necesidad de que el candidato despegue de una vez por todas y se recorte con perfil propio, siempre con los recaudos de no despertar el escozor presidencial en momentos en que la relación no es la óptima. Idéntico relato se hizo escuchar por parte de dirigentes peronistas de la Provincia y del interior.
De aquí al 25 de octubre, Scioli deberá comenzar a entregar señales sobre lo que sería un eventual gobierno suyo y la resolución de temas urticantes como la inflación , el cepo y la negociación con los fondos buitre. Tendrá el enorme desafío de transitar el estrecho sendero entre plantear nuevas ideas económicas, pero sin despegarse demasidado del kirchnerismo. El equilibrio no es fácil, ni siquiera para un experto en la materia como el gobernador bonaerense. Hasta octubre, Scioli tiene el futuro en sus manos. Por ahora los números lo ayudan y le dan la posibilidad cierta de llegar el sillòn de Rivadavia. Pero sino gana en primera vuelta, deberá compartir riesgos extremos frente a Macri y la sociedad eventual que pueda formarse para el cambio.

jueves, 20 de agosto de 2015

Si algo faltaba para ensuciar más la campaña, aparecieron los trolls


Por Jorge Joury

La campaña sucia instalada para sacar tajada polìtica y rascar un voto más en octubre, no tiene freno. Ahora, las supuestas prácticas proselitistas difamatorias se expanden por las redes sociales. La nueva cabecera de playa son los trolls, un ejercito devastador de difamadores en la web, manipulados desde los lugares más oscuros.
Se trata de miles de usuarios de Twitter truchos que suben imágenes armadas donde se busca engañar a los votantes, algo prohibido por la ley.
El término describe a quienes mandan mensajes provocativos o fuera de contexto con la intención de molestar o generar respuestas que cambien el eje del tema central.
Los mensajes de los trolls pueden tener diversos fines, como molestar, provocar, alterar el eje de debate y ahora, con el auge de las redes sociales, publicar información falsa o bien encarar campañas difamatorias.
Por estas horas, Daniel Scioli es el blanco predilecto de esta modalidad y culpa  al macrismo por el cañoneo que sufre a propósito de su fugaz viaje a Italia. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández  fue el que descubrió a estos fantasmas y disparó que se trata de “las habituales porquerias que acostumbra hacer el jefe de Gobierno porteño”. Otros ven detrás la mano negra de Jaime Durán Barba, el asesor ecuatoriano del PRO que ya tiene antecedentes cuando en la elección porteña del 2011 puso en marcha un plan para dañar la imágen del candidato oficialista Daniel Filmus.
Macri se saca responsabilidades y responde que “no da para que Scioli se victimice” y lo culpa de abandonar el barco en medio del desastre. Lo que está claro, es que ambos rivales han roto el pacto de no agresión que mantuvieron implìcito durante mucho tiempo y hoy se tiran con lo que tienen a mano. Si esto es así, cuando restan poco màs de dos meses para las elecciones, el camino se presenta contaminado por las denuncias. Empobrece el escenario polìtico, que hoy necesitaría de mayores propuestas para robustecerse ante el advenimiento de los 32 años de democracia que se celebrarán en diciembre.
Felipe Solá,  es otro de los que encendió la mecha, apuntando al robo de casi 200 mil votos en la Provincia, algo casi  difícil de concebir en términos numéricos. Pero habrá que prestarle atención y si es neceario abrir las urnas para disipar las dudas. El  dato no es menor y exaspera los ánimos en vísperas del comicio el pròximo domingo en Tucumán, donde se elige gobernador. En ese territorio Macri ya agitó el fantasma del fraude. Allí los candidatos van a la caza de más de un millón de votos. Scioli apoya al médico Juan Manzur, ex ministro de Salud de Cristina, favorito en las encuestas y el tándem Massa y Macri, al radical José Cano. Un triunfo cómodo en esa provincia, sería una ficha clave para pintar de naranja el octubre de Scioli.
Pero entrando en el corredor de las calumnias que han manchado la campaña, no es una novedad que las redes sociales cuando son utilizadas para difamar, se convierten en verdaderas cloacas de quienes se esconden detrás del anonimato para causar un daño que nunca se repara.
En ese camino están los trolls. Se trata de  perfiles falsos o que permanecían inactivos, es decir, que no pertenecen a personas “reales” y son empleados por los partidos para emitir mensajes proselitistas. Sin embargo, según los especialistas, su creación no es una práctica exclusiva del oficialismo o de la oposición. Todas las fuerzas con cierta capacidad económica o la suficiente cantidad de militantes,  tienen un equipo de mayor o menor magnitud, dedicado a difundir y/o difamar en redes sociales a través de la creación de perfiles falsos.
En tren de comentarios se sabe que los candidatos más poderosos económicamente contratan a consultoras especializadas en la difusión de contenidos a través de Internet que se dedican a la creación de usuarios “truchos”, especialmente en Twitter, pero también en Facebook.
“La campaña sucia tiene por objeto atacar la imagen o reputación de un funcionario para quitarle votos o generar confusión en el mensaje del candidato. Siempre se hizo pero ahora se materializa a través de las redes”, manifestó un abogado experto en tecnologías.
“Las fuerzas políticas tienen siempre sus grupos de militantes que usan las redes sociales para difundir alguna noticia o posicionar temas. Muchas veces son personas que realmente existen y otras son usuarios que en realidad son perfiles truchos. Se los crea para generar volumen o para transformar en Trending Topic (tendencia) un tema particular”, sintetizó el vocero.
Generalmente para poner en marcha las campañas sucias, hay consultoras que se dedican a estos servicios creando distintos usuarios y las dan una suerte de vida paralela. En esa dirección pueden crear miles de cuentas y manejarlas con herramientas de conexión masiva como TweetDeck, Hoootsuit, o TweeterFeed. Con este procedimiento, se pueden programar “posteos” por día, por semana, por mes o cada determinada cantidad de horas.
Los costos de este tipo de servicio varían. Las consultoras cobran aproximadamente 50 mil pesos mensuales por manejar entre 15 y 20 cuentas y de allí en más los precios son más salados. El servicio es oneroso, por lo que los partidos con menor capacidad financiera quedan excluidos de este tipo de práctica.
Los expertos sostienen que existe una distinción clave entre la denominada “campaña sucia” y la “negativa”, que radica en la veracidad del mensaje con el que se ataca al adversario. Cuando entran en juego elementos de ficción para difamar al rival, bajo formas de anonimato (no en todos los casos), se está en presencia de una campaña sucia. Para estos casos, la  Justicia Electoral prevé lo que llama, en el artículo 140° de la ley 19.945 del Código Nacional Electoral “Inducción con engaños”. La ley establece que “se impondrá prisión de dos meses a dos años al que con engaños indujere a otro a sufragar en determinada forma o a abstenerse de hacerlo”.
Medir la influencia de estos mensajes en las redes es difícil porque depende de ver qué tanto permea en la posición política de los usuarios. En caso de comprobarse la supuesta campaña sucia en las redes sociales- “no sería más que intentar tapar el sol con las manos”, sostienen los expertos. Lo explican técnicamente: “Twitter y Facebook tienen reglas muy  claras. Para cerrar cuentas, tiene que haber un insulto, prejuicio o agravio. En el caso que involucra a Scioli, no hubo nada de eso. Y en todo caso, este tipo de cuentas son descartables. Si a los trolls les cierran una cuenta, inmediatamente abren otra”.
Ubicar al “troll” no es sencillo. Requiere de una investigación penal y determinar la dirección de IP que generó el perfil falso en Facebook o Twitter.También hay agencias de comunicación especializadas en “comunicación política social media” que se dedican a identificarlos, a través de mediciones realizadas por expertos que relevan contenidos permanentemente y hacen muestras de casos.
Cuando faltan poco menos de diez semanas para la elección presidencial. Scioli deberá estar siempre con la guardia en alto en el centro del ring, ya que ahora como candidato con chapa de acceder al sillón de Rivadavia, se encuentra  más expuesto que nunca.
Jamás había afrontado un desafío igual en su carrera. En 2003 fue detrás de Néstor Kirchner como vice. En 2007 y 2011 ganó la gobernación bonaerense, pero la locomotora de aquellas elecciones fue Cristina. Ahora es él y está solo. Sus primeras espadas mantienen la idea de redondear en las próximas semanas un eventual plan de gobierno naranja para marcar la diferencia con el resto de sus rivales. El candidato diría que, en caso de ganar, manejaría personalmente las áreas más sensibles de gestión, en particular Economía y Relaciones Exteriores. Es decir, impondría criterios personales sobre la marcha de la economía, la negociación con los holdouts y la búsqueda de financiamiento e inversiones externas, entre otros rubros vitales. Para octubre, la foto del mal paso italiano y la inundación, probablemente se esfume en la memoria del electorado y pueda acrecentar sus votos. Tiene tiempo para mejorar, aunque debe cuidarse de no empeorar y por sobre todas las cosas, ser paciente. Depende de él.

Tapados por el agua y con el barro de la campaña política


Por Jorge Joury

Cristina está enojada con Scioli por su viaje al exterior. Si bien urgía atenderse su brazo ortopédico por el dolor que le provocaba, entiende que fue en el peor momento. Era de manual, que la oposición se montaría al caballo del drama de las inundacioes para sacar tajada y dejar al gobierno en orsay con la falta de obras hidráulicas. Hoy la catátrofe que afecta a decenas de municipios se ha convertido en el eje del debate político de tono más alto, a tal punto de adquirir un ribete electoral donde todos chapalean en el barro en busca del voto bronca.
Es este escenario, pese a haber creado en las últimas horas un Comité de Crisis, Scioli ha quedado en una situación incómoda y tendrá que poner todas sus energías para evitar un daño mayor. Rápidos se reflejos, su principal rival Mauricio Macri y María Eugenia Vidal se calzaron las botas de goma y las capas para mostrarse ante la opinión pública como los mariscales de las grandes soluciones. Es que con casi 40 distritos bajo el agua y con más de diez mil evacuados, es dificil resistirse a la tentación del aprovechamiento polìtico de una carta que les sirvieron en bandeja.
Tanto Macri como Sergio Massa encontraron rápidamente la manera de hacer olas en este escenario teñido por la angustia de los damnificados. El alcalde porteño convocó a una conferencia de prensa en la sede del Gobierno de la Capital, donde ofreció ayuda a los municipios afectados y puso como ejemplo su gestión, ya que el territorio de la Ciudad de Buenos Aires no se había inundado por las obras que realizó.
Massa fue a socorrer a uno de sus aliados en la ciudad de Mercedes, el intendente Carlos Selva y anunció que los alcaldes del Frente Renovador armaron “un sistema de apoyo” a los municipios afectados, a partir del envío de camiones, retroexcavadoras y ambulancias. “Nos juntamos en una reunión de emergencia porque es tiempo de ayudar. No vale la pena buscar culpables”, dijo el candidato de UNA, quien tampoco dejó de señalar que su terruño, el Tigre, no fue invadido por las aguas.
El que tuvo que salir a remar por orden de Cristina, fue Aníbal Fernández. El candidato a gobernador, se mostró muy activo recorriendo los distritos de Mercedes y Luján junto al secretario presidencial “Wado” de Pedro y su par de Seguridad, Sergio Berni. El candidato a gobernador por el FpV además evitó criticar a Scioli. Se sacó la responsabilidad de encima con su estilo rápido y contundente: “No conozco las razones y ni siquiera sabía que viajaba. No hago valoraciones, no tengo que evaluarlo. No sé por qué se fue porque Daniel no habló conmigo”, dijo Aníbal Fernández.
A buen entendedor, pocas palabras. En esas reflexiones quedaba patentizado el malestar de Cristina Kirchner.“El Estado tiene que estar en los momentos difíciles más que nunca”, comentó una alta fuente oficial. La Presidenta sólo mantuvo contactos telefónicos con el gobernador de Buenos Aires y no se vieron desde las PASO, ya que la mandataria decidió no acompañarlo en el búnker del FPV.
Aunque suspendió un acto oficial y no se la vio en cámaras, Cristina se encargó de monitorear desde Olivos la situación de los damnificados y ordenar la ayuda necesaria. En la misma sede gubernamental, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular de la Anses, Diego Bossio, anunciaron ayudas económicas para damnificados por las inundaciones. Y el Gobierno bonaerense instaló un comité de emergencia en la zona de Luján, a cargo del jefe de la Policía provincial, Hugo Matzkin, al tiempo que anunció una batería de medidas coordinadas por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y comunicadas por el ministro de Asuntos Agrarios, Alejandro Rodríguez, como exenciones impositivas y líneas de créditos accesibles.
De todos modos, los cuestionamientos de la oposición no se acallaron. Por caso, María Eugenia Vidal prometió que si gana las elecciones, a partir de diciembre “se va a acelerar el proceso de las verdaderas soluciones”, basadas en obras hidráulicas. Por su parte, Aníbal Fernández admitió que “hay obras importantes que todavía no se han llevado adelante” en la Provincia. Hasta la Iglesia se metió en la polémica. El cura párroco de Salto, distrito declarado “zona de desastre”, Domingo Pisoni fue el que llevó la voz cantante y el que puso énfasis en la “falta de obras importantes” en la cuenca del Río Salado y reclamó a la dirigencia política que deje a un lado la campaña electoral y se aboque “a los problemas de la gente”. En medio de este dramático cuadro, hay miles de familias que miran al cielo y esperan el milagro de que pare de llover. Es hora de modificar el rumbo y dejarle de echar la culpa a los fenómenos meteorolígicos, porque la culpa la tiene el hombre.

jueves, 13 de agosto de 2015

El formato de un nuevo Scioli para salir a pescar más votos


Por Jorge Joury

Es probable que a la vuelta de su viaje al exterior, nos encontremos con un nuevo Daniel Scioli. En los laboratorios naranja  se trabaja sobre un formato distinto. Se le aconsejará al candidato no solo hablar de lo que hará si gana las elecciones, sino como lo concretará. Un buen test para mostrarse frente a la vidriera del país, podría ser el debate entre los presidenciales, planificado para el cuatro de octubre. La iniciativa Argentina Debate confirmó que todos los candidatos debatirán en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, con transmisión abierta y gratuita por todos los canales de aire y radios del país.Los votantes podrán ver por primera vez un duelo televisado, como suele hacerse en otros países del mundo, entre los seis candidatos que aspiran llegar a la Casa Rosada: Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa, Margarita Stolbizer, Nicolás del Caño y Adolfo Rodríguez Saá.
Por todas estas circunstancias, que anticipan una platea de millones de personas, en el sciolismo se trabaja para dar propuestas  “propositivas” y seductoras.También habría señales para el denominado “circulo rojo”. En esa direcciòn se transmitirìa que para conseguir inversiones se flexibilizará el envío de dólares de las empresas a sus casas matrices, en detrimento de la política que hasta ahora mantuvo el kirchnerismo. Para semejante despegue del modelo K, la gran incógnita es qué dirá Cristina. En esa dirección, se ensayan algunos argumentos en pos de la necesidad de abrirse a otros sectores y su alineamiento a la política oficial. Cerca del ex motonauta sugieren que el plan consiste en transmitir la nueva propuesta, con el argumento de estar  “parados sobre las políticas neurálgicas de estos 12 años de gobierno”.
Para la gran pelea de octubre, los principales contendientes tendrán que recrear sus mensajes para lanzarse  a la cacerìa de casi tres millones y medio de votos, cuyo destino, en 75 días, puede definir la elección. La mira está puesta en más de 1,4 millón de José de la Sota, derrotado por Sergio Massa; cerca de 1,2 millón entre Ernesto Sanz y Elisa Carrió, puestos fuera de combate por Mauricio Macri  y poco más de 350.000 de Jorge Altamira, desplazado por el joven Nicolás del Caño. También están en la mira un millòn de votos en blanco.
En lo que tiene que ver con las cuentas de cara a la elecciòn general, los politólogos sostienen que si el país tuviera el sistema clásico, que requiere 50% para ganar en primera vuelta, no habría duda de que el escenario sería de balotaje y ello favorecería a la oposición. Pero en el caso argentino, con llegar al 45% se gana en primera vuelta y a partir del 40% también, si se tiene más de 10 puntos de ventaja sobre el que sigue. Por estas razones, con una oposición dividida, no es tan sorprendente que Scioli pueda ganar las elecciones. El FPV tiene más de 8 puntos de ventaja sobre el que sigue. Por esta razón, Scioli no está lejos de tocar el 40% que soñaba. Redondeó para ello, actuaciones llamativas en distritos de la región centro. Habitualmente esquivas. Perdió no por mucho en Mendoza y quedó casi en empate técnico en Santa Fe con Macri. En las provincias del Norte y del Sur se impuso con holgura. Ahora deberá mejorar la apuesta en su propio territorio, donde espera seducir al electorado independiente, que pone distancia del kirchnerìsmo en vísperas del fin de ciclo.
Uno de los puntos donde Scioli ha puesto la mirada, es en Còrdoba. En la misma noche de la elección llamò telefónicamente al gobernador Juan Schiaretti, con quien tiene muy buen diálogo. Es la primera señal que envía para conquistar el voto de la segunda provincia en caudal electoral del país, la misma que el domingo le dio la espalda. Allì quedó tercero, con apenas 14,66% de apoyo. El ex motonauta  busca al votante peronista de esa provincia, que se transforma por estas horas en una pieza clave de la ingeniería electoral de octubre. El otro foco está puesto en San Luis, el terruño de los Rodriguez Saá, de buena sintonía con el gobernador.
No obstante, será la provincia de Buenos Aires el eje fundamental, donde Scioli buscará reforzar su presencia para que ese territorio termine desnivelando la balanza en su favor. Tanto en su entorno, como en la Casa Rosada coinciden en destacar dos hechos que le jugaron en contra el último domingo: las inundaciones, que hoy los opositores timonean con denuedo y las denuncias contra Aníbal Fernández. Creen que sin ese escenario adverso, la perfomance hubiera superado los 40 puntos.
Mientras tanto, en su viaje al exterior, con destino a Italia donde se reunirá con el primer ministro Mateo Renzi, Scioli intentará mostrarse como futuro presidente. En el entorno del gobernador señalan que el viaje estaba pautado desde hace meses y tiene que ver con el control anual de su brazo ortopédico.  No obstante, Scioli tiene previsto reunirse con empresarios para mostrar la nueva Argentina que viene. Dirá a tambor batiente que su objetivo es convertir a la Argentina en un paìs previsible, motor del desarrollo y con garantías para la inversiones. No es para menos, la  cuestión económica tal vez sea la razón fundamental del triunfo sciolista en las unas. Tiene que ver con el constante incremento en los últimos 15 meses de los indicadores de optimismo social y evaluación de la gestión del Gobierno. Según datos de Poliarquía, el 40% de los votantes consideraba, pocos días antes de las elecciones, que la situación del país es “buena”; el 52% otorgaba poca o ninguna probabilidad a una crisis económica severa en el corto plazo, y se mostraba poco o nada preocupado por perder el trabajo; el 45% tenía buena imagen de la Presidenta, el 51% aprobaba al Gobierno y el 44% la política económica. Scioli ruega que no haya olas hasta que pase octubre.
En los pasilllos de la Casa Rosada se murmura que Cristina se reunió en las últimas horas con el ministro de Economía, Axel Kicillof y le ordenó seguir fogoneando medidas que le permitan a Scioli un triunfo en primera vuelta.
De las lecturas que se hacen sobre las sólidas razones del triunfo de Scioli, y la ventaja de tres millones de votos sobre su principal rival, tal vez tengan que ver también con su capacidad dialoguista. El candidato se caracterizó por poner todas sus mejillas frente a las agresiones que venían no sólo de la oposición, sino de su propio espacio. Esa técnica de supervivencia que recogió como deportista, probablemente sea uno de los motores que lo acercan al sillón de Rivadavia. No obstante, ahora tiene la oportunidad y el desafío de sumar algo más para su bitácora: encontrar la forma de ser distinto, saliendo del clóset del cristinismo. En la política argentina hubo muchas maldiciones. Una de ellas sostiene que un gobernador de la provincia de Buenos Aires nunca llega a Presidente. Daniel Scioli está a un paso de desmentirla.

