lunes, 21 de noviembre de 2016

Tambores de guerra para el Presidente con la emergencia social y un Papá Noel linyera

Lo habíamos anticipado en la columna anterior. Aludíamos en el título a una temporada de piquetes y un posible diciembre negro. Pese a que Macri auguraba un fin de año tranquilo, al Gobierno se le terminaron destapando los pies. Por los hechos acontecidos en las últimas jornadas, no es aventurado prepararse en los días previos a las fiestas para eventuales turbulencias.


Una prueba de ello, es la advertencia de las organizaciones sociales y la CGT, con duras amenazas de salir a las calles en caso de que no se apruebe la ley de Emergencia Social que cuenta con la media sanción del Senado. El reclamo se exteriorizó a tambor batiente durante la multitudinaria concentracion frente al Congreso, con una concurrencia estimada en más de 200 mil personas. Fue la manera de marcarle la cancha al partido gobernante, a la luz de de las palabras que más sufre la sociedad: inflación, recesión, despidos y suspensiones. Es la segunda gran movilización en contra del Gobierno en los últimos ocho meses.La primera fue el 29 de abril pasado, cuando las centrales obreras se unieron para impulsar un a ley antidespidos que derivó en el primer veto presidencial.
Macri podrá jactarse de ser la excepción entre los presidentes no peronistas desde 1983 hasta la fecha por no haber sufrido un paro general de la CGT en su primer año de gestión, sin embargo, la tensión guía desde el comienzo de su mandato el vínculo con los gremios.
Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista Combativa, fue el primero en hacer sonar los tambores de guerra para que se escuchen en la Casa Rosada. Disparó que"los trabajadores nunca hemos sido desestabilizadores, pero la paciencia se puede agotar".Carlos Acuña, integrante del triunvirato que conduce la central obrera, reforzó la apuesta con un ultimátum: "se terminaron los tiempos que tenían para gobernar, queremos respuestas ya", dijo. 
UNA TRAVESURA LEGISLATIVA 
Las broncas que brotan del tejido social han obligado a los sectores gremiales a amenazar con pintarse la cara. Tiene que ver con la epidemia de bolsillos flacos y la impotencia de las primeras espadas de la Casa Rosada para sacar de terapia intensiva a la economía. Lo cierto es que la oposición le encontró la vuelta a Macri y le hizo una travesura legislativa. Logró la media sanción en el Senado de la ley de Emergencia Social en términos de aumento de la asignación universal por hijo y la creación de un millón de puestos de trabajo, todo a pagar a través del Tesoro. El Presidente sintió que le mojaron la oreja y ya dio orden a sus legisladores de cajonear el proyecto en Diputados. Lo calificó con  sorna  ante su entorno como "la ley de la felicidad". Además, la posibilidad de un veto surge como una jugada peligrosa e impredecible que puede subir las iras de los sectores más marginados. 
La pesadilla de Macri es que de aprobarse la ley, provocaría un agujero fiscal de más de 100 mil millones de pesos anuales. De todas manera, como estrategia para amortiguar el golpe y mantener el diálogo, el oficialismo dará impulso en los próximos días a la reforma del impuesto a las ganancias, largamente reclamado por la CGT. En la Casa Rosada ya se trabaja en la posibilidad de soltar las riendas para que se le de media sanción antes de fin de año.
EL TIRONEO POR LOS RECURSOS
La situación social en el conurbano es muy delicada y requiere de urgente auxilio.El 40% de la población económicamente activa no puede acceder al mercado laboral y es considerada como desempleada. No obstante, una amplia franja de ese sector se desempeña en negro, formando parte de cooperativas financiadas con subsidios estatales o hace changas. Por la falta de trabajo, los merenderos y comedores se reproducen como hongos. El oficialismo se escuda en que no hay manera de financiar los recursos de la emergencia social y del otro lado del mostrador replican que se pueden obtener fondos  gravando la renta financiera, la minería, el juego y además tocando el bolsillo de otros sectores que han resultado favorecidos por las bendiciones amarillas.
 Encima de estas presiones, el Ejecutivo sangra por tener que afrontar con la maquinita, el pago de $351 millones en dos veces, por el famoso bono compensador para los estatales nacionales, que trae su Papá Noel Linyera en la desgastada bolsa de arpillera. Una medida que enoja a las provincias que no pueden pagarlo y al propio ATE. Hay economistas que sostienen que esas sumas que van de 2 mil a 3.500 pesos son solo un parche y que se necesitaríar unos $15 mil  para equiparar con justicia  parte de lo que perdieron los sueldos de los trabajadores frente a la inflación.
LA CANASTA NAVIDEÑA POR LAS NUBES
