lunes, 24 de abril de 2017

El oscuro plan de los Bruera, para volver a recuperar el poder político en la ciudad

Resulta paradójico y hasta causa estupor. Pero el martes de la semana anterior, cuatro años después de la trágica inundación del 2013 que azotó a La Plata, Daniel Scioli y Pablo Bruera salieron a hacer campaña juntos a nivel local. La foto conmovió a gran parte de la ciudad.


Más aún, teniendo en cuenta que cuando cumplían funciones ejecutivas, no era común verlos unidos. Sus encuentros eran esporádicos. Durante años, Bruera intentó que Scioli se ponga al día con la denominada Tasa de Capitalidad, una contraprestación por los servicios municipales que reciben los edificios de la administración central bonaerense. Nunca lo logró, aunque hoy  es un tema saldado entre María Eugenia Vidal y el actual alcalde, Julio Garro. En calidad de nuevos socios por conveniencia electoral, Scioli y Bruera con su movida levantaron olas en la política local. Lo hicieron al recorrer la cooperativa de trabajo Unión Papelera Platense y luego la ONG "Las Mirabal", que se dedica a contener mujeres víctimas de violencia de género. Hay que decir, que la papelera es una cooperativa de trabajo que tomó forma en 2001 y que atraviesa por estas horas una seria crisis por la suba de costos. Los trabajadores expusieron en la oportunidad, un complejo cuadro de situación. Dijeron que pasaron de pagar 600 mil pesos en servicios a 2.500.000 pesos y "se nos hace imposible seguir adelante, sin reducir personal".
A partir de esas visitas, saltó el rumor de que el ex intendente Bruera estaría decidido a que su apellido vuelva a encabezar una lista para disputar una interna peronista en la ciudad. Buscaría hacerlo  enfrentando a la actual decana de la Facultad de Periodismo, Florencia Saintout. Frente a esa posibilidad, hay quienes se preguntan : ¿hay lugar para el bruerismo en la geografía local, después de la tragedia que cobró 89 vidas y la tierra arrasada que dejaron durante su gestión, sin un peso en las arcas públicas para su sucesor?. Otros en cambio, señalan en voz alta: ¿Para cuando el largo brazo de la justicia en las cuentas que tienen pendiente por presuntos delitos de corrupción?.
Además. aún está fresca en la memoria de todos los platenses, un hecho reciente que despertó enorme indignación. Tiene que ver cuando durante el último temporal de viento que soportó la ciudad, Gabriel Bruera, actual concejal y hermano de Pablo, con extraordinario desparpajo y caradurismo realizó diferentes publicaciones en su cuenta oficial de Facebook, donde se lo podía observar recorriendo algunas zonas de la ciudad y moviendo ramas de árboles que fueron arrancadas por el viento, bajo la consigna “colaboremos todos para reconstruir lo que dejó el temporal”. La gente entonces recordó la ausencia municipal durante la catástrofe del 2 de abril del 2013 y no dudó en contestarle con una catarata de frases condenatorias.
Pero lamentablemente, en política hasta lo más cuestionado se recicla. Los rumores circulantes señalan que el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Ponce, les transmitió a los Bruera que el eje de la campaña del frente Cambiemos en La Plata, será polarizar con ese sector, que hoy se autodenomina "PJ 54", en referencia a la calle donde el partido tiene su sede. 
Esa posibilidad, entusiasma al bruerismo, que sueña con recuperar las mieles del poder, aunque para ello deberá ocultar bajo la alfombra su nefasta historia reciente. Para el oficialismo en cambio, de confrontar con ellos en una elección, resultaría una segura carta de triunfo, dado el desprestigio que brota por los poros de los protagonistas de la anterior administración.
En esa geografía de oficinas vacías que presenta el edificio del PJ de la calle 54 entre 7 y 8, con computadoras desvencijadas, sillas rotas y afiches de épocas pasadas, el bruerismo resiste y teje su sueño de volver a subir al podio de los triunfadores. 
Hay sectores del propio peronismo, entre ellos el alakismo, que sostienen que "los Bruera son dirigentes que pertenecen al pasado y sus fotos se volvieron color sepia. No se puede insistir con figuras que llevarían al peronismo a otro fracaso seguro. Hay que apostar a la renovación", disparan con indignación.
Sin embargo, en el entorno de Pablo Bruera aseguran que el ex alcalde está decidido a jugar la candidatura de su hermano Gabriel, sumando para ello en su armado a espacios menores del peronismo que andan a la deriva tratando de encontrar un GPS. Aún no está claro si lo catapultarán como candidato a diputado provincial o hay alguna otra carta escondida. Lo cierto es que apostarán a dirimir la interna con la ultra kirchnerista Florencia Saintout, a quien están seguros de poder vencer por adjudicarse más aparato.
