martes, 14 de marzo de 2017

El último que apague la luz: la era Macri ya generó un millón y medio de nuevos pobres

El sueldo cada vez alcanza menos, el desempleo aumenta y ya casi no hay changas en las zonas más carenciadas del conurbano profundo. En la ciudad de La Plata hay quienes aseguran que cerraron más de mil negocios, frente a la presión impositiva, los tarifazos y la caída en el consumo. Parece mentira, pero el gobierno de Mauricio Macri, que en campaña había prometido alcanzar la “pobreza cero”, generó desde que asumió la conducción del país la friolera de un millón y medio de nuevos pobres. No es una encuesta manipulada, ni antojadiza. Es la descarnada descripción que emerge como una trompada, del relevamiento del tradicional informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), que alerta además que se trata del “nivel más alto desde 2010”.


El paper menciona además, que la ex presidenta Cristina Kirchner dejó el gobierno a fines de 2015, con una tasa de pobreza del 29%, que ascendió al 32,9% en el tercer trimestre de 2016. El cálculo final mete miedo: arroja cerca de 13 millones de personas que hoy se ubican por debajo de la línea de pobreza.
“La desigualdad persistente y la pobreza estructural son resultado de un modelo económico-productivo concentrado y desequilibrado con efectos de exclusión y desigualdad a nivel socio-laboral”, puntualiza el informe, titulado “Pobreza y desigualdad por ingresos en la Argentina urbana 2010-2016”. Fue presentado este jueves  en conferencia de prensa en la sede de la universidad por el director de Investigación del Observatorio, Agustín Salvia. En  esa dirección, la UCA plantea que “aunque devengan inversiones, no habrá derrame hacia los sectores menos dinámicos si no hay políticas activas de desarrollo local-regional, hacia el sector informal y las economías sociales”.
Al comparar indicadores desde el 2010 hasta el tercer trimestre de 2016, el informe señala que las tasas de pobreza e indigencia “retomaron los niveles de 2009”, aunque “muy lejos de crisis sociales atravesadas históricamente por el país” como la del 1988-1990 o 2001-2002.
“Durante el último año, las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política anti-inflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”, fundamenta el Observatorio de la Deuda Social Argentina.
Entre otras consideraciones, también destaca que “si bien en el segundo semestre se registró una baja notoria en el ritmo inflacionario y, al final del mismo, habría tenido lugar una efectiva recuperación del empleo, hacia el tercer trimestre del año no se evidenciaban cambios significativos en el nivel de actividad ni en la demanda laboral”.
En otro de los tramos se pone de manifiesto que esta situación “fue amortiguada, tanto en el segundo como en el tercer trimestre, por actualizaciones establecidas por ley en los montos jubilatorios, pensiones y programas sociales, entre otras medidas compensatorias”. Otro índice contenido en el informe indica que, para no caer en la pobreza, los ingresos de un hogar deben alcanzar por lo menos 4.100 pesos mensuales, y 2.200 pesos para evitar la indigencia. 
Encima, para las próximas horas está fijada la audiencia para subir las tarifas de gas un 62% en tres tramos, que comenzará a regir desde el primero de abril. El turno del agua será el 6 del mes próximo y se estima que el incremento inicial sea entre el 22 y 30% . Mientras tanto, los brotes verdes no llegan y tampoco la lluvia de inversiones. Al Gobierno ya no le alcanzan las promesas de prosperidad, más cuando acabamos de tomar nota que el costo de vida aumentó el 2,5% durante febrero,en comparación con enero y se transformó el el número más alto de los últimos ocho meses. Frente a este cuadro de situación, a la CGT no le quedará otro camino que ponerle fecha al paro, o las bases se la llevarán por delante. 

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