viernes, 26 de junio de 2015

La interna del FPV bonaerense desde la vidriera del Carreto


Por Jorge Joury
En el FPV bonaerense los dos ejércitos, ya se pintaron la cara para la gran batalla. A esta altura de las circunstancas, tal vez no sería atinado aventurar hacia dónde se puede inclinar la balanza, pero surgen algunas pistas. Tanto las fórmulas  Domínguez- Espinoza, como Fernández- Sabbatella, tienen lo suyo. Aníbal, como jefe de Gabinete y por su exposición mediática, es el que cuenta con mayor nivel de conocimiento en la opinión pública. Pero Julián Domínguez, arrancó antes la campaña y dispone de un fuerte armado en el frente gremial, además del apoyo de los principales intendentes.
La foto del sábado pasado en el mítico bar Carreto de La Matanza, dejó muchas lecturas. Fue la vidriera de una demostración de poder. Y no es casualidad que haya tenido por escenario un sitio emblemático para el PJ, donde en el 2007 se había presentado la fórmula compuesta por Daniel Scioli y Alberto Balestrini. Esta vez, el presidente de la Cámara de Diputados Julián Domínguez y el intendente de La Matanza Fernando Espinoza se presentaron en sociedad para competir en las PASO. Y lo hicieron rodeados por más de 40 jefes comunales de alto peso territorial, entre ellos, Hugo Curto, Alberto Descalzo, Mariano West, Gustavo Pulti,  Francisco Gutiérrez y Julio Pereyra, entre otros.
A la guardia pretoriana de los barones del conurbano, se sumaron los diputados nacionales Carlos Kunkel, Verónica Magario, Adriana Puigross, Ariel Pasini, Gloria Bidegain, Carlos Cuto Moreno, Andrés Arregui, Gastón Harispe, Oscar Romero, Andrea García, Mario Oporto, Edgardo Depetri, Luis Cigogna, y María Esther Balcedo. También estuvieron los legisladores provinciales Cristina Fioramonti, Daniel Barrera, Alejandro Dichiara, Silvia Pérez, Manuel Elías, Roberto Fernández, Walter Abarca, Patricio García, Darío Golía, Valeria Amendolara y el rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez.
No faltó tampoco la presencia de la pata sindical, con  Antonio Caló, Secretario General del CGT; Omar Viviani, Secretario General del Sindicato de Taxis; Norberto Di Próspero, Secretario general de la Agrupación de Personal Legislativo, Enrique Suárez, Secretario General del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos y Julio Castro, secretario general de la CGT Regional La Plata, Berisso y Ensenada y que además comanda el SOSBA, el gremio de Obras Sanitarias bonaerense.
Para los observadores, esa postal,  en el histórico territorio matancero tracccionador de votos, más las numerosas referencias de los precandidatos a gobernador y vicegobernador provincial a la necesidad de gobernar “al lado de los intendentes”, terminó de instalar en el escenario la idea de que, en la pulseada interna contra la fórmula que integran Aníbal Fernández y Martín Sabbatella por la sucesión de Daniel Scioli, Domínguez y Espinoza cuentan con mayor respaldo. La presencia de Espinoza, intendente de La Matanza, también le da un valor agregado,  ya que garantiza en las urnas un aluvión de votos provenientes del distrito que define una elección.
Tampoco es un dato menor la ingeniería que aportarán a nivel territorial de los alcaldes del conubano, de vital imortancia para las chances electorales de los candidatos en la interna. El contundente alineamiento de los principales intendentes peronistas con el tándem Domínguez-Espinoza,  tiene además como trasfondo polìtico un soñado pase de facturas. Se trata del  conocido enfrentamiento y hasta en algunos casos personal, que separa a la mayoría de los “caciques” con el titular del Afsca, Martín Sabbatella, ex jefe comunal de Morón.
Sabbatella con sus colectoras, calificadas en su momento por algunos dirigentes como “carroñeras”, no hizo otra cosa que diversificar el voto peronista en varios distritos, generándole a los intendentes un visible enojo frente a la pérdida de peso propio en los Concejo Deliberante. “Nosotros trabajábamos, inagurabamos obras, asistíamos a los vecinos y ellos después pasaban a recoger parte de nuestros votos, sin moverse de los escritorios”, resumió uno de los caciques.
Hasta el día de hoy, la mayoría de los alcaldes no le perdonan a Sabatella que durante su mandato como intendente de Morón, lanzó una andanada de misiles contra sus colegas del Conurbano y el propio Scioli. Luego coronó con la presentación de listas colectoras del FpV para disputarle la intendencia a muchos de ellos, lo que terminó de abrir una grieta política que todavía hoy no puede cerrarse. Sabbatella, hombre que viene del Partido Comunista, logró ponerse bajo el ala del sector duro del kirchnerísmo, después de aterrizar proveniente del Frente Grande, junto con Oscar Laborde, ex intendente de Avellaneda. Algunos sostienen que Cristina, después del fracaso de la fórmula única con Randazzo en Provincia,  sumó a Sabbatella para inclinar la balanza indirectamente a favor de Domínguez.
Por estas horas, desde el  circulo íntimo de Domínguez, se golpean el pecho y sostienen que “nosotros tenemos el respaldo de la mayoría de los intendentes, además de la CGT. Ellos no tienen territorio”.
En estos primeros escarceos, desde el sector de Aníbal Fernández y Martín Sabbatella salieron a replicar que el binomio acredita más “experiencia de gestión” y que “expresa el kirchnerismo. La fórmula que compartimos con Aníbal muestra la potencia de hombres que forman parte del equipo de la presidenta y que tenemos una historia de gestión. Aníbal conoce la provincia de punta a punta, y yo fui diez años intendente de Morón y nuestra fuerza sigue conduciéndolo”, dijo el titular del Afsca, a quien muchos le reprochan que  según la Ley de Medios, no es legal que quien maneja ese organismo, esté simultáneamente en campaña.
Hasta el día de hoy muchos intendentes le imputan a Sabbatella, sus constantes cuestionamientos a Daniel Scioli, por ejemplo cuando señalaba que “la provincia tiene una inversión social por debajo del promedio de todas las demás”. Sobre este aspecto, una de las primeras espadas naranja comentó con sorna que “Daniel tiene todo en la memoria y aunque no lo dirá en público como es su estilo, sabe claramente de qué lado están las lealtades”.
Hoy la presencia de Sabatella en el escenario electoral, despierta escozor en los principales jefes territoriales del peronismo, quienes no obstante el respeto que guadan por Aníbal Fernández , afilan sus cuchillos esperando la hora de poder demostrar su poderío y pasarle al líder de Nuevo Encuentro, una cuenta de vieja data que le puede resultar cara para su futuro político.

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