martes, 19 de junio de 2018

El bombero que hizo realidad el sueño de alcanzar su Disneylandia financiera

La salida de Federico Sturzenegger del Banco Central es la crónica de una muerte anunciada. El economista estaba sentenciado por los mercados. El rumor había golpeado con fuerza durante toda la semana y se hizo realidad frente a los vientos implacables de un dólar imparable. Macri contra las cuerdas, terminó dándole salida. Ahora, en su reemplazo, el Presidente eligió al mejor mesadinerista que tiene para enfrentar una corrida que pone en riesgo la supervivencia de su proyecto político, Nicolás Caputo.



Con él llegará como asesor del BCRA Miguel Bein, quien fuera el consejero estrella de Daniel Scioli. El economista Guillermo Nielsen, uno de los históricos negociadores de la deuda externa durante la gestión de Roberto Lavagna, disparó las alarmas sobre la incertidumbre económica: "la gente está cansada que todos los días le cambien el menú económico" y dio a entender que en cualquier momento la situación puede explotar en las calles. 
Hoy el Gobierno vive un momento de fragilidad política en gran medida generado por sus propias contradicciones. Ello fue el detonante para que el gradualismo volara en pedazos. Desde que se escapó el dólar, Macri viene corriendo la crisis de atrás. Por esta razón, el cambio de jugadores no causó el impacto esperado.
Parte de esa dificultad se expresó en la fallida conferencia de Nicolás Dujovne en la mañana del viernes, en la que no anunció ninguna medida y afirmó que los cambios son apenas una etapa más del exitoso programa que Macri lanzó al inicio de su gobierno. Este discurso que busca disimular el fracaso sufrido, o si se quiere apunta a contener el lastimado ego presidencial, no es una buena señal para un mercado que espera anuncios más contundentes.
 
 
UNA LIMOSNA PARA LOS POBRES
 
Dujovne volvió a ponderar el gesto del FMI de destinar 30 mil millones de pesos adicionales para planes sociales, en caso de tener que atender una emergencia alimentaria. Pero enlo que podríamos denominar como un verdadero hallazgo matemático, el consultor y analista de Opinión Pública, Raúl Aragón & Asociados, mandó a la lona al ministro. Señaló que "39 gramos de pan es la limosna del FM para los pobres de la Argentina". Lo que argumenta Aragon es que ”se habla de 30 mil millones de pesos que el Fondo le presta al país, y no se sabe cómo ponerlo en valor. Pero si uno lo divide por 13 millones de pobres, da $2.308 por pobre. Si divide esa ecuación por $ 80 que cuesta el kilo de pan, da 29 kilos de pan, y si se lo divide por 365 días del año, da 79 gramos de pan por día por pobre. Bueno, Esa es la magnitud de la ayuda extra que otorga el FMI”, disparó el politólogo. 
Lo que no se puede negar es que Luis Caputo cumplirá el sueño del pibe. Tendrá su Disneylandia financiera manejando el Banco Central. Pero convengamos que el ex Newman, no es una perla blanca en el gabinete amarillo, sino que ofrece flancos débiles para la crítica. Está denunciado por la colocación de bonos por parte de la ANSES, lo cual le generó un negocio millonario a un fondo que creó y el mismo administró. En concreto, la transacción tuvo un costo para el Estado de al menos 540 mil pesos, de acuerdo a información oficial. La ANSES abonó ese monto a la firma Axis Sociedad Gerente de Fondos Comunes de Inversión, manejada por Caputo hasta poco antes del inicio del gobierno de Cambiemos, en concepto de comisión por colocaciones en Lebacs, a partir de una decisión del comité ejecutivo del Fondo de Garantía se Sustentabilidad (FGS), que el propio funcionario integraba.
Para el diputado kirchnerista Rodolfo Tailhade, denunciante en dos causas contra el ex ministro de Finanzas, consideró que su nombramiento al frente del Banco Central “es como poner a Drácula al mando del banco de sangre”. 
 
