jueves, 5 de mayo de 2016

Por el "Sobregate" platense, la Policìa recaudaría 5 millones de pesos al mes


La relación entre el Gobierno y la Bonaerense, en su peor momento. Alertan sobre un posible atentado contra Ritondo y Vidal se manejaría con custodia de la Metropolitana

Un allanamiento a la Jefatura Departamental de La Plata puso a cielo abierto lo que nunca jamás se vio de esta manera: los sobres con la plata de la recaudación ilegal diaria de la Policía Bonaerense. El "Sobregate", es un capítulo inédito en el álbum negro de la corrupción. Allí, se atesoran postales de la larga guerra entre la autoridad civil y la Gorra recaudadora, en la que hasta ahora, siempre han ganado los malos. 
Uno de los investigadores que sigue de cerca el escándalo, reveló en voz baja que la hipótesis de máxima que se maneja es que la recaudación ilegal en las seccionales platenses, mínimamente superaria los 5 millones de pesos al mes. La suma, sería producto de aportes de comerciantes locales para lograr vigilancia donde tienen sus comercios. Además se cree que allí está incluída la protección a boliches bailables, prostíbulos, venta de drogas y zonas liberadas, donde mueve sus tentáculos el juego clandestino.
Una fuente calificada comparó: "si esto es lo que juntan en La Plata, imagínense en los distritos más importantes del conurbano y en el interior de la Provincia. Evidentemente, estamos frente a un monstruo sumamente voraz, que con semejante efectivo, pudre lo que toca y está dispuesto a todo con tal de no perder las cajas".
Otro dato a tener en cuenta, es que después de que tomara estado público el escándalo platense, en los últimos días hubo más de doscientas llamadas a la Oficina de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad y al 911. Allí, no solo fueron denunciantes anónimos los que se animaron a aportar información sobre irregularidades, sino también policías en actividad que, en algunos casos, decidieron hacer las acusaciones con nombre y apellido. Pilar, San Martín y La Matanza, fueron algunos de los focos señalados como nidos de corrupción y que hoy están bajo la lupa de la justicia.
Por cómo están las cosas, algunos sostienen que en el gobierno de Vidal "se teme lo peor de la Bonaerense". A tal punto que en las últimas horas el diputado del Frente Renovador, Rubén Eslaiman disparó todas las alarmas. El legislador le aconsejó al ministro Ritondo que tuviera mucho cuidado "porque la maldita policía sigue vigente y temo  que van a querer atentar contra él”. También trascendió que Vidal se manejaría con su custodia personal de la Metropolitana, como cuando era vicejefa de Gobierno Porteño, porque desconfía de su propia fuerza. Además, trascendió que todos los días cambiaría de camino para regresar a su casa.

EN EL FONDO DE LA CLOACA
 
El  "Sobregate", para los investigadores es una operatoria prolija e hilvanada desde hace muchos años. Una prueba de ello, son los 36 sobres encontrados en el cajón de un escritorio, prolijamente rotulados con los números de algunas de las 42 comisarías agrupadas en la Jefatura Departamental La Plata. 
Se cree que las autoridades máximas del cuerpo policial cada lunes recibían los sobres provenientes de las comisarías que recaudaban un canon semanal de entre 50 mil y 100 pesos, y que se reparten “hacia arriba”.
Para llegar al fondo del oscuro negocio, las autoridades contaron con el testimonio de un "informante calificado", que mediante una llamada anónima a Asuntos Internos, dio pormenores del modus operandi, al que calificó de "habitual desde hace años".
Los sobres estaban debidamente acomodados en la oficina del secretario de la dependencia policial, un subcomisario que, fue separado de la fuerza. Cuando los funcionarios de la Auditoría hicieron el arqueo establecieron que había  153.700 pesos en billetes de 100 y de 50. 
Frente a estos hechos, en las últimas horas fueron pasados a disponibilidad Darío Camerini, jefe de la dependencia y su segundo, Rodolfo Carballo. En lugar de Camerini fue designado Diego Bravo, que encabezaba hasta ahora la Distrital Norte, un hombre de 40 años con dilatada trayectoria. El pase a disponibilidad implica que seguirán cobrando sus sueldos, pero quedan a un paso del retiro o la jubilación. 
Al saltar el escándalo, en primera instancia fueron acusados cuatro policías, entre ellos un oficial superior. Tres de los imputados fueron pasados a disponibilidad. 
La punta del iceberg para llegar a este hecho de corrupción, fue la detención del subteniente Patricio Masana, involucrado en el ataque contra el intendente de La Plata, Julio Garro y que hoy cuenta con prisión preventiva.

