jueves, 25 de abril de 2013

La misteriosa muerte de un testigo trucho en el caso Candela, ahora abre un frente de enigmas

 






Por Jorge Joury



En las últimas horas se reavivó el caso Candela, donde salieron a relucir, tanto el sistema de coimas que operó durante la causa, el plantado de pruebas falsas y la cadena de narcopolicías, aún vigente y todo terreno para el embarrado de la cancha. Fueron dos hechos que causaron preocupación en las últimas horas. Uno en el frente político y el otro, en el corazón de la propia investigación.

El primero de los episodios tiene que ver con que el propio vicegobernador de de Buenos Aires, Gabriel Mariotto denunció que no descartaba que el ataque que sufrió su esposa, con un intento de robo de su camioneta, pudiera estar relacionado con el caso, a la manera típica del "apriete". No olvidemos que el propio Mariotto fue quien impulsó el año pasado la creación de una comisión en la legislatura bonaerense, para investigar la presunta connivencia de sectores de la policía vinculados al narcotráfico, con las personas que secuestraron y dieron muerte a la pequeña de 11 años, cuyo cuerpo apareció en el interior de una bolsa de nylon el 31 de agosto del 2011, en la localidad de Hurlingham.

Creer o reventar, pero 24 horas después de estas declaraciones del vicegobernador, voló en pedazos gran parte de la casa que Roberto Arturo Aníbal, alias "El carnicero", tenía en la calle Virgen de Luján 3664, de Villa Trujuy, en Moreno. Aníbal es un testigo protegido, ahora no tanto porque se sabe su nombre, que había denunciado a gran parte de los detenidos que hubo en el caso y que luego fueron liberados por irregularidades en la causa que tienen que ver con el plantado de pruebas por parte de los investigadores. En un primer momento las informaciones que circularon hablaban de que se había disparado con una bazooka contra la casa, típico de la mafia y al estilo mexicano. Pero luego los peritos confirmaron que se había tratado de la explosión de una garrafa de gas en la cocina de la vivienda, que implosionó al combinarse con un cargador de celulares, lo cual le provocó la muerte horas después.

Inmediatamente, la cadena de rumores comenzó a funcionar de manera tenebrosa y se habló de una venganza de grupos mafiosos para amedrentar a la víctima. La propia Carola Labrador, la mamá de la pequeña Candela se encargó de pedir que fueran investigados grupos pertenecientes a la "mafia del Oeste", ya que ella le había manifestado a Aníbal que se manejara con prudencia "después de haber sufrido un ataque a tiros contra el frente de su casa el año pasado". Es más, Carola Labrador, que en las últimas horas reapareció en los canales de televisión, admitió haberle señalado a este hombre de que tomara recaudos "porque permanecen sueltos muchos de los delincuentes que concretaron el secuestro y posterior asesinato de mi hija". Carola está convencida de que Bermúdez, de una personalidad controvertida y calificado de psicópata sexual, "fue quien mató a mi hija". Para Carola, la pedofilia es el eje de la cuestión y cree que por ese camino es el que deben ir los investigadores, porque sospecha que a su hija se la querían vender a una organización de tratantes de personas, con supuestas vinculaciones con el hijo de un pesado hombre de la política de Hurlingham, hecho que nunca pudo probarse.

Pero por el camino contrapuesto va el abogado Marcelo Mazzeo, el hombre que dio vuelta la causa Candela y que sigue firmemente convencido de que el crimen de la pequeña " tiene que ver con un ajuste de cuentas del narcotráfico".El señala a "un familiar de la familia de Carola Labrador, que se quedó con un vuelto".

En relación a esto que apunta el abogado, vale recordar aquel llamado telefónico que recibió una allegada a Carola y cuya escucha tomó estado público. Allí le decían :"sino devuelven la plata, a la nena no la ven más". Mazzeo reveló en mi programa radial, una vez que se conoció la explosión en la casa de Aníbal, "que se trataba de un hecho fortuito", pero inmediatamente fue con los tapones de punta frente a este individuo, a quien calificó de "buchón de la policía y testigo armado para involucrar a gente inocente en la causa, que luego tuvo que ser liberada por falta de pruebas".