El ajedrez sciolista frente al fantasma del balotaje


Por Jorge Joury

El menú que nos dejó las PASO, aunque largo y tedioso, terminó siendo rico en matices. Las largas colas bajo la lluvia y las kilométricas boletas, fueron el preludio de que todo irìa a cuentagotas.  Y así fue, ya que hubo  trasnochada para conocer la verdad en las urnas, con festival de zapping incluído por los canales para ver la extraña fiesta de todos los competidores. Con globos, papelitos o bombos, cada cual acomodó las fichas a su conveniencia, con tal de mantenerse en carrera. No obstante ahora, con los números frìos, conviene ir mirando hacia octubre en razón de lo abierta que queda la contienda.
También hay que destacar que  más allá de que toda la dirigencia quiso sacar chapa de ganadores, esta vez hay que darle la derecha a los encuestadores que en su mayorìa acertaron los pronòsticos. Ahora lo que viene tiene su espacio reservado en el mundo de los estrategas.
En las últimas horas por la residencia de la calle 6 en La Plata y en un marco de moderada euforia, se hacían algunas lecturas de futuros escenarios. Algunos aseguran que Daniel Scioli, como buen ajedrecista ya tiene sus piezas definidas para intentar ganar en primera vuelta y evitar un riesgoso balotaje frente a eventuales sociedades de fuerzas antagónicas.
Una de las movidas contempla asegurarse el voto de De la Sota, para quien el ex motonauta le tendría reservado un ministerio en su futuro gobierno, algo que le habrìa adelantado Karina Rabolini durante una reuniòn en Còrdoba. Y la otra jugada, tiene que ver con acordar con el puntano Adolfo Rodrìguez Saá, quien logrò superar el 2%. “Los dos son peronistas y confiamos en que todos terminemos unidos en una misma dirección”, sostuvo un vocero confiable ante la consulta. Entre ambos y con votos propios, Scioli que fue el candidato que más adhesiones logró, podrìa superar el 45%.
Hay dos escenarios bajo análisis con los que Scioli podría evitar el balotaje y consagrarse presidente en las elecciones de octubre. El primero es superar el 45% de los votos válidos positivos en los comicios generales, para lo cual debería sumar en los dos meses y medio que quedan por delante entre 6 y 7 puntos. El otro es escalar por sobre el 40% de los votos y lograr al mismo tiempo una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo, para lo cual necesita sumar alrededor de un punto porcentual y medio y que Cambiemos no supere lo que consigue en las PASO y que UNA no aumente un 50% su caudal de votos.
Por otra parte en los laboratorios naranja saben que deberán cambiar el paso del candidato. Para ello se elaboran una serie de propuestas para seducir a la clase media y a los indecisos, además de los que apostaron al voto en blanco y que suman más de un millón de personas.
Una de las estrategias tiene  que ver con dar a conocer las bases del futuro plan ecónomico que planean sus especialistas para salir del cepo, obtener dinero fresco a baja  tasa y avanzar hacia el desarrollo sostenido en que tanto insiste el ex motonauta. Ya hay una misión prevista del gobernador al exterior. En el mientras tanto, Scioli también necesita despegarse del kirchnerìsmo para captar los votos que le faltan del electorado que rechaza a la figura presidencial.
El gobernador ya ha dado algunas señales, como cuando lamentó no haber podido compartir  el triunfo con uno de sus operadores políticos favoritos, el histórico del peronismo Juan Carlos “Chueco” Mazzón, el mismo que Cristina Kirchner había echado hace meses porque trabajaba desde la Casa Rosada para la candidatura de Scioli. Pero a su vez  deberá ser cauteloso, ya que necesita que Cristina le prolongue la primavera econòmica más allá de octubre.
Hoy la  cintura de Scioli está puesta a prueba como nunca antes. Dependerá de él tomar el definitivo rumbo y control de la campaña. La primera consecuencia de los resultados sería que por fin, se dedicará a los votantes independientes y que cada vez habrá menos ingredientes K en el proselitismo sciolista. “Si algo caracteriza al espacio al que pertenezco es la diversidad”, lanzó en las últimas horas.
El gobernador sabe que no ha sido todo lo categórico que muchos en el oficialismo esperaban, ya que no llegó al número mágico del 40% y la diferencia sobre la suma de los tres precandidatos del frente Cambiemos no permite aventurar hoy que el FPV pueda imponerse por knock out en la primera vuelta de octubre. El primer análisis de los números del candidato del oficialismo da cuenta de una fuerte caída con respecto a los porcentajes logrados cuatro años atrás, en las PASO presidenciales de 2011, por Cristina Kirchner, quien cosechó entonces más del 50% de los votos. No obstante, teniendo en cuenta el desgaste que debió soportar para llegar al final del camino con sus candidatura, consideran auspiciosa su perfomance.
Las cuentas que hacen las primeras espadas sciolistas, es que frente a sus seguidores inmediatos Scioli es el que se apronta con los mejores números. Pero también le advierten de los límites que le estaría imponiendo el ropaje kirchnerista que adoptó desde que fue ungido por Cristina en lugar de otro que lo mostraba más seductor para el electorado independiente.
Scioli hoy depende del crédito que obtenga de la Casa Rosada, para logar un mayor margen de acciòn que le permita dar un salto importante en octubre. Para que eso ocurra necesitará del aporte de clases medias que, en esta ocasión, decidieron no acompañarlo y del ruego de que Carrió tarde o temprano le haga un desplante a sus nuevos socios.Otro de los temores que murmuran en voz baja en su búnker, es que la candidatura de Aníbal Fernández a la gobernación, tan deseada por la oposiciòn porque lo consideran un blanco vulnerable, no le juegue una mala pasada en la intenciòn de voto de los sectores más reflexivos, donde las denuncias sobre presuntas implicancias del funcionario con el narcotráfico, dejaron sus secuelas. 

El adiós a “El Chueco” Mazzon, una enciclopedia del peronismo


Por Jorge Joury

Se fue silenciosamente, como un calco de lo que fue la postal de su vida. Siempre cultivó el bajo perfil. Algunos lo consideraban una enciclopedia del peronismo, el señor de los secretos más íntimos del poder. Un armador polìtico y hombre de consulta permanente. Sabía transitar los caminos con firmeza, aún por lo más cenagosos. Lo cierto es que un infarto le causó la muerte a Juan Carlos “El Chueco” Mazzón, una figura central del justicialismo de la últimas décadas. Dueño de un curricula difícil de igualar a la hora de escribir la lista de los negociadores historicos del mayor movimiento de masas. Fue “operador” de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina, hasta marzo pasado, y en los últimos tiempos trabajaba junto al precandidato a presidente Daniel Scioli.
Aunque no le gustaba la notoriedad y su foto difícilmente apareciera en los diarios, Mazzón era el referente obligado de todos los jefes territoriales del interior. El hombre de consulta  para encontrar una salida cuando el agua llegaba hasta el cuello . Vivió sus últimas horas en su casa particular. Algunos sotienen que lo embargaba  una profunda tristeza.
Con las propiedades de un verdadero equilibrista, en los últimos meses, Mazzón había comenzado a trabajar en la campaña junto a Daniel Scioli. Desde el entorno  reconocen  que el gobernador  le ponía especial atención a los consejos y reflexiones que aportaba. Mazzón,  en voz baja admitía que buscaba un recambio en el PJ que le diera mayor peso al movimiento histórico y superara las tensiones con el kirchnerismo. Además, trabajaba últimamente junto con su hijo Mauricio en darle impulso al Instituto Gestar, un  satélite sciolista, centro de estudios y capacitación política de dirigentes del peronismo.
Este mendocino por adopciòn, de 71 años, nació el 8 de enero de 1944 en el departamento de San Javier, en Santa Fé . De niño sufriò una enfermedad que lo dejó rengo de una pierna y de allì surgió su apodo. Pero hizo toda su carrera en Mendoza, donde se convirtiò en el mentor del ex ministro del Interior de Menem, José Luis Manzano.  Sabía tejer alianzas en el Congreso  y por su personalidad, desde la trastienda era de  movimientos sigilosos. Siempre se dedicó a la conformación de acuerdos, operaciones políticas y estrategias del PJ para conquistar el poder, mantenerlo o recuperarlo allí donde se había perdido. En esa función, cumplió tareas en los gobiernos de Carlos Menem (1989-1999), de Eduardo Duhalde (2002-2003), de Néstor Kirchner (2003-2007) y de Cristina Kirchner (2007-2015). Además, tenía su despacho próximo al de los jefes de Estado y estaba siempre dispuesto a la consulta sin mirar la cantidad de horas que le ocupaban sus tareas. La agenda de Mazzón atesoraba contactos que nadie tenìa y como interlocutor, era capaz de superar cualquier encono. Si algo lo apasionaba, era encontrarle a los adversarios el camino más viable para llevarlos inteligentemente hacia su cántaro.
En marzo último, la presidenta Cristina Kirchner le pidió la renuncia. No  perdonó que Mazzón había armado una estrategia electoral en Mendoza en la que desplazó a La Cámpora de todas las listas de candidatos del PJ para las elecciones de gobernador y de legisladores provinciales.
La Presidenta lo desplazó del cargo de coordinador de Asuntos Políticos e Institucionales de la Unidad Presidente, con oficina en el primer piso de la Casa Rosada. Quedó muy dolido, pero “El Chueco”, como todos lo conocían, no bajó los brazos y de inmediato, se mudó a sus oficinas del barrio de Congreso. Desde ese búnker alternó  también con las del equipo de campaña de Scioli, en el microcentro porteño. Esa rutina no era bien vista por el kirchnerismo duro, no obstante nadie se animó a confrontarlo porque Mazzón era como la Biblia del peronismo y atesoraba en su memoria los secretos más íntimos del poder.
Para que se tenga una dimensión de su perfil partidario, Mazzón conocía a cada uno de los dirigentes del país, ya fuera de primera línea, segundas y terceras. Desde gobernadores hasta concejales sabía como entrarles a todos. Se lo consideraba un virtual ministro del Interior en las sombras para todos los armados.
Cuando se le preguntaba a quién iba a apoyar en las siguientes elecciones, siempre respondía: “Al peronismo”. No obstante, su mirada cómplice revelaba sus objetivos. Como ajedrecista, no ocultaba su idea de “peronizar” al kirchnerismo. Además era un especialista en la construcciòn de alianzas. Su máxima aspiración era juntar al peronismo con todos los partidos locales en cada distrito, municipio o provincia y  alentar la división de los adversarios.
La muerte de Mazzón conmovió a peronistas de todos los sectores. Por Twitter, Scioli despidió “con profundo dolor y gratitud” a quien describió como un “gran compañero y referente histórico del movimiento nacional justicialista”. También el titular de la ANSES, Diego Bossio, usó las redes sociales para honrar al dirigente con “profunda tristeza y dolor” y lo calificó como “un compañero y amigo”.
En tanto Julio Cobos, ex vicepresidente y gobernador mendocino de la UCR, expuso su “tristeza por el fallecimiento de un histórico dirigente del peronismo”, al tiempo que manifestó sus “condolencias a familiares y amigos”.
El gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, reconoció la labor de Mazzón para “mantener viva la llama del peronismo unido”; el actual apoderadodel PJ, Jorge Landau, acotó “con una tristeza infinita (…) que se murió el chueco Juan Carlos Mazzon” y que “el peronismo ya no será ahora lo mismo sin él”. Y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, escribió: “Despido con profunda tristeza a un gran amigo; el querido ‘Chueco’ Mazzón, un histórico del Peronismo. Mis condolencias a su flia. QEPD”.
Nadie podrá negar que fue un personaje mìtico y reverenciado en el peronismo. Parte de lo que conté sobre Mazzón, me lo revelo en su momento un coterráneo de él,  el fallecido colega periodista y amigo, Fernando Luis  “El Chango” Torres. Tal vez me hizo depositario de esta historia, porque intuìa que  alguna vez alguien la tenia que contar.

