viernes, 12 de junio de 2015

La venganza de Macri frente a un Massa con el último aliento


Por Jorge Joury
Para algunos es el último telegrama desesperado del denominado círculo rojo, compuesto por poderosos empresarios que quieren ver al kirchnerismo fuera del gobierno. El cartero esta vez fue Francisco De Narváez, que pateó el tablero y sumó desconcierto en el abanico opositor al anunciar el retiro de su precandidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires para presionar aun más por el acuerdo entre el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y el diputado nacional y referente del Frente Renovador, Sergio Massa, algo que los observadores polìticos ven como casi imposible.
“Si no hay un acuerdo entre Macri y Massa, gana Cristina”, disparó El Colorado, para apurar el trámite.Pero hoy el círculo amarillo no quiere que los perdedores como Massa le impongan condiciones y prefieren seguir con sus recetas.
Pese a que Macri en las últimas horas volvió a cerrarle la puerta al tigrense y que desde Córdoba Massa reiteró su negativa a declinar la candidatura presidencial, el empresario colombiano no dudó en señalar que bajaba su postulación para facilitar un acuerdo. La movida de De Narváez, consensuada con su jefe polìtico, también dejó en evidencia que la primera opción en la carpeta de Massa pasa hoy por pelear la gobernación de la mano de PRO, antes que disputar la Presidencia junto a su socio en el Frente UNA, el gobernador cordobés, José Manuel de la Sota. Si Macri contestara por la negativa, esto le permitiría a Massa mostrar ante la opinión pública haber hecho todo el esfuerzo para derrotar al Gobierno y dejaría como único responsable al jefe del PRO, en caso de un traspié electoral.
De todas maneras, la estrategia no sólo alimenta el suspenso al anuncio que hará Massa este martes, sino que obliga al oficialismo a ponerse en guardia ante un posible cambio de escenario. Lo que vamos a plantear tal vez termine siendo parte de una novela, pero en definitiva es una hipótesis a tener en cuenta. En Olivos no preocupa que el lìder del FR mantenga su candidatura presidencial, pero sí logra enderezar el barco y hace un acuerdo con Macri y se lanza a la gobernación, obligaría a replantear la estrategia. En el plano de lo hipotético, algunos especulan con la posibilidad de que Cristina obligue entonces a Florencio Randazzo a dar la batalla por Buenos Aires, cumpliendo el sueño de los barones del conurbano. Tampoco, como última carta, nadie se anima a descartar la posibilidad de que sea la propia CFK, la que termine siendo candidata al sillón de Dardo Rocha.
Para el caso de mover el tablero en ambas direcciones, habrá que ver de qué manera se acomodan los cuatro jugadores anotados para suceder a Scioli:  el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, el titular de Diputados Julián Domínguez, el intendente de La Matanza Fernando Espinoza, y el secretario de Seguridad Sergio Berni. Hoy ninguno de ellos todavía ha logrado explotar en las encuestas. Sólo Aníbal Fernández cuenta con un alto nivel de conocimiento como para marcar diferencias.
Un alto jefe territorial del conurbano, que maneja información de primera mano y tiene llegada directa a La Rosada, comentó en las últimas horas que “con la fórmula Scioli Presidente, Randazzo Gobernador, arrasamos. Con o sin Massa”.
Además hoy el gobierno tiene otra llave maestra para operar a fondo. Cuenta con el caballo de Troya. Juan José Alvarez, que fue ministro de Seguridad de Eduardo Duhalde entre 2002 y 2003 y que era hasta hace poco el jefe de campaña de Massa. Juanjo se ha convertido en  el jefe de la campaña kirchnerista. Le han encomendado la firme misión de destruir la estructura que le queda a Massa.  Alvarez, que es un viejo zorro en armar roscas, se reunió con jefes de La Cámpora. Con el secretario de la Presidencia Eduardo de Pedro y el diputado Andrés Larroque, armaron una grilla municipio por municipio bonaerense, para cómo seguir avanzando y producirle el mayor daño posible al tigrense. Esta contienda le está dando resultado al gobierno, ya que han casi vaciado a Massa de la estructura que lo llevó a la victoria y quizás haya más dirigentes notorios y segundas y terceras líneas que hagan más profundo el desangrado de las estructuras.
Ya es un secreto a voces que el que se encuentra con las valijas hechas y pronto a emigrar es Gabriel Katopodis, intendente de San Martín. Está con Massa desde el principio, pero  no quiere quedar pegado al papelón.
Pero ahora la mira está puesta en  qué hará Massa, dentro de un menú de opciones de mantener su candidatura presidencial e ir a las Primarias con el cordobés José Manuel De la Sota, jugar la heroica que le piden algunos laderos bonaerenses e ir como candidato a gobernador con una boleta corta sin presidente, o directamente dejar pasar este turno electoral y preservarse frente a una escenario que se le ha tornado por demás complejo. Los últimos pasos de Massa no dejan de ser casi  una tragedia política . Hace apenas ocho meses era Gardel, el candidato presidencial con más intención de votos. Cometió errores, hizo promesas políticas que no cumplió, confundió a sus aliados o los agravió, como el caso Reutemann y  anunció en la desesperada, cosas que nunca sucedieron. En política eso se paga caro.
Ahora, desfalleciente y sin fuerzas, ni fondos para continuar la campaña y casi con la lengua afuera Massa lo buscó a Macri como último recurso. La mayoria sostiene que es tarde. Se lo dijo Durán Barba a De Narváez en una cena privada que ambos mantuvieron el miércoles último, donde le aconsejó que lo mejor es que el lìder del FR renuncie a todo. Macri esperò a Massa pero para tomarse la gran revancha. Decirle que no, cobrando de manera despiadada el desplante que él sufrió de parte del lìder del FR en las elecciones de 2013. Por estas horas pareciera que se agotaron las palabras. A Macri no le conviene acordar con Massa porque se convertiría en más de lo mismo y perdería su impronta de “lo nuevo”. ¿Qué hara Massa frente a este cuadro de situacion?. La moneda está en el aire.

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