lunes, 11 de septiembre de 2017

Cristina apostará a los reportajes calientes, pero la persigue una pesadilla que no la deja dormir

Desde el Instituto Patria, el búnker de Cristina Kirchner, sus asesores sostienen que ya está casi depurada la grilla de posibles entrevistas a la prensa. La largada será a fin de mes y la ex presidenta está dispuesta a hablar de todo.



No eludirá siquiera los requerimientos sobre los casos de corrupción que salpican a su gestión. También será dura con el Gobierno, a la luz de los fantasmas del caso Maldonado. Apuntará además, al ajuste  y los tarifazos para después de octubre que planea Macri y pondrá énfasis en el histórico endeudamiento externo. 
CFK sabe que la pelea con Cambiemos después del 17, cuando se levante el telón de la campaña, será cuerpo a cuerpo y con el cuchillo entre los dientes. En esa dirección, si quiere cazar votos, tendrá que hablarle con convicción al 10% de indecisos y a los nichos vacilantes de Florencio Randazzo y Sergio Massa. 
No obstante, el Gobierno se tiene confianza en que le jugará a favor el alto nivel de rechazo que despierta CFK, que según las mediciones, supera el 60%. El último corte de las encuestas que realizó Durán Barba, que incluye el efecto Maldonado y los desmanes en Plaza de Mayo, y que ya está  bajo análisis en la Casa Rosada, dio a Esteban Bullrich ganador por 38.7 contra 35.2 de Cristina. En tanto, Massa bajaba a 9.7 y Randazzo a tres. No obstante, hay un "gran número de indecisos" -unos 10 puntos-, un target ideal al que apuntan en el Gobierno.
Los encuestadores registraron,  un aumento de todos los índices relacionados con el Gobierno después de las PASO. Crecieron la imagen de Macri, la de María Eugenia Vidal y el optimismo con respecto de la economía. "Subió todo para el Gobierno", aseguró uno de ellos. Es probable que ese entusiasmo se modere dentro de casi dos meses, cuando lleguen las elecciones de verdad. También, lo que se comenta entre las primeras espadas K, es que Cristina ha decidido eludir cualquier confrontación con María Eugenia Vidal, a quien el Presidente le encomendó un “hacete cargo” de la campaña en la última cumbre de Cumelen. La orden de Cristina, es  que el protagonismo de la posible pelea en todo caso lo arriesgue su vocero, el radical Leopoldo Moreau.
 
LOS  QUE SE ANOTARON PARA EL MANO A MANO
 
Mientras tanto, en la ganchera de posibles entrevistas fueron nominados los dueños de la pantalla más caliente, como Marcelo Tinelli y Mirtha Legrand. Pero hay que decir, que la diva de los almuerzos quedó afuera, después de señalar en las últimas horas que  ella no la entrevistaría y que "si ganara Cristina sería una desgracia".
También descartada Susana Giménez por las mismas razones, Tinelli ahora hace punta. Lo beneficia su enemistad con el Gobierno por la pulseada por el poder en la AFA. Más abajo, en la lista aparecen el conductor de Intratables, Santiago del Moro, Alejandro Fantino y Luis Novaresio, todos de América y Maximiliano Montenegro, de Canal 9. Consideran "imposible" que la ex presidenta se incline por algún periodista de Canal 13, a los que califica con desprecio como "lacayos de su enemigo número uno del Grupo clarín, Héctor Magnetto".
Los reportajes, según explicaron en el kirchnerismo, serán en más de un formato. Por lo que dejaron trascender los negociadores, que se manejan de manera seria y con profesionalismo, Cristina se someterá a preguntas en estudios televisivos y también concederá entrevistas a medios gráficos, aunque no habrá masividad. A lo sumo, se planean una docena encuentros de no más de una hora de duración.
 
SIN EL BOMBARDEO DE PANELISTAS
 
El cambio de estrategia en la campaña y el giro de "apertura" hacia a la prensa, fue definido en la madrugada del 13 de agosto cuando comenzaron a soplar los vientos de fervor partidario. En ese abanico, anticipan que tendrán especial relevancia los medios locales de distintas ciudades "grandes" de la provincia de Buenos Aires. "Si hacés una campaña de cercanía, no hay forma de que no estén incluidos", explican los operadores.
Aseguran que CFK "no va a condicionar cuestionarios". Hablaría de todo, sin rehuir los casos de corrupción que salpican su gestión. Pero aclaran, que habrá "condiciones mínimas" antes de pactar los reportajes, como prestarse a las preguntas de un entrevistador en vez de someterse a un "bombardeo" de varios panelistas.
En el acto de su relanzamiento en el club Atenas de La Plata, Cristina buscó darle un tono épico al triunfo. Disparó con arrogancia : "Ganamos sin pisar un set de televisión". Pero ahora cambió la mano para salir a cazar nuevos votos que no sean de su núcleo duro.
 
