martes, 7 de agosto de 2018

En la tormenta, se vuelan los números de la pobreza infantil

Ver chicos pidiendo comida por los barrios se ha transformado en una postal de todos los días. Pero es mucho más grave lo que ocurre en el conurbano profundo, donde los números de la pobreza infantil asustan. El disparador reciente tiene que ver con un relevamiento de la Defensoría del Pueblo bonaerense que disparó las cifras del drama. Allí se señala que el 54,2% de los menores de edad vive en condiciones de pobreza y el 37,7 % depende de los comedores escolares para alcanzar una alimentación mínima que les permita desarrollarse.



También se especifica que la  malnutrición aumentó un 3% en seis meses. Significa que cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes de la Provincia de Buenos Aires están malnutridos. Analizando las causas más detalladamente, se estableció que un 20,7% tiene sobrepeso, un 19,5% obesidad y un 2,1% presenta bajo peso. 
Si bien la situación social es la mayor inquietud, en lo político el oficialismo también pasa un mal momento con los vientos helados que arrastran las encuestas. Se notan en esos sondeos el malhumor social por los efectos del ajuste, los tarifazos y el escándalo de los aportantes truchos a la campaña bonaerense 2017 de Cambiemos. Según la consultora DICEN, la desaprobación hacia el gobierno es de un 65%, mientras que  María Eugenia Vidal alcanza un porcentaje alto también con un 56% de rechazo a su gestión. Sobre la honestidad de Macri, el 42% opinó que es “muy deshonesto” y el 26% restante lo apreció como una persona que dice la verdad. Es decir, más de la mitad de la población argentina descree del gobierno e incluso rechaza el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El informe detalla que el índice de aprobación hacia el oficialismo cayó gravemente en el mes de junio y se mantuvo hasta el mes de julio. 
 
LE PEGA A LOS MAS VULNERABLES 
 
La gobernadora María Eugenia Vidal también está complicada por un conflicto que significa una permanente piedra en el zapato. La educación en la provincia de Buenos Aires enfrenta tantos paros como los que le tocaron a Scioli. El clima  con los docentes es hostil. Y en medio de este panorama, la clase media está al borde del nocaut. Sigue jaqueada por los tarifazos y la Inflación, en tanto a los más pobres ya ni se les escuchan los lamentos, porque están sepultados en el quinto subsuelo de las capas terrestres. Todo se va derritiendo en medio de la recesión. Hasta se observa el cierre de los comedores y merenderos que no pueden pagar los servicios de gas y luz y ya no tienen a quien recurrir. Son los últimos bastiones de la supervivencia. La tormenta de la que habla tanto el presidente Mauricio Macri para evitar la palabra crisis, moja a todos, pero deja sin respiración a los más vulnerables.
La semana pasada el director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), Agustín Salvia, advirtió que la pobreza aumentó entre tres y cuatro puntos en los primeros meses del año al compararlo con el anterior semestre, que había sido del 25,7%. "Hoy tres de cada diez argentinos están en situación de pobreza por ingresos", precisó.
También reveló que los chicos "son mucho más vulnerables en todos los contextos y que el 25 % come en comedores comunitarios y escolares", pero "esta cifra se está ampliando significativamente".
En el Conurbano las estadísticas son más dramáticas. De acuerdo al relevamiento de la Defensoría del Pueblo bonaerense, que mencionamos al comienzo de la nota, el 54,2% de los menores de edad vive en condiciones de pobreza y el 37,7 % depende de los comedores escolares para alcanzar una alimentación mínima que les permita desarrollarse.
Los impactantes datos surgen de un relevamiento realizado a 20.662 personas durante los meses de marzo y abril por la organización Barrios de Pie en conjunto con el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI) en 30 distritos del Conurbano Bonaerense. Con esa base publican dos veces al año el Indicador Barrial de Situación Nutricional (IBSN).
 
¿ALCANZAN 318 MILLONES DE PESOS?
 
