viernes, 18 de mayo de 2018

Un acuerdo con el diablo

Para que el lector tenga una idea clara del pensamiento del Fondo Monetario Internacional, voy a utilizar una frase textual de Christine Lagarde, su mascarón de proa. Tuve que recurrir al archivo y la encontré publicada en el prestigioso diario El País, cuando el organismo internacional auxilió a España. "Los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global". Nada más ofensivo y despiadado sobre la clase más vulnerable.¿Será este el nuevo FMI que dio a entender el ministro Nicolás Dujovne que nos va a ayudar?. Si es así, estamos en el horno. El 17 de este mes vencen 25 mil millones de dólares en Lebacs y el Gobierno enfrentará otro duro examen, donde pondrá a prueba su fortaleza financiera. En esta nota, la más cruda radiografía de lo que está por venir.




Mientras ya hay remarcaciones en productos de primera necesidad que superan el 20% por la devaluación, en seis semanas sabremos si hay un FMI "más piadoso". Es el tiempo de negociacion que requerirá el crédito stand-by. Es uno de los más duros que tiene este organismo internacional, que ha dejado en la lona a un tendal de países que se vieron obligados aplicar sus viejas recetas recesivas que siempre han terminado en hambre, desocupación y más pobreza. Lo que cambia es la estética. Ahora la directora es Christine Lagarde. La canosa que hace unas semanas dijo con una sonrisa de dos plazas durante una charla que organizó en la Universidad Torcuto Di Tella que: "No estoy para prestar. La Argentina no lo necesita". A su lado asentía el propio Dujovne, el mismo días después terminó pasando la gorra en busca de blindaje económico. Desde que la Argentina asumió la presidencia del G-20, Dujovne se transformó en el principal interlocutor del Gobierno con Lagarde, con quien ya se reunió cerca de una decena de oportunidades, entre ellas durante una polémica cena en su casa que le costó al Estado 31 mil pesos. Pero hay que reconocer que esta mujer también mantiene una "buena relación" con Macri. 
A pesar de vender simpatía para los fotógrafos, la abogada francesa tiene fama de ser una dura negociante y fría en el trato. Algunos la llaman "la domadora de bancos". No obstante, fue desde el comienzo de la gestión macrista una de las personas que mayores elogios repartieron frente al actual programa económico. 
No hay que perder de vista además que esta mujer de cabellos canos, tiene dentro de sus metas implacables, el aumento de la edad jubilatoria, si es posible llevarla a los 67 años y que se rebaje el monto de las pensiones. Considera además que “ hay que evitar que la tercera edad se convierta en una amenaza para las finanzas públicas y privadas". Ante los costos de la vejez, el Fondo propone el recorte de las pensiones, el aumento de las cotizaciones y la posibilidad de que “los Estados contraten con aseguradoras privadas la cobertura de ese riesgo ante la posibilidad de que la gente viva más de lo esperado”. 
 
TEMOR DE QUE CONTINUEN LAS CORRIDAS BANCARIAS
 
Dos veces divorciada, madre de dos hijos y compañera actual del empresario marsellés Xavier Giocanti, un viejo amor de juventud a quien ve solo una vez al mes y quien asegura que es el encargado de equilibrar su PIB (Placer Interno Bruto), Lagarde lucha con vehemencia por la regularización de los fondos de inversión y los impuestos a las transacciones financieras. Con ello logra mantener un estilo impecable –no importa las horas de viaje– hecho de trajes de Chanel, carteras Hermès y ropa ejecutiva de la casa inglesa Austin Reed. 
En la óptica del ministro de Finanzas, Luis Caputo, con el acuerdo con el FMI, "Macri tiene asegurado el financiamiento para el resto de su mandato". Sin embargo las alarmas se disparan en varios frentes. Brotan desde todos los rincones declaraciones de economistas, como las del ex jefe de investigaciones económicas del Banco Central Jorge Carrera, que advirtió que la corrida cambiaria continuará durante las próximas semanas porque los inversores seguirán yendo al dólar debido a saben que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pedirá devaluar más el peso.
Carrera explicó que el organismo multilateral exigirá a la Argentina un ajuste de cuenta corriente, en lo que el país tiene un "gran problema" porque el déficit llega al 5% del Producto Bruto Interno (PBI) cuando la economía creció sólo 3% en 2017. La segunda exigencia del Fondo, según el analista, será reducir más el déficit fiscal total, que incluye el pago de los intereses de la deuda externa, que está cerca del 6% del Producto Bruto Interno.
Y la tercera pata del trípode de exigencias del FMI será el plan de reformas estructurales, lo que contempla "flexibilidad de los mercados laboral y previsional, privatizaciones, competitividad y flexibilidad en la economía".
"Es una paradoja: ir al Fondo te acelera un poco la corrida hasta que acuerdes el crédito. ¿Por qué? Porque el FMI exige corregir la cuenta corriente y para eso pide que devalúes un poco más. Y eso es lo que están viendo los inversores", dijo.
 
