lunes, 3 de octubre de 2016

Despunta el 2017: Vidal con casco y Cristina, Carrió y Massa agazapados

 Aunque falte poco más de un año para octubre 2017, la campaña política con miras a las elecciones legislativas, ya comenzó a mover sus fichas en el tablero de la provincia de Buenos Aires. Ese territorio, nuevamente será la vidriera principal, donde se disputará la madre de todas las batallas.


En el oficialismo la idea que se maneja, es que María Eugenia Vidal, aunque no sea candidata, se convierta en "la gran electora". Tiene que ver con los niveles de imagen positiva que hoy acumula la gobernadora y que superan holgadamente a los del Presidente. Parece que las cartas fundamentales en Cambiemos serán las mujeres, ya que se ha sumado en las recorridas a Juliana Awada, la esposa de Mauricio Macri.
No importa si el nombre es Jorge Macri, Elisa Carrió o cualquier otro. Cualquiera que sea el elegido por Cambiemos como candidato  recorrerá la provincia de la mano de María Eugenia Vidal y con un casco de construcción en la cabeza. Vidal pondrá allí todas las fichas para el año electoral. La idea que se maneja en la gobernación es mostrar una provincia en obras. Entre este año y el próximo la provincia tiene en sus planes invertir más de $ 50.000 millones en canales, dragado de ríos, puentes y rutas. Cemento, mucho cemento.
Vistas desde el actual contexto de ajuste y economía a la baja, las elecciones del año próximo pintan como peligrosas para el Gobierno. Es mucho lo que estará en juego: se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de la de Senadores, incluidas las tres bancas bonaerenses. No es poco, la gobernabilidad de Cambiemos está en juego, ya que le quedarán de allí en más, dos años complicados en caso de que le vaya mal.
Casi la totalidad de los consultores en campañas electorales coinciden en que, al cumplirse poco más de nueve meses de la asunción, Macri perdió unos quince puntos de imagen positiva. Por eso, hoy son más los que opinan mal del mandatario que los que lo ponderan . Además, siete de cada diez personas afirman que la economía está mal o muy mal, con una mayoría que sostiene que tuvieron que recortar sus consumos, especialmente en alimentos.
Aprovechando esos flancos débiles del Gobierno, el peronísmo mira de reojo y trata de salir del respirador artificial para volver a recuperar el espacio perdido mediante la renovación, que aún está en pleno proceso de ebullición.
LE APUNTAN AL INTERIOR
La estrategia que manejan en la Gobernación para las legislativas, consistiría en tratar de acortar la distancia lo más que se pueda en el Conurbano, donde mayor rechazo obtiene Cambiemos y golpear en el interior. Las mesas políticas ya alinearon a un grupo de dirigentes del PRO, que serán una suerte de satélites. Los comandará políticamente la propia Vidal , junto al ministro de Gobierno, Federico Salvai. La misión es llevar adelante un relevamiento constante de la gestión, distrito por distrito y poner los recursos que sean necesarios donde haya más necesidades. Los encargados de esta misión, están bajo el ojo del subsecretario de Gobierno y Asuntos Municipales, Alex Campbell. Por un lado, estos dirigentes deben avisar a la Provincia de los avances logrados de acuerdo a las metas que se les trazaron. Y por el otro, mantener informados a los intendentes, legisladores y concejales de Cambiemos lo que aporta la Provincia en cada uno de los distritos. 
REZANDO POR LA ECONOMIA
En la mirada de los observadores polìticos, el macrismo necesita, sí o sí en estos últimos meses del año, que la población note una mejora en la economía. De lo contrario, corre un riesgo enorme: el denominado síndrome De la Rúa.
Fernando de la Rúa fue el único presidente desde el retorno de la democracia que perdió las primeras elecciones legislativas que disputó como primer mandatario. La derrota electoral significa el retiro del apoyo por parte de la sociedad pero, en especial, la debilidad del poder presidencial porque pierde peso en el Congreso nacional, allí donde se dirimen y negocian todas las leyes.
Frente a este cuadro de situación, la parada más difícil para el oficialismo, será en el conurbano, donde han crecido los niveles de pobreza y más se siente la falta de trabajo. En la Rosada se conforman con ganar la provincia "por un voto". Saben que ese resultado no les permitiría conseguir mayoría en Diputados, pero al menos no condenaría a Macri a una derrota con impacto en los dos últimos años de su mandato. 
LA TERCERA ES EL GRAN ESCOLLO
Los escuderos del equipo amarillo admiten en voz baja que “en la tercera sección perdemos por paliza, pero tal vez podamos emparejar en la primera”. Hay que señalar que en el Conurbano votan dos terceras partes del electorado bonaerense y fue el motor del peronismo para triunfar en la provincia de Buenos Aires durante 28 años. La tercera sección electoral agrupa el sur de esa franja, con un padrón de 4.410.629. Su carta fuerte es La Matanza, donde votan más de un millón de personas y Cambiemos perdió por al menos 20 puntos en todas las instancias electorales del año pasado. La primera sección electoral comprende el norte y el oeste del Conurbano, con 4.324.770 electores y una tradición peronista (sobre todo en el llamado segundo cordón) que viene sucumbiendo en las últimas elecciones legislativas. 