LOS CEREBROS DE LA CAMPAÑA
 
Uno de los cerebros de la estrategia de campaña, es el psicoanalista argentino Jorge Alemán, que vive desde los años '70 en España, país donde se exilió por la dictadura militar. Fue discípulo y colega de Ernesto Laclau y tiene un pensamiento lacaniano. La ex presidenta lo escucha para tener un "marco teórico" de la situación. Vino al país para compartir paneles filósoficos y también estuvo en charlas con diputados muy cercanos a CFK, como Axel Kicillof.
Cristina además modernizó la campaña a los nuevos tiempos de las redes sociales. Para eso cuenta con el asesoramiento del catalán Antoni Gutiérrez-Rubi.Este hombre fue fundador de la consultora Ideograma y se destacó como asesor del socialista Alfredo Pérez Rubalcaba. También obtuvo muy buenos resultados con PODEMOS en España y tiene oficinas en más de siete países. Entre otras cosas, fue el creador de los hashtags que más le resultaron al kirchnerismo como #ElFracasoDeMacri #LoQueElCambioSeLlevó.
En materia de comunicación, la ex presidente se maneja con Hernán Reibel, histórico vocero de La Cámpora y amigo de la infancia del diputado Máximo Kirchner. Reibel era quien manejaba la pauta oficial cuando Cristina fue presidenta. También por estas horas articula las reuniones con dirigentes políticos.
Santiago "Patucho" Álvarez, que manejó durante varios años la agencia de noticias estatal, Télam, es el segundo de Reibel. Y finalmente, Máximo Kirchner opera bajando el mensaje de su madre hacia los caciques del conurbano bonaerense. Tiene además las reuniones con los candidatos de la provincia y se encarga de la mayor parte de la estrategia política de la campaña. A su lado, aparece otra histórica de La Cámpora, la diputada Mayra Mendoza.
 
EL TEMOR QUE BROTA DE COMODORO PY
 
El cambio de rumbo tiene que ver con mostrar una Cristina cerca del "ciudadano común". No obstante, ella sabe que su peor pesadilla judicial la persigue de nuevo.La causa que no la deja dormir es la de Nisman. Ninguno de los tres procesamientos que afronta la ex jefa de Estado le preocupa tanto como el expediente que se tramita en Comodoro Py por su presunto encubrimiento a Irán en 2013, en la firma del memorándum de entendimiento por el atentado a la AMIA, que en 1994 causó 85 muertes.
Se trata de la denuncia que radicó el ex fiscal Alberto Nisman el 14 de enero de 2015, cuatro días antes de morir, que frenó en dos oportunidades el juez federal Daniel Rafecas y que, tras reabrirse este año, fue enviada al juzgado de Claudio Bonadio, el mismo magistrado que ya procesó a Cristina por administración infiel en la causa dólar futuro, y por asociación ilícita y lavado de dinero en el expediente Los Sauces.
En las próximas horas, por pedido del fiscal Gerardo Pollicita, Cristina podría ser citada a indagatoria por el cargo de "traición a la patria", al igual que su ex canciller Héctor Timerman, artífice del documento en el que se acordó con el gobierno iraní seguir investigando el atentado a la mutual judía, pero dar de baja las órdenes de captura contra los funcionarios sospechados de ese país. Timerman, que algunos aseguran que padece una grave enfermedad, pidió declarar en forma espontánea, lo cual provoca enorme incertidumbre en el entorno K. 
Como se sabe, en su denuncia, Nisman acusó a Cristina de encabezar "un plan delictivo destinado a dotar de impunidad a los imputados de nacionalidad iraní acusados en dicha causa, para que eludan la investigación y se sustraigan de la acción de la justicia argentina". Y Timerman, según la hipótesis del fiscal, fue el nexo para llevarlo adelante. Es al canciller a quien desde hace dos años se lo acusa por el delito "traición a la patria", que implica posibles penas de hasta 25 años de prisión, en el marco de una negociación que habría mantenido con autoridades iraníes y sirias en las que ajusta la firma del memorándum, sancionado en el Congreso y luego anulado por la Justicia. Al asumir Bonadio el trámite, esa causa se unificó con la denuncia de Nisman sobre CFK, Timerman y un largo número de ex funcionarios del Frente para la Victoria.

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