ADIOS AL PLAN PERDURAR Y HOLA AJUSTAZO
 
Con esta salida apresurada de su molde ganador, el Presidente ha dejado de lado "el plan perdurar" que lo iba a llevar al 2019 sin sobresaltos. Ahora se ha metido en un verdadero problema que tiene que ver con su futuro político, ya que lo que vienen son políticas de shock, absolutamente impopulares. Pero además la Casa Rosada deberá tener en cuenta que  según las últimas encuestas, el 75% de la gente está en contra de volver al FMI y el 55% del electorado de Cambiemos se manifestó en la misma dirección. La imagen del Presidente ya está en los niveles más bajos desde que asumió, lo cual resulta peligroso para su intento reeleccionista. Es paradójico, pero en marzo, tras reunirse con Macri, Lagarde calificó de "asombrosos" los primeros dos años de gestión de Cambiemos. Es más, fue tan "generosa" en su diagnóstico que sostuvo que el Gobierno "ha ido a fondo con las reformas" y en ese sentido, los inversores "quieren tener la garantía de que habrá una continuidad en las políticas".
Frente a esa señal de posibles relaciones carnales, el equipo económico comenzó a trabajar en un plan B para blindar al país. Ahí apareció la posibilidad de volver al FMI, incluso ante la certeza de la cúpula del Poder Ejecutivo de que ese acuerdo traería un costo político. Macri encontró la excusa ideal para hacer el ajuste que él no se atrevió a poner en marcha y ahora podrá echarle la culpa al FMi. La sintonía entre algunos funcionarios y Lagarde es tan cercana que incluso fue invitada a la cancha de River. Hay que decir que Lagarde, que lidera el FMI desde 2011 se hizo cargo del organismo tras el escándalo que protagonizó su antecesor Strauss-Kahn. Ella tampoco es trigo limpio, ya que tuvo un proceso por corrupción en su país por 400 millones de euros.
 
LAS RECETAS RECESIVAS DE SIEMPRE
 
Lagarde reconoció hace poco tiempo que el Gobierno aplicó un plan que no puede calificarse como gradualista, sino que "fue a fondo". Habrá que preguntarse ahora qué más va a pedir para implementar sus políticas de shock.
En el tradicional crédito stand-by, el desembolso de los recursos está sujeto al cumplimiento de condicionalidades que serán negociadas. Ajuste fiscal y reformas estructurales son algunas de las medidas habituales a las que se deben comprometer los países que acceden a ese tipo de financiamiento. 
Por lo que marca el manual, la entrega de los dólares se realiza en cuotas que dependerán del visto bueno del staff del FMI que realice las supervisiones. Las precisiones sobre el tipo de préstamo que pretende obtener la Casa Rosada llegaron desde la sede del organismo multilateral en Washington a donde viajó el titular del Palacio de Hacienda, Nicolás Dujovne. 
Para que se tenga una noción del rango de países que acuden a este organismo, Iraq, Jamaica y Kenya son los únicos en el mundo que mantienen abiertas hoy líneas stand-by con el FMI. Los archivos nos muestran que cuando se apruebe el acuerdo será el decimonoveno crédito stand-by solicitado por el país en sesenta años. El primero lo pidió el gobierno de facto de Eugenio Aramburu en diciembre de 1958. El último se había gestionado en 2003 durante la presidencia de Eduardo Duhalde. 
Todos los acuerdos incluyeron combinaciones de las habituales condicionalidades previstas por el FMI: recorte del gasto público, ajuste monetario, desregulación financiera, apertura comercial, flexibilización laboral y reformas de los sistemas de la seguridad social. Son los mismos lineamientos que figuran en los documentos sobre el país elaborados por los técnicos del FMI a lo largo de los últimos dos años. Existen líneas “menos” exigentes en materia de ajuste pero a pesar de los esfuerzos oficiales a la hora de llevar adelante reformas estructurales, Argentina no califica a esos créditos que hoy cuentan países como México y Marruecos.
 
