miércoles, 16 de marzo de 2016

Reforma policial: Vidal y Ritondo amenazados por el látigo de la Bonaerense


La tormenta ya está instalada con toda su furia, en los umbrales de lo más alto del poder del gobierno bonaerense. Hace poco más de una semana,  Sergio Massa había lanzado una seria advertencia: "Si María Eugenia Vidal no va a fondo con la reforma policial, la van a reformar a ella". El líder del Frente Renovador no estaba errado. En estos días, la gobernadora recibió tres amenazas de bomba con la intención de marcarle la cancha. Estos mensajes, además de una carta atemorizante, la obligaron a reforzar la seguridad, tanto de ella, como del ministro Critian Ritondo,encargado de timonear la fuerza más poderosa del país, compuesta por 90 mil hombres. En la misma dirección,  se adoptó idéntico procedimiento con el vicegobernador Daniel Salvador y algunos ministros de áreas sensibles con las modificaciones que se proyectan para la fuerza.
"El ataque puede venir de cualquier lado", se admite en voz baja en los despachos de la residencia de la calle 6, donde la preocupación es creciente. A tal punto, que los desplazamientos que realiza Vidal para cumplir con sus compromisos institucionales, se guardan bajo siete llaves, sobre todo cuando viaja al conurbano bonaerense donde se cree que la Bonaerense tiene sus principales nidos.
UNA CARTA INQUIETANTE
Ya es un secreto a voces, que existe un sector de la policia que avisó con los recientes ataques a tres intendentes, entre ellos el de La Plata, que está dispuesto a todo con tal que no les toquen las billeteras. Es la zona más sensible, desde donde se arman negocios millonarios de la mano del narcotráfico y otras yerbas. Los propios asesores de Vidal reconocen que el presidente Mauricio Macri le reiteró a su joya más preciada, la conveniencia de dejar la casa de Castelar y mudarse a otra que se está terminando de acondicionar dentro del predio de la Base Aérea de Morón, donde tanto ella como su familia puedan estar más resguardados.
Lo que se comenta con insistencia en fuentes confiables, es que en la última semana, la gobernadora recibió una carta de un “delegado” de la fuerza con un planteo que pone los pelos de punta. La amenaza consiste en quitarles la seguridad a los ministerios si ella no restituía las horas extras de toda la policía. 
AMENAZAS DE BOMBA
Además,  los empleados del ministerio de Seguridad se vieron obligados a evacuar el edificio tres veces por amenazas de bomba. Pero allí no termina la historia, el titular de la cartera, Cristian Ritondo, ordenó colocar cerraduras electrónicas en el piso de su oficina y las de sus colaboradores. Además, pidió que se realice un rastreo de posibles micrófonos o pinchaduras telefónicas. Las sospechas están sustentadas en como se filtran las informaciones reservadas. " Aquí las paredes escuchan, poniendo de sobreaviso al enemigo", comentó un vocero. Ritondo también se cubrió, reduciendo el número de colaboradores directos. Ahora facalizó sus acciones en un pequeño nucleo de extrema confianza.
Hay quienes admiten con rostros circunspectos, que "es el comienzo de una guerra que no tiene techo". Y que se inició ni bien asumió Vidal. La cinematográfica fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y de Victor Schillaci, así como las torpezas que se cometieron en la búsqueda, fueron el primer síntoma de que el potro indómito de la Maldita Policía  estaba vivo e iba a resistir los embates de quienes quisieran domarlo. 
Aquella situación obligó a la mandataria a descabezar la cúpula de la fuerza. Inmediatamente, como si se tratara de una respuesta, se reavivaron los casos de inseguridad con los ataques a intendentes, entre ellos el robo a la casa de Julio Garro, en el country Grand Bell, hecho por el que se encuentra detenido el policía Patricio Masana, de quien se cree que es  solo un eslabón de la siniestra cadena de complicidades de la fuerza con el delito. 
LOS POLICIAS RICOS
Masana vivía a metros de la casa de Garro y se cree que forma parte de la segunda línea de la denominada "cofradía de los policias ricos". Pagaba 40 mil pesos de alquiler, además de 7 mil de expensas y se movilizaba en una camioneta Mercedes Benz. Ni más ni menos, que la postal de una vida de lujos que no eran acordes a su sueldo de 18 mil pesos. El oficial exonerado de la fuerza cambió de abogado y por ahora se ignora cual será la estrategia que empleará su letrado. Si habla, Masana podría involucrar a altos jefes, algunas de cuyas cabezas ya rodaron. No obstante, los asesores de Ritondo están seguros de que "hay que ir más arriba para llegar a los dueños de las cajas".
Las primeras espadas del ministro olfatean que "Masana está hasta las manos". En el allanamiento a la casa que alquilaba, la policía secuestró 10.500 dólares, 84.600 pesos, cristales de cocaína y pastillas de éxtasis. Además, había una pistola calibre 22 con 7 proyectiles de punta hueca de los que perforan los chalecos antibala. Como el ex suboficial no tenía autorización para su portación, le imputaron también ese delito. Ahora se analiza si el arma estuvo implicada en otro episodio de gravedad. Masana también está procesado por venta de estupefacientes. Esto no es todo. Si logran vincularlo con varios robos ocurridos en los últimos meses en el Grand Bell, incluido el que sufrió Gustavo Barros Schelotto, podrían encuadrar su caso en la figura de “asociación ilícita”. 
SE ACERCA EL DIA "D"
 
