martes, 3 de enero de 2017

Garro puso a la opinión pública al palo y sacó chapa de intendente "castrador"

Seguramente que cuando los inspectores de la Municipalidad de La Plata serrucharon por considerarlo "obsceno" el miembro viril de un muñeco gigante de papel del "Negro del WhatsApp", el intendente Julio Garro habrá respirado tranquilo porque desde la Curia lo felicitaron por su actitud. Además, Garro imaginó que estaría complaciendo a la moral media y de esa manera haría que los vecinos se olviden de vociferar por las calles plagadas de baches y los cientos de luminarias quemadas que no reparó.


Este personaje insólito, al que el lord mayor de la ciudad mutiló sin piedad , ya había cobrado fama mundial a través de una foto que llega a los teléfonos celulares por medio de redes sociales. En nuestra ciudad, integra el grupo de figuras que serán quemadas en los primeros minutos de 2017 como parte de una tradición histórica. Garro le evitó una erección en llamas al muñeco con su inexplicable castración. Además, el hecho seguramente le  ahorrará a más de un padre tener que explicarle a sus hijos que los muñecos también pueden tener tener pito, porque se asemejan a la realidad.
"El Negro del WhatsApp" es uno de los cien muñecos con una estructura de madera y hierro, revestidos con papel de diario y papel maché pintado, rellenos de pirotecnia, que confeccionan los vecinos sobre ramblas o esquinas despobladas y que representan personajes infantiles, dinosaurios, mitos griegos o figuras políticas que arderán después de medianoche, en una tradición única que en La Plata se celebra desde 1956.
Los agentes de Control Urbano, después de comerse un aluvión de insultos se llevaron esa parte del muñeco erigido en las calles 3 y 521, tras haber solicitado previamente a los jóvenes que lo estaban construyendo que tapasen ese segmento del muñeco. Fuentes de la Comuna explicaron que el operativo se llevó adelante porque en los últimos días se habían recibido varios llamados de vecinos que consideraban obscena esa instalación.
"Si bien el muñeco contaba con autorización, no se conocían las particularidades que después fueron consideradas como fuera de lugar por gente del barrio; esa fue la razón que dio lugar al operativo que constó en retirar esa parte y labrar un acta", explicaron los voceros.
El titular de Control Urbano, Roberto Di Grazia, explicó en declaraciones a la prensa que "se trata de un evento cultural familiar y no podemos convalidar algo que está mal. Le tuvimos que poner un límite".
Al conocerse la noticia, en Facebook se crearon diversos grupos que se manifestaron en contra de la decisión de la Comuna y pidieron la restitución de la parte quitada del muñeco por considerarlo un acto de "censura". Por estas horas ya no habrá cirujano que atienda urgencias para devolverle al muñeco la posibilidad de regresar a su estado normal. Lo único que logro Garro con su actitud, es poner a la opinión pública al palo.

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