TIMONEL DE UNA ETAPA RECESIVA
 
 
No obstante, Caputo, por criterio propio y antecedentes, es un traje de medida para la concepción del FMI en cuanto al modo de reacople de la Argentina al mercado financiero internacional. Esto tiene que ver con un fuerte y rápìdo ajuste fiscal y cuidado de las Reservas Internacionales netas para generar confianza, y dólar suficientemente alto para desalentar importaciones, turismo de compras en el exterior y salida de capitales (si se despeja la idea de que va a seguir subiendo). Si esas son las prioridades, la consecuencia inevitable en la visión de la mayoría de los economistas, va a ser inflación en alza en el corto plazo, por traslado a precios de la devaluación y una etapa recesiva que el gobierno espera que sea breve, pero que a la clase media, si es que queda aún algo de ella, le dolerá hasta el hueso.
Sturzeneger había hecho todo mal. Con solo mirar sus antecedes, el archivo no lo ayudaba. En su momento fue procesado por el magacanje de Domingo Cavallo por 60 mil millones de dólares durante el gobierno de la Alianza. También fue el autor del libro "Yo no me quiero ir", aunque  terminó siendo eyectado. Fue tan mala su gestión que lo sorprendente es que duró demasiado y que haya tenido tanta influencia sobre Macri.
La corrida que aceleró en dos oportunidades, en abril pasado y en esta semana, que disparó el dólar arriba de los 28 pesos, fue el último eslabón de una serie de desaciertos monetarios, financieros y cambiarios que agudizaron la crisis.
Sturzenegger con su equipo cometió un compendio de fallas. Bajó la tasa de interés muchas veces, dejó apreciar el tipo de cambio en una errática administración del mercado, estableció metas de inflación incumplibles, dilapidó reservas internacionales y alimentó una inmensa burbuja especulativa con las Lebac.
La Bomba Lebac es un tic tac que amenaza arrasar con todo y él la explicaba diciendo que no era un problema porque esos títulos de cortísimo plazo a una tasa altísima eran la contrapartida del incremento de las reservas. Las Lebac eran el instrumento de Sturzenegger para retirar pesos de la economía y así alcanzar las irreales metas de inflación. Como el diagnóstico era errado, el resultado fue desastroso. La inflación se disparó y la deuda de las Lebac sigue aún haciendo crujir a la economía.
 
UN AMIGO DE LOS MERCADOS
 
A Caputo los hombres del mercado lo ven desde hace tiempo como la columna económica más eficiente del Gabinete, sobre todo por la gestión de deuda que ejecutó a pedido del Gobierno. También ofició de bombero para apagar el fuego, como cuando sacó de la galera  el último súper martes de vencimientos la colocación de los BOTE a Templeton para completar las acciones y desactivar de esa manera la bomba de las Lebac. De todas maneras, un bombero no hace un gabinete fuerte.Tarde o temprano Macri se verá forzado a barajar y dar de vuelta incorporando hombres de mayor cintura.
De momento, Caputo también tiene que definir su equipo en el Banco Central. Él no es un experto en macroeconomía ni en política monetaria. Con la salida de Sturzenegger, también se fueron los funcionarios con mayor prestigio en materia de política monetaria. Lo único confirmado en estas horas es que el viernes 22 de junio entrarán al país los primeros 15 mil millones del FMI.
Queda pendiente solucionar un punto conflictivo: como le explicará la Casa Rosada a Christine Lagarde que el BCRA será todo lo independiente que se le prometió en el memorando de entendimiento con el El problema que enfrenta el Gobierno por estas horas es de pérdida de confianza. Esta cuestión no se restablece con discursos duranbarbistas. El cálculo de no decir nada y hacer la plancha puede servir para la campaña, no para una situación como la actual y menos frente a semejantes actores de poder.
Gobernar la Argentina no es lo mismo que una empresa. La fantasía de los ceos iluminados, no es para un país que necesita además de la política, un poco se sensibilidad, por lo menos hacia el electorado que le dio el voto al oficialismo. Los funcionarios deberán mantener los ojos bien abiertos y caminar la calle, como lo hace la gobernadora María Eugenia Vidal. Caso contrario, puede ocurrir que se pierda la capacidad de anticipar los acontecimientos, que es de las cosas más graves que le pueden ocurrir a Macri. El Presidente está muy lejos de enfrentar una situación desestabilizadora, pero tampoco hay que agitar tanto las aguas. Pocos mandatarios tuvieron una oposición tan dispuesta a acordar. Pero esto no significa que los tiempos sean eternos y pueda despertarse el león.

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