lunes, 29 de abril de 2013

El caso Candela vuelve a la ganchera del Senado luego de la misteriosa muerte del carnicero Aníbal

 




Por Jorge Joury

En los pasillos del parlamento bonaerense, en la ciudad de La Plata, ya se habla del "efecto ganchera". Esto tiene que ver con el mote de "carnicero", con que se conocía al testigo protegido del caso Candela, Roberto Aníbal, que murió por las quemaduras recibidas, luego de una misteriosa explosión en su casa ubicada en la localidad de Moreno."La Bonaerense vuelve a los primeros planos de la sospecha", me comentó un legislador, en directa alusión a que el Senado decidió reactivar la comisión especial creada en esa cámara para investigar el crimen de la pequeña, asesinada en Hurlingham el 31 de agosto del 2011.

El senador Jorge Ruesga (FPV), a quien entrevisté en mi programa radial, está convencido que "en su momento había que haber profundizado la pista San Martín", es decir la presunta connivencia de narcopolicía, que habría culminado con un pase de factura "por un vuelto que no llegó" y que terminó en el secuestro y posterior asesinato de la pequeña.

El legislador, además de la muerte de "El Carnicero" Aníbal, que para él "presenta aristas oscuras", planteó en el telón de dudas, el hecho de que " la mujer del vicegobernador Gabriel Mariotto, Gabriela Mendeguía, su hijo de 15 años, una sobrina de 16 y su madre, fueron interceptadas por delincuentes armados, cuando llegaban en una Dodge Ram a la casa de la mujer, ubicada en Lomas de Zamora, suceso en el cual no hay detenidos y hasta el momento no apareció el vehículo robado". El propio Mariotto también en su momento no descartó que fuera "un apriete por haber impulsado la creación de una comisión investigadora sobre el papel que jugaron policías en el plantado de pruebas falsas en la investigación del caso Candela".

Jorge Ruesga cree que "podríamos estar frente a una matriz corrupta que aún está vigente y a la que tenemos el deber de destapar y desbaratar. Es la orden que hemos recibido de la presidenta del bloque, la senadora varelense Cristina Fioramonti, de ir a fondo en la cuestión. Por eso es que vamos a volver a reunir a la comisión, para analizar, no solo los hechos más frescos, sino el desenvolvimiento que ha tenido esta causa en este último tiempo".

Como se recordará, la Comisión Candela presentó en septiembre pasado un informe que recomendó al gobernador Scioli,"separar y exonerar al jefe de la policía provincial, Hugo Matzkin y a una treintena de miembros de la fuerza de seguridad, que aún siguen en actividad, además de iniciar juicio político a cuatro funcionarios judiciales". El propio vicegobernador Mariotto señaló sentirse "muy apenado porque la causa no avanzó". También el senador Jorge Donofrio se sumó a las voces de protesta, manifestando que "ya han pasado unos cuatro meses y el resultado es nulo. Ni el gobernador hizo nada, como tampoco la Corte y la UFI número 8 de La Plata".

El abogado Marcelo Mazzeo, es uno de los que más aportó información a la Comisión, "sobre el plantado de pruebas falsas por parte de la policía, para direccionar el caso fuera de la órbita del narcotráfico, que es donde hay que focalizarlo".También durante una entrevista que le hice en mi programa radial, acusó a legisladores Sciolistas, como el quilmeño Alberto De Fazio, " de embarrar la cancha, sosteniendo que no hay evidencias clave que surjan de los informes, para proteger al ministro de Seguridad Ricardo Casal".

Para Mazzeo, "Casal debería ser sometido a juicio político, para que explique como se obtuvieron testigos truchos, como "El Carnicero" Aníbal, para condenar a gente inocente, con el afán de dar una respuesta rápida a la ciudadanía, mediante un comité de investigación que lo único que hizo fue sembrar confusión".

El abogado Mazzeo me manifestó que "insistiré en el pedido de llevar a Casal al banquillo, porque él es el dueño de las respuestas a tantos enigmas sobre una narcopolicía que aún está vigente y compra voluntades a través de la brigada de Morón".

Para el senador Jorge Ruesga, " lamentablemente aún está muy lejana la posibilidad de llevar el caso Candela a juicio oral, pero este martes volveremos a reunirnos los 9 senadores para ver si avanzamos en la respuesta que debe dar el Poder Ejecutivo provincial a las conclusiones a que hemos llegado y le hemos elevado".

El armado de causas por parte de la Bonaerense, viene de larga data. Y de esto también dio cuenta el abogado e investigador Luis Vicat, a quien también entreviste y me señaló que "a mi en su momento me armaron tres causas de las que salí siempre sobreseído porque la mentira siempre tiene pata corta. Esto ocurrió durante mis treinta años de carrera, a través de la cual me jubilé con el rango de comisario inspector. Una de ellas fue muy loca y sucedió en 1975, en plena época de la dictadura militar. Fue por tener un poster del Che Guevara, en mi departamento de soltero. Sufrí torturas, pero uno de mis verdugos me reconoció como miembro de la fuerza y después terminaron pidiéndome disculpas y hasta me repusieron el picaporte de la puerta, ya que entraron pateando todo y hasta se apropiaron de objetos de valor, porque en esa época estaba permitido el botín de guerra".

Vicat elogió la tarea del doctor Mazzeo y también manifestó "estar convencido que tanto en el caso Candela, como en la masacre de La Plata, donde se encuentra imputado el karateca Osvaldo Martínez, la policía plantó pruebas falsas. Pero esto es como la humedad, a la larga brota", explicó el investigador.

El caso del "carnicero Aníbal", presenta también curiosos conos de sombra, ya que murió el mismo día en que debía concurrir a La Plata, para cobrar tres cheques por un total de 100 mil pesos, como parte de la recompensa que ofreció en su momento el Ministerio de Seguridad, para todas aquellas personas que aportaran datos para el esclarecimiento del homicidio de Candela.

No obstante, fuentes dignas de crédito sostuvieron en las últimas horas que el pago se concretaría, a pesar de que la mayoría de los sospechosos señalados por Aníbal, fueron liberados por falta de pruebas. Sin lugar a dudas, este también será un tema que deberá sondear la Comisión de senadores, ya que se trata de dineros públicos con dudoso destino.

A todo esto, el abogado Mazzeo sostiene que la explosión en la casa de Aníbal fue accidental, pero asegura que "la policía le montó la carnicería, comprándole maquinaria por un valor de 160 mil pesos, como premio a haber conseguido testigos falsos en la causa Candela".

No obstante, hay quienes alientan la posibilidad de que la explosión e incendio posterior puedan haber sido provocados intencionalmente, para cubrir un asesinato. Es más, pese a que el Ministerio de Seguridad afirmó que los policías asignados a la custodia de Aníbal estaban frente a su casa, hay testigos que sostuvieron que en realidad se encontraban a dos cuadras de la vivienda, en el momento de la explosión.

Otro de los hechos que llama la atención de los legisladores, es que Aníbal cuando fue convocado había sostenido ante la Comisión que "la policía me quería hacer pasar por loco. Me dijeron que me quedara en mi casa y que no saliera a ningún lado. Me sentía como un preso. Les pedí que me buscaran un psicólogo para que me contenga. ¿Qué querían, que cometa una locura?. Me estaban llevando a eso".

Curiosamente, el testigo murió un día después de afirmar en un programa de televisión que no descartaba la posibilidad de que el asalto sufrido por la familia del vicegobernador Mariotto estuviera vinculado con el hecho de que había impulsado la creación de la Comisión Investigadora del caso Candela. Como se podrá observar, todo es muy "curioso" y sospechoso. Un extraño olor a podrido brota de las fojas del expediente. Habrá que ver cuanto de mentira y de verdad se pueda llegar a descubrir y quienes son los responsables de semejante engaño a la opinión pública. Lo lamentable es que mientras se discute, la verdad se sigue alejando. No se olviden que hay una pequeña que sigue clamando justicia dentro de su tumba.¿Alguien escuchó gritar a Candela Sol Rodríguez?. Sería bueno que afinen los oídos.

El final más bochornoso: Bruera tenía un solo bote para hacer frente a la tragedia de La Plata








Por Jorge Joury



Parece de Ripley. Pero lo que vamos a contar es absolutamente real y se asemeja a una película de terror, con el más descabellado de los argumentos. La inundación del 2 y 3 de abril que azotó a la ciudad de La Plata, con un saldo aún sospechoso de 52 muertos, que afectó a más de 135 mil hogares y dejó inutilizados a unos 40 mil automóviles, también dejó al descubierto la impericia de su intendente Pablo Bruera y su imprevisión siquiera de contar con un plan de contingencia, frente a una emergencia de estas características.

Lo que decimos queda patentizado por lo revelado en las últimas horas, por el abogado Martín Berasategui, quien representa a unas decenas de vecinos damnificados. Durante una entrevista que le hice en mi programa radial, tuve que escuchar el disparate mas grande de mi vida y que pinta de cuerpo entero el perfil de un funcionario, que por lo menos ya debería haber sido citado por el Concejo Deliberante, para ser interpelado por su ineptitud para ejercer la función que se le dio a través del voto popular.Y que si tuviera un poco de orgullo debería haber dado un paso al costado y someterse a la justicia, de la cual ya tiene antecedentes, por un hecho del pasado que fue público y notorio y que le tocó superar con creces, porque durante años le impidió ser candidato por su carácter de procesado.

Y atención al dato, la frutilla del postre y el título de esta nota. Según el doctor Berasategui, "Bruera o la comuna de La Plata contaba con un solo bote para asistir a sus cerca de 900 mil habitantes en caso de una inundación, como la que ocurrió. Parece descabellado, pero es tan real, que la propia Universidad de La Plata en su momento, con la última inundación del 20008, había advertido que hacían falta obras hidráulicas de envergadura en lugares clave de escurrimiento, como el arroyo del Gato".

