martes, 9 de agosto de 2016

Pan y trabajo, el grito de San Cayetano que Macri no puede dejar de escuchar

Tal vez, este domingo 7 de agosto pase a la historia como una de las celebraciones más emblemáticas y dolorosas del Día de San Cayetano. Seguramente la expresión del pedido de "pan y trabajo" será más multitudinaria que nunca. Irá como un relámpago de La Plata, a La Quiaca y de allí a Tierra del Fuego, a la luz del angustioso momento que atraviesan amplios sectores de la sociedad.


El país está casi en coma, jaqueado por la inflación, los tarifazos, los ruidazos, las ollas populares y la recesión. Frente a este cuadro de situación, la pérdida de puestos de trabajo y la indigencia crecen de manera preocupante. Mientras tanto, es notoria  la carencia de un plan para salir del pozo. Y aunque ya estamos transitando por el segundo semestre, la luz sigue sin asomar al final del túnel. Por el momento no hay esperanza de reactivación."Es un clima inflamable, peligroso como acercarle un fósforo a un tanque de nafta", reconoció un economista en las últimas horas.  El propio Papa Francisco se involucró en la angustiosa geografía popular y acaba de advertir, en una señal clara y fuerte hacia el Gobierno, que los índices de desocupación de la Argentina "son significativamente altos".
EL ENTRAMADO BASICO A QUE ALUDE EL PAPA
"Cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad. Y en esta celebración  de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo", subrayó el Sumo Pontífice.En la misiva, también remarcó que en la Argentina es "difícil" conseguir trabajo. Francisco afirmó que "una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo". Resaltó que esto último "es lo que le confiere dignidad" a la persona. El Papa fue más allá y destacó la importancia del "trabajo, esa T (que junto con las otras dos T: Techo y Tierra) está en el entramado básico de los Derechos Humanos", por lo que insitió en que "cuando pedimos trabajo para llevar el pan a casa estamos pidiendo dignidad".
Los movimientos sociales y sindicales también marcarán su presencia frente a la iglesia y pondrán su sello para honrar a San Cayetano. Encima, agosto viene cargado de tensiones y conflictividad social por las marchas y protestas que se anuncian desde diversos gremios. Todos claman por la reapertura de paritarias para poder empardar siquiera, el deterioro de los salarios. En esa dirección, este domingo la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) marchará desde el santuario de Liniers a Plaza de Mayo para cuestionar las políticas económicas. En tanto, el gremio de estatales (ATE) realizará cuatro días después un nuevo paro nacional para exigir la reincorporación de miles de trabajadores despedidos y el cumplimiento de la ley marco de regulación del empleo estatal. La protesta, que contemplará una movilización a la Plaza de Mayo, contará con el respaldo del Movimiento Evita, Barrios de Pie y la agrupación que reúne a los cooperativistas CTEP. A su vez, el 24, sindicatos de la CGT y la CTA confluirán en una “marcha federal”, una postal similar a la que se observó en los años 90. 
DESAPARECIERON MILES DE EMPLEOS
Todo tiene que ver con el caldeado clima laboral, la recesión y las importaciones que también impactan en la producción de las pymes, las máximas generadoras de empleo en el país. Frente a este escenario, los numeros son  incuestionables. Un informe del Observatorio del Derecho Social compila cifras oficiales hasta mayo y el resultado es alarmante. Casi 130 mil puestos de trabajo destruídos y un deterioro salarial de casi 10%, solo en el ámbito de los empleados registrados. El mercado laboral se encuentra en un momento de claro ajuste para los trabajadores que se expresa en despidos y pérdida de poder adquisitivo del salario. Además, las changas han desaparecido en el Gran Buenos Aires, donde la necesidad de comer en miles de hogares se ha convertido en un vía crucis. Una prueba de ello, son los merenderos y comedores escolares que cada vez son más concurridos. El clamor por alimentos, también es una constante en los municipios, a los que ya no les alcanzan los recursos para satisfacer tantos estómagos. Hace una semana, otro llamado de atención para el Gobierno, provino de la organización Barrios de Pie, que sembró más de cien ollas populares en puntos neurágicos de la capital federal. Y por si fuera poco, en medio de este marco, apareció el trueque en diversas zonas de GBA, otra de las dolorosas fotografías de aquel triste 2001.
ESTREPITOSA CAIDA DEL SALARIO
Por citar algunos ejemplos, el drama laboral tiene raíces más profundas. El instituto de investigación dependiente de la CTA de Pablo Micheli registra “una caída del salario real, entre noviembre de 2015 y mayo de 2016, del 9,6% en promedio para los trabajadores registrados del sector privado”. Según las cifras, “se trata de la mayor caída porcentual, para este período, desde el año 2002, y provoca que el salario real se encuentre en los niveles más bajos desde el año 2010. Los datos oficiales no hacen más que confirmar las denuncias que las organizaciones sindicales hemos venido efectuando desde fines del año pasado y que dan cuenta del intento de los empleadores de descargar los costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores”, concluyen desde el Observatorio.
Con una inflación interanual del 45%, superior a la de la salida de la convertibilidad, es evidente que los empresarios no escuchan el pedido de Macri, de aflojar la cuerda con los precios. En lo más alto del poder se preguntan en voz baja: "no se entiende lo que pasa. Apoyan el peronismo, los gobernadores, los sindicatos, sacamos todas las leyes, levantamos el cepo y el default, aseguramos gobernabilidad y las inversiones no llegan. Lo único que hacen es seguir aumentando los precios. Salvo el campo, el resto especula y critica‘".
La irritación oficial con el denominado "circulo rojo", crece al ritmo de la decepción frente a los estériles resultados de las acciones del área económica del Gobierno. No está tan claro cuándo ni con qué volumen llegará la reactivación, y si bien la inflación bajó de los picos del segundo trimestre, los precios siguen presionando a la depresión del bolsillo y el consumo. Con este frente de turbulencia en la economía, seguramente, este domingo los fieles se multiplicarán por millones a lo largo y lo ancho del país. Pedirán más que nunca "pan y trabajo". Hay motivos más que sobrados para que el Gobierno escuche el mensaje y ponga manos a la obra. 

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