jueves, 13 de agosto de 2015

El ajedrez sciolista frente al fantasma del balotaje


Por Jorge Joury

El menú que nos dejó las PASO, aunque largo y tedioso, terminó siendo rico en matices. Las largas colas bajo la lluvia y las kilométricas boletas, fueron el preludio de que todo irìa a cuentagotas.  Y así fue, ya que hubo  trasnochada para conocer la verdad en las urnas, con festival de zapping incluído por los canales para ver la extraña fiesta de todos los competidores. Con globos, papelitos o bombos, cada cual acomodó las fichas a su conveniencia, con tal de mantenerse en carrera. No obstante ahora, con los números frìos, conviene ir mirando hacia octubre en razón de lo abierta que queda la contienda.
También hay que destacar que  más allá de que toda la dirigencia quiso sacar chapa de ganadores, esta vez hay que darle la derecha a los encuestadores que en su mayorìa acertaron los pronòsticos. Ahora lo que viene tiene su espacio reservado en el mundo de los estrategas.
En las últimas horas por la residencia de la calle 6 en La Plata y en un marco de moderada euforia, se hacían algunas lecturas de futuros escenarios. Algunos aseguran que Daniel Scioli, como buen ajedrecista ya tiene sus piezas definidas para intentar ganar en primera vuelta y evitar un riesgoso balotaje frente a eventuales sociedades de fuerzas antagónicas.
Una de las movidas contempla asegurarse el voto de De la Sota, para quien el ex motonauta le tendría reservado un ministerio en su futuro gobierno, algo que le habrìa adelantado Karina Rabolini durante una reuniòn en Còrdoba. Y la otra jugada, tiene que ver con acordar con el puntano Adolfo Rodrìguez Saá, quien logrò superar el 2%. “Los dos son peronistas y confiamos en que todos terminemos unidos en una misma dirección”, sostuvo un vocero confiable ante la consulta. Entre ambos y con votos propios, Scioli que fue el candidato que más adhesiones logró, podrìa superar el 45%.
Hay dos escenarios bajo análisis con los que Scioli podría evitar el balotaje y consagrarse presidente en las elecciones de octubre. El primero es superar el 45% de los votos válidos positivos en los comicios generales, para lo cual debería sumar en los dos meses y medio que quedan por delante entre 6 y 7 puntos. El otro es escalar por sobre el 40% de los votos y lograr al mismo tiempo una ventaja de al menos 10 puntos porcentuales sobre el segundo, para lo cual necesita sumar alrededor de un punto porcentual y medio y que Cambiemos no supere lo que consigue en las PASO y que UNA no aumente un 50% su caudal de votos.
Por otra parte en los laboratorios naranja saben que deberán cambiar el paso del candidato. Para ello se elaboran una serie de propuestas para seducir a la clase media y a los indecisos, además de los que apostaron al voto en blanco y que suman más de un millón de personas.
Una de las estrategias tiene  que ver con dar a conocer las bases del futuro plan ecónomico que planean sus especialistas para salir del cepo, obtener dinero fresco a baja  tasa y avanzar hacia el desarrollo sostenido en que tanto insiste el ex motonauta. Ya hay una misión prevista del gobernador al exterior. En el mientras tanto, Scioli también necesita despegarse del kirchnerìsmo para captar los votos que le faltan del electorado que rechaza a la figura presidencial.
El gobernador ya ha dado algunas señales, como cuando lamentó no haber podido compartir  el triunfo con uno de sus operadores políticos favoritos, el histórico del peronismo Juan Carlos “Chueco” Mazzón, el mismo que Cristina Kirchner había echado hace meses porque trabajaba desde la Casa Rosada para la candidatura de Scioli. Pero a su vez  deberá ser cauteloso, ya que necesita que Cristina le prolongue la primavera econòmica más allá de octubre.
Hoy la  cintura de Scioli está puesta a prueba como nunca antes. Dependerá de él tomar el definitivo rumbo y control de la campaña. La primera consecuencia de los resultados sería que por fin, se dedicará a los votantes independientes y que cada vez habrá menos ingredientes K en el proselitismo sciolista. “Si algo caracteriza al espacio al que pertenezco es la diversidad”, lanzó en las últimas horas.
El gobernador sabe que no ha sido todo lo categórico que muchos en el oficialismo esperaban, ya que no llegó al número mágico del 40% y la diferencia sobre la suma de los tres precandidatos del frente Cambiemos no permite aventurar hoy que el FPV pueda imponerse por knock out en la primera vuelta de octubre. El primer análisis de los números del candidato del oficialismo da cuenta de una fuerte caída con respecto a los porcentajes logrados cuatro años atrás, en las PASO presidenciales de 2011, por Cristina Kirchner, quien cosechó entonces más del 50% de los votos. No obstante, teniendo en cuenta el desgaste que debió soportar para llegar al final del camino con sus candidatura, consideran auspiciosa su perfomance.
Las cuentas que hacen las primeras espadas sciolistas, es que frente a sus seguidores inmediatos Scioli es el que se apronta con los mejores números. Pero también le advierten de los límites que le estaría imponiendo el ropaje kirchnerista que adoptó desde que fue ungido por Cristina en lugar de otro que lo mostraba más seductor para el electorado independiente.
Scioli hoy depende del crédito que obtenga de la Casa Rosada, para logar un mayor margen de acciòn que le permita dar un salto importante en octubre. Para que eso ocurra necesitará del aporte de clases medias que, en esta ocasión, decidieron no acompañarlo y del ruego de que Carrió tarde o temprano le haga un desplante a sus nuevos socios.Otro de los temores que murmuran en voz baja en su búnker, es que la candidatura de Aníbal Fernández a la gobernación, tan deseada por la oposiciòn porque lo consideran un blanco vulnerable, no le juegue una mala pasada en la intenciòn de voto de los sectores más reflexivos, donde las denuncias sobre presuntas implicancias del funcionario con el narcotráfico, dejaron sus secuelas. 

No hay comentarios: