viernes, 28 de julio de 2017

Volvió a instalarse pánico de madrugada por otra ola de secuestros virtuales en la región

Cuando suena un teléfono de madrugada, las presunciones llevan siempre a pensar en malas noticias. En este caso, se escucha el grito aterrador de una persona que dice estar secuestrada y pide que la auxilien pagando un rescate. Es la postal de los secuestros virtuales, que en nuestro país alcanzan la friolera de siete por día y suman miles al final del año.



Pero el caso puntual del que fue víctima una pareja en City Bell el domingo pasado, volvió a disparar las alarmas en la región. No fue el único. Fuentes confiables, revelaron que en las últimas semanas existieron otros intentos, aunque no se consumaron, porque las personas advirtieron la metodología delictiva del engaño. De ello alertaron vecinos de Tolosa, Barrio Norte, Ringuelet y Gonett. En esta nota, también vamos a dar cuenta de las precauciones que recomiendan las autoridades, para no ser sorprendidos por estas bandas de delincuentes.
En Barrio Norte, un hombre le reveló a Diario Full que lo llamaron cerca de las tres de la madrugada, para decirle que su hijo estaba secuestrado, exigiéndole una importante suma de dinero. El vecino, de unos 75 años, se sobresaltó después de atender el teléfono, con el desesperado grito de un joven pidiendo auxilio. Primero se sintió aturdido, ya que lo despertaron del sueño, pero rápidamente se recompuso, advirtió la maniobra y cortó la comunicación, no sin antes insultar al delincuente. Tomó noción que su hijo se encuentra trabajando en un hospital ubicado en el interior de la provincia de Buenos Aires,a unos 300 kilómetros y los sujetos le decían que lo tenían cautivo en La Plata. Hay que señalar además, que hubo casos de personas mayores que fallecieron al recibir estos aprietes delictivos.
PESADILLA DE UNA PAREJA EN CITY BELL
Una pareja de City Bell también vivió una verdadera pesadilla Fue cuando delincuentes llamaron a su vivienda para decir que tenían cautivo a su hijo y le exigieron dinero por su rescate. La familia accedió al pago de 30 mil pesos en efectivo, más la entrega de electrodomésticos y objetos de valor. La secuencia se desarrolló durante la noche del domingo, en un inmueble ubicado en calle 30 y 444, propiedad de un matrimonio de gente mayor que recibió un inesperado y angustioso llamado. 
“Escuché la voz de mi hijo, contándome que habían entrado a robar a su casa, que lo habían golpeado brutalmente y que lo tenían amenazado con un arma”, relató la madre. Inmediatamente, ella y su marido comenzaron a buscar dinero en efectivo y elementos que pudieran servir para sumar valor a la negociación. “Me pidieron que me fijara cuánta plata tenía o podría llegar a juntar. Me puse muy mal”, agregó. Tras varios minutos de angustia, la pareja terminó acordando el rescate por una suma cercana a los 30 mil pesos, además de algunos electrodomésticos. 
Luego de reunir el botín, el matrimonio recibió un nuevo llamado para establecer el lugar en el cual se iba a realizar la entrega. Una vez depositado el dinero y al no recibir respuesta alguna sobre el paradero de su hijo, el matrimonio optó por dar aviso a la policía a través de un llamado al 911. Momentos más tarde,  los efectivos acudieron al lugar y de acuerdo a las averiguaciones realizadas, pudieron determinar que las víctimas habían sido engañadas y que el supuesto secuestro no había sido real.
GRITOS EN LA MADRUGADA
Como este caso, hay que decir que son miles los detectados en el conurbano bonaerense. Es frecuente, que a altas horas de la noche o no bien entrada la madrugada, suene el teléfono de algún hogar dando cuenta de un secuestro virtual. Gritos desgarradores detrás de la linea, simulando la voz de familiar que pide auxilio y la exigencia de un rescate, son la consecuencia directa de un flagelo que crece día a día . Un negocio que deja ganancias millonarias, donde en general las víctimas elegidas son jubilados o personas mayores, que cuentan con escasa capacidad de reacción y entregan inmediatamente los valores que tienen en la casa. 
Se calcula que unos 700 hechos por semana culminan de manera exitosa para los delincuentes. En líneas generales, hay bandas desbaratadas por la policía que contrataban lloronas para fingir situaciones dramáticas. El modus operandi consitía en comenzar a operar en horas de la madrugada. Con cierto nivel de conocimientos sobre el barrio, se comunicaban con abonados telefónicos. Aprovechando que las personas estaban dormidas, montaban una teatralización sobre un supuesto secuestro de un familiar. En ese momento comenzaban a actuar las “lloronas”, clave dentro del simulacro que montaba la banda. Si la víctima caía, le indicaban dónde tenía que dejar el dinero. Para localizar a estas bandas, los investigadores apelan a la tecnología aplicada a las comunicaciones, lo que paradójicamente los empareja con los delincuentes que hacen uso de las mismas herramientas para cazar a sus presas.
LA CACERIA EN LA WEB
En un principio, el plan era  pergeñado en las unidades penitenciarias y por reclusos que sacaban provecho de su acceso a una guía y un teléfono para conseguir números de tarjetas telefónicas simulando un rapto. Hoy la estafa  es perpetrada por bandas que hacen “inteligencia” con tecnología de fácil acceso.
La guía más completa para sus tropelías la encuentran en la web. En el directorio disponible en Internet figuran, además de los números de líneas fijas, las direcciones de los usuarios, a los que se accede teniendo uno solo de esos datos. Ya con la dirección y la foto de la casa, la novedosa plataforma de Google, Street View, permite visualizarla desde la computadora y convencer a la víctima mencionándole ciertos datos que le den verosimilitud al engaño. Muchos denunciantes relatan que los delincuentes los presionan describiéndoles su vivienda, mientras ganan tiempo y obtienen más información de su propia boca, por conmoción o miedo.
Lo preocupante, es que se han detectado la existencia de páginas que ofrecen información sensible de las personas, como datos financieros o cualquier otro disponible en la red. La mayoría de ellos, fueron facilitados a través de las redes sociales por el individuo al que se quiere investigar. De hecho, en algunos episodios ocurridos en los últimos meses los damnificados juran haber escuchado la voz de un familiar pidiendo auxilio, lo que los convenció de pagar el rescate.
ALTA TECNOLOGIA PARA DELINQUIR
En la provincia de Buenos Aires las autoridades han avanzado mucho para detectar estas prácticas. Pero no descartan que existan bandas con alto nivel de tecnología, capaces de “recortar de videos o audios algunas palabras” y editar con ellas un falso pedido de auxilio “con la voz de alguien”. Por las estadísticas acumuladas, que se guardan bajo siete llaves para no despertar pánico entre la población, se estima que en la mayoría de los casos “las víctimas son sorprendidas en plena madrugada, dormidas, y presas del miedo se paralizan y creen escuchar la voz de un ser querido”.
En cuanto modus operandi de las bandas, se sospecha que estarían conformadas por dos células. Una de ellas, que operaría desde el conurbano. Y otra integrada por los llamados “levantadores”. “Los que hacen los llamados son 4 o 5 personas”, reveló una fuente confiable. Apenas advierten que la víctima puede caer en la trampa, se contactan por otra vía con los “levantadores”. “Mientras mantienen a la persona embaucada en la línea, los cómplices van hasta la puerta de la casa para aumentar la presión” y “levantar el rescate en caso de que se pague”, agregó el informante. Después, sólo es cuestión de desaparecer antes de que el damnificado descubra la maniobra y llame al 911. Con esta modalidad en alza, las autoridades recomiendan chequear la veracidad de los llamados extorsivos, cortar la comunicación de inmediato y hasta establecer códigos o palabras clave con familiares para identificarlos. Nunca hay que decir el nombre de ningún familiar cuando escuchan los gritos para evitar se engañados. En todo caso, pronunciar otro nombre para percatarse de que todo es una mentira.
CORTAR DE INMEDIATO
Los investigadores coinciden en que la mayoría de las llamadas son a teléfonos fijos. Por lo tanto, se recomienda si es posible, confirmar con el teléfono celular que la persona de la cual le hablan esta bien. Los delincuentes en muchos casos realizan un trabajo previo para que la víctima crea la situación. Incluso en ciertas ocasiones se llega a imitar, de un modo muy real, la voz del familiar damnificado. Frente a ello, se aconseja “descreer de todo. Lo aconsejable es establecer códigos específicos entre familiares e hijos. Una suerte de palabras en clave que sólo nosotros y nuestros familiares van a conocer o a saber su significado”. Precaución y familia con los ojos bien abiertos, son la fórmula para escapar de una pesadilla que se hace recurrente y que puede golpear en cualquier momento, hasta de manera trágica. Las recomendaciones de las autoridades para evitar caer en la trampa, son las siguientes:
-Procure no brindar por teléfono información que permita su identificación o la de su familia.
-Si un niño o una niña atiende el teléfono, supervise que no aporte sus datos personales ni de su familia y que la llamada la continúe una persona adulta.
-Desde otra línea telefónica verifique que su familiar o allegado se encuentre bien.
-Intente mantener una vía de comunicación abierta con sus familiares y allegados.
-Es importante solicitar a la persona que llama, el nombre y apellido del familiar o allegado que se indica en situación de emergencia, así como la descripción física, información de la vestimenta, el lugar y las circunstancias del suceso que habría padecido.
-Si recibe un llamado de alguien que dice pertenecer a una fuerza de seguridad o trabajar en un hospital, solicite sus datos personales, cargo, lugar donde trabaja, nombre de su superior y una vía de comunicación directa.

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