lunes, 12 de junio de 2017

¡A cruzar los dedos!: las 420 mil millones de razones que empujan a Macri a un ajustazo

Mauricio Macri está sentado sobre un volcán en erupción.Sabe que en el Estado existe un agujero negro de 420 mil millones de pesos y no hay otra salida que echar mano a un ajuste de gastos. El Presidente reunió a todos sus ministros y les pidió que cada uno apriete el cinturón lo más que pueda. Deberán presentar en semanas un plan de achicamiento en sus áreas. La idea es diseñar un proyecto de ley de presupuesto mucho más austero para 2018.


No obstante, por ahora no se tocará nada de aquí a octubre, para no agitar las aguas, ya que podría generar un serio dolor de cabeza para el equipo económico en un año electoral como este. El Gobierno teme que la oposición aproveche la movida para instalar el fantasma de los despidos y los tarifazos, algo lógico para pensar cuando asoma la salida de emergencia. Por lo que se comenta en los pasillos de la Casa Rosada, el objetivo es la reducción de programas ineficientes, entre ellos, la fusión de direcciones, secretarías de Estado, subsecretarías y algunos de los 21 ministerios. Y aunque el recorte será grande, se aclaró que se van a fijar prioridades. 
En las últimas horas, las primeras espadas de Macri se esforzaron en disipar las sospechas en la opinión pública de que el esfuerzo lo pagaremos todos. Aclararon que la reducción del gasto no implicará despidos, ni disminución de planes sociales o jubilaciones y que por el contrario esas partidas se aumentarán. Desde la vereda sindical huelen mal la movida y por las dudas se pusieron en guardia. Un alto dirigente gremial que consulté, me señaló que "era esperable. De la manera en que se endeudaron, tarde o temprano el Fondo les va a exigir que hagan los deberes y se pongan en vereda.Pero no tengan duda, que esto siempre lo paga el pueblo".
Contrariamente, los técnicos del gabinete alegan que el objetivo es cumplir con la meta de déficit fiscal de 3,2% de PBI para 2018 y de 4,2% en 2017. Otro tema que inquieta a la CGT, es que también se insistirá en la baja de subsidios al gas y la energía eléctrica, lo cual podría generar nuevas subas significativas en las tarifas. Algo que no está previsto por ahora en el Gobierno, es bajarle el pulgar a la obra pública porque significaría generar mayor desocupación y perder caudal electoral.
Se aprovechará, además, que muchos ministros y funcionarios competirán en las listas de candidatos en octubre, para fusionar organismos superpuestos. Por caso, el Ministerio de Agroindustria podría fundirse con el de Producción u otro, si Ricardo Buryaile se postula como candidato a senador en Formosa. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, también prepara una reestructuración y por eso no designó aún al nuevo secretario de Obras Públicas. 
FRENTE A UN ESTADO ELEFANTIÁSICO
Hay que decir que en 18 meses de gestión, Macri aumentó en un 25% la estructura del Estado.Hoy hay 21 ministerios, 87 secretarías, 207 subsecretarías y 687 direcciones. "Se buscará un presupuesto austero y más inteligente", admitió uno de los hombres más influyentes del Presidente. Es el único camino para atenuar los fuertes desequilibrios. Pero Macri pone como condición que "primero hay que ganar las elecciones para sumar fortaleza política". Octubre se encuentra a la vuelta de la esquina y las encuestas no favorecen demasiado a Cambiemos, sobre todo en el plano económico. Si el bolsillo no mejora, las posibilidades del macrismo se debilitan.
En un país que vota cada dos años, es difícil que lleguen las inversiones externas, ya que eso genera siempre incertidumbre ante el peligro de que fluyan nuevas políticas. Los brotes verdes a los que apostó el Gobierno, no llegan. Pesan factores políticos, como la protesta social que crece. Las cada vez más constantes demandas salariales y la delicada situación de las pymes frente a los tarifazos y la apertura de las importaciones. No se puede ignorar tampoco, el efecto cascada de la inflación que aunque es menor a la del año pasado, aún patalea. Hoy la Argentina es un  país muy caro frente al resto de los vecinos, donde todo cuesta la mitad.
Son factores que instalan la discusión sobre la eficiencia de la política monetaria y la decisión de adoptar un camino gradualista en materia fiscal. La mayoría de los economistas sostiene que el problema no son las decisiones monetarias y fiscales, sino la ambiciosa meta en torno a la inflación. La proyección anual era del 17% y el propio oficialismo hoy admite que no bajará del 20%. 
Frente a este cuadro de situación, los especialistas recomiendan no subir más las tasas de interés, porque generaría un impacto recesivo a pocos meses de las elecciones. Si esta es la cuestión y lo es también la falta de un plan articulado, habría que buscar responsabilidades en lugares encumbrados del poder, donde están faltando decisiones claves que le acerquen previsibilidad al futuro.
ESPERANDO QUE HABLEN LAS URNAS
Macri no se cansa de repetir ante sus ministros que tiene que cerrar el agujero negro de 420 mil millones de pesos, para lo cual espera el examen de octubre en las urnas. Quiere ver si la ciudadanía lo aprueba o cuánto terreno le permitirán avanzar. "Vamos a cuidar cada peso que se emplea desde el Estado”, dijo  el Presidente hace unos meses, al ser consultado por los gastos ejercidos por su gobierno. Por lo que marcan las estadísticas, parece que sus palabras fueron tomadas al pie de la letra por sus subordinados, ya que durante el primer cuatrimestre ninguno de los ministerios llegó a gastar el tercio de las partidas que debería haber utilizado para esta época del año. Aunque las cifras no se conocen, el achique también llegó al PAMI,de lo cual di cuenta en un artículo anterior. Hoy el cimbronazo lo están padeciendo los pobres jubilados con la reducción en la lista de remedios gratuitos y en las internaciones. Las clínicas se quejan de que con las cápitas que les paga el organismo no pueden cubrir los gastos. Macri ya tenía la costumbre de subejecutar presupuestos en tiempos pasados, cuando durante ocho años se desempeñó como jefe de Gobierno porteño. De acuerdo a números suministrados por la Secretaría de Hacienda, hoy ninguna de las carteras nacionales logró el 33,33% deseado de gastos, y la mayoría apenas superó el 50% del presupuesto destinado para 2017. Sin embargo la planta del Estado creció significativamente y desde la oposición se preguntan de qué manera van a achicar el gasto, que no sea despidiendo gente y subiendo tarifas e impuestos.
En las elecciones de medio término que se avecinan, según los encuestadores, los números no son muy favorables al Gobierno. No lo ayuda la situación económica, por lo que los analistas políticos consideran que la definición será por tercios. Las proyecciones hoy marcan que ningún espacio político recibirá demasiado poder a través del voto y la gobernabilidad tendrá que negociarse, para seguir oxigenando el proceso democrático durante los dos años de gobierno que le restarán a Macri.

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