miércoles, 17 de junio de 2015

Scioli y Macri sacan cuentas pensando en la polarización


Por Jorge Joury
Parece un axioma difícil de revertir .¿Continuidad o cambio?. En ese esquema,  Daniel Scioli y Mauricio Macri comenzaron a sacar cuentas porque ya imaginan un escenario de polarización.Massa parece haber quedado entrampado en su avenida del medio, tratando de remover los escombros para  recuperar parte de los votos perdidos durante la diaspora. Hoy Scioli y Macri se muestran convencidos de que las primarias abiertas del 9 de agosto tendrán el sentido de una primera vuelta electoral. También sus asesores intuyen que el 25 de octubre encaminará a sus candidatos a una inevitable polarización que podría evaporar la alternativa del balotaje. Frente a ese posible escenario, de la vereda naranja sostienen que gran parte de los votos del FR terminarán cayendo en la bolsa del FPV. Por el lado amarillo, sueñan con que el “voto antiperonista”, sea el que defina  la gran final.
Con la elección polarizada, al Gobierno le interesa que Sergio Massa mantenga su candidatura a presidente y se divida el voto opositor. Ese interés se estaría traduciendo en algunas acciones políticas y financieras concretas, admiten fuentes ministeriales.
En este escenario, muchos no se explican la debacle de Massa. ¿Se la creyó.¿No supo contener a su ejército?.¿Su inexperiencia le jugó una mala pasada?. ¿No escuchó los reclamos internos?. Son todos interrogantes que pertenecen al fuero íntimo del candidato y que solo han revelado a cuenta gotas algunos de los que hicieron las valijas y migraron antes de la debacle. No obstante, el lìder del FR en su afán por dar una explicacion,  puso sobre el escenario la duda de un pacto secreto entre Scioli y Macri para sacarlo de la cancha.
Hay quienes sostienen en los cuarteles del tigrense que un indicador de esas componendas fue el presunto mensaje de WhatsApp que le habría dirigido días atrás el gobernador bonaerense al jefe de gobierno porteño, asegurándole que no afloje ante las propuestas, porque Massa estaba al borde del knock out.
Desde el sciolismo aseguran que “no existieron” los mensajes. Manifestaron que todas las veces que se cruzaron Scioli y Macri fueron públicas y que, en la mayoría de los casos, hay fotos que lo certifican. Apuntan además que los mensajes son una excusa de Massa para tener un argumento y bajarse definitivamente el 20 de junio, fecha en que se inscribirán las candidaturas. En el PRO también intuyen que el lìder del FR tirará la toalla proximamente.
No obstante, en los entornos tanto sciolistas como macristas, admiten que existe una suerte de pacto de no agresión entre ambos. Algo así como no criticarse “debajo de la línea”. Si bien es  cierto que habrá munición gruesa, pero no  golpes bajos.
Mientras tanto Massa encargó un estudio para saber por qué la mayoría de sus votantes lo abandonaron y sobre esos resultados decidiría qué hacer para no terminar en el olvido.
Si en realidad fuera cierto el plan para sacarlo de la cancha, se supone que un candidato de la envergadura de Massa y su equipo de asesores, deberían haber estado con la guardia en alto  y  preparados frente a cualquier trampa. Hace meses que  las encuestas encendieron las cicharras. Massa y compañía creyeron que con los  votos del 2013 en la bolsa, parte de la suerte estaba echada, pero subestimaron a sus socios territoriales. Los que se sumaron en su momento al FR, fueron los primeros en abandonar el barco, al intuír que Massa se evaporaba. Ni lerdos ni perezosos, entonces migraron hacia las estancias de los ganadores.
Hoy Massa descarga las culpas donde puede. También señala a La Cámpora de mandarlo al ostracismo por  haber sido el artífice de que, tras los comicios de 2013, el kirchnerismo sepultara el proyecto para una Cristina eterna. El lìder del FR cree leer en la presencia fotográfica del secretario general de la Presidencia,  Eduardo “Wado” de Pedro, el exponente de la revancha.
Está convencido que el funcionario oficia de una suerte de maestro de ceremonias en cada encuentro con los intendentes eyectados del massismo. Por eso el tigrense busca culpas ajenas y sostiene que el Gobierno maneja el látigo y la chequera. El argumento no parece creìble. De ser cierto, cuando sus desertores se alejaron del FPV, Cristina aún timoneaba  las cuentas de su ejército.
Los próximos días serán cruciales. Definirán dos enigmas que sobrevuelan el tablero electoral : el papel de Cristina Kirchner en las elecciones .¿ Será candidata a diputada nacional, al Parlasur o a ambas cosas?. También las dudas se abaten sobre los compañeros de fórmula de los principales precandidatos presidenciales. Tampoco aún no se visualiza el final de la novela bonaerense. Las dudas son si habrá fórmula única o a lo sumo dos, para suceder a Daniel Scioli en el sillón de Dardo Rocha.
Hoy las primeras espadas del gobernador  sostienen que su candidato a vicepresidente debería ser una figura capaz de atraer a un 15% del electorado independiente que puede votar al peronismo, pero que discrepa con el estilo kirchnerista. El que más entusiasmo despierta, es el salteño Juan Manuel Urtubey, con quien Scioli se fotografió en estos días mandando una señal de complacencia. Otro de sus preferidos es el mandatario sanjuanino, José Luis Gioja, aunque la mayoría sostiene que predominará el criterio de Cristina, quien terminará poniéndole al gobernador entrerriano Sergio Urribarri, más afín al paladar kirchnerista.
En el macrismo también hacen las cuentas. Reconocen que, ante una polarización, se deberá seducir a una parte del electorado que busque un cambio con algo de continuidad. Tal vez por esa razón, además del economista desarrollista  Rogelio Frigerio y el leal armador Marcos Peña, haya quienes piensen una vez más en el perfil humanista que podría aportar Gabriela Michetti a la fórmula amarilla.
Todas las opciones están abiertas. Incluso en la carrera presidencial que no está exenta de operaciones políticas. Algunos empiezan a plantear que en un escenario de polarización no tiene sentido dividir el voto en las primarias y sostienen que el kirchnerismo debería presentar un solo candidato que le gane desde el principio a Macri sin dejar dudas.
Ahora el desafío entre Scioli y Macri reside en cómo diferenciarse a los ojos del votante. Por ahora la opción es “continuidad o cambio”. De lado del oficialismo plantearán que el PRO es sinónimo de ajuste. Los macristas devolverán “gentilezas”, señalando que Scioli es Cristina y que gobernará La Cámpora, en caso de que gane. Son las reglas del juego de la pirotecnia verbal.
De todas maneras, el escenario de casi triple empate registrado en las útimas horas en Santa Fé, enciende una luz roja para Macri  y lo coloca frente al dilema de corregir su armado. Quedó claro que con candidatos “puros” como Del Sel, no le alcanza para ganar y menos aùn frente a un oficialismo que viene en alza, como lo demostró el avance que experimentó el candidato del FPV Omar Perotti.

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