martes, 24 de octubre de 2017

En la madre de todas las batallas, Sergio Massa vuelve a convertirse en el "verdugo" de Cristina

Cree ver traidores por todos los rincones y los vientos de Comodoro Py le soplan con fuerza en la nuca. Es el peor momento de Cristina Kirchner. A poco menos de una semana de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, el pronóstico sobre Unidad Ciudadana es de tormentas fuertes. Las encuestadoras que más cerca estuvieron de la realidad en las PASO, revelan que Cambiemos se encamina a romper el techo de los 40 puntos, en tanto que la ex presidenta queda casi cuatro por debajo de Esteban Bullrich.



No obstante, aún hay casi un 8% de indecisos. Aunque el oficialismo trata de disimular la euforia, para que sus candidatos no aflojen las marcas, tanto en la ciudad de La Plata, como a nivel país, se palpita una ola amarilla, que además puede pegarle bajo la línea de flotación a varios mandatarios provinciales. 
En la ciudad de las diagonales, aseguran que el efecto "Pata" Medina también le ha sumado más de 10 puntos a Cambiemos, en razón del rechazo generalizado de la población hacia las mafias. De acuerdo al último sondeo de Opinaia (la consultora que más se aproximó al veredicto de las primarias), el 42,2% de los bonaerenses que irán a las urnas el 22 de octubre optará por votar la lista de senadores del oficialismo, con Esteban Bullrich y Gladys González a la cabeza. Detrás aparecen Cristina y el ex canciller Jorge Taiana, con 37,5% de los apoyos.
Paradojas del destino, así como Sergio Massa frenó en su momento la reelección de Cristina, esta vez vuelve a convertirse en su "verdugo". El 25% de los votantes que lo acompañaron en las Paso, están sumándole votos al ex ministro de Educación, Esteban Bullrich, que crecería más de 8 puntos respecto al resultado anterior del 34,06%.
Las encuestas que Durán Barba le acerca a la Casa Rosada, también dan cuenta que el partido gobernante se estaría imponiendo a nivel nacional por cuatro a cinco puntos más de los que sacó en las primarias, lo que lo ubicaría perforando el 40%. 
 
EL INVICTO DE CFK EN SERIO RIESGO
 
En los laboratorios oficialistas intuyen que si esa tendencia se acentúa, podrían terminar sumando hasta ocho puntos o incluso más a nivel nacional. El panorama bajo análisis en la Casa Rosada, da cuenta que de los siete gobernadores peronistas que salieron ganadores de las PASO, hay dos o tres que ya se comen las uñas sabiendo que la elección del domingo 22 puede terminar voto a voto con Cambiemos. De los cinco jefes territoriales peronistas que perdieron con el oficialismo nacional -en Córdoba, San Luis, La Pampa, Entre Ríos y Santa Cruz- ninguno tendría chance firme de revertir la historia en la votación general. Y de los cuatro distritos ganados por candidatos kirchneristas, hay dos que tienen muy alta probabilidad de terminar en manos de Cambiemos. Es nada menos que Buenos Aires y Santa Fe.
En el caso de la elección bonaerense, Cristina podría sufrir el peor de los golpes para su futuro político. Con los números que se barajan, podría perder el invicto electoral en su larga carrera. Esto podría anticipar los tiempos de la renovación partidaria. Es lo que están esperando las fuerzas rebeldes del PJ, entre ellos Sergio Massa. El tigrense prepara las valijas para volver al partido, siempre y cuando se plantee un nuevo esquema de poder, con dirigentes más jóvenes y sin pasado judicial.
Los propios intendentes del PJ le transmitieron en los últimos días personalmente a la ex presidenta, las dificultades que encuentran para disputar la franja de votos que está en discusión para definir la batalla en Buenos Aires. Puntualizaron que la casi totalidad de apoyos que pierde Sergio Massa, están emigrando hacia Cambiemos. Cristina está enojada con algunos jefes comunales. Cree que cuidan más sus quintas con sus candidatos a los CD, que en remarle votos a la senaduría.
 
