martes, 30 de junio de 2015

La batalla de Chacabuco frente al micrófono punzante de Aníbal


Por Jorge Joury
Hay frases que habrá que ir anotando en el manual peronista de la interna bonaerense, para comprender a manera de anticipo, lo que está por venir. “Espero que Aníbal no se enoje pero a partir del 10 de diciembre, Chacabuco va a ser la ciudad del gobernador”, disparó Fernando Espinoza como un grito de guerra. Julián Domínguez,  a su turno redobló la apuesta, señalando que “la provincia se gobierna con coraje, equipos y sensibilidad; no alcanza con un micrófono”, en referencia a las conferencias diarias que desarrolla Aníbal Fernández. Todo tiene que ver con el folklore partidario, donde el tándem que forman el titular de la Cámara de Diputados y el intendente de La Matanza, viene siendo enfático en destacar su carácter netamente justicialista y alineado con los intedentes de mayor peso territorial, para ponerle un cepo a Martín Sabbatella, el cuestionado socio polìtico del jefe de Gabinete.
Estas cuestiones de pirotecnia verbal dejan a cielo abierto las diferencias entre  Julián Domínguez y Aníbal Fernández,  ya instalados en el ring en la primera semana de campaña. El temor que guardan desde el observatorio asciolista, es que el tono de acusaciones termine de explotar con efectos nocivos para el buen momento que pasa el candidato presidencial en las encuestas. El gobernador, fiel a su estilo apaciguador, ya reunió a su equipo y les pidió que no muestren preferencias ante ninguna fórmula, para no herir susceptibilidades. Así se desprende de lo que expresó Jorge Telerman, vocero del hombre de Villa La Ñata: “Daniel nos pidió no mostrar preferencias por ninguno y que les demos toda la información que necesiten de nuestra gestión”.
No obstante, el olor a pólvora es intenso. En la instancia más caliente del contrapunto, el jefe de Gabinete llegó a acusar al titular de la Cámara de Diputados de pedirles a los intendentes que “escondan” su boleta. El hombre de Chacabuco entonces replicó y  le pidió a Fernández que “recapacite” . Además sentenció que no tiene nada “sucio” ni “nada que ocultar”.
A esta altura de los acontecimientos,  la interna ofrece aristas picantes bajo el tinglado del distrito de mayor peso electoral. Como si se trata de una pelea de boxeo, este primer round muestra a Domínguez acumulando ventajas en la tarjeta, ya que sumó más minutos paticipando en actos junto a Scioli. Además, con su compañero de fórmula, Fernando Espinoza,  mantuvo la calma, haciendo culto del viejo postulado de la política que indica que “el que se enoja, siempre pierde”.
En el entorno del presidente de la Cámara de Diputados sostienen que la fórmula que Domínguez- Espinoza, tiene el apoyo de más de 45 intendentes y del sindicalismo con mayor peso, en particular de la CGT conducida por Antonio Caló.  A Domínguez se lo ve más confiado en sus desplazamientos. No solo arrancó antes la campaña que su contrincante, sino que pareciera moverse con Scioli de manera más coordinada y con gestos que lo complacen. El jueves pasado participó junto con el gobernador de la inauguración de una Unidad de Pronta Atención (UPA) en Berazategui.
Hay un dato que pinta de cuerpo entero la relación. Scioli pasó a buscar a Domínguez y lo llevó en el helicóptero de la gobernación. Una vez terminado el acto, ambos volvieron a subirse al aparato para viajar hasta La Pampa y compartir el acto con la presidenta Cristina Fernández. Además el viernes participaron de la inauguración de la semana social organizada por la Iglesia en Mar del Plata. Fuentes confiables de la residencia de la calle 6 admitieron que ambos mantuvieron un encuentro a puertas cerradas en el comienzo de la semana.
Aníbal Fernández, si bien es cierto que cuenta con más exposición mediática, sólo acumuló una jornada con Scioli.Como viejo zorro en estas lides, olfatea que sus rivales cuentan con el apoyo de la gran mayoría de los intendentes peronistas y bajo cuerda, de la carpa naranja. Sabe que Sabbatella es la piedra del escándalo, una suerte de salvavidas de plomo, pero no le queda otra que bancarlo y seguir remando. Con la idea de revertir la situación, anunció que esta semana dará a conocer una encuesta que lo coloca arriba en las preferencias de los bonaereses.
