martes, 31 de marzo de 2009

LA MATERA Y BUDGE, DOS ESCENARIOS QUE METEN MIEDO

Cuando el delito cobra
peaje en las villas

El negocio del peaje en las villas de la zona sur se ha convertido en algo incontrolable y extremadamente peligroso, a tal punto que los especialistas en seguridad consultados por Infosur revelaron que en la mayoría de los casos significa el primer paso para que los menores se inicien en el delito.
En esta dramática realidad, la droga tiene mucho que ver, a tal punto, que fuentes policiales admitieron que por el consumo del "paco" se perdieron los códigos que regían hasta hace unos años. Por eso ahora nadie queda exento de pagar, hasta los bomberos y los médicos, por citar algunos ejemplos.Los testimonios recogidos por Infosur permitieron llegar a la conclusión de que en villas como La Matera, en Quilmes o en la zona de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, antes sólo pagaban los proveedores que atendían los comercios. Los médicos, maestros y bomberos estaban exentos, porque los ladrones sabían que estaban para ayudarlos. Pero esta geografía se ha visto alterada en los últimos tiempos por la presencia del temible Paco, la más letal de las drogas que cautiva más a los chicos, quemándoles el cerebro en seis meses y convirtiéndolos en verdaderos mutantes que ni siquiera pueden hilvanar palabra. Estos ya no reconocen a nadie y todo es válido con tal de conseguir algo de dinero, explicó una de las fuentes consultadas por este medio.
EN QUILMES
Los vecinos de La Matera, en Quilmes, viven aterrorizados. Los pocos que se animan a hablar, por supuesto pidiendo reserva de sus nombres por temor a represalias, revelan que los que piden dinero son chicos de entre 9 y 15 años que andan por allí a toda hora. Según dijeron, todas las mañanas un grupo de jóvenes va a la parada de los colectivos que circulan por la zona y allí a cada persona , le exigen que le den entre uno y dos pesos, para luego poder comprar la droga, que al decir de los pobladores “se vende como pan caliente”.Los relatos son estremecedores. "La semana pasada a un colaborador que hace siempre el mismo recorrido dentro del barrio le pidieron dos pesos y como les dijo que no tenía, lo dejaron ir pero con la condición de que al otro día les trajera cuatro. La otra mañana, le vaciaron la camioneta a un proveedor que no quiso pagar", señaló otro de los entrevistados.
DESESPERANTE
Los médicos del Centro de Salud cuentan que, por el "Paco", hubo casos de chicos que llegaron hasta no reconocer a su madre y la apuntaron con un arma para robarle.Una de las madres, cuyo hijo es adicto, indicó que “hasta me vendió una cama. La desesperación es tan grande por consumir Paco, que los chicos llegan a lo inimaginable. Ya me hice a la idea que a mi hijo un día me lo van a traer muerto. No tengo donde llevarlo para que se rehabilite”, señaló.Otro de los vecinos comentó que el "peaje" que se cobra abarca todos los rubros: un poco de dinero , tres o cinco pesos, un pollo, paquetes de galletitas, cigarrillos y objetos menores como un encendedor o una lapicera. "Todo les sirve. Los chicos no cobran, piden cualquier cosa. Eso lo negocian por dinero y con eso compran la droga. Nosotros les damos de comer al mediodía y charlamos con ellos. Pero nos suele pasar que a la nochecita, cuando nos vamos, están tan drogados y ya no nos reconocen; entonces les tenemos que entregar aunque sea un sachet de leche para que nos dejen salir", explicó otro de los consultados.
EN BUDGE
En la zona de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, el escenario es casi calcado, incluso hay lugares donde ni siquiera se salvan los propios vecinos.Una de las personas consultadas por Infosur reveló que “muchos de los que trabajamos y volvemos de madrugada a nuestros hogares, tenemos que pagarles a los pibes aunque sea dos pesos para que nos dejen entrar. Generalmente están armados con cuchillos y revólveres y están tan sacados por la droga, que si uno se niega, son capaces de matarnos. Uno les habla, les explica que es un laburante, pero no entienden nada porque tienen el cerebro quemado. ¡Dame algo o te quemo!, atinan a contestar”Lo que se pudo comprobar es que nadie hace la denuncia porque tienen miedo a represalias.”Te marcan y en el momento menos esperado, sos boleta”, indicó uno de los pobladores.
COMO UN JUEGO
Los precoces delincuentes, quienes terminarán siendo los dueños de la ruta del peaje, se iniciando entre los 9 o 10 años, casi como si se tratara de un juego. Uno de los vecinos dio un ejemplo claro de cual es la metodología que aplican. "Aprietan" a un chico que va a la escuela. Después, con un par de años más, se animan con peatones en alguna parada de colectivos. El próximo paso los encuentra reclamando dinero o mercadería a algún proveedor que llega hasta la villa. Mientras tanto, como si se tratara de una "carrera" paralela, se van haciendo adictos: primero con las bolsitas, inhalando pegamentos; después, fumando el temible "Paco". Uno de los investigadores consultados por Infosur señaló que “sí, a los 15 o 16, llegan vivos, cosa que se da en pocos casos, porque muchos terminan muertos en luchas territoriales, pasan al otro "circuito": el de los robos "de caño". De ahí a los crímenes hay una delgada línea. Para entonces ya saben que sus vidas no valen nada y creen que es igual para todos”, señaló la fuente.

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