La geografía urbana, a casi un año de la gestión del intendente Julio Garro, poco ha cambiado. Según un relevamiento, hay más de tres mil calles con pozos, parches de brea deformados y grietas, además de veredas rotas en casi todas las cuadras, donde se hace difícil transitar, sobre todo para las personas de edad avanzada. Además se observan, desniveles peligrosos por las raíces de los árboles, constantes pérdidas de agua y cloacas colapsadas. Otra cuestión pendiente es la falta de luminarias en los barrios periféricos y el endemoniado tránsito en el centro, que pone a la mayoría de los habitantes al borde de un ataque de nervios.
Se estima, que hay dos mil fugas de agua en diferentes puntos de la ciudad. Una prueba de ello, es un bebedero ubicado en la rambla de 32, casi 4. Hace meses que está perdiendo miles de litros a diario que muchos que viven en asentamientos pedirían a gritos para sus hogares. Nadie repara lo que tal vez sea una válvula o un cuerito. Los reclamos se suman a la lista de otros mudos testimonios de la desidia. Los vecinos y los dirigentes cuando son consultados, ponen acento en que gran parte de la situación es responsabilidad de la administración del ex intendente Pablo Bruera, que no tuvo un plan serio de inversiones en infraestructura y donde la sospecha del desvío de fondos para la corrupción fue moneda corriente.
MANEJAR ES UN INFIERNO
La ciudad creció mucho en la última década, los edificios se multiplicaron como hongos y las calles rotas se fueron emparchando superficialmente con bacheos de muy mala calidad, que apenas con suerte aguantan 90 días.Otra de las materias pendientes es la falta de ordenamiento del tránsito vehicular.
En el Barrio Norte por ejemplo, muchas vecinos que viven en Gonnet, City Bell y Villa Elisa y que a diario desembarcan para cumplir con sus trabajos en la ciudad, estacionan sus autos allí y luego se van al centro en micro, con lo cual se ahorran de pagar estacionamiento durante muchas horas. Así es como las calles 5 o 6 de 38 a 32 y las laterales, se colapsan durante la mañana. Queda entonces un estrecho corredor, donde se hace difícil circular por la cantidad de autos estacionados a ambos lados de la calzada.
Además, en el radio céntrico es notoria la falta de un ordenamiento vehícular. Manejar se convierte en una tortuosa travesía. La carencia de inspectores que orienten a la gente a cruzar por las esquinas, hace que el peligro sea constante. Los peatones irrumpen por cualquier recoveco, arriesgando sus vidas ante el peligro ser embestidos. Además, es común ver a muchos automovilistas hablando por teléfonos celulares mientras manejan sin que nadie los ponga en caja. Los inspectores de tránsito, apenas son 120 para cubrir todo el casco urbano. Labran solo seis multas por día, lo cual habla a las claras del vacío legal para lograr un reordenamiento adecuado.
También hay que decir que las últimas sendas peatonales que se pintaron en los barrios, ya casi se han borrado, seguramente por la mala calidad de los productos que se utilizaron.
EL TRANSPORTE PUBLICO EN LA PICOTA
Otra de las cuestiones a resolver, es el deficiente servicio de transporte público, que no alcanza para cubrir a toda la ciudad, ni tiene una frecuencia óptima, como tampoco llega a gran parte de las zonas periféricas. Un ejemplo es que pueblos como Bavio, están cada vez más aislados.
En la avenida 137 entre el Cementerio y la comisaría Arana, se puede vivir la experiencia de un viaje hacia un paisaje lunar. Hay cerca de medio millar de baches de todos los tamaños. Frente a la falta de respuesta por parte del gobierno municipal, los indignados vecinos optaron por una protesta con una dosis de humor. Dibujaron el contorno de los peligrosos agujeros con pintura, para que los automovilistas puedan eludirlos y evitar dañar el tren delantero de sus rodados. Algunos de los pozos, que provocaron graves accidentes, han sido bautizados como "Gran Cañón" y otros se convirtieron en las figuras pintorescas de flores o soles.
Ante la ola de accidentes fatales, los fines de semana, en 137 y 629 de Arana, se implementó una suerte de mesa de reclamos. Allí se juntan firmas y la convocatoria se extendió también para quienes viven en Colonia Armonía, Ignacio Correas, Villa Garibaldi, Los Hornos y Parque Sicardi.
También hay que poner acento que en el tramo que va de 80 a 637. La avenida 137 es transitada por camiones que trasladan frutas y verduras desde el cinturón hortícola y que salen sobrecargados de las canteras, además de colectivos de linea y cientos de autos particulares.
Otra de las preocupaciones vecinales, es la falta de avances de la obra del tendido del tren eléctrico Roca, como el pedido generalizado, especialmente de los pobladores de Tolosa. El clamor generalizado es un soterramiento que permita terminar con una ciudad partida por el medio y abrir definitivamente la calle 1.
La concejal del FPV, Florencia Saintout, hizo hincapié en la demora de las obras, señalando que "hay mucha gente que no puede pagar el colectivo para ir a trabajar a capital y que necesita con urgencia ese tipo de transporte. Nosotros pedimos un informe desde el CD, pero no nos dieron ninguna respuesta oficial documentada. Solamente nos dijeron que las obras continúan y que el servicio estaría listo para fines del 2017".
MAS DE15O MIL PLATENSES MARGINADOS
Los concejales armaron un mapeo y se calcula que hay una tres mil calles que tienen baches o pozos. La situación económica, la falta de oportunidades laborales y el cierre de centros culturales y bares emblemáticos, también son temas que están en la atenta mirada de los habitantes. La concejal Saintout opinó que la gestión de Garro "es una de las peores que ha tenido La Plata.Hubo mucha gente que se quedó sin trabajo, pero también se puede ver el descuido en la falta de recolección de basura y en el cuidado de los espacios verdes",manifestó.
Saintout sostuvo que la ciudad ha crecido en forma desigual y desproporcionada, lo que ha dejado a muchos habitantes de los barrios periféricos sin servicio y acceso a ciertos beneficios que tienen los vecinos del centro.Según el proyecto de Presupuesto para el 2017, la partida destinada a obras y servicios públicos tuvo un incremento del 32,74% si se lo compara con el ejercicio económico del corriente año. Garro dispondrá de una suma de $657.930.576, para una ciudad donde hay 134 asentamientos y más de150 mil platenses que viven sin los servicios básicos. El jefe comunal tendrá que empezar a hacer los deberes con mayor dedicación para revertir su imagen, que según la encuestadora de Julio Aurelio, solo el 33% de los habitantes respaldan su gestión y el 56% la desaprueba.
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