domingo, 26 de mayo de 2019

Boinas blancas preparados para la guerra

Algunos sostienen que hay que ir reservando butaca, porque habrá olor a pólvora en la convención radical de este lunes. Otros creen que hasta puede terminar a las piñas. Lo cierto es que todas las miradas este lunes se posarán sobre Parque Norte. Allí la UCR discutirá la estrategia electoral con vistas a las elecciones de octubre. Lo que pretenden los más rebeldes, entre otras cosas, es compartir la fórmula presidencial y oxigenar el espacio con alguna pata peronista.



Todo se da  en medio de febriles negociaciones con clima de alta tensión. Los más pesimistas aseguran que está en peligro el futuro de Cambiemos. Frente a este escenario de alto voltaje, entraron a jugar en las últimas horas halcones y palomas. La figura de Mauricio Macri, es el principal blanco de las críticas. Los radicales no quieren repetir la foto de la Alianza en el 2001 y empujan con singular ímpetu a la Casa Rosada para que pegue un golpe de timón. 
El principal jugador y el más díscolo, es el titular del radicalismo Alfredo Cornejo. Es el que ha sembrado dudas sobre la continuidad de la sociedad política. Lo que más le preocupa, es ampliar la alianza, incorporando incluso dirigentes del justicialismo no K. 
Esto ha puesto al vicegobernador bonaerense Daniel Salvador al borde de un ataque de nervios. Lo mismo ocurre con los legisladores e intendentes radicales que exigen mantener el statu quo en la coalición gobernante, con la esperanza de no perder los espacios de poder conseguidos en 2015. 
¿Por qué se agitan tantos demonios por la postura de Cornejo?. Es que el jefe del partido y gobernador de Mendoza, provocó un tsunami al hacer circular un borrador del documento que presentará en el cónclave del lunes. Si bien en el contenido Cornejo ratificó la permanencia de su partido en Cambiemos, también insistió en la necesidad de construir "una nueva coalición" ampliada hacia otros partidos políticos. 
Cornejo está convencido que esta es la única manera de garantizar gobernabilidad en un eventual segundo mandato de Macri, ya que lo que viene es un escenario muy complicado, donde se requiere de consensos para aprobar leyes fundamentales para transformar el actual escenario económico de crisis.
El caudillo mendocino además sugirió la posibilidad de que la fórmula presidencial se dirima en elecciones primarias, una instancia que el macrismo más duro rechaza de plano. Por otra parte, propuso que las listas de candidatos legislativos del radicalismo pueda adherirse a cualquiera de los precandidatos presidenciales que compitan en esas primarias. Esto se interpretó como una habilitación cabal a las polémicas listas colectoras, que el Gobierno rechazó por medio de un decreto de necesidad y urgencia el mes pasado.
"Hoy Cambiemos no tiene asegurado el triunfo en primera vuelta; solo ampliando la coalición a otros sectores podemos llegar al ballottage", justifican en el entorno de Cornejo. El gobernador sostiene que, para potenciar el espacio en su pelea con el kirchnerismo, debería haber elecciones internas en Cambiemos, posibilidad que el macrismo más duro rechaza de plano.
"El lunes, la convención aprobará con amplia mayoría el documento que yo he ofrecido, buscando la ampliación y ratificando la conducción de Cambiemos", dijo Cornejo. "Hay que sumar a peronistas", enfatizó, y nombró al gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y al economista Roberto Lavagna.
Cornejo insistió en la necesidad de ampliar la base de sustentación de Cambiemos para "hacer los cambios que necesita la Argentina para crecer" y que quedaron pendientes en el primer mandato de Macri. Mencionó las reformas impositiva, laboral y previsional. "Requieren de un mayor poder político del que representa Macri", afirmó Cornejo.
Como réplica, comenzó a circular un "contradocumento", elaborado en las usinas bonaerenses que timonea el vicegobernador Daniel Salvador. Algunos sostienen que fue articulado en tándem con Jesús Rodríguez y Agustín Campero, vicepresidente de la convención nacional y a cargo de conducir el debate el lunes próximo, ante la ausencia -con aviso- de su titular, Jorge Sappia. 
Salvador fue quien motorizó que la convención de la UCR bonaerense ratificara, el fin de semana pasado, el apoyo a la candidatura de Mauricio Macri y la permanencia del partido en Cambiemos. En este contradocumento, los "dialoguistas" ratifican con todas las letras y sin subterfugios, la permanencia de la UCR dentro de Cambiemos e instan a la elaboración de un programa común que responda a los principios doctrinarios del partido.
Quienes accedieron al paper, aclaran que allí no mencionan la incorporación de eventuales nuevos partidos a la coalición, ni la posibilidad de elecciones internas para dirimir la fórmula presidencial. Lo que proponen que se institucionalice el funcionamiento de la coalición actual. Básicamente con reglas claras para los socios, que permita atender la resolución de conflictos y dé certidumbre en los procesos decisorios.
Para negociar la ejecución de ambos objetivos con los socios de Cambiemos, este sector propone que se conforme una delegación integrada por dirigentes del comité nacional, de la convención nacional y de los bloques legislativos.
Cornejo, en cambio, propone que esa negociación esté a cargo de una delegación del comité nacional del partido, que él preside.
Si bien ambas posturas parecen estar en las antípodas, lo cierto es que hay ciertos puntos en común que permitirían, en los días que faltan para la convención, arribar a un acuerdo."Hay un 90 por ciento de radicales que coinciden en un esquema básico de lo que debe resolver la convención", reveló una fuente confiable del partido. Uno de esos puntos es la permanencia de la UCR en Cambiemos. Otra de las sugerencias es la necesidad de ampliar la coalición a sectores del peronismo. 
Si bien Cornejo plantea que esta apertura debe darse antes de las elecciones primarias de agosto próximo, en el sector dialoguista sostienen que la incorporación de nuevos socios debería consumarse después de la primera vuelta para asegurar el triunfo del oficialismo en el ballottage.
El ministro del interior, Rogelio Frigerio, un  jugador clave en el andamiaje del equipo amarillo, admitió que “la táctica electoral” de Cambiemos “no está cerrada” y buscó desalentar la posibilidad de dirimir candidaturas en internas abiertas al asegurar que no hay antecedentes de “que un presidente que va a una reelección compita en una interna”.
 Para el diputado Facundo Suárez Lastra, en cambio, “si se postulan candidatos que creen que son mejores que el Presidente Macri, tendrá que participar de las PASO, no hay posibilidad de que eso se evite”.
Cornejo fue el primero en desatar la ira del presidente y su jefe de campaña Marcos Peña al admitir públicamente que “el candidato podría no ser Macri” y pedir que se habilite una gran PASO con Martín Lousteau, peronistas no K e independientes. La postura de ese sector, que también integra el jujeño Gerardo Morales y tiene por articulador en las sombras al eterno operador Enrique Nosiglia, parte de la base de que la candidatura de Macri está condenada al fracaso y aspira a imponer en un acuerdo a puertas cerradas una fórmula encabezada por la gobernadora María Eugenia Vidal acompañada por un radical como Lousteau, con la esperanza de ganar en segunda vuelta con el apoyo de sectores peronistas. 
El principal punto débil de esa estrategia es la ausencia de un candidato a gobernador en el mayor distrito del país. Podría dejarle servida en bandeja la Provincia al peronismo, ya que en ese escenario se gana por un voto y no hay ballotage. Desde el entorno de Macri admiten que es casi utópico encarar una campaña referenciada en el presidente en amplios sectores del conurbano pero argumenta que el “Plan V” de Vidal tendría más costos que beneficios porque no sumaría demasiados votos a los del núcleo duro y transmitiría una imagen de gran debilidad.
Desde el búnker de la gobernadora sólo se habla de caminatas, actos, estrategias de campaña y de desmentir a capa y espada, la posibilidad del Plan V. Nadie tiene instrucciones para distraerse con otra cosa. No obstante, no niegan que miran de reojo con inocultable preocupación a la convención radical. Y en medio de todo este juego intrincado de pasiones, Macri está empacado con su teoría de dividir lo más que se pueda al peronismo para sacarle votos al espacio de los Fernández. De allí las fotos de los últimos días con Schiaretti, Urtubey y Pichetto. El gran temor que abrigan algunos oficialistas, es que Massa termine pasándose al peronismo y aporte los votos para un triunfo en primera vuelta del binomio K. Otro fantasma que se agita, es que Lavagna se termine cortándose solo y salga a pescar en la franja de Cambiemos, debilitando aún más al espacio. Hay final abierto para todos.

miércoles, 22 de mayo de 2019

¿Y si Cristina guarda otra bomba ?