Berasategui, quien le mandó un tren sin escalas contra Bruera le inició una demanda penal en representación de decenas de damnificados. Pero también dio cuenta de que en las últimas horas el Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ) se sumó a las demandas, presentó un escrito ante la justicia, pidiendo investigar la responsabilidad de Bruera bajo la figura de "estrago culposo", que según el abogado Berasategui "contempla una pena de 4 años de prisión y la inhabilitación de por vida para volver a ejercer la función pública". Con idéntico criterio, el CIAJ solicita a nivel del gobierno provincial para que se evalúen las responsabilidades que le cupo a sus funcionarios encargados de las áreas específicas.

Si se analiza el universo de daños, las indemnizaciones por la inundación podrían llegar a los 15 mil millones de pesos. Tal vez con esa suma hubiera sobrado dinero para materializar las obras y se hubieran salvado muchas vidas y daños colaterales.

Pero para graficar la situación de angustia generalizada entre los afectados, el doctor Berasategui apela a la siguiente concepto que más que una frase, es una expresión de deseo:" en La Plata aún no se secaron las paredes de las casas, los muebles y los autos.Esperemos que tampoco se seque la memoria".

En relación a la bronca, en parte atenuada por las tareas de reconstrucción que se efectuaron con la ayuda de la Nación, la solidaridad de los vecinos y las entidades intermedias, el doctor Berasategui informó que "el próximo 2 de mayo a las 18, se realizará una gran concentración ciudadana en la plaza Moreno, en pleno corazón de la ciudad.La hemos denominado la "marcha de los paraguas y las velas".

Allí, de manera pacífica exigiremos respuesta de parte del CD y que dejen de amparar a Bruera, quien en los últimos tiempos ha desaparecido de los lugares que solía frecuentar, porque sabe que si la gente lo encuentra en la calle lo va a humillar. Pero lo que necesitamos es que vayan de todos los barrios. Hay que llenar la plaza Moreno, ya que cuantos más seamos, no van a poder dibujar las fotos de los diarios locales, diciendo que fueron 20 gatos locos".

Berasategui también denunció que "Bruera tiene anestesiada a la opinión pública platense, a través de algunos medios locales, que a cambio de una voluminosa pauta de publicidad, le rinden gratitud a la billetera del jefe y miran hacia otro lado y no dan cuenta de los pasos legales que se están llevando adelante, para esclarecer el peor desastre en la historia de La Plata. Solo algunos diarios y radios nacionales como la de ustedes, son los que publican estas cuestiones.

Además, ningún medio local dio cuenta de que Bruera en tres meses de gestión del 2013 dio dos veces la vuelta al mundo, sin pedir permiso al Deliberante, arguyendo "misión oficial". Nos tuvimos que enterar por los diarios de Buenos Aires. Pero como la mentira tiene pata corta y el diablo siempre mete la cola, quedó demostrado que cuando ocurrió la inundación, Bruera se encontraba descansando en un exclusivo club med, en Angra Dos Reis, isla vip próxima a Río de Janeiro, donde se paga 4.800 dólares la semana. El "trabajo sucio" tuvieron entonces que ejecutarlo sus primeras espadas, que debieron salir a mentir por las redes sociales, señalando que "el bueno" y "solidario" intendente se encontraba repartiendo agua mineral por los barrios, de lo cual luego tuvo que pedir perdón públicamente".

Ahora "Pablito", así lo llaman sus socios políticos y mediáticos, tarde o temprano tendrá que explicarle a la justicia porque permitió semejante negocio inmobiliario, mediante la construcción de centenares de edificios que hicieron colapsar los sistemas de desagües y le quitaron a la ciudad su fisonomía histórica y espacios terrenales de escurrimiento tan necesarios para el agua que viene del cielo.

Los pocos que han visto al jefe comunal en las últimas semanas, lo notan perturbado, con la mirada vidriosa y perdida, pero buscando alguna consultora de imagen que le tire un salvavidas para revertir su imagen. Pero parece que pese a la buena paga que se ofrece, en el mercado del "pensamiento", ningún estratega se anima a arrimarse a esa papa caliente, ya que hoy al jefe comunal se lo considera algo así, como "el capitán el Titanic". Por lo menos es lo que se comenta con ironía en los bares. O lo peor, es que ya las costureras del poder, le estamparon la marca de "muerto político" en el orillo, como sostienen las lenguas más viperinas.

Lo cierto es que en los pasillos del Palacio de la calle 12 entre 51 y 53, se cuchichea por lo bajo, que algunos de los visitantes que recibe Bruera, entran con sus cuellos levantados y prefieren no ser advertidos. "Es notorio que las ratas huyen del barco y Pablo terminará quedándose solo", comentó ofuscado un edil de la oposición, quien se frota las manos con la posibilidad de un cambio institucional "por una cuestión de desgaste. Los peronistas se bancan entre ellos hasta ahí, pero como Bruera no es de los denominados "puros", porque ha jugado con todos, en cualquier momento le sueltan la mano", dijo el mensajero. La misma fuente agregó que "al intendente plazero, que creía que a la gente se la convencía manteniendo limpio los paseos públicos, poniendo juegos para los chicos y pintando cordones de las calles, como le sugirió en su momento uno de sus asesores de Diagonal 80, ahora se le ha caído la careta".

El propio abogado querellante Martín Berasategui me señaló que "Bruera también tendrá que dar cuenta en su momento por qué tenía oculta en un predio de Villa Elisa y tapada por el pasto, una máquina Caterpillar, que se compró para el dragado del arroyo del Gato, a la postre endemoniado en esas jornadas fatídicas, como una de las bocas del desastre, donde el agua desbordó el cauce y destrozó todo a su paso".

Pero la historia tiene otro capítulo dramático, que tiene que ver con el factor humano. Se trata del estrés postraumático. Ya van más de 9 mil tratamientos por el desastre .El 30 por ciento de esos casos son críticos, que ni siquiera atienden los brueristas, sino que lo hacen los grupos del Ministerio de Salud Bonaerense y algunas ONG que han ofrecido sus servicios de manera solidaria. Hay casos que ponen la piel de gallina. Como el de un vecino que pasó tres días sin moverse de una silla, sin probar bocado y ni pegar un ojo, como un autómata. Por que no mencionar el de otra mujer anciana que no salió de su casa durante cuatro días, para no abandonar a un hijo psiquiátrico y que ni siquiera podía darle la medicación porque se la había tragado el agua.

Los casos más graves que hasta el momento han detectado los psicólogos que recorren casa por casa, son más de una treintena. Los especialistas que he entrevistado en la radio, sostienen que son procesos normales después del drama, pero que si se prolongan después de 4 semanas, "hay que meterse a fondo en el trabajo personalizado del paciente, para evitar que la desesperanza culmine en casos de adicciones, como el alcohol y la droga, o en el peor de los escenarios en suicidios".

A criterio de algunos profesionales consultados para el armado de esta investigación, como la doctor Gabriela Vaglieca, presidenta del Fobia Club La Plata, hay datos que marcan claramente las patologías que viven los inundados. Nerviosismo, ansiedad, preocupación, confusión, desorientación, sentimientos de culpa, miedo, impotencia, inseguridad, tristeza, llanto fácil, enojo, ira, cansancio, desgano, desinterés y falta de voluntad. Pero también aparecen irretabilidad, hipersensibilidad a los ruidos, dificultsd para dormir, concentración en las actividades habituales, malestares físicos, dolores de cabeza, de pecho, naúseas, vómitos, temblores, dificultad para respirar, recuerdos intrusivos de lo vivido, ya sea durante el día o en forma de pesadillas.

En el caso de los jóvenes y adultos, los síntomas que podían aparecer en las primeras semanas de la tragedia eran insomnio, ira, impaciencia, irritabilidad. Y en cuanto a los niños, se detectaron regresiones, como volverse a hacerse pis en la cama, estar sumamente apegados a la madre o despertarse por las noches angustiados.

Después de pasar revista a todas estas cuestiones, de las que se emergió gracias a las manos solidarias que hemos mencionado en la crónica, uno no puede dejar de pensar en las palabras del abogado Martín Berasategui al comienzo de esta crónica: "lo único que no debe secarse es la memoria". Tal vez esta expresión de deseo haya que estamparla en el bote de Bruera, si es que tiene remos.

jueves, 25 de abril de 2013

La misteriosa muerte de un testigo trucho en el caso Candela, ahora abre un frente de enigmas

 






Por Jorge Joury



En las últimas horas se reavivó el caso Candela, donde salieron a relucir, tanto el sistema de coimas que operó durante la causa, el plantado de pruebas falsas y la cadena de narcopolicías, aún vigente y todo terreno para el embarrado de la cancha. Fueron dos hechos que causaron preocupación en las últimas horas. Uno en el frente político y el otro, en el corazón de la propia investigación.

El primero de los episodios tiene que ver con que el propio vicegobernador de de Buenos Aires, Gabriel Mariotto denunció que no descartaba que el ataque que sufrió su esposa, con un intento de robo de su camioneta, pudiera estar relacionado con el caso, a la manera típica del "apriete". No olvidemos que el propio Mariotto fue quien impulsó el año pasado la creación de una comisión en la legislatura bonaerense, para investigar la presunta connivencia de sectores de la policía vinculados al narcotráfico, con las personas que secuestraron y dieron muerte a la pequeña de 11 años, cuyo cuerpo apareció en el interior de una bolsa de nylon el 31 de agosto del 2011, en la localidad de Hurlingham.