POLITICAS QUE SIEMPRE LLEVAN AL FRACASO
 
Si se toma al FMI como piloto de tormentas, no hay seguridad respecto a las predicciones del organismo para intervenir en posibles crisis financieras. Un informe del Congreso de Estados Unidos, a través de la Oficina General de Contabilidad, aseguró que el FMI es completamente incapaz de anticipar o prevenir sacudones. El resumen presentado hace unos años analizó 134 recesiones en 87 países emergentes entre 1991 y 2001. De ese número, el FMI solo pudo predecir 15 crisis. Una de las crisis que no pudo predecir y que figura en el informe fue la de Argentina. En esos años el FMI decía que nuestro país iba a crecer un 3,7%.
A contramano de lo que propone el FMI, los países que ejecutaron una presencia mayor del Estado en sus economías fueron los menos afectados por la crisis. Ejemplos pueden observarse en Finlandia, Noruega, Suecia, Alemania (aún con ajustes por parte del gobierno) y Portugal en estos últimos tres años. En el caso de Portugal fue el propio FMI el que reconoció en 2017 que sus recetas no habían funcionado y que la decisión del gobierno de no tomarlas en cuenta había sido acertada.
El caso de Grecia el resultado fue estremecedor. En un informe interno de la Oficina de Evaluación Independiente el propio FMI reconoció que sacrificó a ese país para salvar al sistema bancario europeo. Grecia se enteró cuando ya era tarde. El auditor interno asegura que durante mucho tiempo se mantuvo una estrategia “que no funcionaba” y no se tuvo en cuenta “el verdadero impacto de los ajustes fiscales en el crecimiento y la dinámica de la deuda”. El paper es contundente “la magnitud de los errores de las previsiones de crecimiento de Grecia es extraordinaria” dice. La crisis en Europa motivó la expansión de negocios ilegales como el tráfico de órganos. En el 2012 el diario The New York Times tomaba el testimonio de dos padres desempleados que habían decidido vender sus córneas para darle de comer a sus hijos.
 
LAS ADVERTENCIAS DE ELISA CARRIO
 
Pakistán y Hungría fueron otros de los países que decidieron dejar las recetas del FMI por considerarlas “ajenas a las demandas populares”. En el caso de Pakistán, el organismo internacional impuso once condiciones para poder otorgar un préstamo. Dos de esas condiciones tenían como objetivo imponer un aumento del IVA y reducir los subsidios de energía. Para Pakistán eso representaba un hecho completamente antipopular que iba en contra de las políticas que intentaba aplicar el gobierno para reducir tarifas de electricidad y el precio de los combustibles. En el caso de Hungría, la relación terminó con el cierre de las oficinas del Fondo luego de recortes salariales y jubilatorios que habían sido impuestos.
Con las puertas de Wall Street cerradas, el macrismo acudió al FMI como una última carta sin avisar a sus aliados de la UCR y la CC-ARI. Pese a que las recetas del organismo son imposiciones, algunos gobiernos comparten muchas de las políticas de recortes de derechos laborales, privatizaciones y jubilaciones congeladas. Se convierten en ejecuciones de decisiones compartidas. En Argentina se conoce la historia, se sabe quiénes son los que rompen y quienes son los que pagan. El Fondo Monetario Internacional sigue siendo el mismo, aunque sus rostros hayan cambiado y las recetas son calcadas en cualquier lugar del mundo. Por lo que no es difícil suponer que lo peor está por venir. Es necesario que el Gobierno pase el peine fino con lo que va a ceder. Hasta la propia Elisa Carrió advirtió que Macri debe darse cuenta que la clase media ya no da más

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