Sergio Massa se ha convertido en la figurita más buscada del álbum. Es consciente que su caudal de votos es determinante para desequilibrar a Cambiemos y dejarlo fuera de combate. Por ahora, se cumplió su primer profecía política: Cristina se bajó de la candidatura presidencial, en una señal que muchos aseguran que es para propiciar la unidad



La ex presidenta entendió que no le alcanza con lo que tiene. Por estas horas hay quienes no descartan que tenga en la manga otra carta que termine sacudiendo el tablero político. Se evalúa la hipótesis de que antes del 22 se podrían alinear los planetas con una fórmula que conforne a todo el peronismo. No sería descabellado que la ex presidenta le aseste el golpe final a Cambiemos, con un renunciamiento histórico y tras cartón, dejar que la fórmula presidencial definitiva sea Massa- Alberto Fernández, así, en ese orden.
Pero antes, habrá que recorrer un camino de diálogo con escenarios donde aún abundan los rencores. Hay que reconocer que apenas el sábado pasado terminó el video de CFK, todas las miradas giraron hacia el tigrense. 
En su circulo más íntimo nadie percibe cual será su jugada final. No obstante, aseguran que el ex jefe de Gabinete repite ante quien quiera escuchar que antes de la medianoche del 22 de junio "va a haber unidad en el país". Su único objetivo, asegura a sus interlocutores, es que el 11 de diciembre Mauricio Macri esté muy lejos de la Casa Rosada. Es más, lo imagina a futuro trajinando los pasillos de Tribunales.
Massa por estas horas también recibe la presión de su propia tropa para apurar el paso. En la dirigencia bonaerense, la novedad generó corrimientos que podrían inclinar la balanza: quienes venían empujando por un acercamiento, vieron en el anuncio de CFK el gesto de apertura que venían reclamando. El sector más refractario a una alianza, más enraizado en quienes se ubican cerca de la diputada Graciela Camaño, también comenzó a revisar su postura inicial y pide un pliego de condiciones para negociar.
Estas posturas se debatirán el 30 de mayo. Será durante el congreso nacional del Frente Renovador. Las opciones que se barajan son muchas y muy variadas: por ahora, Massa sostiene su precandidatura presidencial por Alternativa Federal. Pero el jefe del FR reflexiona entre sus íntimos, que el camino a la unidad tiene que ir asfaltándose durante las próximas semanas. No puede ser una unidad de cúpulas. No quiere saber nada con rejuntes. "Hay que construir una épica y un relato para llegar a esa meta", advierte. Esa es la estrategia que se dio desde fines de 2018 a esta parte y procura no apartarse de ella. "Yo perdí cuando no seguí la estrategia que me había fijado", asegura. Si algo hay que reconocerle a Massa, que es uno de los pocos dirigentes políticos que practica la autocrítica.
En el último fin de semana, Massa se colocó la camiseta número 10. Sumó músculo político y territorial gracias a la fórmula Fernández - Fernández. Alberto, que tiene un puente abierto con el tigrense, aportó su granito de arena: "Si no nos ponemos de acuerdo, vayamos a una PASO", pidió desde Santa Cruz.
A Massa la idea no le disgusta y dejó las puertas abiertas. Pone de ejemplo la interna que protagonizó en su momento con su socio político José Manuel De la Sota. Fue una PASO amable, acordada. Se puede, dice, ir a una primaria sin desgastar de manera cruel al resto de los integrantes del espacio. No es su plan A, de todas formas. Lo que el tigrense desearía es ser el candidato ungido por el acuerdo de todos. Fantasea incluso con la posibilidad de que Cristina haya anunciado la fórmula con tanta anticipación para tener tiempo de correrse del binomio, dejarlo a Alberto de vice y ofrecerle el primer lugar. Parece muy difícil, pero es la fantasía que lo desvela. Con sus 10 o 15 puntos, la sumatoria general estaría garantizando la victoria del peronismo en primera vuelta. Esta hipótesis, aunque hoy esta lejos de la realidad, es la pesadilla que hace temblar los cimientos de la Casa Rosada.
La teoría de “la escalerita” del jefe del Frente Renovador, podría abrir aún más el escenario de un peronismo unificado. “Cristina ya bajó un escalón. Ahora sigue la escalerita, bajarse de la fórmula”, analiza el precandidato presidencial de Alternativa Federal en la intimidad de los cónclaves con sus primeras espadas.  
El contacto con Alberto Fernández es fluido y permanente. También con el titular del Partido Justicialista, José Luis Gioja. Le ofrecen el lugar que lo haga sentir más cómodo. Desde una PASO presidencial hasta la candidatura a gobernador de Buenos Aires. Massa repite: “No voy a ser funcional a Macri, pero en el Congreso del Frente Renovador se va a definir de manera colectiva dónde vamos a jugar”. En paralelo, Jorge D’Onofrio prepara para el 30 de este mes, en Parque Norte, un clamor a favor de la unidad opositora.
Mientras tanto, Massa se mueve como un ajedrecista. También se comunicó con los gobernadores Mariano Arcioni (Chubut), Hugo Passalaqcua (Misiones), Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), Sergio Casas (La Rioja), Domingo Peppo (Chaco) y en la noche del domingo felicitó a Sergio Ziliotto, el mandatario elector de La Pampa que se sumó al pedido de unidad del peronismo tras la proclamación de Fernández como candidato presidencial.
El massista Raúl Pérez se encargó de abrir el escenario: “Ratificamos la candidatura presidencial de Massa desde Alternativa Federal pero pretendemos escuchar la opinión de todos los gobernadores. La vocación de Massa es liderar la oposición y quien conduzca un cambio de modelo social y político. Nuestra prioridad que haya un nuevo gobierno y una nueva mayoría opositora para ganar”. 
En el massismo ya tomaron nota que la mayoría de los gobernadores se expresó a favor de la unidad y celebró la candidatura de Alberto Fernández. Y para abonar la teoría de la escalerita se preguntan: “¿Si la estrategia de Cristina era propicia la unidad del PJ por qué no le ofreció la candidatura presidencial a Schiaretti o a Sergio?”. “Hasta el 22 hay tiempo. Nada asegura que la fórmula con Cristina adentro esté cerrada”, avisa un cacique peronista que está cerca de Cristina. La ex presidenta podría incluso ocupar a partir del próximo año la presidencia provisional del Senado y estar en la línea sucesoria sin integrar la fórmula. Todo es posible en la ruleta de las sorpresas hasta la medianoche del 22 de junio.

El hombre del "vamos por todos"

La movida de Cristina Kirchner apunta evidentemente a lograr una oferta electoral con mayor musculatura: más actores políticos adentro. El objetivo inmediato posterior será captar con mejor eficacia todo el voto opositor, que precisamente CFK recepcionaba con menor eficacia, por la persistente resistencia hacia su figura.



