miércoles, 11 de enero de 2017

Pinamar con un 60% de ocupación busca evitar el naufragio con el turismo express

Frente al nuevo escenario gasolero, los empresarios de Pinamar se verán obligados a reinventarse el próximo verano. Tendrán que barajar y dar de vuelta si quieren competir con la oferta brasileña, que este año captó a gran parte del los argentinos.Quienes lleguen a la costa verde, se encontrarán con que todo ha cambiado.No existe la aglomeración de otros años, tampoco cuesta demasiado estacionar en el centro y no hay que hacer cola en los restaurantes.


El exclusivo balneario está a un 60% de su capacidad y  recién llega al 85% con el turismo de fin de semana.El panorama no se condice con las inversiones millonarias que han hecho los dueños de los paradores para mejorar el paisaje con construcciones muy coquetas. En ese contexto, el intendente Martín Yeza agregó otro dato preocupante, al subir los impuestos en plena temporada lo cual desató la bronca generalizada. Es la segunda vez que lo hace en poco más de un año de gestión.Encima se fijó un sueldo de 250 mil pesos mensuales. Lo insólito es que ni siquiera ordena levantar la basura que abunda en la zona del bosque, como tampoco tapa los pozos en las calles.
El que en otros tiempos fuera balneario estrella de la costa Atlántica, ha perdido protagonismo y los comerciantes locales imploran por la llegada del turismo express para nivelar en parte sus ingresos ante la falta de veraneantes permanentes.
Este fenómeno del turismo relámpago, venía asomando de a poco en años anteriores, pero hoy se ha instalado definitivamente. Pinamar, presenta por estas horas poco más del 60% de ocupación, pero del viernes al domingo, crece al 85% y las playas recobran su esplendor. Para los empresarios, es un verano demasiado planchado."Pese a que fuimos muy cautos y subimos los precios un 25%, además de dar facilidades de pago con tarjetas de crédito y variadas promociones, mucha gente eligió otros destinos como Brasil y Chile que ofrecen propuestas más baratas y los aéreos hasta en 18 cuotas", admiten. 
Otra curiosidad son las playas inundadas. En varios paradores cercanos al centro, unas diez cuadras al norte de la rambla de Bunge, el mar se comió una parte y formó una gran canaleta al lado de la zona de carpas que todas las mañanas con la pleamar se nutre de agua. En algunos trechos tiene una profundidad de hasta 80 centímetros y varios puestos de guardavidas han quedado parcialmente cubiertos. 
Según comentan los bañeros, una de las causas posibles es el movimiento de arena provocado por las obras que se hicieron durante todo el año en los paradores de esa zona. Tiene que ver con que a partir de una nueva legislación, la comuna obligó a los concesionarios a demoler todas las construcciones hechas con cemento y levantar paradores con materiales y arquitectura sustentable. Las obras y las demoliciones generaron mucho trabajo de máquinas sobre las playas angostas. De todas maneras estos grandes charcos de agua sobre la playa, no molestan a los turistas y los chicos los aprovechan para jugar.
EMPRESARIOS MUY PREOCUPADOS
La movida de este verano no favorece en nada a los dueños de los balnearios, que hicieron una inversión millonaria para darle otra fisonomía superadora a la costa y mejores servicios a los turistas. Nadie quiere dar cifras claras de ocupación y reservas, apostando a que la situación cambie en la segunda quincena de enero. No obstante, en un hotel cuatro estrellas en la zona céntrica, con tarifas que oscilan los $2.000 la noche, reconocen que durante la semana tienen un 50% de ocupación, pero de viernes a domingo trepa al 90%. 
En las inmobiliarias los argumentos son coincidentes en que la mayoría de los turistas se inclinan por departamentos de dos ambientes sin grandes lujos que cuestan entre 20 mil y 30 mil pesos la primera quincena, ya que las viviendas de tres habitaciones en la zona del bosque oscilan entre 45 y 50 mil pesos en el mismo período. Muchos propietarios de casas importantes debieron cobrar valores similares a los del año pasado, para poder alquilar ante la falta de ofertas. En estos casos dos familias se ponen de acuerdo y comparten los gastos, en períodos que no superan los 15 días de estadía. También hay quienes alquilan por una semana a un precio de 3 mil pesos por día.
IMPUESTOS CAROS PARA UN SERVICIO AUSENTE
El intendente de Pinamar, Martín Yeza, quien el martes cumplió 31 años, encuentra razones sociales para explicar la nueva tendencia: "Las vacaciones cortas se imponen y se terminó de instalar como una manera diferente de experimentar el descanso. Muchos de esos turistas vienen durante el año porque les queda cerca. En tres horas y media están acá. Parte de los desafíos de las ciudades balnearias es reinventarse en ese sentido". 
El jefe comunal, no pasa por un buen momento. Es fuertemente criticado por el abandono que presenta la zona del bosque, donde en casi todas las calles hay pilas de ramas y hojas y hasta se hace difícil transitar para los automovilistas. 
"A Yeza le pagamos los impuestos más caros del país y ni siquiera recoge la basura", reniegan los pobladores. No obstante la bronca, la Asamblea de Concejales y Mayores Contribuyentes votó  en las últimas horas a favor de un aumento de un 24% del valor del módulo, que pasará de 7,95 a 9,25 pesos.La presidenta Mercedes Taurizano, tuvo que desempatar con su voto doble. Hay que decir que Yeza  vio frustradas sus intenciones de lograr una suba del 50%.
Por estas horas, la oferta hotelera representa en Pinamar el 35 por ciento del total de 270 mil camas disponibles. Según datos del Intendente, en el inicio de la temporada hay un 65% de ocupación hasta el jueves, y llega al 80% para los viernes, sábados y domingos. 
Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, retrucan señalando que: "No llegamos al 40%. Por eso estamos esperando que rindan los fines de semana". No obstante, todos apuestan que la segunda quincena de enero con las promociones que se ofrecen, sea la que salve las papas del fuego.
CUIDADO CON LOS "PLAYACHORROS"
En materia de inseguridad, hay que alertar a los turistas sobre la proliferación de una nueva modalidad delictiva de arrebato. Es la presencia de los denominados "playachorros", que se dedican a robar mochilas en los balnearios. Diego Uribe, un conocido periodista local utilizó las redes sociales para solicitar la colaboración de la comunidad con el objetivo de recuperar los documentos de su esposa e hijos, ya que la mujer sufrió el robo de su mochila. Este flagelo también azota a otros a los destinos turísticos de la Costa Atlántica, entre ellos, Villa Gesell y Mar del Plata. 
 
"Hoy me tocó a mí. En la playa robaron la mochila de mi señora, y lo único que nos importa son los documentos y recuerdos de los chicos. Están a nombre de Ana Paula Sánchez, Lorenzo Uribe y Juan Basualdo. Si alguien los encuentra se los agradezco", escribió Uribe en la red social Facebook. La vigilancia policial en el distrito es importante, pero no tiene la envergadura del año pasado.

LOS PARADORES BRILLAN EN EL PAISAJE

Para quienes lleguen al distrito, se gratificarán observando que más de la mitad de los balnearios muestran un perfil edilicio superior, con mayores comodidades y servicios. Se calcula que cada concesionario invirtió más de cuatro millones de pesos en demoler y volver a levantar un balneario amigable con el medio ambiente, asentado sobre pilotes de madera. De un total de 46 balnearios, son 23 los que están a nuevo y esperan a los turistas con 20 mil metros cuadrados menos de hormigón sobre la playa.
Lo que llama la atención y pone una nota diferente, es el balneario Barbados, cuya construcción es de containers pintados de naranja. Los que quedaron más lindos y muestran mayor afluencia de turistas, son Salvador Gaviota. Perico Beach, Pájaros, La Rada, Terrazas al Alba, Marbella, Cocodrilo y Select Beach (ex Mama Concert). En cambio CR, el tradicional balneario de los políticos, se muestra casi solitario. Tendría que haber sido demolido en esta primera etapa, junto con La Nueva Posta, pero los propietarios presentaron recursos de amparo y obligaron a la comuna a ir a juicio. Las Brujas también consiguió eludir una parte de la reconstrucción, pero deberá hacerlo el año próximo.
 Si bien es cierto que la mayoría de los paradores muestran espacios menores de estacionamiento, frente la afluencia turística actual resultan suficientes. Para quienes quieran tomar nota de un consumo gastronómico, una hamburguesa completa cuesta $120, una porción de rabas $160, la de papas fritas $90, una gaseosa de 600 ml $35 y una cerveza de litro $100.  Lo relevante, es que menos el jueves pasado donde hubo una sudestada, el tiempo está acompañando con sol y altas temperaturas desde los últimos días de diciembre. Por lo menos, es una caricia para quienes volvieron a apostar por la costa verde.

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