Creer o reventar, pero 24 horas después de estas declaraciones del vicegobernador, voló en pedazos gran parte de la casa que Roberto Arturo Aníbal, alias "El carnicero", tenía en la calle Virgen de Luján 3664, de Villa Trujuy, en Moreno. Aníbal es un testigo protegido, ahora no tanto porque se sabe su nombre, que había denunciado a gran parte de los detenidos que hubo en el caso y que luego fueron liberados por irregularidades en la causa que tienen que ver con el plantado de pruebas por parte de los investigadores. En un primer momento las informaciones que circularon hablaban de que se había disparado con una bazooka contra la casa, típico de la mafia y al estilo mexicano. Pero luego los peritos confirmaron que se había tratado de la explosión de una garrafa de gas en la cocina de la vivienda, que implosionó al combinarse con un cargador de celulares, lo cual le provocó la muerte horas después.

Inmediatamente, la cadena de rumores comenzó a funcionar de manera tenebrosa y se habló de una venganza de grupos mafiosos para amedrentar a la víctima. La propia Carola Labrador, la mamá de la pequeña Candela se encargó de pedir que fueran investigados grupos pertenecientes a la "mafia del Oeste", ya que ella le había manifestado a Aníbal que se manejara con prudencia "después de haber sufrido un ataque a tiros contra el frente de su casa el año pasado". Es más, Carola Labrador, que en las últimas horas reapareció en los canales de televisión, admitió haberle señalado a este hombre de que tomara recaudos "porque permanecen sueltos muchos de los delincuentes que concretaron el secuestro y posterior asesinato de mi hija". Carola está convencida de que Bermúdez, de una personalidad controvertida y calificado de psicópata sexual, "fue quien mató a mi hija". Para Carola, la pedofilia es el eje de la cuestión y cree que por ese camino es el que deben ir los investigadores, porque sospecha que a su hija se la querían vender a una organización de tratantes de personas, con supuestas vinculaciones con el hijo de un pesado hombre de la política de Hurlingham, hecho que nunca pudo probarse.

Pero por el camino contrapuesto va el abogado Marcelo Mazzeo, el hombre que dio vuelta la causa Candela y que sigue firmemente convencido de que el crimen de la pequeña " tiene que ver con un ajuste de cuentas del narcotráfico".El señala a "un familiar de la familia de Carola Labrador, que se quedó con un vuelto".

En relación a esto que apunta el abogado, vale recordar aquel llamado telefónico que recibió una allegada a Carola y cuya escucha tomó estado público. Allí le decían :"sino devuelven la plata, a la nena no la ven más". Mazzeo reveló en mi programa radial, una vez que se conoció la explosión en la casa de Aníbal, "que se trataba de un hecho fortuito", pero inmediatamente fue con los tapones de punta frente a este individuo, a quien calificó de "buchón de la policía y testigo armado para involucrar a gente inocente en la causa, que luego tuvo que ser liberada por falta de pruebas".

El abogado dio una puntada más, al indicar que al denominado "Carnicero", así le llaman, "le compensaron sus favores, pagándole 160 mil pesos de esas cajas negras y con ese dinero se compró las máquinas para montar su negocio". Mazzeo además agregó que Aníbal "solo conocía a tres de los detenidos, entre ellos a Jara, el sujeto que presuntamente sedujo a la niña para llevársela. Tenía relación con otros dos, pero del resto ignoraba sus historias, porque nunca los había visto. Sin embargo marcó a la vivienda de la calle Kiernan, como el lugar en que habían tenido cautiva a Candela, cuando la niña nunca permaneció allí, sino que la ocultaron en una casa de la calle Felini, donde se encontraron rastros de ropa quemada".

Para Mazzeo este sujeto declaró falsamente "para que la policía pudiera armar rápidamente la causa y darle una respuesta a la opinión pública, que en ese momento estaba ávida de justicia y se le venía encima a Scioli en vísperas de una elección. Es más, Aníbal se presentó en compañía de un conocido abogado vinculado a Carola, a cobrar la recompensa que había fijado el gobierno para quien aportara datos para esclarecer el caso".

El abogado Maarcelo Mazzeo cree que "las cosas no suceden por casualidad. Apretaron a la familia de Mariotto, como en su momento lo hicieron conmigo, porque el vicegobernador tuvo la valentía de ir al frente contra la mafia de los narcopolicías, que aún está vigente, pese a que la comisión del Senado bonaerense pidió la exhoneración de 60 jefes policiales, que aún se encuentran en funciones, haciendo uso de su absoluta impunidad. Es más, al otro día de conocerse las conclusiones del informe de los legisladores, el gobernador Scioli se fotografiaba con el jefe distrital de La Matanza, el comisario Chevriaux, uno de los principales sospechados en la cadena de corrupción".

No obstante la falta de resultados, luego de las conclusiones a que arribó la comisión del Parlamento bonaerense, Mazzeo está dispuesto ahora a reavivar el fuego e insistir "con el pedido de juicio político del ministro de Seguridad, el doctor Ricardo Casal, a quien considero uno de los armadores de la cadena de encubrimiento. Hay que quitarle a la policía bonaerense el manejo de la investigación de los casos desde el primer minuto y motorizar la puesta en marcha de la Policía Judicial, para garantizar la transparencia de las causas, caso contrario estaremos abriendo las puertas de la impunidad, como está pasando en el caso Candela", declara Mazzeo a tambor batiente.

Mazzeo me señaló que "estoy convencido que son dos o tres los legisladores sciolistas que están cajoneando el pedido de juicio político a Casal, uno de ellos de Quilmes, pero tarde o temprano lo vamos a sacar. Aquí hay un triángulo que es Scioli, Casal y el doctor Burlando, que quieren llevar el caso para el lado de la pedofilia o la piratería del asfalto, cuando de lo que se trata es de una red de narcopolicías. Yo la saco a Carola Labrador de la trama de encubrimientos, pero creo que en el entorno de su familia, se encuentra la llave para abrir la caja de los misterios que rodean al caso Candela. Hay alguien que se quedó con un vuelto y se lo cobraron con la vida de Candela. Pero anoten, que hoy las cajas de la corrupción están más activas y vigentes que nunca. Hay suficiente dinero en la DDI de Morón para hacer frente a cualquier avatar y comprar las voluntades que hagan falta para seguir plantando pruebas falsas en el caso", sostiene el abogado.

La pregunta más temeraria llegó sobre el final de la charla. ¿Cree usted que se llegará a la verdad?: "en lo inmediato no, pero lo vamos a intentar, cueste lo que cueste". La respuesta de Mazzeo, pese al ímpetu que le pone a la investigación, no nos deja otra cosa que el sabor amargo de la injusticia, que más que una "sensación", por lo que se ve, es un hecho.

La muerte de este testigo encubierto, que para Mazzeo fue "trucho y le permitió a la policía plantar pruebas falsas", ¿modificará de aquí en más la geografía del expediente del intrincado caso. O todo irá a fojas cero?. Es la pregunta del millón que todos querríamos saber. El caso Candela no deja de asombrar, pero nunca estuvo tan lejos de la verdad.

lunes, 22 de abril de 2013

El "efecto Francisco" hizo que miles de fieles vuelvan a las iglesias de la región


Por Jorge Joury

El comentario es recurrente en la zona Sur: todos dicen que hay más gente en las iglesias. Hoy a este fenómeno se lo llama "el efecto Francisco". A poco más de un mes del nuevo pontificado, desde la propia comunidad católica se admite una mayor presencia de fieles, tanto en las misas, como en el confesionario. Esta percepción está absolutamente avalada por las encuestas. Tanto la Alianza Católica, como el CENSUR (Centro de Estudios Sobre las Nuevas Religiones) coinciden a través de sondeos que se está dando la atracción por la figura de Bergoglio. No es ni más ni menos que el regreso a la Iglesia y a los sacramentos, por parte de personas que se habían alejado de ella y que ahora se sienten atraídas por el mensaje del nuevo Papa.

En el estudio, donde se le pidió opinión a unos 200 sacerdotes y religiosos a través de redes sociales como Facebook y Twiter, el 53% de los consultados manifestó que había receptado en la propia comunidad un aumento de las personas que se volvían a acercar a la Iglesia. La mayoría coincidieron en que el nuevo Papa encandila con su humildad y su apegó a ayudar a los pobres y combatir otros males sociales, como la droga y la trata de personas. Hechos concretos y recientes del Santo Padre, como bajar los sueldos de las altas autoridades del Vaticano para donarlos a los más necesitados, son ejemplos palpables de ese volver a confiar que experimentan los fieles.

Según el trabajo del que damos cuenta, en el 43,8% el aumento de las personas en las iglesias se define como "consistente", es decir permanente. Y para el 64,2% de los consultados el incremento está directamente relacionado con las confesiones.

Si tratáramos de traducir los datos en términos numéricos y a escala nacional, en relación con la mitad de las parroquias y de las comunidades, tendríamos que acentuar un dato relevante: son miles las personas que se han vuelto a acercar a la Iglesia siguiendo las invitaciones del Papa Francisco.

Para algunos especialistas también tiene mucho que ver el efecto Ratzinger, es decir que muchos afirman que se conmovieron por la renuncia de Benedicto XVI. Todos son datos reales, pero no son los únicos que confirman el fenómeno. Teniendo en cuenta un trabajo que la consultora Poliarquía difundió en los últimos días, el Papa Francisco es hoy el líder o el dirigente con imagen positiva más alta de la Argentina. Casi el 70% de los encuestados respondió que tiene una imagen muy buena del Papa, en tanto que el 20% habló de una imagen buena, sólo el 5% la calificó de regular y apenas un 2% dijo tener una imagen mala o muy mala.