La movida de Cristina Kirchner apunta evidentemente a lograr una oferta electoral con mayor musculatura: más actores políticos adentro. El objetivo inmediato posterior será captar con mejor eficacia todo el voto opositor, que precisamente CFK recepcionaba con menor eficacia, por la persistente resistencia hacia su figura. Hoy hay un 70% de gente, que no está de acuerdo, no aprueba la gestión del Gobierno. Todavía está buscando en dónde poner ese voto, si es Alternativa Federal o dónde. Y para quitarle ese voto, CFK sacó de la galera un candidato más moderado. La decisión de Cristina ha sido vista por algunos como un acto de generosidad propia de un estadista Otros lo califican como un hecho de oportunismo político. Independientemente de la interpretación que uno le quiera dar, el mensaje refleja una de las autocríticas más importantes que ha hecho CFK en su trayectoria política. 
La ex presidenta está armando la estrategia para un posible triunfo en primera vuelta electoral si Cambiemos no contrapone acciones que amplíen su caudal de apoyos en la opinión pública. 
Alberto es un mejor nexo con los gobernadores. Trabajó con Massa, Lavagna y Randazzo. Se abre la posibilidad de pases del peronismo del interior a la campaña de Fernandez. Y muestra la intención del kirchnerismo de conducir una campaña lejos de la radicalización ideológica. 
EL GRAN PESCADOR DE ACUERDOS
 AF tendrá la misión de convertirse en el gran pescador, para sumar todo lo que se pueda al espacio. Su papel está lejos de representar la figura de un títere, como algunos pretenden mostrarlo. Es un hombre de buena madera para construir lazos. Tiene una foja limpia. Preserva las relaciones con el poder real y puede armar un gobierno. No es un improvisado. Quienes lo conocen, observan en él los atributos de de un gran armador. Es frío, aunque seductor al momento de expresar sus ideas, cultor del diálogo, pero dispuesto a dar portazos cuando se le vuelan los pájaros. Ya lo hizo después de ser por varios años el número tres del matrimonio Kirchner y escalar a la jefatura de Gabinete. Muchos se apresuraron en señalarlo como "el Chirolita de Cristina", como lo hicieron en su momento con Néstor Kirchner en relación a Eduardo Duhalde y se equivocaron. Cristina y Alberto han arribado después de varias confrontaciones a un mismo puerto. Coinciden en que "la coalición que gobierne deberá ser más amplia que la que haya ganado las elecciones”. Ambos abrigan un sueño de unidad para vencer al macrismo. 
Hay quienes sostienen que la elección de Alberto Fernández no solo tuvo el objetivo de “limpiar” a la fórmula K de la cara kirchnerista más dura para el público no K, el mercado y el mundo, sino también intentar recrear lo que ahora se considera la mejor época de era como fue el gobierno de Néstor Kirchner. 
LA MISION DE IR POR LOS VOTOS DEL MEDIO
Frente a un electorado que mayoritariamente rechaza su figura y que, aún en mayor cantidad, tampoco quiere saber nada con Mauricio Macri, Cristina tomó la iniciativa para ir por lo votos del medio, de la importante porción del electorado que como estaban planteadas las cosas iba a tener que terminar votando a disgusto, por ella o por el Presidente. En tiempo difíciles, la senadora cambió su axioma y le dio a AF la bendición para salir del "vamos por todo" y pasar al "vamos por todos", para obtener la victoria en octubre.
El próximo Gobierno, sea cual fuera, necesitará un acuerdo parlamentario que le permita sancionar un paquete antipático de leyes. El ajuste, con la reforma laboral incluida, no está a la altura de lo que Cristina piensa de si misma. No es para ella encarar una negociación con el Fondo Monetario que pase por la seducción y no por patear la puerta e imponer condiciones. Hasta con el Grupo Clarín, se prevé, que Alberto firmaría un armisticio. Cristina dejará hacer, por el bien de la patria, en un rol secundario, aunque garante de su electorado.
LA FRASE QUE SERENO EL CORAZON DE CFK
La periodista Nancy Pazos reveló que "Alberto Fernández regresó al mundo de Cristina en el momento justo. Y trabajó su relación más en el terreno emocional que en el político. Posiblemente el quiebre del antes y el después se dio el día que en una de las tantas charlas sobre lo pasado, ella concluyó: "Él fue mucho mejor Presidente que yo". Entonces el ex jefe de Gabinete le dio la respuesta que serenó su corazón: "Él no fue mejor que vos. Él te tuvo a vos. Y vos no lo tuviste a él…". Cuenta la periodista que la importancia de esa frase se reflejó en el acto. CFK fue a buscar un cuaderno y la anotó para no olvidarla…
Según Nancy Pazos que "Fernández había logrado lo que nadie desde la muerte de Néstor. Que CFK sintiera nuevamente que tenía un par intelectual y emocional. Dejó de sentir la soledad que la había acompañado desde ese fatídico 27 de octubre de 2010. Y volvió a confiar".
La mayoría de los politólogos creen que hay que esperar como el electorado recibe a la nueva fórmula, pero creen que puede superar el 42% muy rápido en las encuestas y con los que vayan a las PASO el frente se puede acercar al 50. También coinciden en que la jugada es muy singular, original, les pateó el tablero a todos, principalmente al Gobierno y que claramente apunta a unificar el peronismo.  
LOS ENIGMAS DE SERGIO MASSA
Está decisión desarticula el proyecto de Alternativa Federal, complica el armado del gobernador de Cordoba, Juan Schiaretti. Además, no hay que descartar que Sergio Massa termine jugando adentro, de la forma que sea.
En un intenso raid mediático desarrollado en las últimas horas, Sergio Massa se dedicó a ratificar su candidatura presidencial. No obstante, en paralelo, dirigió más de un guiño a la posibilidad de llegar a un acuerdo con el kirchnerismo para unir al peronismo y, sobre todo, fue tajante a la hora de describir las consecuencias de fracasar en esa tarea. "Ninguno de nosotros puede ser un instrumento funcional para que, por divisiones o mezquindades, Macri siga en el gobierno. Nadie nos va a perdonar que haya cuatro años más de crisis y ajuste", dijo al canal América al ser consultado por la posibilidad de unificar un frente opositor con el kirchnerismo.
En el marco del nuevo escenario político, tampoco no se puede descartar que Roberto Lavagna se termine bajando.
Otro de los efectos colaterales, es que las tensiones dentro de Cambiemos se van a multiplicar en las próximas horas, sobre todo por parte de aquellos sectores que cuestionaban la candidatura de Macri, particularmente los radicales. La convención partidaria del 27 de mayo tendrá una gran repercusión, si es que no hay novedades relevantes antes".  
Alberto Fernández ya empezó a avanzar para vaciar de gobernadores a Alternativa Federal. Por lo pronto desembarcó en Santa Cruz en un acto de Alicia Kirchner.
EN LA GENESIS DEL KIRCHNERISMO
AF tiene una sólida formación. Es docente de Derecho Penal, hincha de Argentinos, ex jefe de Gabinete y por varios años fue el  número tres del kirchnerismo. “El país no necesita a alguien como yo, que divida, sino a alguien como vos, que sume”, fue una de las reflexiones que planteó Cristina el miércoles por la noche, al transmitirle por primera vez la propuesta.
Alberto está en la génesis misma del kirchnerismo. Fue el enlace entre los miembros del Grupo Calafate, la agrupación fundacional del proyecto presidencial de Néstor Kirchner cuando el peronismo empezaba a pensarse como alternativa a una eventual presidencia de Fernando de la Rúa, y en el acuerdo con Eduardo Duhalde que llevó al santacruceño a la postulación presidencial. También hizo explícitas en su momento sus diferencias con el matrimonio Kirchner en la crisis derivada de la Resolución 125. Eso incluyó su partida de la Jefatura de Gabinete que detentaba desde 2003. Y regresó hace poco más de un año para recomponer el vínculo con Cristina Fernández, contribuir a su reconversión o a darle un nuevo maquillaje más tranquilo y acompañar la estrategia que  lo terminó convirtiendo en el precandidato presidencial de un gran frente opositor al macrismo.
NO ES EL CHIROLITA DE NADIE
Con 60 años recién cumplidos, el abogado y profesor de Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires podría haberse recostado en la decisión que adoptó en 2008, cuando dejó el gobierno, montó una consultora y regresó a dar clases en la Facultad de Derecho. Pero como el armador político que siempre fue, encontró en el regreso del neoliberalismo al poder el contexto ideal para retomar una vieja práctica, tal vez un viejo "ideal": el de articular dentro del peronismo a quienes hasta hace meses nomás –y en la derrota política– si se encontraban en la calle, cruzaban de vereda. 
La primera reacción de quienes ejercerán de opositores a su postulación fue instalar la idea de que Alberto Fernández será un títere, una suerte de Chirolita de "La Jefa". El meme "Alberto presidenta" que circuló en las últimas horas a velocidad de la luz en las redes sociales peca de ingenuidad, reduccionismo o negacionismo histórico. No es aplicable a un dirigente que supo tejer hilos, recomponer un vínculo roto con la líder que ahora lo secundará en la fórmula, que hizo de su estilo dialoguista –cuestionado duramente desde el riñón K– una virtud para la etapa que se avecina, y hasta asumió una impensada defensa pública de la ex presidenta, reconociéndola como víctima de una persecución política.
El anecdotario aporta información para ser tenida en cuenta. En 2007, cuando se decidió que sería Cristina y no Néstor Kirchner quien disputaría el segundo mandato presidencial, la hoy senadora puso como condición la continuidad de Alberto como jefe de Gabinete. Un año más tarde, tras el mal llamado "conflicto con el campo", el hombre era corrido (o se corría voluntariamente, según su relato) de la función, entre otros motivos que reflejaban los medios de la época, por reunirse con el entonces vicepresidente Julio Cobos, y presuntamente representar los intereses del Grupo Clarín. 
DE LAS ENTRAÑAS DEL GRUPO CALAFATE
Su rol fue cubierto por Sergio Massa. El tigrense, que en 2009 le asestaría una dura derrota al mismísimo Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires, nunca pudo establecer con Cristina el vínculo de intimidad y confianza que había alimentado su antecesor. A diferencia de Fernández, convirtió su distanciamiento del kirchnerismo en una rivalidad electoral que persiste hasta el día de hoy.
Los funcionarios que asestaron el golpe de la ausencia del anterior estratega detrás de la conducción político presidencial repetían con nostalgia: "Era el único capaz de decirles lo que pensaba a los Kirchner".
Los ciclos históricos no son trasladables en el tiempo, pero algunas prácticas se recuestan en experiencias anteriores para reformularse. El mismo Alberto Fernández que en 1998 coordinaba para Kirchner el Grupo Calafate sin imaginar que unos años después recalaría en la Casa Rosada con un puesto estratégico, construyó a mediados de 2018 una versión juvenil de aquella usina de pensamiento, aggiornada a la agenda que viene marcando el comienzo del siglo XXI. El Grupo Callao, que debe su nombre a la avenida en la que está situado el bar Los Galgos, donde suelen reunirse sus integrantes, podría ser el semillero de una eventual presidencia de ALberto Fern{andez. Lo integran los politólogos Camila García, Natalia De Sio y Santiago Cafiero, el abogado Guillermo Justo Chaves, los economistas Cecilia Todesca Bocco y Fernando Peirano y la contadora Victoria Tolosa Paz, concejal de Unidad Ciudadana en la Plata, entre otros.
Desde ese espacio, Fernández fogoneó el discurso de unidad con el que desde ahora mismo arranca un capítulo crucial de su historia política y personal.

