miércoles, 14 de marzo de 2018

Alerta en la Rosada: empezó a florecer el rechazo a Macri y pone en jaque el proyecto reeleccionista

La incesante ola de aumentos. La inflación que aparece como la principal preocupación de la gente. La suba del dólar que erosiona los salarios y la reforma previsional, son algunos de los factores que han intensificado el malhumor social contra el Gobierno. Estas circunstancias han hecho florecer con fuerza la idea del antimacrismo. Una prueba de ello, es que al día de hoy casi la mitad de los argentinos se autodefinen como opositores a la actual gestión.




"Si el río suena, algo trae”, reflexiona el politólogo Roberto Bacman, autor de la encuesta. Frente a este escenario, las primeras espadas de la Casa Rosada estudian variantes que puedan reflotar la situación y sacar de la zona de riesgo el plan reeleccionista de Mauricio Macri para el 2019. El peronismo, que es rápido para olfatear debilidades, comenzó a armar un proyecto de unidad.El caso argentino se ha proyectado al mundo. A tal punto, que uno de los diarios más prestigiosos sobre economía y negocios, el Wall Street Journal de Estados Unidos, advirtió que el gobierno de Macri podría “terminar antes de tiempo” y que la “inflación acecha” su gestión.
La periodista y analista Mary Anastasia O´Grady mostró cómo varios países del mundo observan al fenómeno argentino, como algo que desentona completamente con las palabras del presidente al explicar que “en el mundo nos creen” sobre los cambios que estaría encabezando Cambiemos. Para la periodista del Wall Street Journal “Argentina necesita un golpe decisivo contra la inflación” y alertó que de eso también dependerá el equilibrio del gobierno nacional para “sobrevivir y prosperar”.
Sin embargo, para la especialista la mejor salida para el país es encabezar medidas audaces, abandonando “el camino gradual”, mostrando la visión neoliberal con la que escribe. Esto es necesario según la colega para poder "liberar una economía encadenada por altos impuestos, fuertes regulaciones y proteccionismo comercial", debido a que hay una posibilidad de que el principal "riesgo” sea que se le “acabe el tiempo" para concluir con estas medidas.
Sobre esto profundizó explicando que el último presidente“no peronista” en terminar su mandato fue el radical Marcelo T. de Alvear, en 1928.
Hilda Chiche González de Duhalde, también se metió en la polémica al señalar qiue "me preocupan 4 años más de Macri y Vidal en la medida en que sigan sin acertar con sus políticas". Así de contundente fue el diagnóstico de "Chiche" al ser consultada por la situación actual del Gobierno. La ex senadora y ex primera dama reveló que su marido, el ex presidente Eduardo Duhalde, "habla con los ministros" pero "es difícil que escuchen".
Durante los últimos meses, los Duhalde mantuvieron un discurso público alineado: en los tradicionales brindis de fin de año en los que participaron, repitieron una y otra vez que "abajo" la situación "está complicada", que "al Gobierno le cuesta entenderlo" pero que "no es hora de criticar sino apoyar". A mediados del años pasado, en vísperas de las elecciones, Chiche llegó a pedir "darle una oportunidad" a Mauricio Macri.
Esta vez, fue algo más dura: "Evidentemente el Gobierno no le encuentra la pata a la sota", dijo González de Duhalde este fin de semana, pero sostuvo que "al peronismo le falta bastante para recuperarse": "Hay voluntad de juntarse pero nada más". Y por su puesto, fue crítica de la gestión de Cristina Kirchner: "fue mala".
 
LOS SUELDOS MAS BAJOS DE LA REGION
 
La situación de Argentina en el plano económico es una bomba de tiempo. Es el país con los sueldos más golpeados de la región, según dio cuenta en un estudio la Universidad de Avellaneda. La evolución del salario mínimo vital y móvil (SMVM) entre 2015 y 2017 y observó una caída en el poder del 6,1% en los primeros dos años de la gestión Cambiemos. La suba del dólar ha erosionado aún más a los sueldos de los trabajadores.
Paradojicamente, los meses de la caída de la aprobación de Macri, diciembre y enero, coincidieron con que por primera vez no estuvo en Argentina casi tres meses seguidos Jaime Duran Barba, quien se concentró en su país para que Rafael Correa no pueda ser presidente de Ecuador. Cumplido ese objetivo con el triunfo de su cliente, el actual presidente Lenín Moreno, sobre Correa en el referéndum, Duran Barba regresó a la Argentina la semana pasada, pero le será cada vez más difícil encontrar formas de predisponer favorablemente a la sociedad con Macri si la economía no mejora. Por primera vez en mucho tiempo, la suba de los precios le pelea un lugar de privilegio a la inseguridad, el otro demonio con el que convive el país.
Estamos frente a la postal de un país desordenado, que muestra que el Gobierno no tiene un plan político ni económico. Macri continúa con su política de prueba y error. No es reforma permanente, es  la búsqueda constante de aciertos . Cuando estos se vuelven mezquinos y la ponderación positiva del oficialismo cae, todo se vuelve un desesperado intento para hacer pie firme ante una sociedad desconforme., como ocurre hoy.
La segmentación político-ideológica sigue siendo un indicador que se convierte en una de las principales claves para explicar la actual situación. Al respecto, se mantiene la tendencia observada un mes y medio atrás: desde mediados de diciembre cada vez son menos los oficialistas y en forma concomitante siguen creciendo los independientes y opositores. Argentina necesita un golpe decisivo contra la inflación. Y también lo necesita la presidencia de Macri para sobrevivir y prosperar.
No obstante, en la Casa Rosada pronostican que la situación se replicará hasta mediados de año, pero pasada la tormenta se estabilizará la economía y habrá un desahogo para sectores medios y bajos. Pero mientras tanto barajan un paquete de medidas para equilibrar el costo político de la agenda negativa de los aumentos de tarifas, del dólar y de la inflación.Las primeras espadas del Presidente sostienen que "la estrategia es pagar el costo, hasta junio próximo, por medidas necesarias pero impopulares por el esfuerzo de la clase media. Después se estabilizará todo y creceremos a casi 4% del PBI".
 