Residuos de campaña sucia que no ayudan a la reflexión


Por Jorge Joury

La campaña de cara a las Paso de este domingo, fue sucia por donde se la mire y llena de golpes bajos. Los protagonistas se dijeron de todo y apelaron hasta el Off para darle a los rivales categoría de insectos. Las operaciones también estuvieron a la orden del día y en poco menos de un mes la Argentina se convirtió en el peor país del mundo, cuna del narcotráfico, plagado de transas y aguantaderos de todos los colores. Y por si fuera poco, en medio de estas miserias, el fantasma del fraude fue enarbolado desde varios frentes para instalar la sospecha generalizada y darnos categoría de país bananero.
En este marco de zozobra ciudadana donde todos estamos en libertad condicional antes de emitir el voto, algunos han colocado a la opinión pública el borde de un ataque de nervios, cuando lo que se necesitaban eran propuestas serias de los candidatos y contar de que manera nos van a llevar hacia un futuro mejor.
Algunas encuestadoras también dinamitaron las bases y se pusieron solas en la cola de las sospechas, por no haberse sincerado de quienes las pagaban. Hubiera sido más transparente decirlo y permitirnos sacar nuestras propias conclusiones.
De todas maneras, este domingo la mejor encuesta estará en las urnas, aunque haya que acostarse muy tarde, esperando que cerca de las dos de la madrugada del lunes nos arrimen la tendencia general. Son las reglas del juego que hay que asumir a falta de voto electrónico y frente a boletas que algunos casos medirán hasta un metro veinte y que provocarán mareos visuales en el cuarto oscuro.
Ante tanta abundancia de papeles, lo mejor es llevar todo armado desde casa.  Además, inexplicamente en algunos distritos del Gran Buenos Aires habrá hasta seis pepeletas del mismo candidato. algo que hizo decir a los responsables de los sondeos que la interna del FPV era “inmedible”.
Para poner un ejemplo, hay distritos donde  quienes decidan votar por Scioli pueden llegar a encontrarse con seis boletas que son casi iguales y que sólo se diferenciaran por la foto del candidato a gobernador. En la boleta será igual el candidato a presidente, el candidato nacional al Parlasur,  los candidatos a diputados nacionales e idéntico el candidato provincial al Parlasur.
Recién en el quinto tramo aparece el candidato a gobernador con foto. Luego viene igual candidato a intendente e iguales candidatos a concejales. Ya que Aníbal y Julián llevan a los mismos candidatos. Ambos contendientes estarán en una boleta de seis cuerpos del mismo color.
El escenario entonces comienza a depender de la capacidad que hayan tenido los militantes de entregar los papeles antes del llegar al lugar para sufragar, que la boleta efectivamente esté en el cuarto oscuro y del azar. Otra de las reflexiones que hacen los especialistas, es que en el conurbano existe poca intenciòn de corte y es el candidato a  presidente el que tracciona los votos para decidir el futuro gobernador.
Ahora  que estamos a un paso de la  trasnoche del domingo, y después de esta película de terror que nos obligaron a ver, el menú promete una encrucijada apasionante. ¿Qué hará  Anibal Fernández si pierde? ¿Se inclinará ante Domínguez en un homenaje a la democracia? ¿O se lanzará al precipicio  para arruinar la incierta fiesta de Scioli?. ¿Cómo jugarán los intendentes sus cartas, arietes decisivos en la madre de las batallas?.
El gobernador ha sido el más perjudicado frente a esta catarata de denuncias, ya que viene de un vía crucis con el kirchnerìsmo y logró llegar al final del camino, primero en las encuestas. Aunque muchos sostienen que el 95% de la gente a esta altura ya tiene el voto ya elegido, no se sabe si el efecto Aníbal impactará o nó de manera gravitante en el universo naranja, justo en momentos en que Scioli está a la caza de los independientes.
Para Scioli la provincia de Buenos Aires es su rayo láser. En el laboratorio naranja comparan su performance nacional con la de la Presidenta en 2007, cuando alcanzó el 45% de los votos. Pero hay que tener en cuenta que ella obtuvo resultados espectaculares en el Norte, arrasó en Mendoza y ganó Santa Fe hoy dos bastiones dificiles para el oficialismo. Y en Buenos Aires, donde CFK había obtenido 46%, el gobernador encuentra en Massa, una piedra en el zapato. Los efectos del tigrense sobre Scioli han sido paradójicos. En 2013 le quitó del camino a la Presidenta. Ahora lo debilita en su plataforma principal. El resultado de Massa será decisivo.
Por esta razón Scioli está interesado en saber cuántos votos irán a las alforjas de José Manuel de la Sota. Intuye que casi todo lo que obtenga el  cordobés se volcará hacia el Frente para la Victoria. Si se cumple el orden que marcan las encuestas, la ventaja que obtenga Cambiemos sobre el Frente Renovador será tan decisiva como la que Scioli saque sobre Cambiemos. Esta última diferencia es importante para prever o descartar un balotaje.
Pero este domingo por la noche habrá otro aditamento para que la platea pida un delivery de pizza doble. Tiene que ver con el trato que Macri ofrezca a sus aliados Ernesto Sanz y Carrió. Cualquier rispidez que surja, lo somete al riesgo de que los simpatizantes de la UCR y la Coalición Cívica se vuelquen a Margarita Stolbizer. Todos tienen sus sombras, la suerte esta echada y llega la hora de la verdad para ver quien se lleva el título del lunes.

