viernes, 23 de octubre de 2015

Después de todo, el próximo presidente viene con fórceps


Por Jorge Joury

Comenzó la veda y llegó un poco de alivio. Sirve para ir meditando el voto. La campaña fue interminable para los candidatos y para la sociedad, apabullada por una andanada de spots publicitarios. El balance general, es que hubo más descalificaciones hacia los rivales, que propuestas superadoras. Por ende, la contienda dejó un glosario casi inédito. En la selva de adjetivaciones, abundaron términos como garrocheros, panqueques, borocotizaciones, choripán de oro, gorilas, borrachos de última copa, traidorzuelos, ñoquis, circulo rojo, tránsfugas,carpetazos, tucumanazo, cepo, cadenazos, aguantadero, curro, fraude, gradualismo y sobre el cierre, la frutilla de la torta, con la denuncia de espionaje a polìticos, jueces, periodistas y famosos. En la guerra del todo vale, los elementos mencionados fueron útiles para rapiñar un título en los medios y lograr una cuota fugaz de notoriedad. Pero de propuestas, hay poco para destacar. La oferta electoral de los tres principales competidores, salvo algunos matices, fue muy similar. Sorprendió Scioli sobre la hora, al anunciar que el impuesto a las ganancias lo pagarán aquellos que ganen un sueldo neto de treinta mil pesos.
En este escenario, trataremos de imaginarnos la tapa del diario del lunes. Para ello, entraremos en la entretela de lo que fue la campaña. Respetando los límites que impone la veda electoral, podríamos pasar el resaltador en la carencia de figuras aglutinantes. No hay un Alfonsín, un Ménem o un Kirchner. De haber sido así, el escenario sería más sencillo para aventurar un pronóstico. Es evidente, que la elección del próximo presidente será un parto que viene con la ayuda de fórceps, en medio de números ajustados y pronóstico de balotaje, según la mayoría de los encuestadores. Recién a la medianoche del domingo, o más certeramente el lunes, habrá una pista sobre el desenlace, lo cual aumentará la dósis de Rivotril en los candidatos
Por ahora, hay que decir en materia de aprestos que Scioli y Massa ya han definido gran parte de sus gabinetes si aterrizan en Balce 50. Macri en tanto, juega al misterio, pero obligadamente. El candidato de Cambiemos se juega a un balotaje . Y si eso ocurre, recién allí podrá conformar su elenco de colaboradores en base a las alianzas que construya. Es la carta que el jefe de Gobierno porteño tirará sobre la mesa de negociación tras las elecciones del domingo para seducir al resto de los postulantes presidenciales y dirigentes opositores, si es que logra forzar la segunda vuelta.
Además habrá que tener en cuenta a otro protagonista que aguarda expectante para empezar a tallar en el futuro gobierno. Se trata de la economía, que en los últimos tiempos se viene moviendo al ritmo de la polìtica y que seguramente fogoneará lo suyo para que el voto bolsillo se meta en la pelea. Mientras tanto, los economistas de los candidatos hacen sus cuentas frente a un eventual gobierno. Calculan que hay entre US$ 5.000 y 7.600 millones retenidos por productores y exportadores agropecuarios aguardando definiciones sobre el futuro cambiario.
Apuestan a esas liquidaciones, en el entendimiento de que ese dinero les dará margen para sostener el precio del dólar hasta que avance una negociación con los fondos buitre que permita, sea cual fuese el ganador de las elecciones, salir al mercado de capitales a buscar dólares. El único aliciente que encuentran todos para buscar el rumbo, es el bajo nivel de endeudamiento “flotante y en dólares” con que arrancará la próxima gestión.
Todos los ojos están posados en la Presidenta y la expectativa de que pueda cerrar aún más el cepo para cuidar las pocas divisas que le quedan al Banco Central. Esa hipótesis se basa en que Cristina seguramente no se querrá ir devaluando y con el riesgo de tener algun dolor de cabeza en materia inflacionaria.
Si el escenario de balotaje se hace realidad, debemos preparnos para un capítulo distintos de aquí al 22 de noviembre. La segunda vuelta no será la continuación de la primera. Vendrá otra elección que encontrará a los candidatos fatigados. El principal problema lo tendrá Daniel Scioli, frente a la amenaza de que gobernadores e intendentes busquen otro destino para no dormir a la intemperie. Además, probablemente los reproches entre Scioli y la Casa Rosada se vuelvan más estridentes
