martes, 30 de abril de 2019

La mejor alumna de Herminio Iglesias

Es evidente que gran parte de la fauna política está desbocada. Casi provocando un enorme desconcierto en el electorado que no sabe a quien mirar con simpatía para que gobierne en los próximos cuatro años. Los límites de la ética se están transgrediendo de manera salvaje. La campaña se está convirtiendo en una verdadera cloaca.



Todo ocurre en medio de una batería de operaciones. El Gobierno agita lo más posible, que el miedo a la vuelta de Cristina al poder, sea tangible. Aunque sin medir que con ello se le dispara el dólar y el riesgo país a cifras récord que superaron los 900 puntos. Pero la que bate récord de papelones, es Elisa Carrió, que en un sincericidio reconoció padecer inestabilidad emocional desde los dos años. No obstante, su condición de legisladora no le da impunidad para lanzar pronósticos apocalípticos: "un mes antes se van todos los dólares que hay en la Argentina, las inversiones y un tercio del país".El problema es que cada vez que ella aclara, todo oscurece en la desesperanza y pone al propio Mauricio Macri al borde del abismo. 
Festejar la muerte de De la Sota, por ejemplo, y disculparse luego formalmente acusándolo de narco-friendly, parece apenas el aperitivo de los platos fuertes que despachará a lo largo de su campaña por la salvación final de la república. Lo peor es que no se arrepintió de su exabrupto, de la manera que debe hacerse para limpiar el honor del ex gobernador. Tampoco pensó que el caudillo cordobés dejó en esta tierra hijos, nietos y hasta una madre de 99 años.
Sus ofensas provocaron indignación en Córdoba al punto que el Concejo Deliberante de la ciudad de Alta Gracia la declaró "persona no grata". Candelaria De la Sota, una de las hijas del ex gobernador fue la primera en repudiar sus dichos. A través de las redes sociales apeló al presidente Mauricio Macri para que le exija un pedido de disculpas a su socia. La otra hija del gobernador fallecido, Natalia, candidata a legisladora de Hacemos por Córdoba, también se expresó en sus redes sociales. "Ante tanto odio, tanta bajeza y tanta infamia, no sirven las palabras. Basta con sentir el respeto, el amor y el agradecimiento que tiene Córdoba por ese gran hombre que fue José Manuel de la Sota. Esa es la única respuesta posible", escribió.  
La líder de la Coalición Cívica abrió las puertas del infierno, en el marco de un acto de apoyo a Mario Negri (UCR), quien disputa la gobernación de Córdoba contra Ramón Mestre (UCR) y Juan Schiaretti (PJ). Mestre, rápido de reflejos, inmediatamente tomó distancia del escándalo e hizo una fuerte comparación de las expresiones de la diputada con la quema del cajón de Herminio Iglesias en las elecciones del 83.
“No queremos más Herminios Iglesias quemando cajones ni Luises Barrionuevo quemando urnas. esto ya pasó”, dijo Mestre, en referencia al histórico episodio del cierre de campaña del peronismo bonaerense en el año 1983, donde el candidato del PJ a la gobernación quemó un ataúd con el escudo de la UCR en pleno acto en la avenida 9 de Julio. A pesar de que el PJ traía ventaja en la intención de votos, terminó perdiendo la elección por este último disparate. 
En cuanto a “Luises Barrionuevo quemando urnas”, se refería a la destrucción que promovió el dirigente gastronómico en el año 2003, en Catamarca, para impedir las elecciones. Carrió está envalada en una alocada carrera para mantener los laureles de Cambiemos, tal vez percibiendo el fuerte olor a calas y crisantemos en  la despedida de un gobierno que no ha acertado en nada para encarrilar la economía. Es por eso que apela a frases incendiarias, como que pondría una "molotov" en el Senado y que si fuera vice "tumbaría" a Macri "en dos días". 
Mandó además a callarse a todos los que se quejan porque no les alcanza la plata y salió a competir con Guillermo Moreno en virulencia demagógica antiprecios, cuando aseguró sobre el pobre Mauricio: “Más allá de sus formas, él tiene una decisión de llevarse puestos a los grandes monopolios de la Argentina que violan el sistema de competencia y la cadena de productos alimenticios. Y si no la tiene esa decisión, la va a tener”, prometió.
Después de las bestialidades de Carrio, otro que se sumó a la pirotecnia verbal, fue el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. No tuvo empacho en señalar que:  “Sabemos que hay muchachos que quieren vivir de lo ajeno. Si alguno quiere vivir de lo ajeno, que lo haga, pero con códigos”, disparó en una polémica reflexión. “No me robés una billetera y me dejés a la señora de 60 años con una fractura de cadera, que cuando se recupere va a tener 85".     
El Presidente tampoco se quedó afuera de la contienda, al utilizar sin tapujos la palabra "mierda". Estaba hablando con Viviana Canosa, cuando ella le preguntó sobre los chicos que no tienen para comer: Macri se olvidó de su promesa de "pobreza cero". Pero con cara de piedra exclamó: "Eso a mí me angustia. Igualmente, ese chico, con 5 mil cuadras construidas, puede salir al colegio porque tiene pavimento. Antes había calles de barro y si llovía no podía salir. O un millón y medio de personas que tienen cloacas, y antes no las tenían y convivían literalmente con la mierda. Eso que empezamos a abordar es también una dimensión de la pobreza".
De manera irresponsable, atribuyó la incertidumbre financiera y la fuerte suba del riesgo país registrada en las últimas horas al contexto electoral y a la posibilidad de que Cristina Kirchner regrese al poder.
De otro lado del río, la ex mandataria respondió que "Macri es el caos y que hay que volver a reordenar la Argentina". Todo es válido a la hora de rapiñar votos, en una elección que por lo visto, será a matar o morir. El último que apague la luz.

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