Este martes será un día crucial.Vidal presentará ante una Legislatura sacudida por las peleas internas, su tan mentada reforma policial. El capítulo de mayor rispideces, tiene que ver con la obligación de que los cargos superiores a los de subcomisario, deberán entregar una declaración jurada de bienes. Es una suerte de terremoto, que llega a las propias narices de los denominados "policìas ricos". “Veremos cómo reaccionan los jefes cuando tengan que firmar las declaraciones juradas, porque muchos no van a poder justificar las riquezas que tienen”, disparó un integrante de la mesa chica de Ritondo. Y agregó: “Por las dudas, nos estamos preparando para lo peor”, aunque no aclaró a qué se refería puntualmente. 
Para atenuar un poco el impacto, el ministerio de Seguridad dispuso  un fuerte aumento de las horas Polad, los adicionales que realizan los efectivos de la Policía bonaerense como custodias en organismos públicos y privados y espectáculos deportivos. El ajuste en algunos casos llega al 110%, según trascendió. El sistema Polad es uno de los frentes que quedaron bajo la lupa tras el asalto a la casa del intendente Julio Garro, cuando se detectó que en efectivo de la comisaría Primera, Patricio Masana era quien liquidaba esos adicionales en situación irregular.
LA ANTESALA DEL INFIERNO
La medida regirá desde el 1º de abril, pero a raíz de la investigación interna que se abrió en la fuerza de seguridad por esa causa, los nuevos valores no comenzarán a cobrarse “hasta tanto culmine el relevamiento integral del servicio de Policía Adicional que se presta actualmente, circunstancia que será debidamente comunicada en su oportunidad”, indica la resolución del ministro Cristian Ritondo. Ese congelamiento parcial sólo se aplicará para el caso de las custodias en edificios públicos, hospitales y organismos descentralizados. En cambio, desde el 1º de abril regirá para el caso de los policías que prestan servicio, por ejemplo, en las canchas.
Los demonios de la Maldita Bonaerense, ya avisaron que están con los ojos bien abiertos para resistir los embates de la gobernadora. En más de 30 años de democracia, nadie hasta el momento los pudo domar. Habrá que ver hasta dónde llega Vidal . Y si está dispuesta a meter el bisturí en el fondo del pantano, donde la corrupción conserva aún su trono en el reino de las sombras.

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