lunes, 16 de marzo de 2009

CON LA GUARDIA ALTA

Dos movilizaciones que quieren terminar con
la “larga noche sangrienta” de la inseguridad


POR JORGE JOURY

Es innegable que hay policías corruptos, que reciben sobres para amparar las actividades ilícitas del narcotráfico. También están quienes pasan la gorra en los dineros del juego y la prostitución. Los que se involucran con bandas de secuestradores. Los que tienen connivencia con los que regentean desarmaderos clandestinos y se dedican al robo de autos. Los que extorsionan por una paga. Los que coimean en las rutas. Los que conviven con los piratas del asfalto. Los que aprietan a los dueños de los boliches, para hacer la vista gorda con los desbordes que cometen los jóvenes. Comisarías que tienen precio por lo que ¨facturan¨.
Todo esto pertenece a la postal de una cruda realidad a la que hay que erradicar. Tema de enorme responsabilidad, donde el ministro de Seguridad bonaerense, Carlos Stornelli tiene el más grande de los desafíos. Debe reconocérsele la voluntad de haberlo puesto en práctica, apartando a muchos hombres manchados de la fuerza. Pero el sinuoso camino de la legalidad, lleva su tiempo. A contraviento, las impaciencias y las demandas espasmódicas que en su mayoría brotan desde el frente político, con el afán de sacar algún rédito de la delicada situación, son a la postre, un escollo para la gestión. Este miércoles habrá dos protestas. Una por las calles de La Plata, donde familiares de uniformados marcharán hacia el Ministerio de Seguridad. Y otra, organizada por famosos como Susana Giménez y Marcelo Tinelli, quienes llamaron a concentrarse a las 18 en la Plaza de Mayo. Tal vez sirvan para que nos despertemos de la larga noche sangrienta que nos afecta a todos.
PLAN GLOBAL
Pero no toda la policía es corrupta y es una institución necesaria, a la que hay que recuperar. Tal vez dignificándola. Acercándole tecnología. Una buena formación. Mejores salarios que le permitan dedicación plena. Y un nivel de adiestramiento que la ponga a la cabeza de poder responder a las necesidades ciudadanas. En síntesis, evitar de que siga entregando más vidas.
Para ello, hay que implementar políticas de Estado a nivel global. Tal vez haya llegado la hora de instrumentar un plan nacional. Entrelazado con todas las provincias. Para que un delincuente que comete un delito en Buenos Aires, sea rápidamente atrapado en Córdoba.
Eso se logra con un sistema informatizado y de datos entrecruzados. Sólo así se podrá tabicar definitivamente esta ola de violencia irrefrenable.
COSTO TRAGICO
Van cuatro buenos policías de la bonaerense asesinados en lo que va del año. La mitad de los que cayeron durante el 2008. La cifra es altísima, pensando los meses que restan y una violencia que cada día se hace más despiadada. Estamos en presencia de la mayor epidemia de la hora: el narcotráfico, el enemigo más temible.
La muerte del subteniente Miguel Angel Martínez (55), asesinado cuando fue a cubrir la denuncia por un asalto a una familia de quinteros de Olmos y los ladrones lo ejecutaron de dos balazos, tiene connotaciones especiales, por el momento y las circunstancias en que ocurrió. Es el cuarto efectivo abatido por delincuentes en un lapso de 24 días.
EL DEBATE