Los Fernández ahora le apuntan a Vidal

Después de provocar un tsunami en todo el arco político, los Fernández, como los llaman ahora después de su matrimonio electoral, vuelven a sorprender. El plan es darle un golpe letal al macrismo a nivel bonaerense. En esa dirección, Alberto inició conversaciones con Sergio Massa, para convencerlo que juegue su candidatura a gobernador en ese espacio, con la idea de destronar a María Eugenia Vidal, el as de espadas de Cambiemos.



Buenos Aires se gana por un voto y los Fernández están convencidos que con Massa es el mejor atajo. Falta un mes para que se oficialicen las candidaturas y el escenario cambió completamente. Dejó a todo el periodismo pidiendo la campana después de la trompada de la ex presidenta. Pero también el Gobierno está obligado a cambiar el paso y apelar a otro plan porque Cristina ya no será la gran protagonista de la polarización para seguir ampliando la grieta. Esa situación cambió con la inclusión de Alberto Fernández, un moderado y estratega, que estará al frente de la fórmula. Queda claro que Cristina no va a ser presidenta en el próximo período porque decidió no postularse. Para Eduardo Duhalde, la movida es similar a la quema del cajón de Herminio Iglesias y cree que el espacio perderá entre 6 y 7 puntos. 
Para el paladar del Gobierno en principio, todo indicaría que el techo de la fórmula se mantendrá, es decir, que Alberto no logrará penetrar en el espacio abierto y moderado que ahora intentan captar. Aquí coinciden con Duhalde, en que es bastante probable que el piso de esta oferta electoral caiga. Sucede que, salvo en los espacios fanáticos, los votos del líder no se trasladan en forma automática a su muleto. Puede suceder, pero no es lo habitual en democracias más o menos consolidadas como la de Brasil y la de Argentina.
Quienes hemos seguido su recorrido político en los últimos años, sabemos que Cristina no se limitará a "tocar la campanita" en el Congreso de la nación, una frase con la que se suele degradar el rol institucional del vice en el Congreso, sino que va a estar en todas y cada una de las decisiones.
¿Y entonces?. Néstor Kirchner terminó con las sospechas del doble comando cuando rompió lazos con Eduardo Duhalde y, con ello, hizo desvanecer el apodo de Chirolita. La propia Cristina demostró cintura propia aun cuando su marido desechó la reelección para entregarle el poder en mano.
CONVERSACIONES CON SERGIO MASSA
Los observadores creen que Alberto Fernández tiene otro conejo en la galera. Ya  inició conversaciones con Sergio Massa. Quiere convencerlo para que le pelee la gobernación a María Eugenia Vidal. Pero el tigrense insiste en disputar la Presidencia y habrá que esperar cual es su comportamiento el próximo miércoles en la reunión de Alternativa Federal a la que convocó Juan Schiaretti.
Por estas horas, los soldados que Massa aún conserva en la provincia de Buenos Aires le pusieron el aliento en la nuca, no solo para competir con un peronismo unido, sino también para que lo anuncie en los próximos días. Incluso le recomendaron hacerlo el 25 de mayo. El tigrense cree que si finalmente anuncia su giro, lo hará cerca del cierre de listas (22 de junio) ya que usará estas semanas para sumar la mayor cantidad de adeptos posibles con distintas recorridas. Algunos intendentes peronistas querían tenerlo el 25 de mayo en Merlo. Ese día, inaugurarán el “Parque Nacional Néstor Kirchner” y está invitado. 
Lo cierto es que en el Instituto Patria señalan que hoy tanto CFK como Alberto son carne y uña. Alberto, con título de abogado, aparece como uno de sus principales asesores en materia judicial, un ámbito donde tiene fama de astuto operador. No parece casual el anuncio, efecto sorpresa incluido, justo en una semana en la que Cristina debuta en un juicio oral en el banquillo de los acusados.
LA IDEA DE ABROQUELAR A TODO EL PERONISMO
Que la senadora haya elegido a Fernández revela, además, que él tiene chances de lograr lo que ella no, pese a su carisma: enlazar a todo el peronismo detrás de un proyecto de unidad, ampliando así la base electoral. Es una tarea muy cuesta arriba que requiere diálogo y tiempo, lo que explica por qué se anunció ahora la fórmula y no más cerca del cierre de listas, previsto para el 22 de junio.
Muchos se preguntan además si ¿Es el primer paso de una negociación con el peronismo federal, en el que Alberto Fernández cumple el rol de candidato-tapón hasta que haya un acuerdo global? No lo sabemos, pero no son pocos los que deambulan en ese universo que desearían que fuera ese el objetivo final de la ex presidenta.
Todo está por verse, mientras muchos se preguntan por estas horas el real motivo de la resolución de CFK. En esa dirección, vuela un abanico de preguntas. ¿Cambió de verdad? ¿No será una trampa electoral?. ¿Alberto Fernández no terminará siendo su Chirolita? ¿Cambió solo un poco? ¿La tarea en caso de ganar las elecciones sería una especie de primer capítulo para frenar la crisis? ¿Una transición? ¿Después volvería a ser su turno? Si la fórmula se sostiene como está presentada, es decir, si no es abierta a negociación dentro del PJ y se impone, ¿cuál sería la relación entre ella misma y Alberto Fernández? ¿El poder detrás del poder sobrevuela entre los enigmas?.
La mera existencia de esas preguntas representa una gran novedad. Si Cristina era candidata, y era tan fuerte como lo mostraban las últimas encuestas, esas preguntas no hubieran existido. Macri o Cristina iban a ser las dos opciones más fuertes: nada habría cambiado.
¿QUIEN DE LOS DOS SE EMPODERARÁ?
Mucho se ha escrito, sobre la posibilidad de que haya un Fernández en el  gobierno y otro Fernández en el poder, en clara referencia al "Cámpora al gobierno, Perón al poder" de 1973. Pero hay que destacar que en aquellas turbulencias de los años de plomo, ambos personajes encarnaban dos proyectos muy diferentes: el socialismo peronista de los Montoneros y el conservadurismo popular del viejo líder. Tan distintos que comenzaron a los tiros y asesinatos y terminaron por facilitar la peor de las dictaduras.
En este caso, más que diferencias de proyectos hay una diferencia de estilo político. Lo que representó en su momento Cámpora no es lo que hoy representa La Cámpora. Es evidente que la propia decisión de Cristina y el rol que Máximo Kirchner está ejerciendo en la mesa chica van en sentido de disciplinar a la militancia talibán que ella misma promovió durante su mandato, sin que esto sea garantía de neutralizar focos de fanatismo e intransigencia.
UN JUGADOR CLAVE FRENTE A LO QUE VIENE
El golpe de timón muestra claramente entonces, que uno de los símbolos de la polarización, de la grieta, no ocupará la presidencia de la Nación. O, más fuerte aún: que Cristina no será la próxima presidenta. La segunda es que la persona elegida por ella para reemplazarla tiene estilo propio. Alberto Fernández, por ejemplo, almuerza frecuentemente con periodistas. Esto le ha valido duras críticas y descalificaciones desde la militancia más sectaria del kirchnerismo puro. Que él haya sido elegido por Cristina, con ese antecedente, es un dato simbólico muy fuerte: ¿una picardía para correrle el arco al macrismo? ¿la admisión de un serio error? ¿una capitulación?. Todo está con puntos suspensivos.
Crtistina sabe que lo que viene es puro sacrificio y no hay nada para repartir. El país está endeudado hasta el tuétano. Y frente a este panorama, habrá que renegociar las condiciones de pago con el exterior. En ese andarivel, Alberto Fernández es un hombre clave.Mantiene una relación muy aceitada con la embajada norteamericana y con múltiples personalidades, empresarios, intelectuales con los que Cristina y el kirchnerismo duro cortaron lazos y renegaron de ellos desde hace años. Los que lo odian murmuran por lo bajo: "Eso lo hace más peligroso porque es un cínico". En cambio, los que lo miran con simpatía, sostienen que: " su presencia y el cambio de maquillaje del espacio, llevaría a pensar en un gobierno más sereno y racional de lo que hubiera sido uno presidido por Cristina".
Los dos Fernández presentan parecidos, pero son diferentes. Alberto dio un paso al costado cuando el gobierno de Cristina se radicalizó después del conflicto con el sector agropecuario. En los últimos tiempos, su llamativo acercamiento a la ex presidenta permitía preguntarse quién influiría más sobre quién. La manera en que ella volvió a acercarse al peronismo parecía una estrategia influenciada por él. La forma que en que él, por ejemplo, difundió la lista de los jueces que "algún día deberán dar explicaciones por las barbaridades que escribieron", permitía entender hasta dónde ella lo estaba radicalizando.
LAS DUDAS QUE AUN SE PLANTEAN
Hay quienes sostienen que "CFK y Alberto, juntos, son dinamita". Se retroalimentan, porque son dos animales políticos. Uno como armador estratégico y dialoguista y la otra por la manera que ejerce su liderazgo que entusiasma a las masas.
Una de las claves de lo que viene estará allí: en la relación entre los dos Fernández. En el video donde realiza el anuncio, Cristina dice: "Le he pedido a Alberto Fernández….". Con ese mensaje deja en claro de dónde surge la fuente de poder del candidato: de ella. No era necesario que lo dijera. Alberto Fernández por las suyas no hubiera podido presentarse. Si llega a presidente será porque lo impulsa la candidata a vice: algo inédito en la historia mundial. Muchos se preguntan cual será el costo de ese favor.
Pero, en esa jugada de ajedrez, Cristina reconoce una limitación. Mucha gente recordará en estas horas la manera en que Juan Perón designó a Héctor Cámpora en 1973. Pero en aquel entonces Perón no podía presentarse porque estaba proscripto. Cristina, en cambio, hubiera podido ser candidata y decidió no serlo. ¿Por qué? ¿Por razones personales? ¿Porque entendió que su candidatura obstaculizaba cualquier acuerdo? ¿Porque hay que hacer cosas que ella no quiere, no sabe, no puede hacer? ¿Porque con alguien de perfil más moderado gana más votos? ¿Por qué habrá pensado que, para este momento, Alberto Fernández era mejor candidato que ella?
Solo se puede responder con especulaciones. Ahora, ¿será capaz Fernández de transferirle los votos a Fernández? Si la fórmula llega al poder, ¿será Fernández títere de Fernández? ¿Se independizará Fernandez de Fernández? ¿Alguno de los Fernández tirará por la ventana al otro? ¿Sospechará todo el tiempo un Fernández que el otro Fernández lo está por traicionar? ¿Se mimetizará Fernández con Fernández de tal manera que todo será lo mismo? ¿Será una relación armónica o tumultuosa? ¿Serán felices y comerán perdices?
Falta apenas un mes para que se oficialicen las candidaturas. Pero aún el libro de las sorpresas está abierto. Si en unas horas todo cambió abruptamente, es porque nada aún está escrito. Lo que si está claro, es que Cristina sigue ejerciendo su liderazgo y aún con nuevo maquillaje, se coloca en el centro de la escena.

Cristina corrió el arco y juega al límite

Muchas veces dije desde esta columna que Cristina es un animal político impredecible y siempre dispuesta a jugar al límite. Hay quienes aseguran que con su nueva movida, descoloca al Gobierno y lo obliga a cambiar de táctica.



Por de pronto Mauricio Macri se quedó sin una enemiga directa a la que enfrentar. O dicho de otro modo: lo privaron de su principal argumento y motivador de discurso de campaña, teniendo en cuenta que carece de méritos y logros propios para exhibir. Hasta ahora todo lo actuado estuvo centrado en polemizar y agrandar la disputa con la ex presidenta. Por lo que se ve, Cristina Fernández le corrió el arco y como es su característica, volvió a sorprender. Su movida, más allá de sacudir a los analista y obligarlos a cambiar la pizarra, dejó viejas en minutos a las tapas de todos los diarios del sábado. Casi sobre el filo de cierre de listas, la ex presidenta tomó conciencia de lo que muy pocos en su entorno se atrevían a sugerir: su figura podía brindar un triunfo electoral, pero no garantizaba la amplitud necesaria para gobernar un país en crisis y al borde del abismo, a partir del 10 de diciembre. ¿Será cierto lo que está haciendo o forma parte de otro plan que desconocemos?, se preguntan algunos.
También hay  quienes interpretan que con su anuncio, no es difícil entender que Cristinqa con Alberto Fernández como mano derecha, busque opacar la foto del próximo martes en los tribunales de Comodoro Py, donde deberá estar en el banquillo de los acusados por primera vez en un juicio oral.  
Alberto Fernández no es una casualidad. Es un hombre de peso en la Justicia,  por su fuerte llegada a algunos jueces. Pero también para adentro del peronismo podría pensarse que se trata de un dirigente clave del denominado Grupo Calafate, que llevó a Néstor Kirchner a la Presidencia. Tiene buena cintura, probada experiencia de gestión, disposición al diálogo y relaciones aceitadas con el poder real y con el peronismo, pero atención y aquí habrá que levantar las antenas, porque no tiene pergaminos electorales que acrediten una victoria. En síntesis, de trata de un jugador de probada experiencia y hoy clave en el nuevo formato que exhibe CFK. Pero sin popularidad propia. Nadie olvida que en el pasado, Alberto Fernández fue uno de los principales detractores de la propia Cristina y de los máximos dirigentes de la Cámpora y que al mudarse al espacio de Sergio Massa, aprovechó para dispararles con munición gruesa.  
Pero, para poder ir armando las piezas de este rompecabezas, hay que poner la mira en el último viaje a Cuba de Cristina. Allí la ex presidenta hizo tres cosas. Lo primero fue acompañar a su hija, que está complicada de salud, preparar la presentación del libro "Sinceramente" y analizar otra posible sorpresa: postularse como vice de una fórmula compartida con Alberto Fernández. Pero el plan se malogró cuando el domingo pasado su amigo Eduardo Valdés de llegada al Papa Francisco, especuló por radio con la posibilidad de que la fórmula fuera Kirchner- Fernández y jugó con los apellidos de sus hijos ella lo llamó y riéndose lo increpó casi amorosamente: "¿Qué andás diciendo, Eduardo?". Él, que le insiste hace rato con que se corra del lugar de mayor esfuerzo y exposición, le dio su visión: que el acto en la Feria del Libro había sido "un acto de amor" y que así como el libro podría haberse llamado Néstor y Cristina, la fórmula para este año podría ser una síntesis de la historia política del matrimonio colocando a Alberto Fernández en el podio.
¿Por qué Cristina ahora podría perdonarlo a Alberto Fernández después de tantas disidencias y ofrecerle semejante primer lugar?. Una de las hipótesis que agitan los analistas por estas horas, es  que esta fórmula sea un primer paso para que Cristina finalmente desista de todo, principalmente por la salud de su hija y pensando que el próximo gobierno no tiene nada que repartir para consolidar su proyecto populista. Dentro de todo, con el manejo del Senado y asegurándose que la Justicia lo se le venga a la yugular, a Cristina le resultaría más fácil hacerlo desde un  segundo puesto que desde el primero. Estaría menos expuesta. Y quienes la entienden más generosa, imaginan que luego de armar un frente que contenga a sus seguidores incondicionales con el resto del PJ se bajaría. Y quienes la consideran más especulativa suponen que fue la forma que eligió para transitar el inicio del juicio oral, que finalmente ocurrirá el próximo martes y que, cuando esté más claro el panorama de la causa y los tiempos de Comodoro Py, desista de ser candidata a algo.
En esta última línea se inscriben quienes entienden que la senadora necesita estar formalmente en un espacio político para poder ubicar en las listas a todos los que requieren estarlo y que la cubran en un futuro inmediato ante los embates de la justicia. Desde su hijo Máximo hasta quienes supieron estar con ella siempre y les debe de mínima un espacio en las eternas listas legislativas de la provincia de Buenos Aires o incluso en las candidaturas municipales. Una vez concluida esa tarea volvería a su banca de senadora.
De hecho, contrariamente a la tradición, esta vez el kirchnerismo no anunció su fórmula en la víspera del cierre de inscripción de listas sino un mes antes. Existe tiempo de sobra para los reacomodamientos, negociaciones y muchas sorpresas más, donde todo está por verse.
En este marco, se puede interpretar que su candidatura a vicepresidenta, sería un intento por asegurar la transferencia de votos, que puede ser leído también como una forma para que ella gobierne sin estar en la presidencia. Una suerte de doble comando en el que, al menos en el inicio de la gestión, la vicepresidenta tenga más poder que el presidente. "Alberto, a la presidencia, Cristina, al poder", seguramente murmurarán los que la aman y los que la odian.
Lo cierto es, por lo que trascendió en su entorno, la  ex presidenta le comunicó la decisión a su primer espada, Alberto Fernández, el miércoles por la tarde. Entonces la Corte Suprema todavía no había dado marcha atrás en la medida que había tomado el lunes, que postergaba el primer juicio oral contra Cristina, pautado para el martes que viene. Pero ese día ya se había hecho sentir la bronca de los que colocan a la ex presidenta por fuera del sistema democrático y vieron en la jugada de la Corte un pacto de impunidad.
En el Instituto Patria aseguran que ese episodio no influyó en su decisión, que era algo que analizaba desde hacía rato. Es más, cuando el jueves se corrió el rumor de que ella podría declinar su candidatura, sus asesores lo atribuyeron a una operación de un sector del oficialismo que buscaba argumentos para convencer a Mauricio Macri de dar un paso al costado.
"La coalición que gobierne deberá ser más amplia que la que haya ganado las elecciones", había dicho Cristina en varias ocasiones. Lo repitió, en el video que subió a las redes sociales. El concepto también lo reiteró Máximo Kirchner en sus últimas apariciones públicas. La gran incógnita es si la alquimia electoral pergeñada por ella será determinante en la búsqueda de ese objetivo.
Aún antes que eso, habrá que ver si su presencia en la boleta basta para consolidar el frente que venía construyendo con su figura como factor aglutinante, y que incluye desde gobernadores como Gildo Insfrán, Lucia Corpacci de Catamarca, Rosana Bertone, de Tierra del Fuego, a su cuñada Alicia Kirchner de Santa Cruz, o a dirigentes como Juan Grabois , pasando por sindicalistas como Hugo Moyano .
