miércoles, 7 de enero de 2015

Importancia del voto bolsillo y una elección en tres actos


Por Jorge Joury
A  menos de un año de las elecciones presidenciales, el escenario se presenta como fragmentado. No hay todavía liderazgos fuertes que hagan punta pronunciadamente. Según los vaticinios, cualquiera de los tres principales candidatos tienen posibilidades de llegar al sillón de Rivadavia.  Hoy las proyecciones confluyen en que la contienda terminará acotándose entre Scioli, Macri y Massa.
Por los datos de la consultora Management&Fit, que dirige Mariel Fornoni, Daniel Scioli es visto tanto como el continuador del kirchnerismo, el del Partido Justicialista o del peronismo. “Tiene un mix interesante. Es el único candidato que cuenta con votos oficialistas e independientes”. Agrupa a aquellos que consideran que es necesaria una ligera renovación de este gobierno y a los kirchneristas puros. Según Fornoni,” el voto de Scioli es el más estable, porque es el de la gente que quiere acompañar a este gobierno”.
Por estas horas, los mayores movimientos se están dando en la oposición, donde el electorado está en la búsqueda de un candidato  que pueda garantizar el cambio. En este sentido, la directora de Management &Fit sostiene que “Macri es el que viene creciendo más, dado que es el que más lejos está del gobierno”. Fornoni es la que se imagina a Scioli y Macri peleando palo a palo en un escenario de balotaje. No obstante, puso su mirada sobre las PASO en razón de que “funcionarán como una primera vuelta”.
En cuanto oficialismo, la Presidenta aparece como la gran electora. Conserva una intención de voto superior al 40%, lo cual le asegura mantener el liderazgo y definir los futuros candidatos. Pero mucho tendrá que ver en el voto del FPV, si se concreta  un cambio de rumbo en la economía y se desacelera la inflación. De esta manera se podría revertir el malhumor social. El que observa con mayor entusiasmo esta perspectiva, es Daniel Scioli. Si le va bien a Cristina, el recibirá el premio mayor.
Perón decía que “el órgano más sensible es el bolsillo” y aconsejaba siempre tratar de engrosarlo. Tal vez por ello es que el peronismo sea el movimiento de masas más propenso a recibir votos por el sentido social del reparto. La cuenta es sencilla: Tener la primera casa, un auto, haber realizado un viaje o las reivindicaciones laborales, son algunos de los atributos que le suman votos a través de generaciones. Lo cierto es que hoy, a nueve meses de las elecciones primarias, los politólogos se preguntan de qué manera la situación económica influirá en el voto de la gente en la futura elección.
Hoy Daniel Scioli es uno de los candidatos más enlazado al rumbo de la economía. Por eso apuesta con su discurso a insistir en que en el 2015  se reactivará el sendero productivo. La mayoría de los candidatos al sillón de Rivadavia tienen como meta ubicar en el mejor lugar de sus vidrieras, las ofertas para sosegar el bolsillo de los argentinos. Por esta circunstancia, Massa timoneó un bono de fin de año con los intendentes de su espacio. Y además reclamó que se suba la base del impuesto a las ganancias, para que sean menos trabajadores los alcanzados por el tributo.
Para los politólogos, el voto bolsillo ha vuelto al centro de la escena. Por lo menos  es lo que se desprende de un relevamiento a nivel nacional realizado por Isonomía Consultores. Allí se detectaron  las principales preocupaciones de la sociedad y las condiciones más importantes que, a juicio de los 946 encuestados, debe reunir el futuro Presidente.
El estudio demostró que la cuestión económica sigue siendo el mayor problema para la ciudadanía en términos personales. El 53% lo mencionó en forma espontánea y lo colocó en un lugar relevante junto con la inseguridad.
En lo que tiene que ver con las soluciones que se esperan del futuro presidente, ocho de cada diez personas priorizaron controlar la inflación y reclamaron medidas concretas en los temas relacionados con la seguridad. Y para tres de cada cuatro habitantes, las exigencias apuntan a que el próximo jefe de Estado sea un buen administrador de las finanzas públicas.
Juan Germano, director de Isonomia manifestó que “el país atravesó un año con mucha preocupación económica que experimentó picos de crisis en febrero y marzo. Cuando la Argentina devalúa en enero, la ciudadanía empieza a ver el problema casi con pánico, aunque después hay una sensación de acostumbramiento, una tendencia a acomodarnos”, disparó.
No obstante, el 57% de las consultas reflejan una necesidad de cambio, expresada en los deseos de que el próximo jefe de Estado pueda generar mayor consenso entre los diferentes sectores en tiempos de turbulencias con empresas, gremios, jueces, políticos y medios, entre otros.
Otra de las ariatsas que desnuda el estudio, tiene que ver con que la necesidad de un cambio no implica un viraje completo hacia la oposición. De allí que los encuestados se reparten entre Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, al momento de observar quien reúne las condiciones que esperan del sucesor de Cristina.
“Nuestras mediciones muestran una tendencia bastante clara hacia un patrón específico relacionado al cambio (66%)”, remarcó Germano. Además agregó que “todo depende de cómo Cristina ordene o no la situación económica. Eso terminará definiendo qué tipo de cambio quiere la ciudadanía”. Indicó además, que “casi un 50% está decidido a votar por Macri o Massa. Pero Scioli sigue sosteniendo esta dinámica de trascender”. Y para poner un ejemplo recordó que en las últimas elecciones “los brasileños buscaban un cambio, pero DilmaRussef tuvo la virtud de representarlo y dio un golpe de timón”.
El escenario está abierto y mucho depende de cómo Cristina mueva en el tablero. Mientras tanto, la sociedad comienza la cuenta regresiva para pronunciarse. Todavía no hay ningún escenario seguro para colocar las fichas el 25 de octubre del 2015. Solo resta saber cual de los candidatos representará mejor las demandas.
Encima, con excepción del experimento de 2011, en un país habituado a elegir presidente en un solo acto, ahora nos aprestamos a elegirlo en tres en caso de balotaje y contando las PASO. Vaya si eso no añade incertidumbre.
A ciencia cierta hoy nadie sabe quién será el próximo dueño del sillón de Rivadavia. El escenario es parecido a lo que sucedía un año antes de las elecciones de 1983, 1989, 1999 y 2003. Aunque resulte paradójico, la historia siempre se repite.

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