Si hacemos una lectura fina en cuanto al impacto que tuvo la designación, el 74% lo considera un hecho positivo, el 23% dijo que no va a tener impacto alguno y apenas un 2% opinó que será negativo. La encuesta fue en forma telefónica y se hizo entre el 3 y 10 de abril, es decir casi un mes después de la elección del Pontífice, sobre la base de mil casos, entre mayores de 18 años de centros urbanos del país, con más de 10 mil habitantes.

Algunos sacerdotes de la zona Sur consultados sobre este nuevo fenómeno, coinciden en que "la gente ve al Papa Francisco como una figura transparente y absolutamente confiable".Uno de ellos puso como ejemplo que "se da un fenómeno como el de las aguas del Nilo. Pueden bajar después de la crecida, pero por más que retrocedan, la tierra ya quedó fecundada. Aquí es lo mismo. Tal vez dentro de un tiempo el fervor disminuya, pero para los católicos, la tierra ya fue fecundada".

Algunos se esperanzan en que sea el punto de partida del regreso a los sacramentos. Otros también señalan que " el fenómeno se puede ver hasta en la misma clase política, que dijo presente después de varios años de ausencia, en la asunción de Mario Poli al frente del Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires, el hombre que hoy ocupa el lugar que dejó Jorge Bergoglio".

En lo que tiene que ver con los cambios que puedan darse dentro de la iglesia católica con la llegaba del nuevo Papa, la mayoría de los consultados por Poliarquía opinan que los habrá y que no serán menores. El 51% estimó que habrá grandes cambios, el 34% sostiene que serán moderados, mientras que sólo un 11% habla directamente de pocas variantes.

Si nos manejamos por fuera de las frías estadísticas, en la región Sur el ánimo con que los fieles se movilizan y transitan por la fe en los templos locales marca un entusiasmo muy alto, desde que un sacerdote argentino conduce los destinos de la Iglesia.Algunos de los consultados para el armado de este informe, coincidieron "en que hoy la gente necesita ser escuchada, quedando en claro que se está dando un reverdecer el catolicismo, como el que ocurrió en 1934, cuando el Congreso Eucarístico Internacional de realizó en Buenos Aires".

Los gestos de sencillez demostrados por el Santo Padre, son cuestiones que se resaltan hoy en las charlas cotidianas en las calles. Haber cambiado el tradicional Anillo del Pescador, de oro sólido, por uno simple de plata, el nombre elegido para honrar a San Francisco de Asís, el hijo de un aristócrata del siglo XIII, que renunció a una vida de opulencia para vivir con los pobres y romper con la tradición de un siglo al rechazar el gran apartamento del piso superior del Palacio Apostólico del Vaticano y escoger una modesta residencia de dos habitaciones en Domus Santa Marta, son algunos de los aspectos que han impactado fuertemente de manera positiva en la feligresía. Aquella Iglesia de la opulencia, la fastuosidad del oro y los mármoles, parece haber quedado atrás en el camino elegido por el nuevo huésped del Vaticano.

Además hay que destacar otro fenómeno. El turismo también se ha visto beneficiado por el efecto Francisco. Ya hay empresas que han organizado paquetes de recorridos por los lugares de Buenos Aires relacionados con el Papa, como la catedral y su viejo barrio de Flores, donde se desarrolló su infancia y está su casa paterna, además del seminario donde se ordenó sacerdote en Villa Devoto, la cancha de San Lorenzo, su equipo favorito, la iglesia de San Carlos, donde tomó la comunión y San Ignacio de Loyola, el templo mayor de la orden de los jesuitas .El circuito ya fue puesto en marcha experimentalmente durante la Semana Santa con un grupo periodístico extranjero, para asegurar su difusión y se calcula que la demanda irá creciendo exponencialmente. Además se cree que esta propuesta recibirá un gran impulso en julio próximo, cuando el Papa Francisco vaya a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, que se desarrollará entre el 23 y 28 de ese mes.

A todo esto, el gerente de una importante empresa especializada en viajes, reflexionó que "esto seguramente va a explotar cuando el Papa venga a la Argentina para fin de año. El city tour para un grupo de hasta 24 personas cuesta 3.120 pesos, lo cual quiere decir que si esa suma se prorratea, da 130 pesos por persona, o un poco más si el grupo tiene menos miembros. En cambio, si el recorrido lo contratan de una a tres personas que van en un auto con chofer, el costo es de 1.600 pesos".

Hoy los hábitos sencillos y blancos, la misma cruz de hierro que usó como cardenal y su mirada misericordiosa con los enfermos y los más necesitados, hacen que Francisco le haya abierto a la Iglesia una ventana para que entre aire fresco. Hay un nuevo camino y un reencuentro con la fe. Y eso es muy bueno para los pueblos, sobre todo frente a las nuevas amenazas del siglo XXI, contaminado por las ambiciones desmedidas.

miércoles, 17 de abril de 2013

Denuncian que Bruera utiliza barrabravas para evitar que se investigue la tragedia de La Plata



Por Jorge Joury

El intendente de La Plata, Pablo Bruera sabe que el reloj de arena empezó a funcionar y que ahora las aguas bajan turbias para su gestión. Teme que la opinión pública termine tapándolo con diarios. Es que en su propia ciudad en todos los rincones lo consideran "un cadáver político", después de la inacción y la impotencia manifiesta frente a la catastrófica inundación que cobró medio centenar de vidas y su ausente sin aviso, mientra veraneaba en un coqueto club de playa brasileño.

Bruera tiene sobre su escritorio un voluminoso informe con los números fríos de las estadísticas: 135.037 personas afectadas y reconocidas por su municipio. El costo máximo que se calcula podría pedir cada uno de los 55.716 hogares dañados, es de 124 mil pesos. Pero la historia sigue con casi 50 mil autos dañados, con un perjuicio económico que supera los 400 millones de pesos. Y encima, en el comercio, hay 2.846 negocios afectados, muchos de ellos aún hoy paralizados con un lucro cesante por lo que han dejado de vender, incalculable y demoledor.

En medio de este panorama de perjuicios implacables, Bruera sabe que además tiene encima la lupa de la justicia. Hay un abogado, Martín Berasategui, que representa por ahora a poco más de dos decenas de vecinos que ha presentado una denuncia penal contra el intendente por incumplimiento de los deberes de funcionario público y homicidio doloso, que prevé una pena de tres años de prisión, pero que desde su punto de vista, como evolucionan las irregularidades que van apareciendo, podría encuadrarse tarde o temprano, en la figura del "estrago doloso".

A Martín Berasategui, a quien entrevisté en la radio en las últimas horas (escuchar el audio al pie de la nota) y por lo que pude percibir ya le cuenta las costillas a Bruera, lo que le llama la atención es que ningún fiscal "se haya puesto al hombro la denuncia", más aún habiendo pasado 15 días de radicada, por lo que sospecha que Bruera cuenta con "algún paraguas de protección y una guardia de choque perfectamente armada para disuadir y meter miedo".

Lo grave para Berasategui, es que según le informaron desde sectores confiables, parecería que "Bruera habría mandado a barrabravas todo terreno a apretar algunos fiscales para que no se hagan eco de las denuncias". Los matones a que se alude, serían conocidos personajes pertenecientes a las hinchadas de Estudiantes y de Gimnasia y Esgrima de La Plata, con frondosos prontuarios y algunos de ellos "ñoquis" en dependencias municipales. Es más hasta se sostiene que en el momento del reparto de la ayuda a la población, estos mismos sujetos disputaron el territorio con los jóvenes de La Cámpora, a trompadas y hasta con armas en mano.

De todas maneras, aunque el camino es difícil y sinuoso, porque también el jefe comunal cuenta con mayoría en el CD, en las últimas horas cerca de 300 vecinos indignados penetraron en la sesión que comandaba el presidente del cuerpo Javier Pachiarotti y exigieron a viva voz la presencia de Bruera, vía megáfono, para que viniera a dar explicaciones.

Comentan en los pasillos del Deliberante, que Pachiarotti, primer espada y posible sucesor del Lord Mayor de La Plata, el mismo que llenó la ciudad de grafitis que dicen "Hay equipo Pacha", pidió unos minutos a los presentes y llamó a Bruera para requerir instrucciones. Algunos dicen que el celular de Bruera estaba apagado y otros aluden a que le habría respondido : "Dibujá lo que puedas".

Lo que no puede dibujar Pachiarotti, son las explicaciones que algunos piden en referencia a los viajes de Bruera. El pasado fin de semana una denuncia del diario Perfil indicó que en tres meses el intendente de La Plata dio dos veces la vuelta al mundo en aviones, visitando lugares paradisiacos, entre ellos París y Turquía, sin mencionar su último destino que fue donde lo sorprendió la catástrofe, cuando se encontraba alojado en el exclusivo club brasileño Rúa Das Pedras, donde la semana cuesta unos 4.800 dolares, con todo incluido. Allí fue fotografiado luciendo bermudas muy largas en medio de las arenas blancas.Y encima, en la mayoría de los casos se alude a que el intendente no pidió permiso al CD para ausentarse de la ciudad, por eso se hizo figurar en el twiter que estaba repartiendo agua mineral por los barrios. Además, hizo figurar sus incursiones internacionales como en "misión oficial". Hoy los vecinos se preguntan si el intendente que estaba tan "agobiado y exhausto" por el trabajo, en apenas 90 días que van del 2013, metió mano en dineros públicos para coronar su raíd turístico.

Para el abogado Martín Berasategui,"la responsabilidad por la falta de un plan de contigencia frente a la emergencia, el no haberse hecho eco de las advertencias de los informes de los especialistas y técnicos de la Universidad Nacional de La Plata, el haber ocultado una máquina Caterpillar en un predio abandonado de Villa Elisa, que estaba destinada a dragar el arroyo del Gato y el desmesurado crecimiento edilicio por el Código de Planificación Urbana que provocó el colapso de los sistemas de desagües de la ciudad, son algunos de los factores de los que Bruera tendrá que responder y hacerse cargo".