jueves, 6 de agosto de 2015

En medio de la”Operación Aníbal”, Scioli se corre del tenso escenario


Por Jorge Joury

Hasta el atardecer del domingo Aníbal Fernández estaba en el mejor de los mundos. Le llegaban nuevos datos que lo colocaban primero en intención de voto en la Provincia, cifras que hasta eran reconocidas por sectores de la oposiciòn. Pero de pronto un avance del programa Periodismo Para Todos que conduce Jorge Lanata, paralizó el pulso del jefe de Gabinete. A partir de allí quedó en medio de un escándalo de proporciones, de consecuencias imprevisibles, coincidentemente en el peor momento: a las puertas de las PASO.
Desde el oficialismo inmediatamente se denunció una “operacion mediática del Grupo Clarín”, la que luego encontró sostén informativo al conocerse que una de las entrevistas fue realizada en el departamento de la dirigente de la Coalicion Civica, Elisa Carrió, eterna denunciante del Jefe de Gabinete, que ahora pidió además el juicio polìtico.
El propio Scioli, que se habia mantenido al margen de la polèmica para lograr sortear la crisis, tuvo que salir a decir en las últimas horas que “se trata de una movida polìtica y mediática para perjudicar a Aníbal”. Es que el gobernador todavía no sabe hasta que punto el efecto boomerang puede tocar las bases de los cimientos que tanto le costó construír. Aunque a esta altura de las circunstancias la mayoría tiene decidido el voto, uno de los enigmas es cuánto daño puede provocar la denuncia en el corazón bonaerense del FPV, principalmente en los sectores de clase media, público que seguramente le ayudó a Lanata a lograr poco más de 22 puntos de rating.
La preocupación, es pareja.Tanto en la Casa Rosada, como en el comando de campaña naranja, donde se lamentaban del alto voltaje en el que había derivado la interna para la gobernación a partir de la acusación del jefe de Gabinete de que detrás de la denuncia en su contra en el caso del triple crimen de General Rodríguez y el tráfico de efedrina, estaban sus contrincantes directos en las elecciones. Encima la campaña había arrancado ensañada con Fernández, a quienes los opositores se obstinaban en ligar con el narcotráfico para hacer naufragar su caudal de votos.
Hay quienes sostienen que la Presidenta teme distintos escenarios preocupantes: un triunfo de Aníbal Fernández dejaría en el FPV un candidato a gobernador vulnerable a denuncias de la oposición y a lo que ella considera “operaciones de prensa orquestadas por el Grupo Clarín”. Para el caso de una victoria de Domínguez , se abriría una disputa peor dentro del peronismo porque Fernández denunciaría que fue víctima de un fraude y de operaciones de difamación de sus competidores.
Para evitar suspicacias y efectos colaterales, las primeras espadas le aconsejaron a Scioli correrse del escenario de la polèmica y no asistir a los actos de cierre de campaña, tanto de Domínguez, como de Fernandez. “Hay que apagar el fuego para que no se contamine el ambiente electoral. Justo ahora que estamos primeros en las encuestas, no sea cosa que nos estén instalando un aura de rechazo en la gente”, reveló una fuente confiable del entorno del gobernador.
En medio del clima enrarecido, desde el sciolismo descartaron que la discusión entre los candidatos a ocupar el sillón de Dardo Rocha impacte en los números del mandatario bonaerense. “El 95 por ciento de la gente ya se definió. Y tampoco creemos que modifique nada en el 5% que resta”, explicaron, con una alta dosis de optimismo.
Para colmo de males, la visita de Domínguez y Espinoza al programa de Marcelo Tinelli, donde el principal candidato bailó una chacarera, le agregò a la pelea interna la sensación de una “mojada de oreja”, aunque desde el entorno del intendente de La Matanza se encargaron de aclarar que estaba todo acordado desde hace 15 días. No obstante, para Aníbal se trató de “mala leche de los candidatos” a quienes ya había acusado de “poner una millonada en publicidad en el grupo Clarín” para sacarlo de carrera.
Desde la otra orilla, tomaron como exagerada esa postura. El propio Domínguez se encargo de dinamitar esa presunción durante su acto en La Plata, al aclarar en un gesto solidario y de espíritu de cuerpo, que “cuando le pegan a un compañero, nos están pegando a todos los peronistas “.
El duelo entre Domínguez y Fernández, que ya venía extremadamente picante, adquirió con este impensado aditamento, visos de incendio y las llamas llegaron hasta la Casa Rosada. La presidenta Cristina Kirchner se puso al frente de la estrategia para moderar el daño y ordenó a su gabinete, incluida la fórmula de Domínguez y Fernando Espinoza, que condenaran la denuncia, aunque ello no logró despejar aún la dura interna desatada en el Frente para la Victoria .
La orden que salió de Olivos fue bajar los decibeles de la pulseada y alinearse detrás de Aníbal, al que entronaron como víctima de una operación. Ya para cuando la Presidenta intervino, el jefe de Gabinete había disparado munición gruesa contra sus rivales internos, que con el correr de las horas Cristina intentó frenar. La jefa de Estado, se reunió en su despacho con Aníbal Fernández y ordenó que todo el bloque oficialista en la Cámara de Diputados emitiera una declaración de respaldo, en contra del Grupo Clarín.
Furioso, Aníbal se había quejado de la falta de solidaridad de sus colegas. Durante la conferencia de prensa de todas las mañanas, contó que había recibido “muy poquitito” apoyo de los ministros, aunque destacó que había contado con el “más importante, el de la presidenta de la Nación”. Pero Cristina nada dijo en público del tema.
El primero en salir a respaldarlo fue el titular de Economía, Axel Kicillof, que sostuvo que la denuncia “ofende la inteligencia” por tratarse de un hecho antiguo. Le siguió su par de Planificación, Julio De Vido, que estrenó su cuenta de Twitter, que ya había creado, pero nunca había usado. “Expresamos nuestra solidaridad ante esta burda operación para perjudicar la campaña de @FernandezAnibal y a todo nuestro espacio. En cada elección hubo operaciones de este tipo, el más emblemático fue el llamado «Caso Skanska», que arrancó como una burda y malintencionada operación mediática, donde la justicia finalmente no halló culpable a ninguno de los funcionarios nacionales «acusados»”, se quejó.
El titular de Justicia, Julio Alak, también se puso en la cola. “No es casual que a una semana de las PASO se construya una campaña basada en agravios absurdos y disparatados contra uno de los dirigentes más prominentes de la fuerza política que ha dado muestras concretas de su lucha contra el narcotráfico”, apuntó en un comunicado. Por el lado del sciolismo, quien habló fue Karina Rabolini, que disparó que confiaba en el jefe de Gabinete y reclamó “no prejuzgar”. En los umbrales del PJ bonaerense también medían la temperatura partidaria y sacaban cuentas de hasta dónde el escándalo podría inclinar la balanza de los intendentes a favor del hemisferio de Julián Domínguez. Encima que no lo quieren a Sabbatella, les apareció esta andanada contra Anibal. En el medio de ambas trincheras, se ubicó la oposición, dispuesta a capitalizar la partida dinamitando como sea la fortificación pejotista. Cerca de Scioli no ven la hora en que entre la veda electoral. A esta altura de las circunstancias, si hay algo que no se puede negar, es que el diablo metió la cola en la interna partidaria, la más feroz de las últimas décadas. Habrá que estirar el suspenso hasta el domingo a la medianoche para saber sus efectos.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Aníbal o Julián, radiografía de una pulseada con final abierto