HAY OLAS EN UNIDAD CIUDADANA
 
El malestar imperante en el seno de Unidad Ciudana, se visibilizó durante una cena organizada por el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk. Allí asistieron kirchneristas duros y peronistas más clásicos, todos jefes de distritos del conurbano. En la oportunidad, Cristina se tomó tiempo como siempre para sus largas exposiciones, pero escuchó algunos comentarios de los referentes locales sobre el avance de Cambiemos en sus distritos. Le comunicaron con desazón pero sin anestesia, que esa circunstancia se está dando a la luz de las obras que el Gobierno bonaerense ha puesto en marcha en el Gran Buenos Aires.
Hay otros hechos sintomáticos que se transparentaron en ese encuentro y que vaticinan un inminente divorcio de los caciques del conurbano con el cristinismo. Ya es vox populi, que tres intendentes visitaron últimamente al presidente del bloque de senadores peronistas, Miguel Angel Pichetto, hoy convertido en una suerte de jefe operativo del entramado de gobernadores del PJ. Son los referentes que ya se muestran dispuestos a dar vuelta la página kirchnerista. Un ejemplo palpable, es la foto que circuló por Twitter mostrando a Pichetto junto a Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Santiago Maggiotti (Navarro). A Cristina esta postal le cayó mal, pero de ello no se habló en la cena de Escobar, para que no se le escapen más votos. Hay que decir, que en su momento, Cristina tildó a Pichetto de "traidor, hijo de puta". Pero esta vez, la ex presidenta no podrá evitar el inexorable aislamiento que le preparan sus ex aliados cuando aterrice en el Senado. Auguran que estará condenada a un monobloque, lo cual le haría perder peso y protagonismo frente al Gobierno.
Por estas horas, hay que decir que el peronismo fracturado le resulta más que funcional al Gobierno. Pero en los pasillos de la Casa Rosada se asegura que esto no será usado por Macri para profundizar esa grieta o impartir el viejo esquema "gorilista" de segregación de todo lo que huela a PJ. Por el contrario, el hallazgo que cree haber encontrado el Presidente es el de ruptura con el orden tradicional. Los resultados de octubre cree que le mostrarán en los hechos si este esquema de poder figurado es exitoso o no. Por ahora, en el Gobierno apuestan fuertemente a este hallazgo político y se aferran a la idea del nacimiento de un nuevo esquema de poder, lejos de los partidos tradicionales.
 
EL ULTIMO GRITO VINO DE CORRIENTES
 
La elección de Corrientes sumó un elemento de análisis difícil de eludir más allá de las particularidades del distrito. Y tendría que ver con el peso de la marca Cambiemos. Allí, el peronismo arrancó antes la campaña y definió como candidato a Carlos "Camau" Espínola, de buena imagen local. El oficialismo, en cambio, resolvió la fórmula más tarde y su oferta fue escasamente atractiva por sí misma. La campaña trascendió los límites puramente locales y sumó a buena parte de la primera línea nacional, empezando por Mauricio Macri. Se hablaba de una disputa dura, apretada, pero en definitiva la diferencia fue de 9 puntos.
La marca Cambiemos, asociada en Buenos Aires a la imagen de María Eugenia Vidal, la dirigente hoy más creíble y la que lleva el mayor peso de la campaña, es también alimentada por la confrontación directa con el kirchnerismo. Para el oficialismo, la gestión provincial es un eje clave de campaña que se extiende a los municipios. Se abriga la esperanza de que además mejore la marca en distritos donde sus propios referentes tuvieron resultados pobres en agosto como Quilmes, donde se lanzó una batería de nuevas obras para entusiasmar a las huestes de Martiniano Molina. 
Otro distrito que el Gobierno observa con una lupa es Lanús. Ese escenario fue elegido por María Eugenia Vidal para cerrar la campaña bonaerense. Se trata del municipio de la Tercera Sección donde se dio uno de los resultados más parejos entre Cambiemos y Unidad Ciudadana. El intendente Néstor Grindetti fue el único que logró frenar la ola K en la Tercera, pero Esteban Bullrich perdió por muy pocos votos contra Cristina Kirchner. En Cambiemos ven como clave revertir ese resultado y consideran que el alcalde es uno de sus fuertes en el Conurbano, por eso el próximo jueves Vidal encabezará su cierre previo a la veda en el microestadio local.
 
QUIEREN DAR UN BATACAZO EN TIGRE
 
En Pilar también ronda el optimismo. Allí la lista del intendente Nicolás Ducoté fue la que más votos sacó pese a que perdió contra Unidad Ciudadana, que fue a internas con varios candidatos entre los que arrasó Federico de Achával. El intendente también también estuvo obligado a hacer un giro en su estrategia, con mayor presencia en medios locales, mientras se muestra seguro de que ganará la elección.
El oficialismo también confía en dar un batacazo en Tigre y San Fernando. Son los municipios massistas en los que Cambiemos hizo una elección mejor de la esperada. Se jactan de que los intendentes de ambos distritos ya impulsan el corte de boleta, pegándose a Bullrich o a Cristina, para no perder fuerza en sus municipios. 
Por eso, confían que en Tigre -donde el macrista Segundo Cernadas hizo una muy buena elección- podrán dar el gran golpe contra la lista local que encabeza Gisella Zamora.  
Pese a la cantidad de entrevistas que ha concedido al periodismo, Cristina no ha encontrado el camino para sumar votos y es difícil que supere el techo. La ex presidente, desarrolla una batalla que gira a su alrededor, con eje más nacional que local. Los observadores señalan que la dureza contra Macri, casi no deja espacio para otros temas. Insiste, como lo hizo después de las primarias, en denuncias sobre el recuento de votos y agita el fantasma de fraude. Algunos se preguntan si será la fórmula preventiva para la noche del domingo 22. También recrea declaraciones para presentarse como víctima de una persecución.  En ese último rubro, ha dicho que la Justicia actúa como una "fuerza de tareas" en su contra y que ella encabeza "la lista negra de Macri, la de los que tendrían que desaparecer". Esas expresiones no la favorecen. Aluden a la peor tragedia política del país, algo inútil para intentar pelear unos puntos en las urnas. El próximo domingo hablarán las urnas y sabremos la verdad sobre vencedores y vencidos.

No hay comentarios: