viernes, 23 de agosto de 2013

El caso de acoso escolar ocurrido en Wilde obliga al Estado a actuar en grande





Por Jorge Joury

La historia que vamos a contar nos llena de indignación, nos averguenza como sociedad y hiela la sangre el solo pensar que le pueda pasar a uno de nuestros hijos. Es el caso de Agustín, un joven que sufre retraso mental y al cual, algunos de sus compañeros de la escuela Básica número 23 de Wilde, lo someten a diario a un brutal castigo corporal. Las imágenes de este bochorno nacional por estas horas recorren el mundo a través de Youtube, ya que un chico que defiende a la víctima, las subió para generar una respuesta de las autoridades.

Es tanta la impiedad con este discapacitado, que en el video se observa claramente como una compañera se suma a la golpiza y disfruta de la misma, con alaridos propios del circo romano. Quienes participan de este "festín macabro", son claramente identificables, por lo que se espera que las autoridades tomen cartas en el asunto, mínimamente expulsándolos del colegio. Y lo peor, es que este disparate viene de mucho tiempo atrás, ya que cambiaron cinco directores, pero aún nadie pudo detener a las fieras.

Si analizamos los números fríos en torno al acoso escolar que afecta a los más pequeños, pero que obliga de una vez por todas a actuar en grande, nos vamos a encontrar con que en el primer semestre del año hubo setecientos casos, muchos ocurridos en la zona Sur, como el viacrucis que le toca vivir a Agustín. Y lo más dramático es que los especialistas que fui consultando durante el año en mi programa radial, me señalaron de manera coincidente que el 87% de los chicos alguna vez sufrieron esta forma de violencia en las escuelas.

También a esta suerte de pesadilla se lo denomina bullying, y se trata ni mas ni menos que de una forma común de violencia contra los niños. Para el lector tenga noción sobre esta suerte de nueva pandemia del Siglo XXI, Unicef estableció que entre el 50% y el 70% de los estudiantes en América Latina fueron acosados o bien testigos de incidentes de estas características. Quienes analizan el trazo fino de los comportamientos humanos, coinciden que si bien el maltrato escolar no es un fenómeno nuevo, han sido en los últimos tiempos la tecnología y las redes sociales, quienes multiplicaron de manera exponencial su alcance y el impacto del problema.Además hay que decir, que el acoso cibernético (o cyberbullying) se lleva a cabo en internet y con teléfonos celulares y puede tener consecuencias negativas en la salud mental: el abuso de sustancias y hasta generar el suicidio de algunas de las víctimas, es decir quienes más bajas sus defensas.




La doctora Paola Spátola, especialista en temas de seguridad y presidente del Centro de Estudios para la Convergencia Ciudadana sostiene que en nuestro país se calcula que el 15% de los niños y adolescentes está vinculado a casos de acoso escolar, ya sea como agresores o como víctimas. Al menos 240 mil niños y adolescentes argentinos son víctimas del bullying. "El 17% de ellos suele faltar a la escuela para evitar el maltrato, otro 10% sufre lesiones graves, y 7% intentó suicidarse a causa de la persecución permanente", manifestó.

Poniendo en valor el caso ocurrido en Wilde, la profesional consignó que "se llega a este nivel creciente de bullying y acoso escolar porque los jóvenes van probando qué límites hay, y evidentemente tanto las autoridades de los colegios como los padres de los alumnos no están siendo claros y contundentes en esta materia. No hay educación sin sanción, ni sanción sin educación".

Como señaláramos al comienzo de la nota, sólo en los últimos seis meses de 2013, en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense se denunciaron más de 780 casos de bullying, por lo que crece la preocupación por el aumento de esta forma de hostigamiento.Así lo reveló un estudio de la recientemente creada ONG Bullying Sin Fronteras dirigida por el abogado Javier Miglino, otro de los profesionales que desfilaron abordando esta problemática en mi programa radial. Miglino asegura que "las denuncias que llegan a los juzgados vienen creciendo a un ritmo anual del 30%, y no sorprende para nada, porque en la Argentina estamos observando que hay un problema gravísimo con la violencia en los espacios educativos".

"En los últimos cuatro años, hubo seis casos de nenes fallecidos a partir de casos concretos de bullying. Dos hechos ocurrieron en este 2013, en Corrientes y Misiones. Lo que se visualiza es una mayor presencia de violencia física en las denuncias que llegan a la Justicia. Por eso, hay hechos gravísimos con niños lastimados, con consecuencias tremendas en sus vidas", insistió Miglino.Del total de los casos denunciados según la ONG, 460 ocurrieron en la Ciudad de Buenos Aires y 320 en el Conurbano. El año pasado fueron más de 600 los episodios. Y vaticinan que "este año las cifras terminarán por encima de los 800 casos".Por su parte Paola Spátola agregó que "pocas son las escuelas que se comprometen directamente con este fenómeno del bullying. Claramente la sociedad argentina tiende a miniminzarlo. Los padres y la sociedad en su conjunto deberían apostar por una educación democrática y no autoritaria, pero con reglas claras y límites justos. Debemos apelar a la sensatez y la responsabilidad de los medios de comunicación para avanzar en la autorregulación de ciertos contenidos. Esta es la prevención primaria, que constituye el primer dique de contención de los abusos escolares". A su turno el doctor Miglino acota que "la Justicia pone muchísima voluntad en las denuncias, se involucra con los chicos y sus familias; sin embargo, los tiempos de respuesta son lentos en función de lo que requieren los denunciantes".

La licenciada Andrea Baldantoni, quien es especialista en niños, adolescentes y familias de Hémera, centro de estudios del estrés y la ansiedad, agregó: que "un niño que se siente intimidado y maltratado por sus compañeros de forma repetida y sostenida, expuesto a agresiones físicas, verbales o sociales, es un niño en riesgo. El bullying es inaceptable, afecta al niño acosado, al acosador y al espectador".

La doctora Spátola hizo hincapié que "los Estados actúan exactamente igual que la sociedad:minimizan el tema, y la realidad es que esta problemática traspasó todas las clases sociales, es un fenómeno global.En el esfuerzo por detener al bullying, es importante "fortalecer" emocionalmente a los chicos y prepararlos para que puedan resolver conflictos sin violencia y no ser "presa fácil" del maltrato".

El doctor Miglino se remite a las estadísticas y sostiene que "en los últimos cuatro años hubo seis casos de pibes fallecidos a partir de casos concretos de bullying. Dos hechos ocurrieron en este 2013, en Corrientes y Misiones. Lo que se visualiza es una mayor presencia de violencia física en las denuncias que llegan a la Justicia. Por eso, hay hechos gravísimos con niños lastimados, con consecuencias tremendas en sus vidas.La Justicia pone muchísima voluntad en las denuncias, se involucra con los chicos y sus familias; sin embargo, los tiempos de respuesta son lentos en función de lo que requieren los denunciantes".

Los especialistas en la materia llegaron a la conclusión de que los niños deben saber que a cualquier lado que vayan es factible encontrarse con otros pequeños y personas que pueden ser crueles con ellos. Entonces viene al caso recomendar que es importante enseñar a nuestros hijos a "filtrar" las conductas de los otros, a discriminar entre lo que está bien y mal y no creer siempre en lo que los demás niños dicen. Un chico que está emocionalmente preparado y ajustado puede ponerse en el lugar del otro, registrar la "crueldad o el abuso" como algo externo y perjudicial y hacer algo al respecto.

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