LA ERA DE LOS POLICIAS RICOS

En el sumario se determinó que este suboficial, llevaba una vida de rico, ya que alquilaba una lujosa vivienda en el exclusivo country Grand Bell. Un patrimonio que en nada coincidiría con el sueldo que cobraba como policía.
En el marco de la pesquisa se determinó que el suboficial habría participado en maniobras irregulares con las asignaciones de las horas Cores o Polad, del servicio de policía adicional que se realizaba en los bancos, comercios y restaurantes.
Pero Masana tenía su padrino. Se señala que estaba en complicidad con un comisario que había amenazado con retirar las custodias de los edificios públicos de La Plata si desde la gobernación no pagaban el servicio de policía adicional u horas extras.
El velo de misterio comenzó a descorrerse a través de la denuncia anónima presentada por un oficial en actividad, que agregó más detalles a la investigación que realizaban los funcionarios de Asuntos Internos, a partir del análisis de los vínculos del suboficial Masana.
El denunciante anónimo, alegó que era un oficial con 25 años en la Jefatura Departamental La Plata. Fue muy preciso, al aportar detalles puntuales sobre los días y fechas en los que el dinero sucio se llevaba a la mencionada dependencia policial, quiénes entregaban los sobres, quién los recibía y dónde se guardaban.
Semejantes precisiones, obligaron a las autoridades a desplegar una vigilancia especial, casi cinematográfica, frente a uno de los accesos a la Jefatura Departamental. Alli los funcionarios de Asuntos Internos advirtieron el primero de este mes, la llegada incesante de policìas, tanto en motos como en automóviles. Por estas horas, se cree que una red de uniformados de las 42 comisarías eran los que recaudaban el dinero, se quedaban con una parte y enviaban el monto mayor a la Departamental, que oficiaba de una suerte de "cloaca" donde desembocaban todos los fondos.

LAS HUELLAS DE LA CORRUPCION

Por lo que se sabe en fuentes seguras, hay orden de la gobernadora María Eugenia Vidal de avanzar hasta las últimas consecuencias . Se quiere "llegar hasta el hueso". 
El episodio constituye la primera huella palpable –con aval judicial– de la existencia de un mecanismo que desde hace tiempo se menciona como “habitual” en la Bonaerense, y del que dimos cuenta en varias notas anteriores, pero que nunca se había podido probar de esta manera a través de un expediente.
Los trascendidos señalan que en el acta que se labró en la diligencia del primero de este mes, en los sobre secuestrados figurarían algunos nombres de funcionarios que remitían los sobres a la Jefatura y en otros, el delito que se encubría y por el que se recaudaba a cambio de ocultar pruebas. En algunos casos se da cuenta de juego clandestino y prostitución.
El fiscal Marcelo Martini sospecha que el dinero secuestrado podría pertenecer a la recaudación de un solo día o de una semana. Son datos que tratarán de dilucidarse a través de las indagatorias a los oficiales de las comisarías que aparecen en los sobres. Es la única manera de lograr un hilo conductor para comprobar si el dinero sucio llega a otros niveles jerárquicos superiores.

EL MONSTRUO EMPEZO A CORCOVEAR
 
Frente a esta situación, la policìa bonaerense ha mostrado su malestar, aprovechando la excusa de las nuevas escalas salariales, a las que cosideran insuficientes. En el entorno de Ritondo observan que los corcoveos tienen que ver con las reformas que está encarando la gobernadora. Es más, hay quienes sostienen que "casi ningún comisario puede justificar su patrimonio".
El denominado Sindicato Policial de Buenos Aires (SIPOBA), un gremio que no cuenta con personería jurídica que la habilite como tal, ya anunció que impulsa una protesta frente a la Gobernación el jueves 14 con el fin de poner de manifiesto la disconformidad de sectores de la fuerza ante el aumento otorgado por el Ejecutivo provincial. “La Gobernadora Vidal nos mintió. No hace nada por mejorar nuestras condiciones de trabajo”, son algunas de las proclamas lanzadas junto con la convocatoria a “volver a ocupar” la plaza San Martín de La Plata.
Luis Tonil, integrante de SIPOBA, fue un poco más allá e hizo referencia a un apodo utilizado por los policías para referirse al ministro de Seguridad: “Le dicen `Ritonto´ a Ritondo, porque es un experto en mirar para el costado. Todos los días hacen denuncias contra los jefes y no hace nada”. 
La situación es tensa y Vidal no confía en su propia fuerza, a tal punto que cuenta con custodia personal de la Metropolitana. Son los mismos hombres que la acompañaban cuando era vicejefa del Gobierno porteño.Además, ante cualquier posibilidad de amotinamiento, se solicitó en envío de dos mil efectivos de la Federal.
El paragüas también está abierto con la Gendarmería nacional, que aportará cerca de tres mil hombres que se sumarán a otro tanto que se encuentran en la provincia por una vieja orden del ex Secretario de Seguridad, Sergio Berni. 
Otro de los motivos de escozor tiene que ver con que ya se desafectaron a 739 uniformados por presuntos casos de corrupción, homicidios, torturas, robos o, simplemente, inoperancia en la labor policial. Además, se abrieron unos 1700 sumarios en la Dirección de Asuntos Internos, que evalúa el comportamiento de aquellos y otros efectivos.
FUERTE ESTADO DE INQUIETUD
Las exoneraciones, sumadas a la decisión política de exigir las declaraciones juradas a los oficiales jefes y comenzar a investigar los manejos de dinero con las horas adicionales, estimulan en las filas policiales un fuerte estado de inquietud. La semana pasada, por caso, hubo una amenaza de autoacuartelamiento. Aunque el fundamento visible fue un reclamo salarial, tanto policías como funcionarios políticos advirtieron que la convocatoria encarna un malestar mayor derivado del aumento de los controles y del "aliento en la nuca" a la actuación uniformada. La Bonaerense hoy pasa por su peor momento. En su última presentación dirigida al Ejecutivo provincial, el 14 de marzo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtió: "La participación de funcionarios policiales de todas las jerarquías en distintas redes de ilegalidad, incluido el narcotráfico, es un fenómeno estructural asociado a las lógicas de funcionamiento de la institución y no un problema individual de policías malos. No existe posibilidad de encarar una política seria contra el narcotráfico si no se avanza en una transformación profunda de las policías".
La denominada Maldina Polìcía es una suerte de potro salvaje, al que han intentado domar sin éxito durante décadas todos los gobiernos. Uno de los casos emblemáticos fue el del ex ministro de Seguridad Carlos Stornelli. Cuando el funcionario mostró sus intenciones de mandar el bisturí hasta el fondo, en una página web que apareció de un día para el otro, un personaje anónimo dio cuenta de datos personales de la vida de Stornelli, hasta el lugar exacto de la ubicación de su sillón en el despacho, domicilio particular, amistades, el vino que tomaba y los habanos que fumaba. Es de temer, pero  la Policía cuenta con información de toda la clase dirigente . Si las cosas para ellos no funcionan, no escatimarán esfuerzos para poner en marcha el más macabro de los planes. Son especialistas en reinstalar el miedo y dejar la sensación que la polìtica volvió a fallar. Habrá que ver hasta dónde llega Vidal y qué tán rápido operará para cerrar los grifos de una corrupción bochornosa, que hasta ahora, viene ganando por goleada.

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