Las encuestas que manejan, aunque se desconoce a que consultoras pertenecen, señalan que el 36% votará en la primaria de agosto al PJ. En esa dirección, el 18% se inclinaría por Bruera, el 11% a Saintout y un 6 o 7% a otros sectores minoritarios.
El plan que se pergeña en el bruerismo, tiene que ver con bajar en el corto plazo fuertes críticas hacia la decana camporista. Le cuestionarían a Saintout su desinterés por los barrios de la periferia de La Plata. Allí, los Bruera piensan recrear, lo que supieron armar en otros tiempos. Es decir, fuertes nichos de clientelismo que les permitió tener soporte político y capacidad de movilización.
Pero el camino no será fácil. Saintout es una jugadora fuerte y de lengua filosa a la hora de salir a confrontar y cuenta con el respaldo de mucha juventud. En el bunker de la facultad de Periodismo, el comentario que circula es que se aguarda la orden de Máximo Kirchner para actuar. Por las dudas, ya se han mandado señales de acercamiento hacia el campamento de Victoria Tolosa Paz, la esposa de Pepe Albistur, el ex secretario de Medios y ex hombre fuerte del Gobierno, cuyos favores aún pesan sobre los ex ministros de CFK que desembarcan en La Plata.
La dirigente platense ha invertido mucho dinero en posicionamiento a nivel local, ya sea en afiches, como en publicidad callejera. También puso  presencia en los barrios y en demandas de fuerte sensibilidad popular, como lo es la añorada llegada a La Plata de las nuevas formaciones del ferrocarril Roca. 
También hay que tener en cuenta en la pulseada local al ex diputado y ex titular de AUBASA, Gonzalo Atanasof, que viene realizando fuertes movidas en los barrios, congregando distintos sectores políticos, sociales y sindicales. El joven dirigente cuenta con un apellido de peso dentro del peronísmo. Es nieto de Rayco e hijo de Alfredo, dos hombres de trayectoria y de gran protagonismo en el plano político y sindical. A través de su discurso, Atanasof tiene una concepción más moderna de la política. Plantea la necesidad de "construir una nueva mayoría para frenar la segunda etapa del ajuste". Y además, fogonea la unidad por sobre todo, se cuida de no confrontar con el cristinismo y hay quienes aseguran que también hay que ponerle un pleno para una fuerte disputa en las PASO.
Mientras tanto, Los Bruera permanecen agazapados. Rearman sus fuerzas. Pero hasta que no estén seguros, no subirán la vara para pegarse a ningún candidato. No se jugarán ni por Florencio Randazzo, ni por Cristina, como tampoco por Daniel Scioli, pese a la recorrida por la ciudad. 
No obstante, en la rosca política,  se asegura que Pablo Bruera tiende puentes con Randazzo. Está distanciado de la diputada provincial Valeria Amendolara, una figura clave y a quien también muchos ven con futuro para acceder al sillón del palacio de la calle 12.
Los brueristas se entusiasman en señalar que ellos hicieron muchas obras en el espacio público, algo que Julio Garro no ha concretado. Pero los observadores políticos se inclinan en señalar que la carga negativa que tiene el apellido Bruera en una boleta, podría convertirse en un salvavidas de plomo para el PJ. Se sostiene, que los hermanos tienen picos de más de un 60% de rechazo.
La semana pasada Daniel Scioli y Pablo Bruera recorrieron la cooperativa de Trabajo Unión Papelera Platense. La foto terminó irritando la sensible memoria de gran parte de los platenses, que identifican a ambos con la trágica inundación del 2 de abril del 2013, que dejó el saldo terrorífico de 89 muertos. No hay que olvidar que en esos días el ex intendente estaba de vacaciones en un exclusivo club de playa brasileño . Y desde su entorno tuitearon que se encontraba asistiendo con bidones de agua a los inundados, algo que nunca ocurrió. La mentira tuvo patas cortas y terminó en un verdadero escándalo. No obstante, Bruera amortiguó el golpe y logró sostenerse, favorecido por sus buenos socios periodísticos. El haber repartido abundante pauta publicitaria, le acercó un chaleco antibalas y aún le quedaría crédito. Quedan todavía trasnochados que sueñan con la vuelta del ex intendente, para recuperar las acciones perdidas y volver a engrosar sus billeteras. Pero el sentido común obliga a pensar que no se puede tapar el sol con las manos. Para una vuelta segura de los Bruera, habría que borrar el pasado, algo que está escrito a fuego en la memoria de los platenses.

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