En esa zona Francisco De Narváez terminó casi empatado con Néstor Kirchner en 2009, cuatro años más tarde Sergio Massa destrozó a Martín Insaurralde y Vidal le ganó en casi todos los distritos a Aníbal Fernández.Si Massa compite y hay otro candidato PJ en juego, Cambiemos puede aspirar a una victoria estrecha o empate en la primera. Un aporte a esa estrategia es Jorge Macri, intendente de Vicente López y posible candidato a diputado nacional, con campaña en las redes sociales ya lanzada  y ya mostrándose por varios distritos. 
JUNTOS PARA PODER SUMAR
Según los nombres que se barajan, para senador se posiciona Esteban Bullrich, pero a diferencia de otras épocas, al PRO no le importan tanto los apellidos, porque entienden que siendo Gobierno el electorado terminará evaluando la gestión. El plan del oficialismo es que Mauricio Macri y María Eugenia Vidal se muestren juntos cada vez más. El presidente necesita subirse a la imagen positiva de la gobernadora, porque él viene en franco descenso. La proximidad personal y geográfica, la mejora en los planes de obra pública o el impacto que esas fotos generan en las encuestas, parecen buenos argumentos para explicar esta seguidilla de encuentros, similares a los ocurridos en el final de la campaña electoral de 2015.
Son muchas y cruciales las cuestiones en juego. Una tiene que ver con que si el proyecto global presidencial por 8 años de Mauricio Macri tiene sustento, si María Eugenia Vidal consolida o no su figura y logra retener su distrito, o si el peronismo en todas sus formas abandona la sala de terapia intensiva y emerge con nuevos bríos para recuperar el espacio perdido.
AUN HAY CARTAS TAPADAS
¿Cómo jugará Sergio Massa?. ¿Y Margarita Stolbizer o Elisa Carrió?, y ¿Cristina Kirchner y Daniel Scioli?. Son preguntas aún sin respuesta. Cambiemos quiere sacar ventaja y lanzó su mesa política bonaerense, con el respaldo de dos de la principales figuras del gobierno nacional, como el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La foto mostró a Vidal junto a los socios de la Coalición Cívica y del radicalismo, luego de las críticas cruzadas por el acercamiento del gobierno a dirigentes peronistas, como el ex intendente massista de San Miguel, Joaquín De La Torre.
Dentro del oficialismo, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri, oficializaron en off que buscarán una candidatura. También está en carrera el médico Facundo Manes, que hace pocos meses se sumó al gobierno de Vidal. Desde Casa Rosada, en tanto, se reservan algunas cartas a utilizar en caso de ser necesario: los ministros Jorge Triaca (Trabajo) y Carolina Stanley (Desarrollo Social). Desde hace semanas están siendo sondeados, y Stanley pasó a ocuparse de controlar todos los planes sociales de la provincia.
Pero hay escollos a sortear. La discusión que se viene tiene que ver con si se acuerda con la Coalición Cívica y la UCR una lista de unidad, o si se realizan internas: ahí podrían aparecer las figuras de Elisa Carrió y Ricardo Alfonsín. Carrió se muere por pisarle los talones a Massa y mandarle carpetazos. La legisladora ya comenzó  también a disparar munición gruesa contra Scioli a quien denunció por presunto enriquecimiento ílicito, pero tendrá que probarloCarrió tiene domicilio en la Provincia, no obstante hay quienes sostienen que el futuro de la diputada nacional de la Coalición Cívica también es incierto y podría estar en la ciudad de Buenos Aires. Aunque se muestran como amigas, Vidal teme que la chaqueña, fiel a su estilo, le desate una tormenta en la Provincia. Por eso, preferiría que compita en la otra cancha. Hay quienes sostienen que finalmente Lilita optaría por encabezar la lista de diputados bonaerenses, para dejarles libres los espacios por las senadurías a sus socios del PRO.
Pero el sueño de los escuderos de Cambiemos pasa por dividir lo más que se pueda al peronismo. Más aún si Cristina es candidata, algo que pareciera comenzar a florecer después de su reciente aparición en el acto universitario en el club Atenas de La Plata. Rezan porque el Frente Renovador de Massa, el peronismo ortodoxo que impulsa el Grupo Esmeralda y el Frente para la Victoria vayan por caminos separados para dividirle los votos. Para lograrlo, saben que no pueden perder territorialidad. 
EL PERONISMO DEAMBULA SIN BRUJULA
En lo que tiene que ver con Margarita Stolbizer parece haber elegido a Massa, aunque mantiene una buena relación con Vidal, y encabezaría algunas de las listas del frente UNA, junto a ¿Felipe Solá? Conocedor de las idas y vueltas y las estrategias políticas, Massa todavía no resolvió su futuro. Sabe que necesita revalidar con votos su figura si quiere ser un presidencial en el 2019, pero maneja el auto con el freno de mano puesto porque una derrota el año que viene lo dejaría afuera de la carrera. O sea, se presentará si tiene la certeza de que gana.
Si el Gobierno llega a los comicios golpeado porque la economía no crece, es muy factible que Massa termine siendo el verdugo de Macri, y allí si, el tigrense, podría erigirse en el verdadero referente de la oposición, con un pie en el justicialismo.