NO LE ENCUENTRAN LA VUELTA A LA ECONOMIA
 
Transcurrido ese lapso, Macri buscará posicionarse para intentar su reelección en 2019. Fuentes de la Casa Rosada, aclararon que "la decisión recién se oficializará bien entrado el año electoral". Mientras que el compañero de fórmula “se definirá a último momento”, decisión que recaerá en manos de "la mesa chica” del Gobierno donde prefieren que sea un dirigente "puro del PRO". 
Para revertir la baja en su popularidad, que ya se siente en las encuestas, el Presidente desplegará una agenda institucional, de transparencia y austeridad. Por el momento, eligió ahora dar las batallas más peligrosas, como la pelea por sanear los sindicatos y que los dirigentes presenten sus declaraciones juradas. Por ello chocó con el intento de cerrar paritarias salariales en el 15% y negociar una conflictiva reforma laboral.También activó bajas de contratos temporarios en organismos del Estado, como INTI, Fadea, Hospital Posadas, Fabricaciones Militares o Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, denunciados como despidos masivos en actos callejeros.
A esas medidas, por un error político, sumó más crispación con el escándalo del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que designó a su empleada doméstica Sandra Heredia en la intervención en el SOMU. En medio esta situación que levantó olas, y de varias detenciones de sindicalistas, los organismos de control -AFIP, UIF- y la diputada Graciela Ocaña, de Cambiemos, iniciaron otra ofensiva enviando informes a las causas de corrupción y lavado de dinero contra el jefe de Camioneros, Hugo Moyano, y contra empresas vinculadas a su familia y su gremio. En tanto, avanzan otras investigaciones judiciales contra otros dirigentes sindicales poderosos.
En lo que tiene que ver con la caída en las encuestas, los especialistas aseguran que las explicaciones nuevamente hay que buscarlas en la economía. Sucede que las opiniones adversas al manejo de este frente no son exclusivamente de opositores, sino que abarcan a grandes sectores que se consideran a sí mismo como independientes e incluso alguna franja que se ubica como oficialista. Entre estos últimos, son mayoría los que dicen que Cambiemos fracasa en el manejo de la inflación, la pobreza y las tarifas. Además, en diciembre, fueron durísimos con la reforma previsional a la que consideraron un recorte injusto de jubilaciones y pensiones. La medida adoptada por la administración Macri golpeó justo en uno de los sectores que más votó al actual presidente, los mayores de 65 años. 
La situación económica, muestra más incógnitas que certezas. En cuanto a la alta inflación no parece amainar, lo que deriva en un fuerte estrés para las familias, en especial en los sectores medios asalariados que deben afrontar gastos crecientes en servicios públicos, transporte, medicina prepaga, colegios privados, combustibles, impuestos municipales, etc., sin que los ingresos acompañen la suba del costo de vida, lo cual, en definitiva, termina deteriorando la calidad de vida de amplios sectores de la población. No es cierto que la gente pueda acostumbrarse a la inflación. Todo lo contrario, esto implica gran desgaste para la sociedad, que termina también desgastando a los gobiernos.
Desde diciembre, los que se consideran oficialistas pasaron del 31 por ciento al 26, es decir que los que se situaban como adherentes a la Casa Rosada disminuyeron en cinco puntos. Del otro lado, los que se autotitulan opositores, subieron seis puntos, del 42 por ciento al 48 por ciento. En el medio se mantuvieron estables los que dicen no ser ni oficialistas ni opositores. Por supuesto que los pases no se produjeron de oficialistas a opositores. Los oficialistas pasaron a hacerse independientes y parte de los independientes se pasaron al bando opositor. Pero, como señala Bacman, lo significativo es que hoy por hoy casi la mitad de los consultados se ubican entre los opositores.
Hay que decir que durante años la principal preocupación de los argentinos fue la inseguridad, pero ahora la economía está al tope de las inquietudes, básicamente por la inflación, los salarios que no alcanzan y la marcha de la economía en general. El CEOP registra un 66 por ciento de los encuestados que sostienen que su principal preocupación es la económica, en esas tres variantes. A esto hay que sumar que ya hay un 30 por ciento que habla de la desocupación como una de las cuestiones al acecho. 
 
