martes, 5 de marzo de 2013

Berazategui llora a Yanela y un maniático sexual suelto reinstala el triste recuerdo del caso Candela


 


Por Jorge Joury

La noticia aún sacude a toda la zona Sur. Tiene características similares al caso Candela Sol Rodríguez, pero esta vez le tocó a Yanela Medina, una nena de 11 años que recién miraba a la vida con ojos de ilusión. Una mente perversa se encargó de consumar el peor de los crímenes. Tal vez con un calvario que pasó por abuso sexual y la muerte por empalamiento.

Ya desde este portal, el viernes primero de marzo y en carácter de primicia, confirmamos que la desaparición de Yanela, era un secuestro. Su propia madre nos había revelado que a la nena se la habían llevado y que el domingo 23 fue el último día en que se la vio. Finalmente, el último sábado 2 de marzo, un grupo de pescadores en medio de un cañaveral próximo al Río de La Plata, a la altura de la avenida Florencio Varela, en Berazategui, se encontraron frente al más tétrico de los escenarios. CUATROMEDIOS.COM.AR otra vez daba la primicia del macabro hallazgo, en la mañana del domingo.

Un olor fétido que venía desde el corazón de los juncos, era el presagio de que lo peor estaba por venir. Casi atascada entre los pastizales y semi sumergida en las aguas marrones, se dejaba ver parte de una bolsa negra de nylon, de las de consorcio. La parte superior estaba atada con alambre, para preservar el contenido. Los pescadores, tuvieron que utilizar una larga caña para ir trayendo el envoltorio lentamente hacia la costa.

El olor era cada vez más pestilente. Pero a los circunstanciales protagonistas de esta historia se les paralizó el pulso y se les heló la sangre, cuando inspeccionaron el interior de la bolsa y se encontraron con el cuerpo de una criatura, con la cabeza rapada, en posición fetal, con ropas en la parte superior, pero desnuda de la cintura para abajo y con las manos atadas con alambre.

Ni bien llegaron al tétrico lugar los bomberos y los efectivos de la comisaría primera de Berazategui, tuvieron una sensación amarga. Todas las características se ajustaban con la descripción de Yanela, a quien por ese momento buscaban rastrillado toda la zona, con la concreción de más de 15 allanamientos.

Un cuñado de la familia Medina fue el encargado de reconocer el cuerpo, que pese a estar hinchado y desfigurado por haber estado por lo menos cuatro días en el agua, dejaba ver algunos rasgos de la nena, sobre todo la vestimenta, que era coincidente. Horas después la propia familia confirmaba el peor final de la historia. Yanela Medina pasaba a engrosar una larga lista de niñas asesinadas a manos de pervertidos y pedófilos, además de recordarnos que hay cientos de casos de menores desaparecidas en la zona Sur y que están siendo buscadas por las ONG y organizaciones que luchan contra la trata de personas.

EL ALTAR DEL DOLOR EN EL BARRIO SANTA MARIA

Por estas horas los vecinos levantaron un altar frente a la casa de la calle 114 entre 26 y 26 A, del barrio Santa María de Ranelagh, donde vivía la pequeña Yanela, junto a sus padres y sus diez hermanos. Allí hay velas encendidas, fotografías y pancartas que sirvieron durante varios días para la desesperada búsqueda. Son el mudo testimonio de un vía crucis desarrollado por familias y vecinos mancomunados en un objetivo solidario, que terminó de la manera más trágica.

Pablo Luna es vecino de los Medina y dice que son gente humilde, pero de trabajo. Karina, la mamá de Yanela, se dedica a vender productos de la firma Avón y el padre, se desempeña como portero en un edificio de la capital federal. Luna sostiene que "Yanela era muy buena alumna, de las que sobresalen en el colegio. Una nena inocente a la que no se le conocían malas compañías. No entendemos que fue lo que pasó en ese lapso entre las 10 y las 10.30 de la mañana de ese domingo, cuando la nena fue a llevar un producto a la casa de una vecina, en una distancia de apenas dos cuadras, pero nunca llegó. Alguien tal vez le salió al paso y la sedujo con la promesa de hacerle algún regalo. Eso es lo que se comenta en el barrio. Aquí lo que se dice es que la nena fue abusada, estrangulada y hasta hablan de que tenía una puñalada".

Luna además añadió que "los Medina tuvieron que abandonar la vivienda y se fueron a la casa de un familiar, porque recibieron amenazas. Los acusan de haber descuidado a la nena y hay hasta quienes quieren llevar adelante un acto de linchamiento. Pero creemos que no son gente del barrio. Es una locura. Cuando ocurren estas cosas la bronca es tan grande, que puede desembocar en situaciones límites", señaló Pablo.

El propio Pablo Luna, además señaló que en la zona se comentan historias aterradoras, algunas orillan con el terreno de la fantasía, pero meten miedo."Hay quienes señalan que cuando buscaban a Yanela, la policía logró liberar a casi una decena de niñas que estaban cautivas y que nada sabíamos de sus casos. También se dice que hay varios cuerpitos en la morgue, de otras que no han sido identificadas". (ESCUCHAR EL AUDIO)

Lo dicho por el vecino, es desmentido de plano por los investigadores, quienes se hallan abocados a encontrar un hombre de contextura robusta, más bien alto, a quien alguien vio merodeando por la zona ribereña en actitud sospechosa. Los peritos de la comisaría primera de Berazategui, a cargo del comisario Jorge Sánchez están confeccionado un identi kit de este sujeto, de quien se sospecha que podría haber sido protagonista de otros casos de abuso en la zona. Lo que se dice, un maniático sexual. Hay también quienes sostienen la hipótesis de que Yanela fue asesinada porque habría reconocido a su victimario.

Por estas horas cualquier dato es válido para los investigadores, pero hay uno que da vueltas por las cabezas de los sabuesos y que es muy llamativo. Hay quienes sostienen que el asesino le cortó el cabello a Yanela después de abusar de ella y matarla, para dificultar el reconocimiento del cuerpo. De ser así, se estaría en presencia de un "criminal prolijo". Pero, como contrapartida están quienes se inclinan por la hipótesis de que tal vez se esté en presencia de una suerte de psicópata, "un pervertido que con ese detalle, ha dejado un mensaje atemorizante, que habrá que descifrar". Es por eso que por estas horas se trabaja sobre los registros de homicidios de los últimos años, para establecer si hubo algún caso similar, donde el criminal también dejó su huella.

Rodrigo, uno de los hermanos de Yanela, confirmó el abuso a que fue sometida la pequeña y se preguntó "por qué tanta ferocidad con una nena buena. Yanela estaba felíz. La noche anterior a su desaparición bailó en la comparsa. Había pasado a quinto grado y en el colegio todos la querían. Era muy buena alumna. La buscamos por todos lados. Mi hermano Brian fue hasta Plaza Constitución, porque alguien había comentado en el barrio que se había ido con una amiguita, pero nada. Revolvimos cielo y tierra y ahora nos encontramos con esta tragedia. Quien hizo esto ha destrozado una familia y ahora lo único que queremos es que pague. Hay que caerle con todo el peso de la justicia".

Mientras tanto, en el barrio San María crece la indignación. Hay vecinos que quieren armar piquetes para salir a buscar al criminal y hacer justicia por mano propia. Hoy todas esas familias temen por sus hijos. Y no es para menos, el peor de los criminales anda suelto y tal vez merodeando en busca de otra presa.

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