lunes, 28 de septiembre de 2015

Más carpetazos, presión alta y Chaco trajo un poco de alivio


A cuarenta días de los comicios generales del 25 de octubre, el kirchnerísmo logró oxigenarse con el amplio triunfo en las elecciones de Chaco y encima le vino como anillo al dedo que la Corte Tucumana convalidara el triunfo de Manzur. No obstante, el cuerpo le pasó factura a Daniel Scioli, quien no estuvo presente para los festejos. Cuentan en su entorno que el viernes pasado el candidato sufrió un pico de presión con desmayo y hubo que llevarlo a una clínica. Los médicos le hicieron exámenes y le recomendaron reposo, algo que seguramente no acatará en este tramo decisivo de la campaña. La noticia se mantuvo en el más absoluto secreto, pero asustó al estado mayor naranja. Todo tiene su explicación. En medio de los rugidos de una campaña feroz pocas veces vista, lo que más altera la presión sanguinea del inquilino de la residencia de la calle 6, es el aliento en la nuca que le pone Cristina en momentos en que está por cruzar la raya. 
Hace pocos días la presidenta le formuló una pregunta que lo paralizó: ¿Quién está estresado?. Tiene que ver con que Scioli acababa de disparar una frase de campaña en su tenaz cacería de independientes: "Yo vengo a desestresar el país". CFK no quiere ensayos que la saquen de caja. Está dispuesta a mantener alineada a la tropa hasta el último día de gestión y reaccionar frente a la mínima mueca de autonomia con que amague su delfín. No quiere que se le anticipe la teorìa del pato rengo.
Otro de los huracanes que inquietó a la brújula del ex motonauta y por lo que también le pasaron factura, tiene que ver con un hecho protagonizado por su amigo, Gustavo Marangoni. El presidente del Banco Provincia se dejó fotografiar en un asado con algunos dirigentes de la oposición que se mostraban sonrientes y la foto se viralizó por las redes sociales. Para Cristina esos actos no encajan con su doctrina. Carlos Zannini entonces fue el encargado de trasladarle a su socio electoral el profundo disgusto de la Presidenta.
En medio de la caldera de Olivos, Scioli se entusisma con las encuestas. Hay alegría en sus filas, porque los efectos del "Niembro gate", han hecho descender a Macri que hoy no logra superar los 28 puntos. Scioli logró saltar los 40, con lo cual está en los umbrales de ganar en primera vuelta. Todo gracias a que Massa está subiendo y restandole puntos al líder de Cambiemos. La nueva estrategia de la Casa Rosada es abrirle las puertas al lider del Frente Renovador para que avance lo que pueda y asfixie a Macri. Cristina hasta disparó órdenes de ponerle a disposición los medios oficialistas.
Además, se habla de nuevos carpetazos en las gateras. Más allá de focalizar en el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, denunciado por la Procelac por lavado de dinero, las versiones mencionan que le apuntarán a la candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, para poner a Anibal Fernández a salvo de cualquier riesgo. Probablemente le peguen por donde más le duele, por el costado de su marido, el concejal Ramiro Tagliaferro que es candidato por Cambiemos a la intendencia de Morón. 
Tagliaferro tiene lugares frágiles para que el enemigo los pueda perforar.  Se le observa pasado con el duhaldismo, al haberse desempeñado como diputado bonaerense. Además tuvo una incursión en el massismo, antes de saltar al PRO de la mano de su mujer. Los trascendidos indican que se le fogonearán  denuncias de mal manejo de fondos porteños. También están en la mira el vocero Miguel De Godoy y empresas contratistas de publicidad y obras públicas, un panorama rico en escándalos y que el oficialismo se encargará de llevar a buen puerto. Encima la torpeza del gobierno porteño le puso en bandeja al al FPV la clausura de los galpones del Canal de cable C5N, algo que no condice con la estela de libertad de prensa que despliega el equipo amarillo.
Pero con tal de no dormir a la intenperie, el peronismo es capaz de dinamitar lo que sea. Otro de los puntos de cañoneo tendrá que ver con multiplicar las voces entre sus lenguas más filosas, con el argumento que un gobierno de Macri "gobernaría solo para los ricos". La perla la encontró la guardia pretoriana de Cristina en una encuesta de Hugo Haime, donde un 44% de los encuestados reveló esa percepción.
Lo cierto es que octubre está a la vuelta de la esquina y el escenario va tomando forma. Los politólogos opinan que una mitad aprueba al Gobierno, la otra le baja el pulgar; el 62%, sin embargo, votó a la oposición y el 38% al oficialismo.Otro 61% prefirió candidatos peronistas y sólo el 39% a los que no lo son. Por último, apenas el 25% quiere cambiar todo lo que hizo este gobierno, mientras el 55% desea transformaciones parciales y el 20% mantener las políticas vigentes.
Algunos en tanto, en medio de esta ensalada de números se hacen la pregunta: ¿Y si Massa supera a Macri y entra en el ballottage?. Desde el cuartel K lo consideran imposible, ya que la distancia con Scioli es muy grande y se ensancha en la medida en que los votos anti K que pierde Macri van directamente al tigrense. El macrismo advirtió el plan y denunció un acuerdo entre Scioli y Massa, pero a esta altura de las circunstancias no resulta creíble, El "Niembro gate" devaluó a Cambiemos y puso sus defensas en riesgo.
Cristina se entusiasma con los primeros números. Un promedio de encuestas que le acercaron le indicó que Scioli tiene 41 puntos, Macri 32 y Massa 17. El viernes se movió: 42, 29 y 19. El massismo esgrime un tracking  de 3000 casos según el cual Macri bajó de 31 a 27% y Massa subió de 17 a 23.
En el Gobierno están convencidos que el votante de Macri le pasó factura porque no tolera la corrupción en un espacio que usó como bandera la transparencia. Massa advirtió que desde Balcarce 50 quieren usarlo y piensa endurecer su discurso. Pero de no suceder algún imponderable, parece como muy tarde para revertir la tendencia que marcan las encuestoras. Si continùa el drenaje, Macri se derrumba: 8 de cada 10 de sus votos son sólo anti K y parte de ellos se están mudando, buscando otra alternativa. La última medición de Ipsos Mora y Araujo que hace horas publicò el diario Perfil dice que Scioli mantiene ferréanente el 38% de intención de voto, pero que bajo estas circunstancias, llega al 42%. No obstante, ganaría por décimas y en caso de que la oposición vuelva a la carga con las denuncias de fraude, esta situación podría deslegitimar su eventual gestión. Al FPV se le hace necesario una victoria amplía, para no tener que atravesar el vía crucis de un gobierno frágil. La película está casi en el final, pero habrá que esperar que se enciendan las luces.

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