Hoy la inseguridad es la estrella de todos los debates. Los hombres de la fuerza entienden que su situación laboral no está a la altura de las circunstancias. En el velatorio de Martínez fueron varios los que propusieron ¨dejar de patrullar las calles¨ a modo de protesta. Fue la llegada del jefe de la Policía, Juan Carlos Paggi, y el de la Departamental La Plata, Roberto Castronuovo, quienes enfriaron esa suerte de asamblea espontánea que se armó en la vereda de la casa de sepelios. Los jefes acompañaron a la familia de la víctima durante casi toda la noche y a la mañana siguiente, el propio Paggi se puso a la cabeza de la caravana que a lo largo de 30 cuadras acompañó al coche fúnebre hasta el cementerio local, previo paso por la comisaría Quinta. Lo hizo a pie, batiendo palmas, igual que el resto de los uniformados, familiares y vecinos, además de otras autoridades de la fuerza y del ministerio de Seguridad, como el subsecretario de Investigaciones, Paul Starc.
COMO HACERLO
Martínez tenía 55 años; 28 en la fuerza; una hija, un nieto, otro en camino y muchísimos amigos y compañeros que lloraron su muerte. Era un ciudadano como usted y yo. Un buen policía que vivía humildemente y cuidaba de nuestras vidas. Es una obligación reconocerlo y rendirle honores por su actitud. Estos son los policías que quiere el jefe Paggi para que se acerquen a la gente y recuperen la credibilidad. Pero no se fabrica un Martínez con facilidad. Se nace con convicciones y estas se alimentan a través del sendero de una buena formación profesional. Hoy Paggi necesita más que nunca de estos hombres, para recuperar la confianza perdida en una fuerza de más de 54 mil hombres. Un verdadero ejército, que tiene en su canasta manzanas de las buenas y otras en estado de putrefacción.
LLEGO LA HORA
Desde la castigada familia policial, en el sepelio de Martínez hubo voces lacerantes. ¨Queremos que nos respeten como policías, como seres humanos, somos padres de familia, somos hijos, somos nietos¨, pidieron. Una mujer que se presentó como ¨familiar de policías¨, reclamó ¨mejores sueldos, equipos de comunicaciones en los móviles, armas y chalecos en condiciones¨. También se vio a varias mujeres con pañuelos azules. Todas habían perdido a algún ser querido de la fuerza, como Marta Rosas, esposa de Pedro Díaz, y la mamá de Ricardo Torres Barboza, acribillados junto a Alejandro Vatalaro en la planta transmisora del ministerio de Seguridad. Como los policías no pueden manifestarse, sus allegados planean hacerlo este miércoles, con una marcha hasta la sede de la cartera. Tal vez sea la campana de largada para sacudir el corazón del poder. Pero para dar respuestas, Buenos Aires, por su enorme extensión territorial, necesita de mayores recursos. Y hoy no los tiene.
Debe asignársele más dinero de la coparticipación, para poner en marcha una acción global.
Además, para cosechar seguridad, se debe hacer mayor contención social. Trabajar con los maestros. Darles salarios dignos, para que de las escuelas se empiece a recuperar a una generación que corre peligro de entrar en la picadora de carne del narcotráfico. Es necesario penetrar en el corazón de las villas con energía y desactivar las cocinas del Paco, la más letal de las drogas que quema la cabeza de los chicos. Disminuir la pobreza.
UN PLAN
Caso contrario, cualquier política cortoplacista será un mero parche. Se requiere un plan a largo plazo. Sin color político. Con la participación de los ciudadanos más notables, para que aporten sus experiencias en la materia. Juristas, especialistas en criminología y buenos comisarios retirados que sumen sus metodologías. Un plan que lo continúen todos los gobiernos que vengan, como ocurre en los países desarrollados. En esto no hay fórmulas mágicas, ni pena de muerte que valga. Se sale con la voluntad y el compromiso de todos los sectores.

Un policía de Berazategui cuenta
la trastienda de los padecimientos

Un sargento que presta servicios en una comisaría de Berazategui se animó a romper el silencio. Relató descarnadamente, cuántas horas trabajan y en qué condiciones. Los chalecos, las patrullas, las armas. Y el miedo a morir. A matar a un inocente y a quedarse sin familia. Este es el testimonio de un buen policía que hizo una autocrítica de lo que ocurre en la fuerza y pide un cambio, aunque le cueste el trabajo.
“Tengo vocación de servicio y quiero ayudar a mis compañeros, pero siento que no lo voy a poder hacer arriba de un patrullero, sino dando la cara y contando cómo trabajamos en la Policía”.
Javier González, 31 años, 7 de ellos en la fuerza, casado y con tres hijos, de 13, 6 y 2 años con su uniforme puesto y lágrimas en los ojos, relató sus padecimientos en carne viva.
“Casi pierdo a toda mi familia por mi trabajo”, dice, hablando de la cantidad de horas que pasa en servicio. Y sabe que al hablar públicamente de todo esto, puede significar que pierda su trabajo.
CHALECOS VENCIDOS
Asegura que tiene un arma de 1967. Y que muchos de los chalecos “pesan 5 kilos”. Que “no sirven o están vencidos”. Que los patrulleros no están en condiciones y que él, “como todos mis compañeros, somos un número más. A nadie le importa que pasemos hasta 30 horas de servicio con un arma en la cintura, que no podamos estar con nuestras familias y que tengamos miedo. Miedo a que nos maten o de matar a un inocente, porque estamos cansados”.
González es un sargento de la comisaría Quinta de Berazategui, ubicada en la zona de El Pato, aunque vive con su mujer y sus dos hijos más chiquitos en una casa del barrio de Tolosa, en La Plata.
“Mi horario es de 15 a 7 de la mañana, pero muchas veces te recargan el servicio con Cores y, como el sueldo no alcanza, hacemos adicionales. Podemos estar 30 horas trabajando, sin ver a nuestras familias, sin un lugar para bañarnos, comiendo a escondidas, porque si te ve un jefe distrital te sancionan y si pasa eso te reducen el sueldo”.
INSEGUROS
Señaló que gana “entre 1.800 y 2.000 pesos”. Pero el reclamo de Javier no se limita, solamente, a un salario digno. “No tenemos a nadie que represente nuestros derechos, no podemos manifestarnos, ni tener un sindicato”, cuestiona, por lo que decidió “ser la voz de mis compañeros, aunque eso signifique quedarme sin trabajo”.
“No podemos brindarle seguridad a nadie si nosotros mismos no estamos seguros”, argumentó González. Además reveló que “los patrulleros no tienen blindaje, salvo el vidrio delantero, los nuevos no tienen equipos de comunicaciones y tampoco se les hace mantenimiento, porque la Policía no tiene mecánicos. Nosotros mismos debemos controlarle el agua y el aceite para que no se fundan”. Porque si se funden, de vuelta, “nos hacen un sumario”.
IMPOTENTE
Las reglamentarias, asegura, no están mejor. “Desde hace unos años, al personal que egresa se les entrega armas nuevas, pero no se renovaron las anteriores. La mía -y la muestra- es del año 1967”. Por eso no es extraño que se le haya trabado más de una vez (lo insólito hubiera sido que no): “He participado en enfrentamientos y en el año 2006 perdí la vista durante un mes, por un pico de estrés”.
Javier admite que se siente “impotente”, porque “vemos cómo quedan las víctimas después de un hecho y tenemos que abrirles las puertas a los delincuentes para que salgan libres. Y ni hablar si son menores”. Además del miedo a perder la vida, a lastimar a un inocente y a ir preso por eso, a este efectivo le preocupa “perder a mi familia”.
TERMINAN DIVORCIADOS
“El 85% de los policías termina divorciado -apunta- y yo estuve a punto de perderla a ella y a mis hijos”, dice, señalando a su esposa Elida, una joven que si bien preferiría no hablar, acompaña a su marido en esta cruzada que decidió emprender a puro hartazgo. “Duerme mal, tiene pesadillas, llora con los noticieros”, enumera, “así no se puede vivir”.
Javier planea participar en la marcha organizada para este miércoles en Plaza de Mayo, por seguridad y justicia, y quiere hacerlo en representación de sus compañeros: “Porque a nuestras familias no les sirve vernos en un cajón, para que nos aplaudan, a ellos les den un poco de plata y una bandera. Somos maridos, somos padres, somos hijos y queremos que se nos trate dignamente”, sentenció.