A poco  de terminar el año, en vez de la luz, la economía se encuentra con un paredón al final del oscuro túnel . En lo que resta recorrer del almanaque, ya nadie apuesta a una mejora. También habrá que ajustarse el cinturón para timonear en la mesa familiar lo que serán las fiestas más austeras de los últimos años. Es duro decirlo, pero la canasta navideña acusa subas superiores al 40%,algo casi inédito y los supermercados están casi desiertos pagando el precio de su voracidad. Tampoco los empresarios  han sido generosos con Macri. Las constantes remarcaciones han erosionado los sueldos, inmovilizándolos frente al consumo.
El pronóstico  para el equipo amarillo es delicado y terminará seguramente a los penales. Más aún cuando está al caer un año electoral donde el oficialismo tendrá que abrir más la billetera si quiere revertir la situación y evitar así un castigo en las urnas durante las elecciones legislativas. Pero seguir endeudándose,ya con 50 mil millones de dólares en la ganchera, es peligroso. El ex ministro Lavagna lo advirtió hace unos días y desató una tormenta en Cambiemos. Comparó al actual modelo con el de Menem en los años 90 y el de los militares durante la dictadura. Nadie ignora que la actual receta ha dejado un tendal de miles de heridos y lo demuestran con crudeza los números. 
SE PERDIERON MILES DE EMPLEOS
En lo que tiene que ver el rubro empleo registrado, se ha evidenciado un fuerte retroceso . En la gestión macrista, se perdieron hasta el momento 127.595 puestos laborales. Así lo determinó la Administración Federal de Ingresos Públicos que, consignó que desde diciembre de 2015 a la fecha, la caída representó el 1,5 por ciento del empleo formal. Los datos se desprenden de los registros del sistema de Seguridad Social. Dicho relevamiento toma en cuenta las declaraciones juradas de todas las compañías sobre el número de empleados y las compara con años anteriores. Frente a este cuadro de situación, los dueños de las firmas denunciaron que su capacidad ociosa llega al 40% . Encima, la brecha entre ricos y pobres se estiró este año mucho  más que en los 12 anteriores. Son datos centrales de un informe conjunto del Centro de Economía Política (CEPA) y el Indice de Economía Popular (INDEP) basado en números publicados recientemente por el INDEC. 
La caída de la industria este año superará todos los pronósticos previstos por la Unión Industrial Argentina. Con los magros datos de los primeros meses, la entidad pronostica que 2016 cerrará con una retracción de la actividad manufacturera del 4,5%, es decir 50 mil empleos menos que el año pasado y una capacidad ociosa del 40%. Las ventas en términos reales cayeron en septiembre en supermercados y shoppings, al menos 10 puntos porcentuales.
SE AMPLIA LA BRECHA ENTRE RICOS Y POBRES
A su vez, la inflación pegó fuerte en la suba de la Canasta Básica Total (CBT) y la Alimentaria (CBA). Una familia integrada por dos mayores de 35 años y dos niños de entre 6 y 8 años necesitó en octubre ingresos por $l2.952,69 para comprar todos los bienes y servicios y no quedar comprendido debajo de la linea de pobreza. Este monto implica una suba de 2,% mensual,
Pero aquí no termina la historia. El informe "Desigualdad, un Cambio con Ganadores y Perdedores", da cuenta que la caída del poder adquisitivo de los sectores medios y bajos, generó que se estire mucho la brecha entre ricos y pobres. La ecuación surge como producto de la inflación, de las paritarias en baja, de los despidos y los tarifazos. Hay que agregarle la transferencia de recursos hacia los sectores concentrados, como la quita de retenciones al agro y a la minería. El Gobierno además tendrá que estar atento a una medición de humor social realizada en octubre por el Grupo de Opinión Pública, que dejó como principales inquietudes de la sociedad las problemáticas de la inflación y la inseguridad. La encuesta mostró un creciente desacuerdo con la política de endeudamiento  y, sobre todo, por considerar insuficiente el bono de fin de año.
LA INFLACION ES LA PREOCUPACION MAYOR
Es una realidad, que la  inflación ha vuelto a posicionarse como una de las preocupaciones centrales de los argentinos. En esa dirección, el 56,2% de la población rechaza el endeudamiento oficial, mientras que el 33,7% lo aprueba, aunque sólo si el gasto se destina a obras públicas y el 9,2% está de acuerdo que se use para toda erogación estatal.
Respecto a la radiografía sobre la actuación del Gobierno, en los primeros diez meses del año, se produjo un cambio clave en relación a la opinión de los consultados en enero y en octubre. En el primer mes del año, el 54,4% opinaba que Macri beneficiaba a todos y el 36,3% "a los ricos". Casi un año después, los datos son prácticamente inversos: el 52,5% opina que favorece a la clase alta y el 36,5% a todos. Otra comparación que refleja la pérdida de credibilidad del oficialismo en lo que va del año, se advierte cuando, consultados sobre si es bastante o muy probable que se logre mejorar la seguridad o el desempleo, los índices han bajado considerablemente, del 60% al 40% en los últimos 10 meses. Macri convocó a sus huestes a un retiro espirtual en Chapadmalal. Procura relanzar el gobierno y hacer un balance de gestión. Tal vez en esas horas de reflexión y debate, si hay autocrítica pura, pueda encontrar la luz al final del túnel.

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