martes, 10 de mayo de 2016

Moyano se fue a la banquina con el “regalazo” que le hizo a Mirtha


En la Argentina del millón y medio de pobres más, que emergieron en los últimos tiempos producto de las devaluaciones, la inflación y los tarifazos, hay gestos que ofenden por su obscenidad. Más aún, si provienen de lo más alto de la cúpula sindical. Hugo Moyano, titular de la CGT,  se puso en el ojo del horacán y desató una cadena de repudios en las redes sociales, tras obsequiarle a Mirtha Legrand en cámaras joyas de Swarosvki, valuadas en casi 17 mil pesos.Según la página comercial, el modelo del collar se llama Every All-Around Links Necklace y está valuado en 11.790 pesos. La exclusiva pieza, que según el dirigente pagó en tres cuotas con tarjeta, tiene eslabones con baño de oro rosa y brillante cristal pavé transparente. Mide 40 centímetros. Aunque no pudo verse con detalle, hay varios accesorios que combinan con esa gargantilla, como el modelo Every Wide Anillo que cuesta 5.190 pesos o el Every Anillo, con un valor de 3.490 pesos.
LA RUTA DE LA RIQUEZA
Moyano siempre ha estado en la mira por su supuesta fortuna, pero nunca se expuso en público como esta vez, según él , por consejo de su mujer. No fue el momento apripiado, despuès de una protesta multitudinaria donde el camionero le puso los puntos sobre las íes al Gobierno para evitar mayores despidos, reclamar el 82% móvil a los jubilados y pedir aflojar sustancialmente con el impuesto a las ganancias. Los comentarios sobre el volúmen de su patrimonio personal no tienen techo en el imaginario periodístico. Estancias, hoteles, sociedades cuidadosamente resguardadas y cuentas en Suiza, constantemente han estado en la mira de los investigadores.
Además, desde los despachos oficiales siempre circuló la versión de que existirían carpetas comprometedoras pormenorizando sobre su patrimonio personal. Pero hasta el momento, nadie pudo encontrar resquicios que lleven a dar con el supuesto camino de la abundancia. Moyano, con su enorme capacidad de supervivencia impuso respeto por el poder de fuego de un gremio estratégico, capaz de paralizar en horas un país.  Ni  el propio Néstor Kirchner pudo con él. Se dice que la  última noche en vida del ex presidente, ambos mantuvieron una conversación telefónica de tono subido. Siempre será negada, pero todos los caminos conducen a que  Cristina a partir de allí le hizo la cruz. La situación terminó en la ruptura de relaciones con el líder sindical.  Pese a contar con una imagen negativa muy alta, el “rey de los camioneros”, logró con sorprendente cintura en todos los tiempos ubicarse en el centro de la escena. Taladró las estructuras de cuanto gobierno quiso domarlo y hasta hace unos años, le corrió por la cabeza la idea de que podía convertirse en el nuevo Lula.
Hasta aquí, en todas sus facetas, Moyano no había demostrado flancos débiles. Pero inexplicamente, lo traicionó su cholulísmo. Paradójicamente, se fue a la banquina en su afán de cautivar a la Legrand. Muy acomodada en su escritorio, Mirtha mostró ante su audiencia las costosísimas joyas . Pero poco después las redes estallaron como un reguero de pólvora. Las críticas fueron coincidentes en reclamar a la diva que se deshiciera de tan costoso obsequio por ser de “dinero mal habido”, en un tuit retuiteado por su propia nieta Juanita Viale.
PARECIDO A SAUL, PERO NO TANTO
Moyano, con ese gesto, dejó de parecerse en algo a su antecesor más austero, Saúl Ubaldini. No puede negarse que  ambos son los líderes sindicales más reconocidos desde la restauración democrática en 1983. Ubaldini venía del gremio de los cerveceros. Hugo Moyano surgió desde el sector de los camioneros. Ubaldini le hizo 13 paros generales a Raúl Alfonsín y fue su segundo dolor de cabeza después de los militares golpistas. Moyano acaba de hacerle el primer paro a Mauricio Macri, cuatro meses después de asumido y tras haberle hecho varias huelgas a Carlos Menem, Fernando de la Rúa, dos a Cristina y ninguno a Néstor Kirchner. Ubaldini le gritó a Alfonsín que “llorar es un sentimiento y mentir es un pecado”, todo porque el presidente radical lo había tildado de “mantequita y llorón”. No obstante, la historia hizo que ambos sellaran la paz cruzando palabras públicas de respeto. Moyano en cambio, terminó enemistado con todos los presidentes a los que primero apoyó y luego enfrentó.
A Ubaldini lo recuerdo como un dirigente de mano firme, pero alejado de la estética. Se lo veía con frecuencia con su ajada campera de cuero negra. Solìa venír los sábados por la tarde a tomar mate a la redacción de Diario Popular. Allì,  relataba sus luchas sindicales con tono de epopeya. Hasta se le humedecían los ojos. Lo hacía después de visitar a su madre que vivía en una humile casita de Avellaneda. Contaba que dormía junto a su perro “Truco” en un altillo vacío de la CGT.
Me recordaba a otro hombre de perfil parecido y también fanático de las camperas de cuero: el legendario secretario general de la CGT José Ignacio Rucci, asesinado en una emboscada por Montoneros. Aquel  hecho casi mata de tristeza al propio general Perón. Rucci y Ubaldini venían del mismo palo y terminaron pobres. En el caso de Rucci, su viuda y sus hijos quedaron sin sustento. Manuel Quindimil, el maestro de los intendentes, que durante décadas gobernó Lanús me confesó un día  que le pasaba un sueldo a la viuda para que pudiese criar a sus hijos. Lorenzo Miguel, el lìder de la UOM, también siempre vivió en su modesta casa de Villa Lugano.
GOLES SON AMORES Y TAMBIEN PODER
En cambio Moyano, hoy con unos cuantos kilos de menos y ropa costosa de marca, acaba de emigrar de esos mundos. Terminó mostrando la hilacha en el programa de Mirtha, pero ya estaba en las gateras. Primero se convirtió en un empresario muy próspero y coronó su sueño de ser el presidente del club de sus amores, Independiente, además de ambicionar con presidir la AFA.
Pese a que ahora le acaba de marcar la cancha a Macri con la movilización obrera del viernes pasado, en su momento la relación con el jefe de Estado fue muy aceitada. A tal punto que Moyano decidió mudar las cuentas del sindicato de Camioneros desde el Banco Provincia hacia el Ciudad. Para la entidad que por ese entonces presidía Gustavo Marangoni, fue un dolor de cabeza, ya que el activo del gremio rondaba los 500 millones de pesos.
“¿Cómo me hacés esto, Negro?”, le dijo Marangoni al camionero, cuando se enteró de la maniobra, que dejó al Banco Provincia sin un depósito clave. Moyano se limitó a explicar la movida con la simpleza que lo caracteriza. Mayor rendimiento de la plata, más beneficios para los trabajadores del sindicato, créditos hipotecarios y adelanto de haberes, fue la enumeración que escuchó Marangoni del otro lado de la línea. Para entonces Macri ya había dado personalmente directivas para terminar de instrumentar el acuerdo con el gremio.
POR LA LINEA AMARILLA DEL PRO
“Les guste o no les guste, el único que me da soluciones es Macri”, empezó a decir el camionero hace meses ante los popes de la CGT. Antes, el ex vicepresidente de la Legislatura y pata peronista del PRO, el actual ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, había blanqueado su sociedad con Moyano al formar parte de la boleta del sindicalista en Independiente.
“Moyano no es el Ubaldini de Macri”, se esforzó en declarar a la prensa el diputado del PRO,  Eduardo Amadeo, horas después del multitudinario acto que lideró el camionero a siete cuadras de la Casa Rosada. Tras el “regalazo”, que el líder de la CGT le hizo a Mirtha Legrand, quedó claro que Moyano no se parece a Ubaldini, ni a Lorenzo Miguel , como tampoco al propio Rucci. Sus “principios gremiales”  terminaron esta vez “brillando” de la mano de Swarovski en la paqueta mesa de la diva de la TV.

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