El abogado exime de responsabilidades al gobierno central, es más, agrega que según sus fuentes calificadas "en las últimas horas el ministro de Planificación de la Nación, el ingeniero Julio De Vido le ha cursado a Bruera un pedido de informes para que de cuenta de qué manera y qué obras materializó con los fondos que le remitió la Nación". Contrariamente a lo que señalan algunos medios locales, que atribuyeron la presencia de vecinos en el CD a "una acción desplegada por activistas de sectores políticos, que hasta rompieron el portón del edificio y se desplazaron a las trompadas", el abogado Martín Berasategui cuenta una historia distinta.

"Yo estaba presente y fue una marcha pacífica con vecinos portando velas, honrando a sus muertos. Había hasta una mujer que había perdido a dos familiares y pese a su dolor, se comportó con absoluto respeto. No había una sola bandera de una agrupación política, ni cánticos, excepto el "que se vayan todos", que fue coreado al unísono y que hoy es una expresión de deseo de todos los ciudadanos platenses, por la ineptitud que mostraron los funcionarios municipales", agregó el doctor Berasategui, quien prometió continuar la acción legal "hasta las últimas consecuencias y si es posible iré a buscar a algún fiscal abajo de la cama".

En agua se fue de La Plata. Se escurrió, pero quedó el fango. Habrá que ver hasta donde, Bruera y equipo, si es que lo hay, logran emerger del hedor que hoy brota de semejante cloaca.

lunes, 15 de abril de 2013

La catástrofe en La Plata puso en guardia a los intendentes bonaerenses



Por Jorge Joury

Los efectos catastróficos que causó la inundación en La Plata, activaron los censores de todas las alarmas en las intendencias del Gran Buenos Aires. Es que el mal clima está para todos y los barones del conurbano ahora son más conscientes que nunca, que tienen que abrir los paraguas. Todos ellos gobiernan distritos de alta densidad poblacional, que si bien han crecido vertiginosamente en los últimos 11 años, el desarrollo de la infraestructura básica no corrió por el mismo camino.

Los intendentes saben que aunque el cambio climático y su tropicalización corresponden a un fenómeno global, ha llegado el momento de enfrentarlo con medidas locales que requieren de la asistencia de la Nación, hoy la única caja solvente. Por estas horas las interconsultas se han sucedido entre los principales referentes y muchas de ellas han confluido en la Federación Argentina de Municipios, la FAM que timonea Julio Pereyra. El estado de paranoia tiene que ver con el desbalance hídrico, que obligó a los jefes comunales a repasar los planes de contingencia para enfrentar posibles situaciones de catástrofe.

En el caso de Florencio Varela, tanto el meteoro de 4 de abril del año pasado, cuando el tornado hizo estragos en el distrito, como después la inundación de diciembre, sirvieron de catalizador para probar los rápidos reflejos de los sistemas de auxilio, llámese Defensa Civil, Bomberos, Gendarmería, Policía, Patrulla Municipal y todo el sistema de Salud, tanto en el hospital Mi Pueblo, como en El Cruce y si hiciera falta contar con la Universidad Arturo Jauretche como centro de distribución de ayuda.

El secretario de Ambiente de la comuna, el doctor Mario Kanashiro, ante una consulta puntual que le formulé en la radio (escuchar el audio de la entrevista en la FM 97.7 al pie) ratificó que ya desde el año pasado y a pedido de Julio Pereyra, funciona de manera permanente un Gabinete de Crisis, integrado por todos los miembros del Ejecutivo municipal. Todos los funcionarios tienen orden de reportar inmediatamente en caso de un alerta y ponerse al servicio de la comunidad, de manera articulada. Es más, están previsto en las próximas semanas simulacros ante la eventualidad de una catástrofe, para probar la efectividad de los grupos de salvamento. También decía Kanashiro que es permanente el dragado de los arroyos, a través de la Dirección de Hidráulica de la Provincia, en una acción conjunta con el vecino distrito de Berazategui, del cual Varela es socio por razones geográficas, ante un posible desastre. Hay que recordar que en la inundación de diciembre se encontraron en los lechos de esos surcos de agua, hasta automóviles, heladeras y cocinas, que son arrojadas de manera irresponsable, sin tomar conciencia que se convierten en verdaderos tapones que despiertan la furia de las aguas con secuelas trágicas.

Sin embargo Kanashiro alertó a las familias que se establecen a las márgenes de los arroyos a buscar otros sitios, ya que esto representa un factor de riesgo altísimo para la perdida de vidas humanas, en caso de que haya desbordes y correntadas. También el funcionario alertó sobre la situación en el barrio Caacupé, que virtualmente se erigió sobre una de las zonas más bajas de Varela, uno de los lugares de más alto riesgo.

Más allá de estas consideraciones, en materia de prevención, hoy Varela pareciera estar un escalón más arriba que muchos distritos del conurbano. Conozco mucho esa geografía porque a través de los años he recorrido cada uno de esos rincones, viendo de cerca tanto la pobreza, como la opulencia. Pero puedo asegurar que el gran problema es que la urbanización en las últimas décadas se llevó adelante en la mayoría de los casos, sin una planificación. Y aquí hay que decir que barrios enteros fueron construidos donde habían bañados o lagunas, como puede apreciarse a la vera de la autopista Buenos Aires-La Plata, llámese Quilmes, Avellaneda o Berazategui.

Hay intendentes que quieren hoy poner el problema en el centro de la escena, ya que son conscientes que las campanas de alerta han sonado de manera inusitada y se juegan su historia política, la que puede hundirse en horas, como le pasó a Pablo Bruera en La Plata, donde la propia presidente de la Nación pidió su cabeza. En los pasillos de la Gobernación todavía comentan la reunión que tuvo Cristina con Daniel Scioli y Bruera, el primer día que visitó la zona del desastre, más precisamente el barrio donde nació -Tolosa- a la sazón uno de los más castigados.

¡Y ahora también me tengo que hacer cargo de esto!, dicen que vociferó la jefa de Estado y que los gritos se escucharon hasta en la cocina de la residencia del gobernador. Sostienen que Cristina les recriminó además porque no habían solicitado la ayuda para las obras hidráulicas que se necesitaban y además marcó la lentitud con que se puso en marcha el operativo de asistencia, que de no haber sido por los rápidos reflejos a nivel nacional, como por la solidaridad de la gente, los funcionarios locales se comportaron como boxeadores noqueados por la contingencia.

Uno de los secretarios que escuchó puerta por medio el tenor del reto presidencial, reveló que Scioli tuvo que disfrazarse de monje franciscano para persuadir a la presidenta de que no era momento para pedir la renuncia de Bruera, a quien Cristina tiene entre ceja y ceja, porque políticamente ha jugado con algunos de sus adversarios y ha demostrado no ser fiel a su ejército. Las espadas más filosas del gobernador, creen que "Bruera ya es un muerto político".A tal punto que una vecina tuiteó por las redes sociales que "el intendente ya no puede siquiera tomar un taxi, ya que en las últimas horas pidió uno y no fue nadie a recogerlo, por temor a que la gente lo vea y reaccione de la peor manera".

En este escenario, el tardío despertar del gobierno bonaerense de revisar los códigos urbanos de los municipios, tras la tragedia en La Plata, fue recibido con mucha cautela por los intendentes, muchos de los cuales ya modificaron esa legislación con la venia de la propia administración sciolista. Algunos especialistas sostienen que en todo caso habría que coordinar los códigos con los planes hidráulicos y de infraestructura, sobre todo en dos de los distritos más inundables, como lo son San Martín y Las Matanza, teniendo en cuenta que ambos cuentan con una problemática parecida: el asentamiento de villas sobre terrenos inundables al costado de cursos de agua que suelen desbordar.

Una situación similar se puede observar en Lomas de Zamora y Lanús, que comparten con La Matanza, la cuenca del Riachuelo.Y aquí hay que subrayar que estos territorios de la zona Sur, se frenaron las obras hidráulicas el año pasado, especialmente las dedicadas a la infraestructura básica. Aquí hay que acentuar que mucho tiene que ver los problemas financieros que afronta el gobierno bonaerense.

Volviendo a la charla que mantuve con el doctor Mario Kanashiro, secretario de Ambiente de la comuna de Varela, me hizo hincapié en la importancia en poner en marcha un plan de concientización ciudadana, "ya que por culpa de muchas generaciones, la gente no hace nada para proteger el medio ambiente".

Además, otro intendente comentó por lo bajo que "las obras hidráulicas no son valoradas debidamente por los vecinos", por lo que se torna cada vez más evidente la necesidad de avanzar en el diseño de sistemas de alerta temprana."El concepto de la emergencia debe incorporarse a las previsiones del Estado", es lo que sostiene Darío Giustozzi, desde Almirante Brown.

Los denominados barones del conurbano, sobre todo los que han logrado perpetuarse durante décadas. son de buen olfato y no están dispuestos a rifar su prestigio, más aún en un año donde el gobierno deberá revalidar títulos en las legislativas y las inundaciones o los desastres meteorológicos, pueden convertirse en una suerte de talón de Aquiles. Tienen en claro que en cualquier momento el cambio climático les puede jugar una mala pasada en sus propios territorios y la primer ventanilla en la que irán a reclamar los vecinos, más allá de la Nación y la Provincia, será en sus propias sedes comunales.

jueves, 11 de abril de 2013

Más allá del diluvio, solo un milagro impidió que La Plata tuviera que llorar a otros 300 mil muertos




Por Jorge Joury



Las horas más dramáticas han pasado. La Plata ahora está en plena reconstrucción. Levantándose lentamente de sus ruinas, aunque en medio del dolor de lo que significa para las más de 80 mil familias afectadas, el haberlo perdido todo. Pero aunque el intendente Pablo Bruera haya pedido perdón ante la opinión pública por la mentira de su twiter de "abnegación" hacia las víctimas, cuando en realidad descansaba en Brasil, los pases de factura inexorablemente vendrán cuando tengan que hablar las urnas en octubre y la gente descargue sus broncas por la falta de prevención y previsión de algo que tenía un final anunciado, por la ausencia de obras hidráulicas por un lado y el desmesurado crecimiento de la construcción de edificios, por el otro.