Por Jorge Joury
El tiempo de descuento se agota. El próximo domingo las PASO serán testigo de la realidad bonaerense en las urnas con boletas de 84 centímetros, las más largas que se tenga memoria. En una campaña super caliente donde los candidatos se tiraron con  todo. Ahora la definición de la interna entre los precandidatos a gobernador del Frente para la Victoria es la gran incógnita en la provincia de Buenos Aires. Son los v otos que más necesita Scioli para soñar con un triunfo en primera vuelta. Pero  nadie se anima a dar un resultado, ya que las encuestas son de variado tenor, y arrojan diferencias sustanciales de acuerdo a las consultoras que las difunden.
Lo que no caben dudas en  las usinas de sondeos es que que el oficialismo será la fuerza más votada, seguida por Cambiemos, y por el massismo en un tercer escalón. Hay otro dato: pese a que brindaron su intención de voto, los electores todavía no tienen totalmente decidido por quien se inclinarán.
Hay dos mediciones que le dan una amplia ventaja a Aníbal Fernández-Martín Sabbatella. En cambio, otros dos que señalan que hacia el final de la campaña las cosas se están poniendo bastante parejas y que Julián Domínguez-Fernando Espinoza vienen subiendo fuertemente. La mayor incertidumbre tiene que ver con lo que denominan confusión, es decir los votantes del FpV que ingresen al cuarto oscuro, elijan la boleta que dice Scioli-Zannini y no se fijen en lo que hay abajo. Por lo tanto será casual, azaroso, su voto en la categoría gobernador. Esto hace muy difícil medir por encuestas el resultado de la elección para gobernador bonaerense y hay politólogos que directamente no quieren arriesgarse.
Por el lado del búnker de Aníbal Fernández se animan a decir que le sacarán por lo menos 15 puntos de ventaja a la fórmula Julián Domínguez-Fernando Espinoza. No obstante, sus contrincantes enarbolan como bandera que tienen la lluvia de votos de La Matanza para desequilibrar la balanza. También hay distritos de peso como Tres de Febrero y Merlo, por caso, donde los alcaldes apuestan fuerte por Domínguez.
Además arguyen que el 90 % de los intendentes quieren ver diez metros bajo tierra a Martín Sabbatella, el socio político de Aníbal. No le perdonan al moronense el daño que causaron sus colectoras a la hora de repartir los votos. Tampoco su pasado en el Partido Comunista y el haber enarbolado en su momento la bandera de guerra para desbancar a los denominados barones del conurbano, “cuando entró al kirchnerísmo por la chimenea de la transversalidad”, comentó un alto jefe territorial.
En el medio está Daniel Scioli, quien trata de hacer equilibrio, aunque algunos señalan que son evidentes sus preferencias. A juzgar por las fotos, los dominguistas llevan ventajas en los actos con el candidato presidencial, pero Anibal les baja la cotizacion, señalando que “se cuelan”.
Si vamos a los perfiles, los aspirantes al sillón de Dardo Rocha, expresan distintos valores dentro de la oferta electoral oficial. Domínguez se muestra como conservador. Fernández es claramente audaz. Uno se apega a la estructura del Partido Justicialista. El otro integra a sectores comprometidos con el frente electoral creado por Néstor y Cristina K. Se trata de dos propuestas antagónicas para suceder a Daniel Scioli desde el partido oficial. Dos formas de pensar la provincia de Buenos Aires para 2015-2019. Domínguez está a tambor batiente contra la droga. Fernandez habla de despenalizar el consumo personal. El presidente de la Cámara de Diputados,  representa al peronismo del interior provincial y es cercano al Papa Francisco. Es un hombre que representa la sintonía con el campo y lo demostro cuando fue ministro de Agricultura. Además representa  la estirpe del PJ bonaerense. Su candidato a vicegobernador, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, presidió ese partido hasta que tomó licencia.
Dominguez estuvo siempre en contra de la despenalización del aborto y de las drogas: “Los chicos necesitan límites. La despenalización de la droga crea conciencia de que te hace bien. A los narcos a veces me dan ganas de matarlos”, opinó a la hora de sentar posición. En materia de seguridad, Domínguez podría acompañar la propuesta de bajar la edad de imputabilidad de los menores. La seguridad, sostiene, es su prioridad.
En la vereda de enfrente se para el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, el hombre que defiende a capa y espada todos los días la gestión K. Sólido intelectualmente, audaz, picaro y escurridizo como nadie para hacer frente al pressing del periodismo. Representa el peronismo del conurbano. Es pragmático, polémico, abierto a los cambios hasta para elegir a un hombre no peronista como compañero de fórmula. Lo acompaña Martín Sabbatella -titular de la Afsca-, que se forjó en las antípodas de los jefes comunales y se ganó el odio de los alcaldes de la primera y la tercera sección electoral.
Fernández está a favor de la despenalización de la tenencia y el uso privado de sustancias ilícitas, como la marihuana. Presentó un proyecto de ley que declara no punible la adquisición y cultivo de estupefacientes para consumo personal. “Yo no quiero que consuman. Pero se va a consumir igual”, argumentó al defender su proyecto de ley. “Buscamos no estigmatizar al enfermo, al que consume”, explicó el candidato. “Buscamos priorizar los derechos humanos de segunda generación: primero atender la salud de quien consume y después atacar el narcotráfico”, dijo el candidato al impulsar la polémica iniciativa. Fernández está en contra del aborto, pero admitió que podría levantar la mano para poner límites a los abortos clandestinos que matan a las mujeres más pobres del conurbano. Incluso, su compañero de fórmula, Sabbatella presentó un proyecto para garantizar a todas las mujeres la interrupción voluntaria del embarazo.
Aníbal Fernández está a favor de la extradición de extranjeros que quiebren la ley, pero en contra de bajar la edad de imputabilidad. Su plan de seguridad parte de una idea básica: poner un civil a conducir la policía.
Las discrepancias entre las dos fórmulas han generado un fuego de artillería verbal que le preocupa a Cristina y al propio Scioli. “Tenemos grandes diferencias con la dupla Fernández-Sabbatella -dijo en las últimas horas Espinoza-. Por ejemplo, en el tema del narcotráfico y el consumo de drogas . No es la liberalización del consumo lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia”, disparó. Sabbatella en cambio, el más odiado por la mayoría de los intendentes que lo consideran no peronista, expresa la visión más progresista respecto del aborto. “Queremos dar un debate profundo y serio respecto del aborto, para lograr que el Estado se ocupe de garantizar el derecho a la salud de todas las mujeres”, sostuvo Sabbatella, al defender un proyecto de ley para que las mujeres puedan interrumpir el embarazo.
A esta altura de las circunstancias resulta difícil vaticinar hacia dónde se inclinará la balanza. Si bien es cierto que Aníbal Fernández lleva la delantera por su nivel de exposición mediática, desde la vereda de sus contrincantes sostienen que su imágen negativa es muy alta y ponen como ejemplo su gestion como intendente de Quilmes, algo que le duele cuando se lo recuerdan al jefe de Gabinete. Fernández fue el primero que objetó la transparencia del comicio, cuando señaló que esparaba que los intendentes no le escondieran la boleta, como pase de factura a su compañero de fórmula, Martín Sabbatella. Ambas fórmulas cuentan con el apoyo de gremios muy fuertes. Los dominguistas se defienden sosteniendo que Scioli los prefiere porque le acercarán más votos, principalmente de la clase media. Los otros arguyen que conocen más las necesidades del conurbano y la gente está de su lado. Cristina hubiera preferido un candidato único con Randazzo para asegurarse la tapa del diario el lunes. Pero no fue posible por la reticencia del ministro. Ahora habrá que juntar los votos de los dos para marcar la diferencia. No obstante, cualquiera  sea el resultado, ambos tendrán que cumplir con el primer mandamiento del peronismo: el que gana conduce y el resto acompaña. La moneda está en el aire.¡Hagan juego señores!.