El 42,3% de menores malnutridos significan un progresivo agravamiento de la situación alimenticia, si se los compara con los resultados del primer semestre de 2017 donde la malnutrición estaba en 39,4 por ciento. Con respecto a los lactantes, de 0 a dos años, el 26,1% de los para 2506 entrevistados presentaba malnutrición (3,6% de bajo peso, un 11,4% de sobrepeso y 11,1% de obesidad).
En la segunda infancia, de 6 a 10 años, de un total de 7089 niños/as, el 45,7% está afectado por algunas de las variantes de malnutrición (un 1,6% por bajo peso, 19,6% por sobrepeso, 24,6% por obesidad). En esta franja se da un importante aumento de la malnutrición: de 39% en 2017, a un 45,7% en el presente año, produciéndose los mayores incrementos en obesidad (de 19,2% al 24,6%) y en sobrepeso (17,1% a 19,6 por ciento).
Hace dos semanas, María Eugenia Vidal, anunció un paquete de 318 millones de pesos para atenuar el impacto de la inflación en los alimentos que incluyó un aumento del 15% retroactivo a mayo del Plan Más Vida, una tarjeta mensual de 5000 pesos para mil comedores –destinado a la compra de garrafas, productos de limpieza o alimentos frescos– y la inclusión de 18 nuevos municipios en el programa Un Vaso de Leche por Día.
Las primeras espadas de la gobernación le advirtieron a María Eugenia Vidal que la recesión puede durar dos años. 
Frente a este escenario y para atemperar las necesidades en el polvorín del conurbano profundo, la gobernadora y su amiga, la ministra de Desarrollo Social Carolina Stanley, han articulado un plan para que no falte comida en los lugares donde la pobreza lastima con mayor rigor. Stanley tiene buena llegada a los movimientos sociales y asoma cada vez con más fuerza para completar el binomio presidencial en una posible reeleción. Sólo le hace sombra Marcos Peña, otro nombre que comenzó a circular con fuerza para acompañar a Macri en la fórmula y liberar con elegancia el casillero de la jefatura de Gabinete.
 
HAY STOCK DE COMIDA HASTA FIN DE AÑO
 
A diferencia de los dos años anteriores, donde se salía a apagar el fuego detrás de las demandas de los barrios, está vez Nación y Provincia acordaron constituir un fondo de alimentos no perecederos para abastecer a los comedores y asignaron partidas especiales de dinero que permitan responder sin demora si el reclamo aun así se desborda.
“Tenemos stock hasta fin de año”, asegura Federico Salvai, jefe de Gabinete de María Eugenia Vidal. Este esquema de contención alimentaria incluye además el plan de descentralización del Mercado Central que tiene sede en La Matanza. La idea es llegar con alimentos frescos a muy buen precio directamente a los barrios de clase media y media baja del Gran Buenos Aires. Se están instalando veinte mercados rotativos. Y habrá cinco que serán fijos, en los puntos más críticos. Ya definieron que dos de ellos estarán en Quilmes y Mar del Plata, que no es GBA pero que también puede ser un polvorín. En La Plata se trabaja a paso apresurado para inaugurar en septiembre otro en la zona de Meridiano V, en 17 y 71,donde funcionaba la estación de trenes del ex ferrocarril Provincial.
Preocupa también a las autoridades, el notable crecimiento del trueque de alimentos y medicamentos en las zonas más carenciadas. Son  signos de una pronunciada caída de la economía, que en mayo fue del 5,8%, el índice más alto desde que Macri es presidente.
Los movimientos bariales admiten que este año la ayuda alimentaria se incrementó significativamente. El gobierno de Vidal asegura que se están repartiendo un millón y medio de kilos mensuales de comida, además del vaso de leche que esta gestión repuso en los comedores escolares. Dicen que representa un 20% más que en 2017 y un 50% más que en 2016. Puede sonar bonito para el oído distraído, pero en realidad es el reflejo de un drama cotidiano que soportan miles de compatriotas.
“Cada vez reparten más pero los comedores no dan abasto. Los presupuestos municipales en ayuda social crecieron promedio 50% desde el año pasado pero la mayoría de los intendentes se había consumido toda la plata en junio”, manifestó Chino Navarro, referente del Movimiento Evita.
Según Navarro, más allá de los desboques de personajes como Luis D’Elìa, exabruptos de dirigentes de La Cámpora o sus organizaciones satélite, o la hiperactividad furiosamente anti-Macri que se encuentra en las redes sociales ultra K, “no hay condiciones políticas” para un desmadre, aunque el contexto social sea potencialmente explosivo. “La garantía de la paz social es el pueblo, que ya experimentó lo que le cuesta en años de pobreza y marginación una crisis como la de 2001” asegura este dirigente. El jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai también abre el paraguas : “la situación social está establemente inquieta”, afirma. Nadie se anima a predecir el futuro.Todo depende de lo que dure la tormenta.

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