Los famosos se preparan

Fuentes confiables revelaron a Infosur cómo se cocina la marcha de los famosos en demanda de mayor seguridad, que se llevará a cabo el próximo miércoles. La encabezarán Marcelo Tinelli y Susana Giménez, con el apoyo de otras figuras. La convocatoria es barrio por barrio, incluida nuestra región, donde se empezaron a efectuar los primeros tanteos. Pero hay que advertir que ya hay chispazos políticos en el medio, ya que no todos están de acuerdo con esta protesta.
La irrupción de los famosos en el debate por la inseguridad y la pena de muerte, es un hecho. Como un aluvión, muchos exponentes del mundo del espectáculo salieron a respaldar a Susana Giménez y ya se habla de una marcha a Plaza de Mayo el próximo miércoles, encabezada por estrellas de la farándula.
Marcelo Tinelli, Moria Casán, Cacho Castaña y el Facha Martel son algunos de los que acompañarían a la diva que pidió la pena de muerte y luego se arrepintió de sus dichos, en una movilización contra la inseguridad que promete ser multitudinaria.
Las figuras de TV y un innegable malestar social garantizan la concurrencia, empero ya se motoriza por lo bajo la “logistica” de organización. La convocatoria es barrio por barrio a través de referentes vecinales y ya se concretan reuniones donde se entrecruzan intereses políticos y “problemas de cartel”.
EN EL CONURBANO
Asociaciones del Conurbano, entre ellas de la región sur y la Ciudad de Buenos Aires están convocando para el próximo miércoles a las seis de la tarde. Y, como en toda convocatoria, hubo reuniones previas, vínculos, cruces y enviados especiales…
Uno de los encuentros de los que se tomó conocimiento, fue días atrás en un salón de fiestas porteño, ubicado en la calle Malabia al 800. Según trascendió en fuentes confiables, en el lugar se congregaron referentes vecinales de distintas zonas, presidentes asociaciones que encabezan la protesta, algunos periodistas y hasta un asistente directo de la diva Susana Giménez.
La reunión fue coordinada por la titular del Instituto Mejor Seguridad, Constanza Guglielmi, también referente bonaerense del espacio peronista que comanda el puntano Alberto Rodríguez Saá. En la cita -contó uno de los concurrentes a este diario-, se abordaron los pormenores de la convocatoria, se barajaron las opciones para la colocación de un palco, y hasta se supo de antemano (tal como ocurrió el martes por la noche) que Marcelo Tinelli iba a salir a respaldar a Susana en el programa Intrusos, de Jorge Rial.
LUCES ROJAS
“Lo que reconozco de Susana es la humildad. Se han contactado con nosotros para dar una mano, pero siempre desde ese lugar. Escucharon lo que se proponía”, dijo Guglielmi al ser consultada por la participación de la diva.
A ciencia cierta, el pedido por mayor seguridad es unánime, pero entre los espacios existen marcados matices acerca de cómo resolver el flagelo. Alejado de Guglielmi, el presidente de la asociación VA.LO.MI (Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador), Gabriel Lombardo, dijo que los familiares de Hernán Landolina, el joven asesinado hace semanas en esa localidad, no participarán de la marcha.
Lombardo, que últimamente se mostró con Francisco De Naváez, sostuvo: “Le hicimos una marcha y esta mujer se baja (por la esposa de Landolina)”, a lo que agregó que esta decisión habría causado irritación y hasta habría llegado a generar ciertas presunciones entre algunos vecinos.
HAY VOCES EN CONTRA
Por lo que pudo saber Infosur, la convocatoria también causó rechazo en otras organizaciones sociales. Una de las representantes de Madres contra el Paco, Lili Galeano dijo a este medio: “Esto se salva con inclusión, no con pedir más patrulleros, se salva con educación. Es un problema cultural y político. No queremos que salgan artistas a pedir la pena de muerte”. Y además agregó que realizarán una conferencia de prensa antes del día de la protesta, para dejar en claro su postura.
Uno de los representantes de los foros de seguridad de la región consultados por Infosur señalaron que “Susana Giménez, que ahora se ha convertido en adalid de la seguridad, tendría que tener un poco de memoria y acordarse de que ella también protagonizó un episodio que está fuera de la ley. ¿Recuerdan cuando compró un Mercedes Benz a través de un discapacitado y luego tuvo que esconderlo en el galpón de su campo?.A mí se me caería la cara de vergüenza”, señaló la fuente, quien se manifestó contrario a la controvertida marcha.

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