Pero más allá de que ahora tanto el gobernador Daniel Scioli, como Bruera, se rasguen las vestiduras y se hayan convencido que hay que hacer las obras que sean necesarias para evitar otra catástrofe, el temporal encendió otra luz de alerta y que hasta el momento, nadie midió en su real dimensión.

Es que más allá del saldo aterrador de muerte del 2 de abril, cuando el cielo vació toda su furia sobre La Plata, pocos hablan hoy de que la mayor amenaza estuvo en otro lado, en el incendio que el fenómeno meteorológico provocó en la destilería de YPF, que pudo haber borrado del mapa, no solo a gran parte de la ciudad de las diagonales, sino también a las de Berisso y Ensenada. Y lo que hiela la sangre, es que aquí tampoco había un plan de contingencia.

En un informe de las organizaciones ambientalistas Ala Plástica y Greenpeace, en base a un relevamiento realizado en el polo petroquímico, tras el siniestro, se pueden leer en la letra fina las causas que provocaron el incendio en el horno de Coke A y lo cerca que estuvo este de desatar una serie de explosiones en cadena que pudieron haber tenido un impacto catastrófico en toda la región, provocando la muerte de unas 300 mil personas, es decir más de media ciudad.

Recuerdo que esa madrugada en medio de la pertinaz lluvia regresaba a La Plata por la autopista y pude observar como una enorme nube de humo negro, se abalanzaba lentamente sobre la ciudad, mientras las auto bombas de los cuarteles de bomberos vecinos, como de Varela, Quilmes, Berazategui, Avellaneda y Hurlingham, por citar algunas, llegan como apoyo, porque era evidente que el débil operativo de defensa civil local, también se mostraba impotente para hacer frente a la emergencia.

Tal es el efecto contaminante que desparramó esa nube, que muchos jardines de La Plata aparecieron cubiertos por el residuo negro y aceitoso. Más aún, este detalle era también perceptible sobre la superficie de agua de las piletas de natación, cubiertas por un manto negro.
¿Qué fue lo que pasó?. Es que la cantidad de agua caída hizo rebalsar los piletones de 80 mil metros cúbicos, con una mezcla de agua e hidrocarburos, que al ingresar al horno de Coke A y a la unidad de destilación Topping C, produjo dos explosiones y un incendio que puso en riesgo a gran parte de La Plata, Berisso y Ensenada. De lo que daos cuenta, es lo que dice el informe de los ambientalistas y esto no es antojadizo, ya que el lugar donde se produjeron las explosiones, está ubicado a poco más de 200 metros de las esferas de gas hidrógeno de Petroken, principal productor de propileno de la Argentina y muy cerca de otras instalaciones y concentradores de elementos altamente inflamables.

Esto lo advertí en uno de mis primeros artículos y es tan grave, que si el fuego hubiera llegado a Petroken -según el informe- hoy estaríamos lamentando no menos de 300 mil muertos. Lo señale literalmente en mi primer análisis de la catástrofe: las explosiones hubieran hecho desaparecer linealmente gran parte de La Plata, Berisso y Ensenada. Y el que ahora corrobora este dato no es ni más ni menos, que Alejandro Meitin, presidente de la Asociación Ala Plástica.

La preocupación es tan grande, que Meitin ante esta perspectiva apocalíptica reflexiona que "no puede ser que la única respuesta de YPF sea que en dos meses van a volver a producir el nivel de antes. La empresa tiene que explicarnos que es lo que va a hacer para que esto no vuelva a ocurrir", sostiene con indignación el ambientalista.

Lo más alarmante que marca el informe de Greenpeace y Ala Plástica y que por lo menos debería haber ocupado la tapa de los diarios locales, que apenas lo destacaron, tal vez porque YPF es uno de sus principales anunciantes, señala que los piletones de hidrocarburos que rebalsaron provocando el incendio, estaban diseñados para contener una lluvia de hasta 130 milímetros.Y si el lector observa que cayeron cerca de 400, no es difícil suponer que por milagro no fue un desastre. Y sin embargo, ni siquiera hubo un alerta, ni un plan de evacuación de los barrios aledaños, para evitar una tragedia mayor.

Como lo vieron los vecinos de la zona denominada El Dique, también presencié esa madrugada la película de terror. Se trataba de una lluvia de hollín de coque que emergía del incendio. Esto obligó a cientos de familias a autoevacuarse porque el Polo Petroquímico temblaba y daba la impresión de que en cualquier momento iba a volar. Y esa gente tuvo que salir corriendo en medio de la lluvia y abandonar sus casas, porque temía lo peor.Fue algo parecido a la denominada Revolución Libertadora de 1955 cuando la Marina quería derrocar a Perón y amenazó con volar la planta de YPF. Eese día, a modo de advertencia, los aviones descargaron algunas bombas sobre la zona del bosque de La Plata. Yo era pequeño y vivía a una 20 cuadras de ese escenario. Todavía tengo grabada en la memoria la fotografía de los hongos de fuego trepando hacia el cielo, en el atardecer de uno de los días más espantosos de mi vida.

Hoy me pregunto con dolor e impotencia, cuánto tiempo ha pasado ¿no? El suficiente para que a alguien se le hubiera ocurrido preservar y dotar de las medidas de seguridad necesarias a ese territorio inflamable.La Plata tiene en su periferia, un mar de hidrocarburos, pero a la buena de Dios.

En La Plata sobrevuelan fantasmas de muertos, mientras el gobierno municipal está bajo sospecha



Por Jorge Joury

La verdadera cifra de muertos por el catastrófico temporal en la ciudad de La Plata, por el momento es un misterio impenetrable. Scioli insiste en que son 51 y que hay otros 37 fallecidos, pero no por la inundación. El gobernador explicó en las últimas horas que se trata de personas que estaban internadas en los hospitales, antes del diluvio.Pero la polémica sigue abierta en lo más alto del poder, porque el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni indicó que la lista no está cerrada, con lo cual es fácil inferir que puede haber mayores sorpresas. Y uno que se pregunta ¿a quien se le ocurriría esconder muertos? Sería una verdadera locura.

Pero el juez en lo Contencioso Administrativo número uno de La Plata, el doctor Luis Arias insiste en que la policía maneja una lista de más de 20 desaparecidos, que a él se la han entregado personalmente. Y en los barrios más marginales, donde hay muchos extranjeros e indocumentados, hablan de entre 15 y 20 muertos por sector. Juran y perjuran, haber visto cuerpos de niños y ancianos flotando en las aguas y otros atrapados en los alambrados.

¿Quién miente y quien dice la verdad? Lo cierto es que algo extraño flota en el ambiente y tiene que ver con la sospecha, de que se trata de esconder la verdad debajo de la alfombra. Y esto no hace otra cosa que favorecer en el imaginario popular, el caldo de cultivo que da pie a las historias más descabelladas.

En las últimas horas un guarda vidas contó por una emisora local, una historia escalofriante. Relató que tuvo que salir en bote de su casa con su hijo, en la zona próxima al distribuidor de acceso a la ciudad, cuando La Plata ya estaba en manos de un verdadero pandemonium y la correntada devastaba todo a su paso. Allí dijo ver por lo menos los cuerpos de tres niños arrastrados por la corriente. Más patético es el testimonio de un vecino de Los Hornos, una de las zonas más afectadas, que aseguró que en un túnel que cruza por debajo de la cárcel de mujeres, habían encontrado siete cadáveres atascados.

Las historias tienen todos los matices, pero las que vienen de los sectores más creíbles, alientan un marco de sospecha muy fundamentado.
En las últimas horas entrevisté por la radio a la médica psiquiatra, Gabriela Vagliecca, presidenta de la sede del Fobia Club de La Plata, quien por estas horas integra un grupo de contención para asistir a los más shokeados por el desastre, lo que se llama las víctimas del día después, las del estrés postraumático.

La profesional me contó que los grupos especializados que trabajan en la zona del Arroyo El Gato, en la zona de Ringuelet, han visto las casas arrasadas de los pobladores que vivían a la vera de esa cloaca a cielo abierto, en un estado de pobreza límite. Por este lugar escurren la mayoría de las aguas de la ciudad. Por ello la doctora Vagliecca, con sentido común se preguntaba, cómo de este sector no hay listas de fallecidos, cuando muchos habitantes dicen haber visto cuerpos de niños arrastrados por las aguas furiosas. Las mismas dudas se trasladan a las zonas de Los Hornos, Villa Elvira, San Carlos y Altos de San Lorenzo, también zonas pobres donde habitan muchas familias de inmigrantes.

Hay quienes sostienen que se blanquearon las víctimas de las zonas de Tolosa y del Centro, "porque son las más difíciles de ocultar". Todo esto genera un tremendo dolor en la población, difícil de explicar.Es que las palabras tristeza a indignación, parecen menores, para graficar semejante golpe al corazón.

La doctor Vagliecca decía que la gente ha perdido su identidad, fotos, documentos, la música que los acompañó durante toda la vida, las filmaciones de los momentos más emotivos, la historia propiamente dicha. Por eso, hoy la desesperación y la angustia de perderlo todo, desborda a los damnificados y se han puesto en marcha los operativos de contención psicológica. Es difícil suponer cuanto necesitarán las personas para reponerse. Algunas meses, otras un año o tres las más dañadas, pero para la doctora Vagliecca el temor más grande es el de quienes tomen por el camino de la desesperanza y terminen en el suicidio o las adicciones, "que es la forma más rápida de escapar de la realidad".

La profesional dejó en claro que por los efectos de este fenómeno meteorológico, quedó al desnudo la impotencia de las autoridades para actuar, ya que se vio a todas luces que no existía un plan de contingencia y se tardó mucho en las tareas de auxilio, lo suficiente para que se perdieran muchas vidas humanas. La Plata carecía de un buen sistema de Defensa Civil, más aún teniendo una destilería como la de YPF a solo 12 kilómetros del casco urbano, que de generarse un incendio volaría en pedazos la ciudad entera. Y encima las inundaciones registradas desde el 2002 a la fecha, como escribí en un artículo anterior, estaban anunciando que lo peor estaba por venir. Pero el intendente Bruera prefirió ir adelante con la construcción indiscriminada de edificios, lo que no hizo otra cosa que hacer colapsar cada vez más los servicios de desagües.A tal punto que el agua salía hasta por los inodoros y levantó veredas enteras, como una verdadera explosión que buscaba escapar de su propia asfixia.

El despropósito de las autoridades es tan grande, que la máquina Caterpillar que había adquirido Bruera para dragar el arroyo El Gato, fue encontrada en las últimas horas abandonada y tapada por el pasto, en el ex predio de la fábrica de heladeras OFA, en la zona de Villa Elisa. Hacía años que alguien la dejó allí, porque para Bruera la prioridad era embellecer plazas y pintar los cordones de las veredas, porque eso se ve más rápido y da rédito para ganar elecciones.En las últimas horas el abogado Martín Berasategui presentó una denuncia penal contra el jefe comunal, "por la posible comisión de los delitos de homicidio culposo e incumplimiento de deberes de funcionario público".

La denuncia fue presentada ante el fiscal Juan Condomí Alcorta y el juez de Garantías Guillermo Atencio. Hablé con el doctor Berasategui por la radio y me señaló que él estaba convencido, pese a la inusual caída de lluvia record, que el saldo trágico pudo al menos verse atenuado. Es más, agregó que " el intendente debe velar por la seguridad, salubridad y la vida de los vecinos y que para ello lo eligieron en las urnas". También el abogado pide que se investigue la lentitud con la cual fueron socorridas las personas, ante semejante desastre, lo cual desnudó que no siquiera existía un plan de contingencia. Para el letrado "surge claro que han existido omisiones y son claras las transgresiones en torno a la construcción indiscriminada de edificios que alteraron el habitat y evitaron el normal escurrimiento de las aguas.Pero esto lo tendrá que investigar el Concejo Deliberante. Nosotros vamos por el lado de la responsabilidad penal, en representación de los vecinos".

Además hay que señalar la bronca compartida que existe en La Plata por el tuit donde Bruera dijo estar asistiendo a los necesitados, cuando se encontraba veraneando en Brasil y llegó a media mañana del día después de la catástrofe.Veremos en el marco de este escenario tétrico y plagado de dedos acusadores, quien paga los platos rotos y si hay justicia para los responsables.

Mientras tanto, recién ahora Scioli le ha pedido a los intendentes que tengan prudencia con el Código de Planificación Urbana y las normas que aprueban para la construcción de edificios. ¿Un poco tarde no? La catástrofe le cuesta al herario público poco más de 2.600 millones de pesos. ¿No hubiera sido más fácil haber empleado esa cifra, en hacer las obras que se necesitaban y evitar la perdida de vidas y sueños? Seguramente hoy no tendríamos que estar llorando a nuestros muertos. Algunos funcionarios, deberán entender de aquí en más, que las obras más importantes para resguardar a la comunidad de los fenómenos meteorológicos, son las que no se ven. Es hora de hacerlas y aunque no dejen rédito a corto plazo porque tardan años, son por el bien de todos. Será una forma para que la historia no los juzgue. No será el caso del intendente Pablo Bruera, a quien ya la opinión pública le ha colgado el cartel de "muerto político".

sábado, 6 de abril de 2013

El agua se escurrió en La Plata, pero quedó como residuo, la peor cara de la desidia y la impotencia






Por Jorge Joury

A casi cinco días de la catástrofe, La Plata mantiene aún la fisonomía de una ciudad abandonada. Si uno la cruza de punta a punta, como lo hice en las últimas horas, hay cientos de miles de montículos de basura en las calles, de por lo menos de entre 50 y 100 kilos cada uno. Quiere decir que si vuelve a llover en las próximas horas, la gente deberá persignarse pidiendo a Dios que no se reedite la tragedia que llegó del cielo con toda su furia. Si se pudiera con un gigantesco termómetro tomar la temperatura de un pueblo, seguramente estallaría de bronca e impotencia, porque encima de que faltaron reflejos rápidos para poner en marcha el operativo de socorro, ahora las autoridades muestran impotencia para no solo retirar los trastos que han quedado en las calles, sino en la manera en que se hacen llegar los víveres a los damnificados. Si hubiera que ponerle un título, hoy podríamos decir sin tapujos, ni exageración, que por desidia de quienes la gobiernan, hoy La Plata es la ciudad de la vergüenza.

Para que se tenga una idea del escenario de destrucción y muerte, en las últimas horas la comuna local dio a conocer los números fríos del relevamiento de daños. Estos hablan por sí mismos. Uno de cada cuatro inmuebles se inundó y 58.582 resultaron afectados. En tanto que las pérdidas llegan a los 2.618 millones de pesos, por lo que cada familia necesita promedio, 78 mil pesos para reparar su vivienda.

La devastación por el paso arrollador de las aguas afectó al 25% de la población, es decir a 135.037 vecinos, pero la cifra de afectados supera el 55% de los habitantes, si se contemplan los que perdieron un auto o los que sufren otro tipo de perjuicios. Esto se da en el plano vecinal, pero traducido al comercio, las pérdidas materiales son de 120 mil pesos promedio cada uno.Lo habíamos dicho en un artículo anterior que lo ocurrido en La Plata fue una tragedia anunciada, producto de la desidia de sus autoridades. Una prueba de ello es que la ciudad se inundó cuatro veces en 8 años y se desoyeron los alertas de los ingenieros en hidráulica, que habían advertido de la inminencia de una catástrofe.

Para que los lectores tomen una dimensión, el agua tapó a media ciudad en el 2002, 2005, 2008 y la última fue en el 2010. Aquella vez los especialistas encendieron todas las luces rojas, pero los gobernantes subestimaron el pronóstico, hasta que desde el cielo llovió lo peor.

El viernes entrevisté en la radio a la socióloga y consultora Celia Kleiman, una reconocida politóloga, quien me comentó que en el 2011 le habían encargado un relevamiento sobre la opinión de los habitantes de la ciudad de las diagonales y la mayoría de ellos coincidía, al juzgar la gestión municipal del intendente Pablo Bruera, que todo lo que se hacía era una suerte de "maquillaje". Es decir, se acomodaban plazas y paseos públicos y se pintaban cordones de las veredas. Marketing puro, pero de nada servía colocar bonitos bancos y juegos en las plazas, cuando lo que se requería era obras de infraestructura y detener el Código de Planificación Urbana, que permitió la construcción indiscriminada de edificios, haciendo colapsar los servicios de desagues.

Convengamos que la ciudad de La Plata tiene el mismo sistema de desagues de su fundación y aunque muchos caños se han reemplazado, más del 50% son obsoletos y están esclerosados por el paso del tiempo. Lo que estoy diciendo no es una ecuación caprichosa, sino que me lo confirmó un alto dirigente sindical del gremio de Obras Sanitarias, quien además resaltó que cuando se puso en marcha la fiebre de construir edificios, no se pidió permiso a ver de qué manera había que adaptar las cañerías para sumarlas al sistema general.

Por poner un ejemplo, si en una manzana había 200 casas, les sumaron 10 edificios. No es difícil hacer las cuentas. Es como si en la habitación de la casa queremos que entren mil personas. Así fue como La Plata comenzó a explotar y la epidemia del cemento acabó con los espacios verdes, los que la naturaleza puso y no caprichosamente, para que escurra el agua. Todavía recuerdo un diálogo que mantuve con el intendente Pablo Bruera, cuando en campaña salió a recorrer los barrios y tocó el timbre en mi casa. Aquella vez le señalé que si bien es cierto que hay que darle la bienvenida al progreso, no se puede devastar una ciudad tradicional, con casas centenarias que pertenecen al patrimonio histórico, para dar paso a enormes moles.Bruera aquella vez prometió frenar el vendaval de edificaciones, pero ya era tarde, el daño estaba hecho y la tragedia se ponía en marcha.

Después de la construcción de la autopista Buenos Aires La Plata, que frenó el normal escurrimiento de las aguas de la ciudad hacia los bañados de la periferia y se convirtió en una suerte de escudo, cada vez que llovía mucho, el agua volvía hacia el casco urbano, con las consecuencias que hemos citado. Luego la construcción del Estadio Unico, hizo que la geografía de esa zona del barrio de Tolosa se transformara en la postal de la destrucción y la muerte en el último diluvio. Y las cosas no pasan por casualidad. El agua, así como viene, se va, pero desnuda las imprevisiones y la desidia de los funcionarios.

Con esta catástrofe quedó demostrado que La Plata no contaba con un plan de contingencia frente a una emergencia. Como por ejemplo lo tiene Chile frente un tsunami o un terremoto. Claro, para nuestras autoridades aquí no pueden ocurrir esas cosas. Y encima, frente a las advertencias meterológicas en los días previos, a nadie se le ocurrió poner en alerta a los organismos especiales. El intendente Bruera tomaba sol en Brasil y cuando se dio cuenta que se le venía la noche, tuiteó que estaba asistiendo a las víctimas. Pero como la mentira tiene pata corta, se descubrió la patraña. Bruera llegó a La Plata a la media mañana del día posterior al desastre. Eso sí, de allí en más no se perdió una sola foto al lado del gobernador Scioli y las autoridades nacionales. Por eso la gente descargó toda su bronca contra los funcionarios. Porque ni siquiera aún hoy saben cómo hacer llegar la ayuda a los barrios. Hay gente que tiene que transitar 20 kilómetros para buscar un colchón y una bolsa de comida en un centro de ayuda, cuando los manuales básicos enseñan que lo que hay que hacer es ir a los escenarios del desastre y atender personalmente los requerimientos básicos de la población.

De resultas de lo que el agua ha dejado, hay que ponderar y darle medalla de oro a la cadena solidaria, que básicamente la gente ayudó a poner en marcha y las donaciones que brotaron desde todos los rincones. Ahora los funcionarios deberán tomar nota que no sólo el agua puede arrasar a la ciudad de La Plata, sino la destilería de YPF, que el mismo día que se desataba la tragedia, se registraba un incendio en la planta de coque que hizo temer lo peor, porque puede volar en pedazos todo el éjido urbano. A raíz de ese siniestro, y como si fuera poco, hoy está faltando combustible y se observan largas colas en las estaciones de servicio.

Seguramente en octubre, cuando llegue el momento en que tengan que hablar las urnas, muchos funcionarios empezarán a paladear el sabor amargo de la derrota, porque ya hoy tienen fecha de vencimiento. Ojalá que esto deje una enseñanza. El agua no perdona, pero la gente tampoco.

viernes, 5 de abril de 2013

La Plata se asemeja a una ciudad bombardeada, donde los muertos se lloran en todos los rincones




Por Jorge Joury


El lodo negro y aceitoso pegado en las paredes, es el mudo testimonio de la tragedia. Allí es donde el agua dijo, de manera arrogante y sin perdonar nada a su paso: hasta aquí llegué. En algunos lugares es un metro y medio de altura y en otros los supera. Es como un latigazo en los frentes de las casas. A todo esto, hoy muchos se preguntan cuántos son los muertos que llora la ciudad de La Plata. Poco importa si son los 51 que hasta ahora contabilizó el gobierno provincial, más los 20 desaparecidos que se buscan por los arroyos y zanjas. O las decenas de niños que el imaginario popular comenta que aún están en los lechos de ríos y arroyos.

Lo cierto es que la naturaleza se ensañó como si fuera una maldición bíblica con la coqueta y mejor trazada ciudad del país y le abrió las puertas del cielo descargando 340 milímetros de agua. Algo así como lo que llueve durante un otoño entero, solo que esta vez fue en poco más de dos horas.

Algunos comparaban al fenómeno, como abrir las compuertas de un dique.Y el agua salió como podía. Explotando con toda su furia y arrollando con todo a su paso. Tal vez porque ya ni quedan jardines para escurrir y las moles de cemento han modificado substancialmente la geografía urbana. Tampoco se han ampliado los desagües y entubado de manera correcta los arroyos. Claro, desde su fundación La Plata creció cien veces demográficamente y donde ayer había 200 casas por manzana, hoy se les suman 10 edificios en cada sector, debido al Proyecto de Planificación Urbana que hizo aprobar el intendente Pablo Bruera. Uno de los más fenomenales negociados, con poderosas empresas que se adueñaron y devastaron cuanto espacio verde o pulmón de manzana quedaba en la bonita ciudad que concibió el arquitecto Pedro Benoit. Ya la autopista Buenos Aires- La Plata, había sido en su momento con ua inundación del 2008, un motivo de advertencia de los ecologistas, ya que era como construirle un muro con semejante terraplen y detener el drenaje de las aguas del casco urbano.

Pero Bruera habrá pensado que si el arquitecto había diseñado una urbe con tantas plazas y diagonales, con eso sobraba y se le podía meter para adelante con la revolución del ladrillo.Y así fue como La Plata un día colapsó y la naturaleza se ensañó de la manera más furibunda y trágica que se recuerde, destruyendo todo a su paso.

El agua buscó por donde salir y lo hizo hasta por los inodoros, rejillas, levantó veredas, pisos de viviendas, cámaras eléctricas y no aguantaron ni sumideros, ni desagües para semejante explosión. Lastimosamente pagó la gente, pero la naturaleza no hizo distingo. Ricos y pobres fueron golpeados por la misma vara. Y aunque algunos puedan levantarse antes, los otros estarán condenados a sufrir de por vida la peor de las pesadillas, porque de la pobreza que aniquila de esta manera, no se vuelve.

Algunos hablan de más de 100 muertos.Los más afectados fueron los mayores. Los que no podían desplazarse por enfermedades y el agua los sorprendió en el descanso.Otros fallecieron por infartos, viendo como se avecinaba el final de una película de terror. Como si fuera poco, comenta el imaginario popular que se busca a decenas de niños que no aparecen.

Pero las historias siguen. Conmueve el caso de una mujer embarazada que camino 15 cuadras con el agua hasta el pecho y cuando fue asistida por los médicos, perdió a su bebé. El fallecimiento de Lucila Ahumada de Inama, la abuela de Plaza de Mayo que falleció ahogada en el interior de su viviendas de la calle 29 entre 36 y 37. El hombre que murió ahogado en su propio auto porque se trabaron los seguros de las puertas.

Impresiona además el testimonio que recogí en la radio de Marcelo Tucci, jefe del cuerpo de Bomberos de Florencio Varela, que con sus hombres fueron a socorrer el barrio de Los Hornos y se encontraron con el dramático cuadro de tres cadáveres de personas mayores arrastrados por la correntada, mientras los chicos lloraban sobre los techos de las humildes casas clamando socorro, como preguntándose por qué tanto horror.

Y en medio de este cuadro desolador, donde los camiones del Ejército aún recorren los barrios llevando un plato de comida caliente a los damnificados, sobre las veredas aparecen como mudo testimonio del drama, colchones, muebles, sillas y electrodométicos convertidos en hilachas. Es la postal de una ciudad bombardeada, donde los cartoneros se hacen la diaria con sus carros atestados de trastos, yendo y viniendo por más.

Los comerciantes también han sacado a la vereda las bolsas de todos los artículos inutilizados. Las pérdidas que acusó la Sociedad de Comercio, superan los 531 millones de pesos. Scioli les ha prometido excenciones impositivas y créditos blandos. Pero no hay plata para compensar el drama y la tristeza que se vive en cada hogar, donde el brazo solidario de los vecinos, hoy es el único motor que puede hacer posible la reconstrucción.

Y en el mientras tanto, aparecen los saqueadores, que al caer la noche convierten a la ciudad de una boca de lobos. Son las peores lacras de la delincuencia que no se apiadan de nada y brotan como chacales hambrientos de los rincones, viendo que rapìñar. Son los mismos que durante el día arrasaron con cuanto producto encontraron en los supermercados Carrefour, Vea y los mayoristas Nini y Vital. Aquellos que obligan a los pocos damnificados que aún permanecen en sus casas a no abandonarlas y los condenan a dormir en medio del agua, sobre las superficies altas de los muebles para que no les arrebaten lo último que les queda. Son de la misma raza vandálica de los que depredaron la Escuela número 25 de la localidad de Berisso.

Hasta aquí, el cuadro de situación en una ciudad a la que podríamos denominar de entristecida por el drama. Pero solidaria como pocas, porque la cadena de voluntades es inmensa para socorrer al prójimo. Se ve en los clubes, en las iglesias, en las sociedades de fomento, en las ONG y en la Cruz Roja.

Pero en las últimas horas, ha crecido un foco de preocupación. Se habla de la posibilidad de epidemias, por eso se pusieron en marcha campañas rápidas y se alistaron a diez hospitales para vacunar de hepatitis y gripe a la población.También existe temor por la leptopirósis, la terrible enfermedad que genera la orina de las ratas. No olvidemos que fueron miles de roedores los que debieron salir despavoridos de sus madrigueras. Y además el dengue, la amenaza más latente.

Pero también hay que decir que La Plata, hoy tiene la fisonomía de una ciudad militarizada, tanto por la presencia de fuerzas federales y como de la propia policía bonaerense. Las almas de sus habitantes están electrizadas aún por el ulular de las ambulancias y los motores de los helicópteros sobrevolando el cielo de las barriadas más golpeadas. Atemorizada cuando llega la noche, porque aún hay muchas zonas sin luz. Con una morgue atestada de gente desencajada buscando los cuerpos de sus familiares, que aún a 48 horas del drama, no aparecen.

No obstante hay que señalar que la mayoría de la población, que casi llega al millón de habitantes, por estas horas está muy enojada y decepcionada con sus gobernantes. O porque "llegaron tarde" o " no concretan obras con los altos impuestos que pagamos", como dijo el ex futbolista de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, que aportó su sentido crítico y tuvo que salir con un bote a socorrer a familiares de su esposa. O porque el intendente Pablo Bruera estaba en Brasil de vacaciones, cuando se desató el drama y ordenó según dicen a uno de sus subalternos a twitear que estaba socorriendo a los inundados.

Cuánto tiempo pasará para que las heridas cicatricen, es improbable de predecir. En el 2008, aunque no de esta magnititud, otra lluvia había avisado, que lo peor estaba por venir. Pero nadie leyó ese telegrama que venía desde el cielo. Lo cierto es que si de una vez por todas no se ponen en marcha las obras de infraestructura que se requieren, la catásfrofe se puede reeditar. Juan José Castelli alguna vez escribió lo siguiente: si puedes ver el futuro, mejor no me lo cuentes...