Los pocos referentes del kirchnerismo que sostenían que  no sería candidata argumentaban que no querría hacerse cargo de un país en ruinas, donde no hay nada por repartir y en el que habrá que tomar algunas medidas impopulares y acordar con factores de poder con los que Cristina ya no tiene posibilidad de conciliar, como el FMI. 
Los observadores se preguntaban en las últimas horas: ¿Por qué se arriesgaría Cristina a encabezar un gobierno casi sin margen para el éxito, después de haberse ido de la Casa Rosada con una Plaza de Mayo repleta?. La candidatura a la vicepresidencia, se presenta hoy como una respuesta intermedia, que deja la incógnita sobre el papel que ella jugará a partir del 10 de diciembre, si es que Alberto Fernández recibe la banda presidencial de manos de Macri. Con esta jugada, ahora Cristina puso la pelota en la cancha de Juan Schiaretti. Frente a este escenario, el Peronismo Federal tendrá que definirse. O van para la vereda de ella, o se juegan por espacio propio con radicales, Lavagna,  Massa y Urtubey, todos transitando por la avenida del medio para cerrar la grieta.

Llegó la hora de juntar la hacienda

El título de esta nota y la foto que la ilustra, donde se observa a Sergio Massa y Roberto Lavagna distendidos, no son una casualidad. Sintetizan la idea del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti de convertirse en gran armador del espacio de centro y convocar a todos los actores de Alternativa Federal para una cumbre. En principio iba a ser en Córdoba, pero luego se decidió que la sede para la gran foto fuera la capital federal. La reunión será el próximo miércoles, aunque esta vez la mesa podría ampliarse con Miguel Lifschitz, con quien Schiaretti selló un acuerdo en Córdoba.




El cordobés le avisó a su par santafesino que uno de los objetivos del encuentro será establecer un compromiso de que el candidato se definirá en las primarias si no hay acuerdo. Al encuentro han sido invitados Roberto Lavagna y Sergio Massa, los más ambiciosos en pelear por el sillón de Rivadavia, Juan Manuel Urtubey, Sergio Uñac, Gustavo Bordet, Domingo Peppo, Miguel Angel Pichetto y probablemente Juan Manzur y Daniel Scioli, que aún no dieron el sí.   
Mientras tanto, Schiaretti se puso al frente de las negociaciones con el radicalismo para acordar una fórmula. "El gringo" aceleró la marcha, no solo por el impacto que generó la foto de Cristina en la sede del PJ, sino por algo que Gustavo Bordet le planteó a Massa. El entrerriano dijo que si no hay avances en las próximas semanas, algunos de sus pares empezarán a cerrar acuerdos con Cristina. El propio Bordet recibió en su despacho el viernes último a Agustín Rossi quien fue con un recado tentador de la ex presidenta.
También a Schiaretti le llegó el rumor de que Mauricio Macri tenía la idea de armar una fórmula presidencial con un peronista como vice. Se le habría hecho un ofrecimiento al propio Juan Manuel Urtubey, que lo rechazó de plano.  
Frente a este escenario, el siguiente paso de Schiaretti es convocar a los gobernadores peronistas y aliados para terminar de "ordenar" el espacio como le pedían los propios y también los ajenos. Esto es, los radicales que buscan alternativas ante la caída de la imagen de Mauricio Macri y la negativa del PRO a activar el "Plan V", ya que temen perder contra Cristina Kirchner.
El cordobés ya habló con Alfredo Cornejo sobre la posibilidad de armar una formula con un peronista de centro y un radical. Es un secreto a voces que en la cúpula de la UCR ya no descartan la posibilidad de acordar con el peronismo aunque primero esperan que ese espacio se termine de definir. Esto es, que se ordene. Por eso, los movimientos de Schiaretti son una jugada en espejo con la de Cornejo.
"Estamos para conversar con ustedes una nueva coalición", le hizo saber el gobernador mendocino. Aunque le pidió definiciones concretas, especialmente sobre el futuro de Sergio Massa que viene coqueteando con el kirchnerismo. Cornejo planteó que en el hipotético caso de llegar a un acuerdo tendría que ser con el tigrense adentro porque de lo contrario perderían mucho en la provincia de Buenos Aires, el territorio dominante de Cristina.
Los observadores concuerdan en que además hay que parar las antenas y poner atención al comportamiento de los radicales en la Convención del 27 de este mes. La cúpula de la UCR que se reunió el miércoles por la noche para discutir el momento electoral llegó a una conclusión contundente: Macri no tiene que ser candidato porque se puede perder la elección con Cristina Kirchner. Por eso decidieron iniciar movidas para bajarlo.
Lo primero es convocar al peronismo no kirchnerista a crear una nueva alianza. "Queremos que se sumen Schiaretti, Lavagna, Massa y Urtubey", afirmó  uno de los integrantes de la comida que se extendió hasta la madrugada en el tradicional restaurante Plaza Mayor.
La reunión coincidió con un día explosivo para Cambiemos. Fue precisamente cuando el gobernador Cornejo arrancó la jornada poniendo en duda la candidatura presidencial de Mauricio Macri y pidiendo que se incluya a sectores peronistas en la alianza.
Frente a este cuadro de situación, más que los futuros pasos de Cristina, el Gobierno se siente inquieto por los resultados del cónclave que Schiaretti armó para este miércoles. Es que ese espacio disputa un electorado que en el 2017 respaldó a los candidatos de Cambiemos, cuando el oficialismo creyó que era posible ganar un mínimo de cinco provincias más en el país, además de por lo menos cinco intendencias más en el conurbano que hoy están en manos del peronismo.
Hoy, Cambiemos lucha por mantener las cinco provincias que tiene y las 69 intendencias de la provincia de Buenos Aires, entre las que se incluyen plazas claves como Lanús, Tres de Febrero, Quilmes, Pilar, Mar del Plata y Bahía Blanca, donde el peronismo le muestra los dientes.
En Córdoba, se sabe, no solo volvió a perder la provincia en manos de Schiaretti que hizo una elección histórica, sino también la capital, que fue una suerte de estocada al corazón. Allí la elección demostró que si Luis Juez (que respaldó a Mario Negri) y Rodrigo de Laredo (que acompañó a Ramón Mestre) iban juntos, Cambiemos hubiera ganado.
Todos creen que en la reunión de Alternativa Federal a mitad de semana, Schiaretti oficiará de árbitro para conciliar posiciones. No obstante, se admitió que el gobernador ya tiene criterio formado y se inclinará por la postura de que quienes quieran representar al espacio, deberán ir a las  PASO, incluído Roberto Lavagna quien ya  no se aferra a un no terminante y emplea el "ya se verá". En su entorno creen que el ex ministro de Economía está dispuesto a competir. 
Pese a la consolidación de Cristina, las encuestas más optimistas permiten visualizar que el Peronismo Federal por este camino tendría unas PASO competitivas que le permitiría crecer por la franja del medio donde se agrupan los que no quieren ni a Cristina ni a Macri. Sumando a los socialistas, el alfonsinismo y los radicales en fuga, el armado que apunta a cerrar la grieta, podría empezar a entusiasmar al electorado que aún no encuentra la gran vía. Luego, detrás del ganador se encolumnaría el gran ejército de gobernadores aliados, bajo el mismo paraguas y con la ambición de volver a entronizar al peronismo en la Casa Rosada.
 

