miércoles, 20 de febrero de 2013

La zona sur jaqueada por la mafia que vende pastillas a los jóvenes para mezclar con alcohol



Por Jorge Joury

La violencia que  genera en los jóvenes el consumo de pastillas, mezcladas con alcohol, desvela a las autoridades del gobierno bonaerense.  Es de tal gravedad la situación por los cientos de casos que se registran en las guardias de los hospitales y los registros de comisarías de la zona Sur durante el fin de semana, que el flagelo se ha vuelto comparable con el del Paco.

Eduardo Pérez, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Florencio Varela, acercó datos que hielan la sangre."En los últimos 10 años ha aumentado entre un 15 y un 20% el consumo de psicofármacos en la población. Pero lo más grave, que hemos detectado, es gente madura que viene a comprar psicofármacos y luego se los venden a los chicos para que armen la denominada "jarra Loca", en la previa de los boliches".

Pérez sostiene que esto se esta convirtiendo "en un negocio delictivo, que exige cuanto antes frenar la fuga de medicamentos hacia el circuito ilegal". Para poner un ejemplo, el profesional reveló que " Hay toda una mafia en la zona Sur.

Existen imprentas que falsifican los formularios que exige la autoridad de Salud, la matrícula y hasta la firma de los médicos. Aquí en Varela muchos de nosotros lo podemos detectar en nuestras farmacias, porque le conocemos la letra a los facultativos, de trabajar tantos años con sus recetarios. Pero en otros distritos multitudinarios, es muy difícil darse cuenta. También están los piratas del asfalto que roban cargamentos de los laboratorios y luego los infiltran en el circuito legal, a través de las ferias y kioscos que los venden de manera clandestina. Ahora hay más controles en las ferias de la región, pero no alcanzan. Hay que hacer más, porque no olvidemos que esto es el paso previo para favorecer la acción del narcotráfico que cada día se extiende más en la Argentina".

Poniendo en valor lo que alerta el destacado profesional, hay que decir que es un secreto a voces que el consumo de psicofármacos para mezclarlos con alcohol se ha extendido tanto en algunos barrios de la periferia de Varela, que últimamente muchos padres acuden desesperados a las salas de guardia o a los organismos de contención en busca de ayuda, porque sus hijos llegan de madrugada "hechos unos zombis, desmayados, otros golpeados por las brutales grescas que se generan. Y a esto hay que sumarle los que aparecen heridos en los hospitales víctimas de accidentes de tránsito.

"HAY JOVENES QUE QUEDAN EN ESTADO TAL, QUE SERIAN CAPACES DE MATAR INCLUSO A LA MADRE PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN"

Eduardo Pérez  apunta que " los padres no logran controlar la agresividad de los hijos cuando están bajo el efecto de esa mezcla letal y tienen miedo de que pueda ocurrir una desgracia, porque esos pibes no son conscientes de nada y después no se acuerdan de las acciones que cometen, porque quedan convertidos en estropajos humanos".

Pérez sostiene que para muestra sobra un botón. "Lo cuentan los mismos protagonistas de estas historias. Se ponen a tomar un cerveza con pastillas y al otro día no pueden creer lo que hicieron, porque algunos medicamentos se potencian con el alcohol de una manera ingobernable que genera un descontrol total".

Pérez  arguye que las drogas que más se buscan para mezclar con alcohol, son el clonazepan, diazepan y loranzepan, entre otras. Más allá de las benzodiazepinas o tranquilizantes menores, también los jóvenes apelan a los opiáceos utilizados para calmar dolores intensos y otras sustancias para tratar alergias y resfríos."Todo vale en materia de estimularse, pero puede llevar a la muerte".

El presidente del Colegio de Farmacéuticos de Varela pone como ejemplo y alerta sobre el uso de medicamentos contraindicados en personas que son diabéticas, que también aparecen en estos cócteles mortales y que pueden llevar a una hipoglucemia, causando severos daños a nivel cerebral.

Según Pérez, la franja de mayor consumo de mezclar pastillas con alcohol, se da entre los 15 y los 27 años."Muchos jóvenes le roban las pastillas a los padres o a los abuelos y después mezclan todo con alcohol en la previa, para que pegué más, como dicen los chicos, como si el cuerpo fuese un centro de autoflagelación".

Otros especialistas consultados en esta investigación indicaron que "hoy las pastillas están tan insertas en el mercado ilegal como la marihuana y los chicos pueden conseguirlas con la misma facilidad". Se señala además que detrás de este tipo de consumo hay toda una estructura de adultos que la facilita sin tener noción del daño que están causando. Los investigadores sostienen que hasta hay personal hospitalario que roba medicación para venderla por izquierda. Médicos que prescriben a troche y moche. Y Farmacias que le venden a menores porque pagan mayor precio.

Carlos Sanguinetti, subsecretario de Atención a las Adiciones en la provincia de Buenos Aires manifiesta que "hay que tener cuidado al asociar el consumo de drogas con delitos, porque no todos los adictos son delincuentes. Pero la realidad es que el consumo de psicofármacos con alcohol, produce una disminución de la conciencia que lleva a que quienes toman el camino del delito, no tengan ningún control sobre lo que están haciendo. Lo mismo pueden reaccionar de manera muy violenta, como quedarse dormidos en la casa a donde entraron a robar, como lo hemos visto en la crónica policial últimamente".

Otro funcionario bonaerense reveló que "el 60% de los chicos privados de la libertad en institutos de Menores reconoce abiertamente que tomó pastillas y alcohol para salir a robar. Para ellos es una forma de cobrar coraje, porque la mezcla les provoca una pérdida de conciencia y los vuelve tremendamente agresivos. Quedan en un estado tal, que serían capaces de matar incluso a la madre, porque no saben lo que hacen".

Si tenemos en cuenta que las estadísticas marcan que un 10% de los argentinos de entre 16 y 65 años consumen psicofármacos sin prescripción médica, estamos frente a una epidemia a la que hay que ponerle fin. Por una disposición reciente de la Administración Nacional de Medicamentos, ANMAT, y en consonancia con la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción, SEDRONAR, a partir de junio próximo se pondrá en marcha un dispositivo para controlar un conjunto de fármacos que tienen un uso problemático en poblaciones vulnerables al ser mezclados con alcohol. Pasarán a estar controlados mediante el Sistema de Tranzabilidad de Medicamentos. De esta forma se podrá hacer seguimiento del camino de cada unidad a lo largo de la cadena de suministro y detectar los puntos de fuga. Por algo hay que empezar.

Jorge Joury es licenciado en Ciencias de la Información. Se graduó en la Universidad Nacional de La Plata y se ha desempeñado como conductor de medios independientes, tanto a nivel nacional, como provincial. Actualmente desarrolla tareas periodísticas  como director de la FM 97.7, Estación Sur. Sus artículos también los podés leer en el blogspot Jorge Joury de Tapas.

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