A todo esto, el peronismo es el más complicado. Tiene el desafío de cicatrizar heridas, y separar los tantos. Sobre este punto, el proceso de deskirchnerización tuvo su mejor ejemplo cuando se reunieron gobernadores e intendentes, y desplazaron del escenario principal a nombres como Scioli, o el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza. ¿La excusa? Son dirigentes que yo no tienen territorialidad, que "representan lo viejo", arguyen los promotores de la depuración.
Por estas horas el frente de candidatos va desde la ex presidente Cristina Kirchner, hasta el diputado nacional Diego Bossio, pasando por Scioli, el ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. El caso de la ex mandataria es particular: a muchos les gustaría el apellido Kirchner en una boleta, pero la quieren lejos de la campaña para evitar quedar asociados a las investigaciones judiciales que tienen epicentro en Comodoro Py. Cristina es dueña de un piso de votos que pocos tienen en imagen positiva, va de un 25 al 30%, y hay lugares del conurbano, como La Matanza, donde llega al 48% . Hoy la idea generalizada en el justicialismo es armar una lista de unidad. Ya son muchos los guiños para la vuelta de Massa, a quien ven como el futuro lìder para las presidenciales del 2019. Urtubey, el gobernador de Salta, también quiere posicionarse en lo más alto del podio. La gran mayoría, con el kirchnerismo duro no quieren saber nada. La pelìcula recién empieza y por lo que se observa, será con final de alto suspenso.

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