¡Bomba!: ¿Y si el candidato no es Macri?

Las ocho derrotas provinciales al hilo, el arrasador triunfo de Juan Schiaretti en Córdoba y las sorpresas políticas que comenzó a brindar en cuotas la ex presidenta Cristina Kirchner, han puesto al Gobierno al borde de un ataque de nervios. A tal punto es el hervor dentro de la olla del oficialismo, que el presidente de la UCR, Jesús Cornejo, (foto) en vísperas de la convención radical lanzó otra bomba : pidió cambiar el nombre del frente Cambiemos y no descartó que Mauricio Macri decline su candidatura presidencial.



 Nuevamente el "Plan Vidal", algo que nunca desactivé desde esta columna, vuelve al centro de la escena con singular vigor, motorizado además por el Circulo Rojo que ve debilitadas las defensas del Presidente y observa el avance impetuoso de CFK. Y como si fuera poco, las encuestas preanuncian escenarios apocalípticos para el equipo amarillo. En materia de números, un sondeo de Management & Fit parece confirmar los peores temores electorales de la Casa Rosada: Cristina Kirchner creció fuerte en el último mes y aventaja a Mauricio Macri por nueve puntos para un hipotético escenario de segunda vuelta. 
Llamativamente, la diferencia coincide con la que le otorgaba a la ex presidenta un sondeo de Isonomía realizado en abril. Esos números, que por primera vez mostraron la chance real de un triunfo de Cristina, generaron un frente de tormenta económica con una sensible caída de los activos argentinos y político con renovados pedidos dentro de la alianza Cambiemos para que se active el "Plan V". El Círculo Rojo, edulcorado por el sector empresario, también resucitó el operativo clamor de que sea María Eugenia Vidal -y no Macri- quien lleve en octubre las banderas para renovar el alquiler de la Casa Rosada por otro período.
La semana pasada, el Gobierno había festejado una nueva encuesta de Isonomía que redujo a cuatro puntos la diferencia, lo mismo que un reporte de la consultora Elypsis que hablaba de una "fuerte recuperación en la imagen de Macri" en las últimas tres semanas.
No obstante, el alivio duró poco y ahora M&F muestra un escenario aún más complejo. Según el trabajo, Cristina tiene una intención de voto del 48,8 por ciento en un mano a mano contra Macri, que alcanza el 39,9 por ciento (también perdería contra Lavagna). La ex presidenta crece casi cuatro puntos y medios en el último mes, mientras que el líder del PRO recupera un punto y medio tras una caída brusca en abril.
Otro dato impactante del sondeo es que la ex presidenta no enfrentaría el riesgo de los indecisos. Apenas un 6,4 por ciento dice que no sabe a quién votaría, bastante menos que los nueve puntos que le saca a Macri. Justamente, el nivel de indecisos de la encuesta de Isonomía de abril (casi 20 por ciento) había sido la luz de esperanza de los voceros del gobierno.
Según M&F, de cara a las PASO de agosto Cristina suma el 35,7 por ciento contra 27,1 por ciento de Macri. En el caso de que Cambiemos active el "Plan V", los números no son mucho más alentadores: María Eugenia Vidal crece al 29 por ciento y la senadora retrocede un punto.
En Argentina Federal, Roberto Lavagna es el mejor perfilado (9,7%) seguido por Sergio Massa (8,5%) y Juan Manuel Urtubey (4%). Es decir que los candidatos sumados estarían a cinco puntos de disputarle un lugar en el ballotage a Macri, aunque medido por espacio AF no alcanza los 14 puntos.
Otro dato a tener en cuenta del extenso informe es que la desaprobación de Macri en todo el país es del 67,6 %, y menos uno de cada cuatro consultados lo aprueba. Se trata de un leve retroceso respecto a abril, cuando pegó un salto de seis puntos. El presidente mantiene el diferencial positivo en la Ciudad y sigue con muy buenos márgenes de aprobación en Córdoba y Santa Fe. Finalmente, la encuesta midió la intención de voto en la Ciudad, provincia de Buenos Aires y Santa Fe, con números también sorpresivos.
En la capital, Horacio Rodríguez Larreta lidera con 32 puntos, mientras que Lousteau alcanza los 23 y los candidatos del kirchnerismo rondan los 20. En el caso de Santa Fe, M&F muestra liderando al peronista Omar Perotti con el 36% contra el 33% del socialista Antonio Bonfatti.
En la provincia de Buenos Aires, el sondeo le da un 33,4% a Vidal contra un 29 por ciento de Axel Kicillof. No se aclara si los candidatos bonaerenses fueron medidos junto a Macri y Cristina, donde todas las encuestas otorgan ventaja para el ex ministro de Economía por el arrastre. Además, la encuesta mide por separado a Sergio Berni, que roza los dos puntos aunque podría terminar dentro del dispositivo kirchnerista, y Sergio Massa que coquetea con la ex presidenta.
A la luz de estos escenarios, el lunes pasado hubo una reunión de la mesa chica en la Casa Rosada (Macri, Peña, Larreta, Vidal y Frigerio) donde se analizó el triunfo de Schiaretti, pero por primera vez se manejó la posibilidad de que Cambiemos pierda la provincia de Buenos Aires, donde todo se define por un voto y el peronismo muestra fuertes señales de unidad territorial.
Entre otras cuestiones se paso revista a la situación interna y a los explosivos dichos de Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica, salió con los tapones de punta contra el Gobierno tras la elección de Córdoba. “Qué terrible es que en la derrota se borren todos. Me dan asco”, sostuvo Carrió, que reconoció los pocos casos en los que acompañaron al candidato cordobés Mario Negri y señaló que “del PRO el resto se borraron”. Renovó sus cuestionamientos al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y le retrucó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que la había desautorizado en sus comentarios sobre el narcotráfico. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, le contestó que están cuidando a los candidatos.
Esto demuestra que no hay paz en Cambiemos tras el resultado de Córdoba, que parece haber hecho eclosionar todas las discusiones internas que venían subyaciendo en el oficialismo y poner a flor de piel las dudas sobre qué estrategia seguir. 
Otra de las preocupaciones que desvelan al equipo amarillo, es el comportamiento futuro de los radicales, ya que el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, pidió cambiar el nombre del frente Cambiemos y no descartó que Mauricio Macri decline su candidatura presidencial.
El gobernador de Mendoza, un especialista en temblores, ya había hecho crujir a la alianza que integra su partido con el PRO y la Coalición Cívica, cuando semanas atrás pidió sumar a Roberto Lavagna, Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey a un frente contra Cristina Kirchner.
Pero en las últimas horas, Cornejo reavivó el fuego. "Cambiemos debería cambiar su nombre para incluir a Lavagna, Urtubey y Lousteau", aseguró el radical en el Hotel Alvear, en un encuentro de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham).
Para terminar de dinamitar las defensas de Balcarce 50, Cornejo hundió el cuchillo sin anestesia: "No hay que descartar que el candidato no sea Macri". Además, horas antes había dicho a una radio de Cuyo que no se sentía parte sustancial de Cambiemos. Cuando le consultaron si María Eugenia Vidal podía ser la candidata, lo confirmó: "Por supuesto y tantos otros; una Paso que puede ser Macri compitiendo contra otra figura es una opción, que podría ser un plan A".
El presidente del partido centenario, que tendrá su convención el próximo 27 de mayo, a la que Macri le prende velas para que no haya fugas dentro de la alianza oficialista, pidió por "más Frigerio y menos Durán Barba", en referencia a la necesidad del frente oficialista de priorizar la política por sobre el marketing. Y para coronar, Cornejo tiró a la cabeza de Marcos Peña: "hay que buscar un jefe de Gabinete que tenga el poder suficiente, que sea apoyado por el Congreso para las reformas que la economía necesita a partir del 10 de diciembre".
Como se observa, el escenario electoral es una papa caliente que promete nuevos capítulos para el asombro, que por el momento despiertan el apetito de la oposición. Pero en política, el final es impredecible.