El jefe de Gabinete se reunió con los intendentes de mayor peso territorial para tratar de parar el tsunami. “Les pedí  que no me escondan las boletas”, dijo el hombre de Quilmes asombrando a propios y extraños y agregó: “Es un gesto canallesco de sacarnos la boleta de los cuartos oscuros para que la gente no pueda votar.”
Los intendentes le manifestaron su enojo no sólo por su compañero de fórmula Martín Sabbatella, al que le adjudican responsabilidad decisiva en la derrota sufrida por Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires en 2009, sino que le pasaron factura  de que no los haya llamado para avisarles quién era el elegido para acompañarlo.
Por el lado de Domínguez no dan crédito a la encuesta de Fernández y aseguran que recién la semana próxima pedirán las primeras mediciones luego de que la fórmula “se consolide”.
La intención del titular de la Cámara de Diputados era no contestar, pero la exposición mediática propia de la campaña hizo que tuviera que responder. “Ojalá que Aníbal recapacite y se dé cuenta de que no sabe lo que está diciendo, porque en las elecciones hay control ciudadano, fiscales independientes”, señaló Domínguez y enfatizó: “Yo, para responderle, tengo mi vida: jamás me han encontrado en nada que tenga que ocultar, en nada sucio, en nada poco transparente.”
Los intendentes están que se salen de la vaina. La imputan a Sabbatella mantener sus distritos alambrados desde hace años. Es la lista paralela que Nuevo Encuentro armó para debilitarlos la espina que más duele. Para los barones del conurbano, el moronense tiene un pasado al que consideran opositor y algunos, sin medias tintas, hasta lo califican de “traidor”.
Sostienen con la solidez de los archivos periodísticos, que a Sabbatella su pasado lo condena. Recuerdan que en  el 2002, el actual titular del AFSCA lanzó su partido político, Nuevo Morón, para competir por la intendencia de esa localidad. Dos años después, lo rebautizaría como Nuevo Encuentro. Con ese sello, se presentó como candidato a diputado nacional en las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, con una imagen de “progresista” que prometía una especie de “kirchnerismo blanco”. Esa estrategia terminó perjudicando al oficialismo:  sacó un 5,56 por ciento de los votos, mientras que Néstor Kirchner perdía por tres puntos contra Francisco de Narváez.
Por aquella época, Sabbatella afirmaba: “No somos parte del dispositivo K. Nunca fui kirchnerista. Siempre nos mantuvimos al margen, autónomos. Tampoco somos una estructura satélite. De hecho fuimos solos con la boleta. Tampoco somos el universo opositor de la Argentina. Tenemos nuestras propuestas y nuestras ideas. Acompañamos y criticamos”.
En 2011, Sabbatella se postuló como candidato a gobernador, apoyando la reelección de Cristina. Sin embargo, en aquel momento había buscado diferenciarse del actual candidato a presidente del FpV sosteniendo que “Scioli se disfraza de kirchnerista para heredar este proceso político y torcer el rumbo de transformaciones profundas”.
El por entonces diputado nacional opinó que “es evidente que el proyecto nacional tiene una cantidad de adhesiones más que el sciolismo” y destacó: “Nosotros sí tenemos diferencias con el gobernador, porque tiene una mirada y matriz distinta”. También disparó en su momento que el sistema de salud del gobernador era “uno de los peores del país”.
A los pocos meses, el partido de Sabbatella dejó atrás ese lugar de “apoyo crítico” al Gobierno para pasar a ser un espacio más dentro del kirchnerismo, tal como él mismo lo anunció. Desde ahí, todo cambió y el 1º de octubre del 2012, la presidenta lo designó al frente del AFSCA de cara a la completa aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
Tras esto comenzó la batalla del ahora precandidado a vicegobernador bonaerense por la aplicación de la ley, pero su principal gesto fue la lucha contra  el Grupo Clarin, lo que le valió la confianza de la jefa de Estado y el lugar que hoy ocupa. Algunos dicen que Cristina lo puso en la fórmula con Aníbal, para que no moleste con sus colectoras, pero la presencia de Nuevo Encuentro es un estigma para los alcaldes, que se han jurado hacer valer hasta las últimas instancias su poder de fuego en las urnas. Habrá que ir sacando cuentas hacia dónde se inclinará la balanza y si verdaderamente Chacabuco será la ciudad del futuro gobernador, algo que sonó a un grito de guerra dirigido hacia el micrófono punzante de Aníbal Fernández.

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