El abogado dio una puntada más, al indicar que al denominado "Carnicero", así le llaman, "le compensaron sus favores, pagándole 160 mil pesos de esas cajas negras y con ese dinero se compró las máquinas para montar su negocio". Mazzeo además agregó que Aníbal "solo conocía a tres de los detenidos, entre ellos a Jara, el sujeto que presuntamente sedujo a la niña para llevársela. Tenía relación con otros dos, pero del resto ignoraba sus historias, porque nunca los había visto. Sin embargo marcó a la vivienda de la calle Kiernan, como el lugar en que habían tenido cautiva a Candela, cuando la niña nunca permaneció allí, sino que la ocultaron en una casa de la calle Felini, donde se encontraron rastros de ropa quemada".

Para Mazzeo este sujeto declaró falsamente "para que la policía pudiera armar rápidamente la causa y darle una respuesta a la opinión pública, que en ese momento estaba ávida de justicia y se le venía encima a Scioli en vísperas de una elección. Es más, Aníbal se presentó en compañía de un conocido abogado vinculado a Carola, a cobrar la recompensa que había fijado el gobierno para quien aportara datos para esclarecer el caso".

El abogado Maarcelo Mazzeo cree que "las cosas no suceden por casualidad. Apretaron a la familia de Mariotto, como en su momento lo hicieron conmigo, porque el vicegobernador tuvo la valentía de ir al frente contra la mafia de los narcopolicías, que aún está vigente, pese a que la comisión del Senado bonaerense pidió la exhoneración de 60 jefes policiales, que aún se encuentran en funciones, haciendo uso de su absoluta impunidad. Es más, al otro día de conocerse las conclusiones del informe de los legisladores, el gobernador Scioli se fotografiaba con el jefe distrital de La Matanza, el comisario Chevriaux, uno de los principales sospechados en la cadena de corrupción".

No obstante la falta de resultados, luego de las conclusiones a que arribó la comisión del Parlamento bonaerense, Mazzeo está dispuesto ahora a reavivar el fuego e insistir "con el pedido de juicio político del ministro de Seguridad, el doctor Ricardo Casal, a quien considero uno de los armadores de la cadena de encubrimiento. Hay que quitarle a la policía bonaerense el manejo de la investigación de los casos desde el primer minuto y motorizar la puesta en marcha de la Policía Judicial, para garantizar la transparencia de las causas, caso contrario estaremos abriendo las puertas de la impunidad, como está pasando en el caso Candela", declara Mazzeo a tambor batiente.

Mazzeo me señaló que "estoy convencido que son dos o tres los legisladores sciolistas que están cajoneando el pedido de juicio político a Casal, uno de ellos de Quilmes, pero tarde o temprano lo vamos a sacar. Aquí hay un triángulo que es Scioli, Casal y el doctor Burlando, que quieren llevar el caso para el lado de la pedofilia o la piratería del asfalto, cuando de lo que se trata es de una red de narcopolicías. Yo la saco a Carola Labrador de la trama de encubrimientos, pero creo que en el entorno de su familia, se encuentra la llave para abrir la caja de los misterios que rodean al caso Candela. Hay alguien que se quedó con un vuelto y se lo cobraron con la vida de Candela. Pero anoten, que hoy las cajas de la corrupción están más activas y vigentes que nunca. Hay suficiente dinero en la DDI de Morón para hacer frente a cualquier avatar y comprar las voluntades que hagan falta para seguir plantando pruebas falsas en el caso", sostiene el abogado.

La pregunta más temeraria llegó sobre el final de la charla. ¿Cree usted que se llegará a la verdad?: "en lo inmediato no, pero lo vamos a intentar, cueste lo que cueste". La respuesta de Mazzeo, pese al ímpetu que le pone a la investigación, no nos deja otra cosa que el sabor amargo de la injusticia, que más que una "sensación", por lo que se ve, es un hecho.

La muerte de este testigo encubierto, que para Mazzeo fue "trucho y le permitió a la policía plantar pruebas falsas", ¿modificará de aquí en más la geografía del expediente del intrincado caso. O todo irá a fojas cero?. Es la pregunta del millón que todos querríamos saber. El caso Candela no deja de asombrar, pero nunca estuvo tan lejos de la verdad.

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