Lavagna se mueve como un ajedrecista y preparan su desembarco en La Plata

El triunfo arrasador de Juan Schiaretti en Córdoba le tatuó a Roberto Lavagna una sonrisa de dos plazas en el rostro. Sobre todo por el discurso del cordobés, donde habló de salir de la grieta y de bregar por un peronismo republicano. Con estas palabras se esfuman las esperanzas del kirchnerismo de armar un “gran frente opositor” que los nuclee a todos bajo la figura de Cristina Kirchner.


"El gringo", con el enorme apoyo popular que recibió en su provincia, se convierte en el principal armador de Alternativa Federal. Pero con reglas claras: va a haber internas para todos los que quieran sumarse, pero nunca se optará por candidatos elegidos a dedo ni a puertas cerradas, reveló una fuente confiable.
El resultado de Córdoba, como dije en un comentario anterior, es interpretado en la ancha avenida del medio como una "clara" señal "antigrieta" de los votantes, pero también pone contra las cuerdas al líder del Frente Renovador, Sergio Massa, al que desde sus propias filas lo vienen empujando a definirse. Aún no está claro si el tigrense seguirá dentro de Alternativa Federal o por el contrario, se encolumnará tras la figura de Cristina Kirchner en el marco del frente patriótico que viene articulando el PJ nacional.    
Frente a este cuadro de situación, Lavagna se mueve cautelosamente como un ajedrecista y prefiere n o levantar olas. Ahora dejó de rechazar de manera tajante su participación en las PASO para definir al candidato presidencial de Alternativa Federal. "Eso ya se verá. Todavía falta", dijo el ex ministro. "Si los gobernadores le piden que compita en las PASO, Roberto lo va a contemplar", reconocen en el entorno directo del economista. "Eso se va a negociar el 21 de junio", agregan. En otras palabras, mantendrá el suspenso hasta un día antes del cierre de listas.  
Lavagna consideró que la victoria de Schiaretti es la mejor noticia de las últimas semanas y no sólo por la diferencia que obtuvo sobre sus rivales, sino, fundamentalmente, por la “cercanía de ideas” que dice tener con el cordobés. El ex ministro por ahora decidió dejar pasar unos días antes de conversar seriamente con el gobernador: “No le vamos a pedir que en caliente después del comicio diga por quién se inclina”, dicen que le confesó a su entorno.
Los próximos pasos de Lavagna son un desembarco en La Plata con un acto para inaugurar la fuerza provincial. Hay que decir que recientemente se le sumaron al armado, los representantes de la juventud. Se trata de más de 60 jóvenes de toda la provincia de Buenos Aires que vienen de llevar a cabo el primer encuentro de Consenso 19, en donde efectuaron un análisis de la realidad social y política que vive cada uno de los distritos, haciendo hincapié en la crisis económica que se ve en todo el país, y como afecta especialmente a los jóvenes bonaerenses.
Más allá de las estrategias y las propuestas que fueron surgiendo, esta primera reunión tuvo como claro objetivo mostrar el apoyo total a la candidatura de Lavagna, y la organización de su Juventud de cara a las próximas elecciones. 
Convocados por el dirigente platense Lucas Teves, Consenso 19 va tomando cada vez más forma, sumando nuevas voluntades y mostrándose como una tercera vía en construcción, pero dando pasos firmes.
Entre sus integrantes figuran Facundo Berton (referente de juventud de Marco Lavagna); Belén Lugones (presidenta de la Juventud Radical de Malvinas Argentinas); Alan Avacca (referente de la primera sección electoral), Emanuel Guerrero, Agustín Celi y Julieta Sheffer representantes de la tercera sección electoral; Juan González y Marisol Chávez de la sexta sección electoral; Juan Duré (representante de la juventud CGT regional) y Fernanda Colros (referente de Militando Barrios y la UCR de La Plata).
Lo cierto es que a nivel local, la primer puntada para organizar la visita de Lavagna a la ciudad se dará el viernes próximo, cuando deliberará la mesa promotora para fijar las futuras acciones. La reunión se llevaría a cabo en la sede del candidato a intendente local por el espacio, el abogado Osvaldo Dameno, ubicada en la calle 45 entre 11 y 12. 
Participarán de ese cónclave, el propio Dameno que fue el primer impulsor de la candidatura de Lavagna a nivel local y los dirigentes Oscar Vaudagna, Lorena Riesgo, Fabián Améndola, Guillermo Rena, Valeria Amendolara, Carlos Cotini, Julieta Cerruti, Silvina Soria y Santiago Martorelli. 
Dameno aclaró que después del triunfo de Schiaretti, "lo que se viene es la acción superadora de la falsa polarizaciópn que se pretendía instalar, es decir un peronismo republicano que representa el fin de la grieta, a través de la candidatura de Roberto Lavagna".
Mientras tanto,  Lavagna sigue ampliando su espacio. Analizó en las últimas horas los resultados de la elección cordobesa junto al senador Miguel Pichetto; el gobernador santafesino, Miguel Lifschitz; el legislador porteño de GEN Sergio Abrevaya, y tres figuras del radicalismo rebelde : Ricardo Alfonsín, Federico Storani y Juan Manuel Casella.
Los radicales están muy enojados con el PRO y principalmente con Marcos Peña, que creen que los ningunea. Plantearon que una de las tareas que tienen por delante es la convención de la UCR del 27 de mayo. Allí se comprometieron a pelear por imponer la decisión de hacer un camino diferenciado del equipo amarillo. Entre las posibilidades está en romper Cambiemos por considerar que es "una marca desgastada" y asociada a la derrota después de perder ocho elecciones al hilo. 
En este sentido, las expectativas no son muy optimistas, aunque ven algunas señales tanto de Alfredo Cornejo como de Gerardo Morales que, a su forma, han mostrado simpatía para con Lavagna. “Ninguno quiere ser un gobernador opositor en el futuro cercano”, confió uno de los presentes. 
La primera movida de los radicales será tratar de convencer a los convencionales de ir con un candidato y para eso tienen a Martín Lousteau como opción, pero no creen que el diputado se defina. Lo ven ambiguo y hasta especulador. Por eso, Alfonsín sostiene que todos los caminos conducen a alinearse con un extra partidario como Lavagna. 
Tanto Storani, Alfonsín y Casella le hicieron saber al economista que una señal más clara de su parte sobre su voluntad de ser candidato presidencial los ayudaría a convencer a otros radicales disconformes con Cambiemos. Y le sugirieron que sea antes de la convención nacional que se celebrará el 27 de mayo.
De acuerdo con el razonamiento de los hombres de la UCR, si Lavagna se apurara y diera muestras más claras de su ambición presidencial, se les haría más fácil conseguir apoyos en Parque Norte para que el partido, al menos, dé libertad de acción a quienes no quieren la reelección de Mauricio Macri. La moneda está en el aire.