jueves, 20 de agosto de 2015

Tapados por el agua y con el barro de la campaña política


Por Jorge Joury

Cristina está enojada con Scioli por su viaje al exterior. Si bien urgía atenderse su brazo ortopédico por el dolor que le provocaba, entiende que fue en el peor momento. Era de manual, que la oposición se montaría al caballo del drama de las inundacioes para sacar tajada y dejar al gobierno en orsay con la falta de obras hidráulicas. Hoy la catátrofe que afecta a decenas de municipios se ha convertido en el eje del debate político de tono más alto, a tal punto de adquirir un ribete electoral donde todos chapalean en el barro en busca del voto bronca.
Es este escenario, pese a haber creado en las últimas horas un Comité de Crisis, Scioli ha quedado en una situación incómoda y tendrá que poner todas sus energías para evitar un daño mayor. Rápidos se reflejos, su principal rival Mauricio Macri y María Eugenia Vidal se calzaron las botas de goma y las capas para mostrarse ante la opinión pública como los mariscales de las grandes soluciones. Es que con casi 40 distritos bajo el agua y con más de diez mil evacuados, es dificil resistirse a la tentación del aprovechamiento polìtico de una carta que les sirvieron en bandeja.
Tanto Macri como Sergio Massa encontraron rápidamente la manera de hacer olas en este escenario teñido por la angustia de los damnificados. El alcalde porteño convocó a una conferencia de prensa en la sede del Gobierno de la Capital, donde ofreció ayuda a los municipios afectados y puso como ejemplo su gestión, ya que el territorio de la Ciudad de Buenos Aires no se había inundado por las obras que realizó.
Massa fue a socorrer a uno de sus aliados en la ciudad de Mercedes, el intendente Carlos Selva y anunció que los alcaldes del Frente Renovador armaron “un sistema de apoyo” a los municipios afectados, a partir del envío de camiones, retroexcavadoras y ambulancias. “Nos juntamos en una reunión de emergencia porque es tiempo de ayudar. No vale la pena buscar culpables”, dijo el candidato de UNA, quien tampoco dejó de señalar que su terruño, el Tigre, no fue invadido por las aguas.
El que tuvo que salir a remar por orden de Cristina, fue Aníbal Fernández. El candidato a gobernador, se mostró muy activo recorriendo los distritos de Mercedes y Luján junto al secretario presidencial “Wado” de Pedro y su par de Seguridad, Sergio Berni. El candidato a gobernador por el FpV además evitó criticar a Scioli. Se sacó la responsabilidad de encima con su estilo rápido y contundente: “No conozco las razones y ni siquiera sabía que viajaba. No hago valoraciones, no tengo que evaluarlo. No sé por qué se fue porque Daniel no habló conmigo”, dijo Aníbal Fernández.
A buen entendedor, pocas palabras. En esas reflexiones quedaba patentizado el malestar de Cristina Kirchner.“El Estado tiene que estar en los momentos difíciles más que nunca”, comentó una alta fuente oficial. La Presidenta sólo mantuvo contactos telefónicos con el gobernador de Buenos Aires y no se vieron desde las PASO, ya que la mandataria decidió no acompañarlo en el búnker del FPV.
Aunque suspendió un acto oficial y no se la vio en cámaras, Cristina se encargó de monitorear desde Olivos la situación de los damnificados y ordenar la ayuda necesaria. En la misma sede gubernamental, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el titular de la Anses, Diego Bossio, anunciaron ayudas económicas para damnificados por las inundaciones. Y el Gobierno bonaerense instaló un comité de emergencia en la zona de Luján, a cargo del jefe de la Policía provincial, Hugo Matzkin, al tiempo que anunció una batería de medidas coordinadas por el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y comunicadas por el ministro de Asuntos Agrarios, Alejandro Rodríguez, como exenciones impositivas y líneas de créditos accesibles.
De todos modos, los cuestionamientos de la oposición no se acallaron. Por caso, María Eugenia Vidal prometió que si gana las elecciones, a partir de diciembre “se va a acelerar el proceso de las verdaderas soluciones”, basadas en obras hidráulicas. Por su parte, Aníbal Fernández admitió que “hay obras importantes que todavía no se han llevado adelante” en la Provincia. Hasta la Iglesia se metió en la polémica. El cura párroco de Salto, distrito declarado “zona de desastre”, Domingo Pisoni fue el que llevó la voz cantante y el que puso énfasis en la “falta de obras importantes” en la cuenca del Río Salado y reclamó a la dirigencia política que deje a un lado la campaña electoral y se aboque “a los problemas de la gente”. En medio de este dramático cuadro, hay miles de familias que miran al cielo y esperan el milagro de que pare de llover. Es hora de modificar el rumbo y dejarle de echar la culpa a los fenómenos meteorolígicos, porque la culpa la tiene el hombre.

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