LA POSTAL DE LA HISTERIA POR LA INFLACION
 
En lo que está siendo otro verano negro para los trabajadores, enero acumuló 6.639 nuevos despidos y suspensiones. La cantidad de personas que quedaron sin empleo en el mes prácticamente duplicó a la de diciembre. Si la comparación se hace con enero de 2017, el resultado es también un incremento del doble. Esta nueva ola de cesantías fue motorizada por la decisión del Gobierno de no renovar miles de contratos de trabajo en la administración pública nacional. La ofensiva incluyó un llamado del presidente Mauricio Macri para que las provincias y municipios siguieran el ejemplo. Y de hecho, los principales intendentes de Cambiemos en el conurbano lo hicieron. El 58 por ciento de los despidos del mes de enero fueron provocados así por expulsión de trabajadores del sector público. 
El politólogo Bacman sostiene que “ el gobierno está frente a un verdadero desafío. Debe producir verdaderos cambios que lleguen a la gente. El maquillaje, a esta altura de los acontecimientos no alcanza. Para muestra solo hace falta un botón: casi la mitad de los argentinos está convencida que el decreto firmado por el presidente Macri para congelar salarios de funcionarios e impedir más designaciones de familiares es considerada una medida simbólica. En otras palabras, una cortina de humo. Se acabaron los tiempos de promesas, llegó la hora de realidades concretas”. 
Es evidente que estas evaluaciones negativas y retrocesos del oficialismo tienen su peso electoral, pero en ese aspecto lo decisivo también está en lo que ofrece la oposición como alternativa. Hoy por hoy, en la Casa Rosada sostienen que cuentan con margen de maniobra porque –según evalúan– confían en alguna recuperación económica para este año y, sobre todo, en el hecho de que no hay ningún proyecto político que aglutine a la oposición.
Algunos sostienen que la imagen del presidente Mauricio Macri se sigue deteriorando y ya cayó nada menos que 12 puntos en los últimos tres meses. Sólo cuatro de cada diez argentinos opinan bien o muy bien del Presidente. El escándalo de Jorge Triaca tiene su influencia, pero la clave está en la economía: siete de cada diez personas dicen que la economía está mal; casi la misma proporción afirma que la situación en su casa está mal o muy mal y enormes mayorías son muy críticas de lo que ha hecho el gobierno respecto de las tarifas, la inflación, la pobreza y los jubilados. Como era de esperar, también es generalizada la preocupación por el dólar y se considera que el aumento de la divisa norteamericana indefectiblemente se está trasladando a los precios. 
Las conclusiones también surgen de la tradicional encuesta telefónica realizada por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que conduce Roberto Bacman. En total se entrevistaron 1.000 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.. 
Las cifras de Bacman coinciden en parte con la última medición del Monitor del Humor Social y Político que realizó DAlessio Irol/Berensztein donde se señala que el oficialismo pierde adhesión entre quienes lo votaron para ejercer el poder. Como resultado de ello, se aprecia que predomina el pesimismo respecto de las principales variables y el futuro de la economía, más allá de que ese escenario no sea capitalizado por ningún referente de la oposición.
El sondeo, realizado durante el mes pasado a más de 1000 adultos en todo el país, exhibe un incremento en la evaluación negativa sobre la situación económica en la que se encuentra el país respecto de un año atrás. En esa línea se expresaron un 57% de los encuestados contra solo un 40% de respuestas positivas, un registro que marca un piso más favorable para comenzar el año, en comparación con lo registrado en 2017, aunque también señala el peor nivel desde julio pasado, el mes previo al paso por las urnas para las elecciones primarias.
Peor aún es la mirada sobre el futuro que alcanzó un pico de pesimismo desde julio de 2016, cuando comenzó a publicarse el estudio. Para más de la mitad de los entrevistados, la situación económica dentro de un año estará peor, mientras que un 44% cree que mejorará. Los datos son diametralmente opuestos a los recabados en noviembre último y muestran el peor nivel de la serie.
A la hora de buscar las razones, el informe hace hincapié en la incertidumbre asociada a "los rezagos del convulsionado mes de diciembre", en el que fueron protagonistas los enfrentamientos en las calles durante la aprobación de la reforma previsional y la evolución de los precios encendió una luz de alerta.
Hace una semana, una encuesta de Management & Fit posicionó a la inflación superando directamente a la inseguridad como principal preocupación de la gente. Y algo parecido sucede con el sondeo de humor social que realiza el Grupo de Opinión Pública en este mes. Ubica a las dos variables casi en igualdad de condiciones. Es un fenómeno que no sucedía desde junio de 2016 y que deja al descubierto la postal de la histeria que genera el aumento del costo de vida en la piel de la ciudadanía. Ese cambio da cuenta del miedo al futuro, una sensación incómoda para la estrategia  que pretenden instalar los dirigentes políticos del oficialismo para prolongar otros cuatro años el inquilinato en la Casa Rosada. 

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