Otro de los temores de la jornada del domingo, es que no se repita el escándalo electoral de Tucumán . A ninguno de los candidatos le conviene, aunque Carrio, con su habitual estilo pirotécnico ya se encargó de agitar la bandera del fraude. Hay equipos de campaña que se pintaron la cara para lo peor. Es decir, un escenario en el que un puñado de votos, apenas décimas, pueda decidirlo todo. Y para eso refuerzan sus equipos. Movilizan fiscales adicionales, veedores a cada uno de los centros del Correo, lanzarán aplicaciones para teléfonos celulares y mucho más, confiaron referentes de las campañas.
Desde el Gobierno quieren evitar una jornada electoral con denuncias y una noche del domingo y madrugada del lunes con acusaciones cruzadas e impugnaciones. Confían en que los esfuerzos propios y las 30 medidas que dispuso la Cámara Nacional Electoral ayudarán a reducir los riesgos, a la luz de las lecciones aprendidas durante las internas de agosto pasado, cuando cada equipo de campaña detectó flancos débiles en la fiscalización.
En la justicia electoral aguardan confiados un desarrollo en paz. Los temores que abrigan tienen que ver con que se dé un escenario que sería detonante. El gran riesgo es si se da extrema paridad, ya sea entre Aníbal Fernández y María Eugenia Vidal. teniendo en cuenta que el próximo gobernador se define por un voto y en la Provincia no hay balotaje. O que Daniel Scioli quede a sólo unas décimas de las cifras necesarias para evitar la segunda vuelta, confió una fuente responsable.
Otro dato inédito para mencionar, es que por primera vez en 24 años, el kirchnerismo arriesga el honor en Santa Cruz. No sólo discute poder con el frente opositor liderado por el radical Eduardo Costa, sino que libra una batalla interna con el gobernador Daniel Peralta. El mandatario y Alicia Kirchner son candidatos a la gobernación por el FPV, ventaja que habilitó la ley de lemas, de este modo peronistas y kirchneristas sumarán sus votos. Habrá 329 sublemas y 2803 candidatos. El Frente Unión para Vivir Mejor reunió a la mayoría de la oposición detrás de Costa, que también tiene un aliado que le suma votos, el candidato a gobernador por UNA, Osvaldo Pérez.
El gran desafío de la jornada dominical es para Daniel Scioli, que numéricamente corre con ventaja sobre el resto. No obstante está obligado a superar el 45% de los votos, o alcanzar el 40%, pero con una diferencia mayor a diez para consagrarse en primera vuelta. Las espadas naranja más filosas ya han evaluado como reaccionar frente a los posibles escenarios. Si Scioli gana en primera vuela, centrará su arenga en la contundencia de la “voluntad popular” que lo acompañó.
Frente a la circunstancia que la oposición instale la sospecha de fraude, dejará para el lunes las respuestas a las acusaciones y luego saldrá con los tapones de punta a decir que no respetan los gobiernos populares, ni la voluntad del pueblo.
En caso de tener que ponerle el pecho al balotaje , demorará al máximo su aparición, que puede llegar a ser a la medianoche. En este escenario, también buscará mostrarse ganador, ya no de la presidencia, sino de la elección. Para ese caso, sus asesores han previsto que lo haga marcando la diferencia de sufragios con sus competidores y mostrándose como el más votado.
Por la vereda amarilla, en el búnker macrista la idea que barajan es no apurarse a cantar ningún resultado hasta pasadas las 22. Y en caso de enfrentar números adversos, esperar a que sea por una diferencia contundente, mayor a dos puntos, que no amerite dudas.
Los massistas en tanto, esperan el milagro de poder meterse en el balotaje. Sin embargo, se preparan para una avanzada más dura. El tigrense cree atinado aguardar al 60% de los votos escrutados para subirse al escenario y dar su discurso. Si es necesario, un batallón de 170 abogados en todo el país, espera la orden para las denuncias en votos discutidos. Además pedirán apertura de urnas en las escuelas y están con el cuchillo apretado entre los dientes no sólo para denunciar a los fiscales, sino también a las autoridades de mesa si hay irregularidades. El sueño de Massa es acortar al máximo la diferencia con Macri y asegurarse no perder por un solo voto la mayor cantidad de bancas en el Congreso, Legislaturas provinciales y concejos deliberantes.
Más allá de los resultados, es de esperar que haya madurez polìtica para aceptar el veredicto. No obstante, el título del diario del lunes correrá por cuenta del pueblo, el gran árbitro para definir o prolongar el suspenso.

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