La economía en campaña con los habituales “fogoneros del miedo”


Por Jorge Joury
En la mesa chica de Daniel Scioli están convencidos que el denominado “círculo rojo” está embarrando la cancha en vísperas de las PASO, para crear un clima de incertidumbre económica. La escalada del dólar blue, la devaluación en Brasil, sus posibles efectos en nuestra  economìa y el temor a que los comerciantes ajusten sus precios en la histórica ginmasia de cubrirse, han encendido todas las alarmas en el firmamento naranja.
Los candidatos de la oposición han encontrado terreno fértil para instalar el tema en sus agendas. La palabras “ajuste y devaluación” que con más énfasis salen de boca de algunos economistas neoliberales vinculados al PRO, son interpretadas como “golpes bajos” para erizar la piel de los bolsillos del electorado, justamente cuando el candidato del FPV viene ampliado su diferencia en las encuestas.
El propio Sergio Massa se animó a jugarle un asado al  periodista Maximiliano Montenegro en su programa “Plan M”,  apostando a que “despues de las PASO el gobierno va a devaluar”. Tan ligera presunción sería un suicidio para la continuidad del proyecto del oficialismo. ¿Quien querría otra vez  un país lleno de pobres como en el 2001?. Es más que obvio que el Gobierno no caería en ese abismo de depreciar la moneda, bajo riesgo de estrellar su continuidad.
Resulta todo como muy loco, que para ganar una elección se especule con el miedo de la gente. Los opositores llevan la voz cantante y advierten que las principales variables macroeconómicas están en “terapia intensiva”. Frente a este escenario el kirchnerismo intenta llevar tranquilidad y acusa a sus rivales de pretender generar un clima de apocalipsis. “Los que fueron por el ataque judicial ahora quieren ir por la embestida económica, pero yo les quiero dar tranquilidad”, advirtió Daniel Scioli. Sin hacer alusiones personales, el gobernador bonaerense agitó así el viejo fantasma de la desestabilización económica.
Los rivales de Scioli en su afán de ganar terreno electoral, han instalado la fragilidad de la economia como prioridad en sus agendas. De allí que ponen acento en  la intranquilidad por la persistente suba del dólar, el consecuente atraso cambiario y la continua perdida de competitividad en los principales sectores productivos. Se esfuerzan en destacar que la anestesia que el Gobierno le inoculó a la inflación para llegar hasta octubre, ha comenzado a perder sus efectos. Lo más saludable para la democracia sería anclar en el  9 de agosto en un clima de tranquilidad, para que la ciudadanía vaya a las urnas con la piel intacta, lejos de la lluvia ácida que fogonean los sectores de poder.
En este escenario, rápido de reflejos,  Macri que venía sacudido por el huracán Lousteau, decidió incorporar el tema económico como uno de los ejes prioritarios de campaña. Igual camino tomó Massa, quien pretende volver a entreverarse en la pelea señalando que la economía argentina “está enferma pese a la morfina que le inyecta el Gobierno para intentar transmitir una sensación de bienestar”.
El lider del FR sostiene que “el kirchnerismo intentará emparchar los problemas de aquí a las elecciones. Pero lo cierto es que las economías regionales están ahogadas por el atraso cambiario, los salarios perdieron poder adquisitivo y está congelado el acceso al mercado de trabajo”, enfatizó Massa, quien exaltó que es el único candidato que mostró hasta el momento “un equipo de economía sólido. Con Marco Lavagna, Guillermo Nielsen, Martín Redrado y Aldo Pignanelli, todos capitaneados por Roberto Lavagna, qué mejor garantía para salir de esta crisis”, disparó el tigrense. Y por si faltara alguien en la mesa, apareció su rival en la pelea interna, José Manuel de la Sota, que también se sumó al coro lapidario para describir la coyuntura económica. “El Gobierno intenta tapar la gravedad de la situación económica  y cada día se endeuda más. Ha emitido bonos por $ 41.000 millones que tendrá que pagar el próximo gobierno, con una tasa de interés altísima, del 30%”, advirtió.
Frente a este cuadro de situación, Scioli en las últimas horas mandó una fuerte señal. Ante un centenar de gremios que le dieron su apoyo y de cara a unos tres mil dirigentes que se congregaron en un acto en Costa Salguero,  se comprometió a “cuidar el poder adquisitivo del salario en la mesa de los argentinos”
El bonaerense  recordó que durante los últimos años “se sancionaron 50 leyes a favor de los trabajadores” y aseguró que “con la lucha de cada uno de ustedes llegamos con orgullo al salario mínimo vital y móvil más alto de Latinoamérica. Ese es el logro de estas políticas. Tenemos el desafío de construir sobre estos sólidos cimientos. Estamos aquí para convocar a los 9 millones de trabajadores que representan ustedes en la organizaciones gremiales para juntos avanzar a lo que falta”, añadió.
Después de reivindicar los logros kirchneristas en materia de empleo, el candidato del Frente para la Victoria anticipó parte de un plan que maneja en reserva con su círculo íntimo en caso de un escenario económico complicado: activar una suerte de pacto económico y social con empresarios y gremialistas. Cristina Kirchner lo ensayó en alguna oportunidad, aunque siempre con la participación acotada de las centrales obreras aliadas. Allegados al gobernador dijeron que el plan contemplaría “a todos”. Tal vez una señal de ello fue el pedido público de Scioli para “normalizar las organizaciones sindicales” ante la atomización del movimiento obrero. Los gremialistas tomaron nota de esta expresión y el acto de Costa Salguero, para algunos, serviría de puntapié para reunificar a la CGT, dividida hoy en tres sectores.
Scioli sabe que la próxima semana el fuego de artillería vendrá con mayor virulencia, ya que  las PASO están a la vuelta de la esquina. Será otro de sus grandes desafíos. Otra de las escalas de su largo viaje, esta vez frente a los “fogoneros del miedo”, como se los califica en su circulo íntimo. No obstante, después de superar el largo via crucis a que se lo sometió desde el círculo K para ungirlo candidato, el gobernador sabe que hoy es la única carta del oficialismo para acceder al premio mayor y tratará de estirar su templanza.